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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
La Biblia de las Américas (LBLA)
Version
Génesis 3

Desobediencia y caída del hombre

Y la serpiente era más astuta(A) que cualquiera de los animales del campo que el Señor Dios había hecho. Y dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: «No comeréis de ningún árbol del huerto»? Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto, ha dicho Dios: «No comeréis de él, ni lo tocaréis, para que no muráis(B)». Y la serpiente dijo a la mujer: Ciertamente no moriréis(C). Pues Dios sabe que el día que de él comáis, serán abiertos vuestros ojos y seréis como Dios, conociendo el bien y el mal(D). Cuando la mujer vio que el árbol era bueno para comer, y que era agradable[a] a los ojos, y que el árbol era deseable para alcanzar sabiduría[b], tomó de su fruto y comió; y dio también a su marido que estaba con ella, y él comió(E). Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos(F); y cosieron hojas de higuera y se hicieron delantales[c].

Sentencia por el pecado y promesa de redención

Y oyeron al[d] Señor Dios que se paseaba(G) en el huerto al fresco[e] del día; y el hombre y su mujer se escondieron(H) de la presencia del Señor Dios entre los árboles del huerto. Y el Señor Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás(I)? 10 Y él respondió: Te oí[f] en el huerto, y tuve miedo(J) porque estaba desnudo, y me escondí. 11 Y Dios le dijo: ¿Quién te ha hecho saber que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol del cual te mandé que no comieras? 12 Y el hombre respondió: La mujer que tú me diste por compañera[g] me dio del árbol, y yo comí(K). 13 Entonces el Señor Dios dijo a la mujer: ¿Qué es esto que has hecho? Y la mujer respondió: La serpiente me engañó(L), y yo comí. 14 Y el Señor Dios dijo a la serpiente:

Por cuanto has hecho esto,
maldita(M) serás[h] más que todos los animales,
y más que todas las bestias del campo;
sobre tu vientre andarás,
y polvo comerás(N)
todos los días de tu vida.
15 Y pondré enemistad
entre tú y la mujer(O),
y entre tu simiente y su simiente;
él te herirá en[i] la cabeza,
y tú lo herirás en el calcañar(P).

16 A la mujer dijo:

En gran manera multiplicaré
tu dolor en el parto[j],
con dolor darás a luz los hijos(Q);
y con todo, tu deseo será para tu marido,
y él tendrá dominio sobre ti(R).

17 Entonces dijo a Adán: Por cuanto has escuchado la voz de tu mujer y has comido del árbol del cual te ordené, diciendo: «No comerás de él»,

maldita(S) será[k] la tierra por tu causa;
con trabajo[l](T) comerás de ella
todos los días de tu vida.
18 Espinos y abrojos te producirá,
y comerás de las plantas[m] del campo.
19 Con el sudor de tu rostro
comerás el pan
hasta que vuelvas a la tierra(U),
porque de ella fuiste tomado;
pues polvo eres(V),
y al polvo volverás.

20 Y el hombre le puso por nombre Eva[n](W) a su mujer, porque ella era la madre de todos los vivientes. 21 Y el Señor Dios hizo vestiduras de piel para Adán y su mujer, y los vistió.

Castigo por el pecado

22 Entonces el Señor Dios dijo: He aquí, el hombre ha venido a ser como uno de nosotros(X), conociendo el bien y el mal; cuidado ahora no vaya a extender su mano y tomar también del árbol de la vida(Y), y coma y viva para siempre. 23 Y el Señor Dios lo echó del huerto del Edén, para que labrara la tierra de la cual fue tomado. 24 Expulsó, pues, al hombre(Z); y al oriente del huerto del Edén(AA) puso querubines(AB), y una espada encendida que giraba en todas direcciones, para guardar el camino del árbol de la vida(AC).

Mateo 3

Predicación de Juan el Bautista

(A)En aquellos días llegó* Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea(B), diciendo: Arrepentíos(C), porque el reino de los cielos(D) se ha acercado. Porque este es aquel a quien se refirió el[a] profeta Isaías, diciendo:

Voz del que clama en el desierto:
«Preparad el camino del Señor,
haced derechas sus sendas(E)».

