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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
Version
Génesis 50

50 Entonces José se echó sobre la cara de su padre, lloró sobre él y lo besó. José mandó a sus servidores, los médicos, que embalsamaran a su padre, y los médicos embalsamaron a Israel. Cumplieron con él cuarenta días, tiempo que duraba el proceso de embalsamamiento, y los egipcios guardaron luto por él setenta días. Y pasados los días de su duelo, José habló a los de la casa del faraón diciendo:

—Si he hallado gracia ante sus ojos, por favor, hagan llegar a oídos del faraón lo siguiente: “Mi padre me hizo jurar diciendo: ‘He aquí, que yo voy a morir; en el sepulcro que cavé para mí en la tierra de Canaán, allí me sepultarás’. Permite, pues, que suba yo ahora, sepulte a mi padre y regrese”.

El faraón le respondió:

—Sube y sepulta a tu padre, como él te hizo jurar.

Entonces José subió a sepultar a su padre. Y con él subieron todos los servidores del faraón, los dignatarios de su corte y todos los dignatarios de la tierra de Egipto, toda la familia de José, sus hermanos y la familia de su padre. Solamente dejaron en la tierra de Gosén a sus niños, sus ovejas y sus vacas. Subieron también con él carros y gente de a caballo, formando un numeroso cortejo.

10 Llegaron hasta la era de Atad, que estaba al otro lado del Jordán, y allí tuvieron una lamentación grande y muy fuerte. José hizo duelo por su padre durante siete días.

11 Al ver los habitantes de la tierra, los cananeos, el duelo en la era de Atad, dijeron: “¡Grande es este duelo de los egipcios!”. Por eso fue llamado Abel-mizraim[a] el nombre de ese lugar, que está al otro lado del Jordán.

12 Hicieron, pues, sus hijos con él, según les había mandado Jacob. 13 Sus hijos lo llevaron a la tierra de Canaán y lo sepultaron en la cueva del campo de Macpela, frente a Mamre, la cual, junto con el campo, Abraham había comprado a Efrón el heteo, como una propiedad para sepultura.

José consuela a sus hermanos

14 Después que había sepultado a su padre, José volvió a Egipto junto con sus hermanos y todos los que fueron con él para sepultar a su padre. 15 Y viendo los hermanos de José que su padre había muerto, dijeron:

—Quizás José nos tenga rencor y nos devuelva todo el mal que le ocasionamos.

16 Y enviaron a decir a José:

—Tu padre nos mandó antes de su muerte que te dijéramos: 17 “Así dirán a José: ‘Por favor, perdona la maldad de tus hermanos y su pecado, porque te trataron mal’ ”. Por eso, te rogamos que perdones la maldad de los siervos del Dios de tu padre.

José lloró mientras le hablaban. 18 Entonces lloraron[b] también sus hermanos, y postrándose delante de él le dijeron:

—Aquí nos tienes como siervos tuyos.

19 Pero José les respondió:

—No teman. ¿Estoy yo acaso en el lugar de Dios? 20 Ustedes pensaron hacerme mal, pero Dios lo encaminó para bien, para hacer lo que vemos hoy: mantener con vida a un pueblo numeroso. 21 Ahora pues, no tengan miedo. Yo los sustentaré a ustedes y a sus hijos.

Así los confortó y les habló al corazón.

José muere en Egipto

22 José se quedó en Egipto con la familia de su padre. José vivió ciento diez años, 23 y vio José a los hijos de Efraín hasta la tercera generación. También cuando nacieron los hijos de Maquir hijo de Manasés fueron puestos sobre las rodillas de José.

24 Luego José dijo a sus hermanos:

—Yo voy a morir, pero Dios ciertamente los visitará con su favor y los hará subir de esta tierra a la tierra que juró dar a Abraham, a Isaac y a Jacob.

25 Entonces José hizo jurar a los hijos de Israel, diciendo:

—Ciertamente Dios vendrá en su ayuda; entonces ustedes harán llevar de aquí mis restos.

26 José murió a la edad de ciento diez años, y lo embalsamaron y lo pusieron en un ataúd en Egipto.

Lucas 3

Ministerio de Juan el Bautista

En el año quince del gobierno de Tiberio César, siendo Poncio Pilato procurador de Judea, Herodes tetrarca de Galilea, su hermano Felipe tetrarca de las regiones de Iturea y de Traconite, y Lisanias tetrarca de Abilinia; en tiempo de los sumos sacerdotes Anás y Caifás, vino palabra de Dios a Juan, hijo de Zacarías, en el desierto. Entonces él anduvo por toda la región alrededor del Jordán predicando el bautismo del arrepentimiento para perdón de pecados, como está escrito en el libro de las palabras del profeta Isaías, que dice:

Voz del que proclama en el desierto: “Preparen el camino del Señor;

enderecen sus sendas.

Todo valle será rellenado,

y toda montaña y colina serán rebajadas. Los senderos torcidos serán enderezados;

y los caminos ásperos, allanados;

y toda carne verá la salvación de Dios”[a].

Juan, pues, decía a las multitudes que salían para ser bautizadas por él:

—¡Generación de víboras! ¿Quién les enseñó a huir de la ira venidera? Produzcan, pues, frutos dignos de arrepentimiento y no comiencen a decir dentro de ustedes mismos: “A Abraham tenemos por padre”. Porque les digo que aun de estas piedras Dios puede levantar hijos a Abraham. También, el hacha ya está puesta a la raíz de los árboles. Por lo tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado al fuego.

10 Las multitudes le preguntaban diciendo:

—Pues, ¿qué haremos?

11 Respondiendo les decía:

—El que tiene dos túnicas dé al que no tiene, y el que tiene comida haga lo mismo.