Y él, Juan, tenía un[b] vestido de pelo de camello y un cinto de cuero a la cintura(F); y su comida era de langostas[c](G) y miel silvestre. Acudía entonces a él Jerusalén, toda Judea y toda la región alrededor del Jordán(H); y confesando sus pecados, eran bautizados(I) por él en el río Jordán. Pero cuando vio que muchos de los fariseos(J) y saduceos(K) venían para el bautismo, les dijo: ¡Camada de víboras(L)! ¿Quién os enseñó a huir de la ira que vendrá(M)? Por tanto, dad frutos dignos de arrepentimiento(N); y no presumáis que podéis deciros a vosotros mismos: «Tenemos a Abraham por padre(O)», porque os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham de estas piedras. 10 Y el hacha ya está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado al fuego(P). 11 Yo a la verdad os bautizo con[d] agua para arrepentimiento(Q), pero el que viene detrás de mí es más poderoso que yo, a quien no soy digno de quitarle las sandalias; Él os bautizará(R) con[e] el Espíritu Santo y con fuego. 12 El bieldo está en su mano(S) y limpiará completamente su era; y recogerá su trigo en el granero(T), pero quemará la paja en fuego inextinguible(U).

Bautismo de Jesús

13 (V)Entonces Jesús llegó* de Galilea(W) al Jordán, a donde estaba Juan, para ser bautizado por él. 14 Pero Juan trató de impedírselo, diciendo: Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí? 15 Y respondiendo Jesús, le dijo: Permítelo ahora; porque es conveniente que cumplamos así toda justicia(X). Entonces Juan se lo permitió*. 16 Después de ser bautizado, Jesús salió del agua inmediatamente; y he aquí, los cielos se abrieron, y él[f] vio al Espíritu de Dios que descendía como una paloma y venía sobre Él(Y). 17 Y he aquí, se oyó una voz de los cielos que decía: Este es mi Hijo amado[g] en quien me he complacido(Z).

Esdras 3

Restauración del culto

Cuando llegó el mes séptimo, y los hijos de Israel estaban ya en las ciudades, el pueblo se reunió como un solo hombre en Jerusalén(A). Entonces Jesúa(B), hijo de Josadac, con sus hermanos los sacerdotes, y Zorobabel(C), hijo de Salatiel(D), con sus hermanos, se levantaron y edificaron el altar del Dios de Israel(E), para ofrecer holocaustos sobre él, como está escrito en la ley de Moisés, hombre de Dios(F). Y asentaron el altar sobre su base, porque estaban aterrorizados[a] a causa de los pueblos de aquellas[b] tierras(G); y sobre él ofrecieron holocaustos al Señor, los holocaustos de la mañana y de la tarde(H). Y celebraron la fiesta de los tabernáculos[c](I) como está escrito(J), con el número diario de holocaustos, conforme a lo prescrito para cada día(K); y después ofrecieron el holocausto continuo(L), y los de las lunas nuevas, los de todas las fiestas señaladas del Señor que habían sido consagradas, y los de todos aquellos que ofrecían una ofrenda voluntaria al Señor(M). Desde el primer día del mes séptimo comenzaron a ofrecer holocaustos al Señor, pero los cimientos del templo del Señor no se habían echado todavía. Entonces dieron dinero a los canteros y a los carpinteros, y alimento, bebida y aceite a los sidonios y a los tirios(N) para que trajeran madera de cedro desde el Líbano por mar hasta[d] Jope(O), conforme al permiso que tenían de Ciro, rey de Persia(P). Y en el segundo año de su llegada a la casa de Dios en Jerusalén, en el mes segundo, Zorobabel, hijo de Salatiel, y Jesúa, hijo de Josadac, y los demás de sus hermanos los sacerdotes y los levitas(Q), y todos los que habían venido de la cautividad a Jerusalén, comenzaron la obra y designaron a los levitas de veinte años arriba para dirigir la obra de la casa del Señor(R). Entonces Jesúa con sus hijos y sus hermanos, Cadmiel con sus hijos, los hijos de Judá[e](S) y los hijos de Henadad con sus hijos y sus hermanos los levitas, se presentaron todos a una para dirigir a los obreros en la casa de Dios. 10 Cuando los albañiles terminaron de echar los cimientos del templo del Señor(T), se presentaron los sacerdotes[f] en sus vestiduras, con trompetas, y los levitas, hijos de Asaf, con címbalos, para alabar al Señor conforme a las instrucciones[g] del rey David de Israel(U). 11 Y cantaban, alabando y dando gracias al Señor(V): Porque Él es bueno, porque para siempre es su misericordia sobre Israel(W). Y todo el pueblo aclamaba a gran voz alabando al Señor porque se habían echado los cimientos de la casa del Señor. 12 Pero muchos de los sacerdotes y levitas y jefes de casas paternas, los ancianos que habían visto el primer templo[h](X), cuando se echaban los cimientos de este templo[i] delante de sus ojos, lloraban en alta voz mientras muchos daban gritos de alegría; 13 y el pueblo no podía distinguir entre el clamor de los gritos de alegría y el clamor del llanto del pueblo, porque el pueblo gritaba en voz alta, y se oía el clamor desde lejos.

Hechos 3

Curación de un cojo

Y cierto día Pedro y Juan(A) subían al templo a la hora novena[a], la de la oración(B). Y había un hombre, cojo desde su nacimiento[b](C), al que llevaban y ponían diariamente a la puerta(D) del templo llamada la Hermosa, para que pidiera limosna(E) a los que entraban al templo. Este, viendo a Pedro y a Juan(F) que iban a entrar al templo, les pedía limosna. Entonces Pedro, junto con Juan, fijando su vista(G) en él, le dijo: ¡Míranos! Y él los miró atentamente[c], esperando recibir algo de ellos. Pero Pedro dijo: No tengo plata ni oro, mas lo que tengo, te doy: en el nombre de Jesucristo el Nazareno(H), ¡anda[d]! Y asiéndolo de la mano derecha, lo levantó; al instante sus pies y tobillos cobraron fuerza, y de un salto[e] se puso en pie y andaba(I). Entró al templo con ellos caminando, saltando y alabando a Dios. Todo el pueblo lo vio andar y alabar a Dios(J), 10 y reconocieron que era el mismo que se sentaba a la puerta del templo, la Hermosa, a pedir limosna(K), y se llenaron de asombro y admiración por lo que le había sucedido.

Segundo sermón de Pedro

11 Y estando él asido de Pedro y de Juan(L), todo el pueblo, lleno de asombro, corrió al pórtico llamado de Salomón(M), donde ellos estaban. 12 Al ver esto Pedro, dijo al pueblo: Varones israelitas, ¿por qué os maravilláis de esto, o por qué nos miráis así, como si por nuestro propio poder o piedad le hubiéramos hecho andar? 13 El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob(N), el Dios de nuestros padres(O), ha glorificado a su siervo[f] Jesús(P), al que vosotros entregasteis(Q) y repudiasteis en presencia de Pilato(R), cuando este había resuelto ponerle en libertad(S). 14 Mas vosotros repudiasteis al Santo y Justo(T), y pedisteis que se os concediera un asesino(U), 15 y disteis muerte al Autor[g](V) de la vida, al que Dios resucitó de entre los muertos(W), de lo cual nosotros somos testigos(X). 16 Y por la fe en su nombre(Y), es el nombre de Jesús[h] lo que ha fortalecido a este hombre a quien veis y conocéis; y la fe que viene por medio de Él, le ha dado esta perfecta sanidad en presencia de todos vosotros. 17 Y ahora, hermanos, yo sé que obrasteis por ignorancia(Z), lo mismo que vuestros gobernantes(AA). 18 Pero Dios ha cumplido así lo que anunció de antemano(AB) por boca de todos los profetas: que su Cristo[i] debería padecer(AC). 19 Por tanto, arrepentíos(AD) y convertíos, para que vuestros pecados sean borrados, a fin de que tiempos de refrigerio vengan de la presencia del Señor(AE), 20 y Él envíe a Jesús, el Cristo[j] designado de antemano para vosotros, 21 a quien el cielo debe recibir[k](AF) hasta el día[l] de la restauración de todas las cosas(AG), acerca de lo cual Dios habló por boca de sus santos profetas desde tiempos antiguos(AH). 22 Moisés dijo: El Señor Dios os levantará un profeta como yo[m] de entre vuestros hermanos; a Él prestareis atención en todo cuanto os diga(AI). 23 Y sucederá que todo el que[n](AJ) no preste atención a aquel profeta, será totalmente destruido de entre el pueblo. 24 Y asimismo todos los profetas(AK) que han hablado desde Samuel y sus sucesores en adelante, también anunciaron estos días. 25 Vosotros sois los hijos de los profetas(AL) y del pacto que Dios hizo[o] con vuestros padres(AM), al decir a Abraham: Y en tu simiente serán benditas todas las familias de la tierra(AN). 26 Para vosotros en primer lugar(AO), Dios, habiendo resucitado(AP) a su Siervo[p], le ha enviado(AQ) para que os bendiga, a fin de apartar a cada uno de vosotros de vuestras iniquidades.

La Biblia de las Américas (LBLA)

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