12 También fueron unos publicanos para ser bautizados y le preguntaron:

—Maestro, ¿qué haremos?

13 Él les decía:

—No cobren más de lo que les está ordenado.

14 También unos soldados le preguntaban diciendo:

—Y nosotros, ¿qué haremos?

Él les dijo:

—No hagan extorsión ni denuncien falsamente a nadie, y conténtense con sus salarios.

15 Como el pueblo estaba a la expectativa, y todos especulaban en su corazón si acaso Juan sería el Cristo, 16 Juan respondió a todos diciendo:

—Yo, a la verdad, les bautizo en agua. Pero viene el que es más poderoso que yo, de quien no soy digno de desatar la correa de su calzado. Él les bautizará en el Espíritu Santo y fuego. 17 Su aventador está en su mano para limpiar su era y juntar el trigo en su granero, pero quemará la paja en el fuego que nunca se apagará.

18 Así que, exhortando con estas y otras muchas cosas, anunciaba las buenas noticias al pueblo.

19 Pero el tetrarca Herodes, cuando fue reprendido por Juan respecto de Herodía, la mujer de su hermano[b], y de todas las maldades que Herodes había hecho, 20 añadió a todo también esto: Encerró a Juan en la cárcel.

El bautismo de Jesús

21 Aconteció que, en el tiempo en que todo el pueblo era bautizado, también Jesús fue bautizado. Y mientras oraba, el cielo fue abierto 22 y el Espíritu Santo descendió sobre él en forma corporal, como paloma. Luego vino una voz del cielo: “Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia”[c].

Genealogía de Jesús

23 Al comenzar su ministerio, Jesús tenía como treinta años. Él era (según se creía) hijo de José,

24 hijo de Elí, hijo de Matat,

hijo de Leví, hijo de Melqui,

hijo de Jana, hijo de José,

25 hijo de Matatías, hijo de Amós, hijo de Nahúm, hijo de Esli,

26 hijo de Nagai, hijo de Maat,

hijo de Matatías, hijo de Semei, hijo de José, hijo de Judá,

27 hijo de Joanán, hijo de Resa, hijo de Zorobabel, hijo de Salatiel,

28 hijo de Neri, hijo de Melqui,

hijo de Adi, hijo de Cosam,

hijo de Elmodam, hijo de Er,

29 hijo de Josué, hijo de Eliezer, hijo de Jorim, hijo de Matat,

30 hijo de Leví, hijo de Simeón, hijo de Judá, hijo de José,

hijo de Jonán, hijo de Eliaquim,

31 hijo de Melea, hijo de Mainán, hijo de Matata, hijo de Natán,

32 hijo de David, hijo de Isaí,

hijo de Obed, hijo de Boaz,

hijo de Salá[d], hijo de Najsón,

33 hijo de Aminadab, hijo de Admín[e], hijo de Arní, hijo de Hesrón, hijo de Fares, hijo de Judá,

34 hijo de Jacob, hijo de Isaac,

hijo de Abraham, hijo de Taré,

35 hijo de Nacor, hijo de Serug, hijo de Ragau, hijo de Peleg, hijo de Heber, hijo de Sélaj,

36 hijo de Cainán, hijo de Arfaxad, hijo de Sem, hijo de Noé,

37 hijo de Lamec, hijo de Matusalén, hijo de Enoc, hijo de Jared,

hijo de Mahalaleel, hijo de Cainán,

38 hijo de Enós, hijo de Set,

hijo de Adán, hijo de Dios.

Job 16-17

Job responde a Elifaz

16 Entonces respondió Job y dijo:


—He oído muchas cosas como estas;
consoladores gravosos son
todos ustedes.
¿Habrá fin para las palabras vacías? ¿Qué te incita a responder?
Yo también podría hablar como ustedes. Si su alma estuviera en lugar de la mía, yo también podría componer discursos contra ustedes,
y por ustedes sacudiría mi cabeza.
Los alentaría con mi boca,
y el movimiento de mis labios traería alivio.
»Pero si hablo,
mi dolor no tiene alivio;
y si dejo de hablar,
¿qué se ha de ir de mí?
Pero ahora Dios me tiene agobiado. Ha desolado toda mi compañía
y me ha llenado de arrugas.
Mi debilidad responde en mi propia cara;
ha venido a ser testigo
y se ha levantado contra mí.
Su furor me ha despedazado pues me aborrece;
contra mí hace crujir sus dientes. Mi adversario aguza su mirada contra mí.
10 Contra mí han abierto su boca; con afrenta han golpeado mis mejillas. A una se han juntado contra mí.
11 Dios me ha entregado a los perversos; me ha empujado a las manos de los impíos.
12 Yo estaba tranquilo pero él me sacudió; me tomó por el cuello y me despedazó. Él me ha puesto por blanco suyo;
13 sus arqueros me han rodeado. Atraviesa mis riñones sin compasión
y derrama por tierra mi hiel.
14 Abre en mí brecha tras brecha; contra mí arremete como un guerrero.
15 »He cosido cilicio sobre mi piel
y he hundido mi fuerza en el polvo.
16 Mi rostro está enrojecido con el llanto,
y sobre mis párpados hay
densa oscuridad
17 a pesar de no haber violencia en mis manos
y de ser pura mi oración.
18 »¡Oh tierra, no encubras mi sangre! ¡Que no haya lugar para mi clamor!
19 He aquí que también ahora
mi testigo está en los cielos;
en las alturas está mi defensor.
20 Mis amigos me escarnecen;
mis ojos derraman lágrimas ante Dios.
21 ¡Oh, si alguien llevara la causa
de un hombre ante Dios
como entre[a] el hombre y su prójimo!
22 Porque los pocos años se van,
y yo iré por el camino sin retorno.

17 »Mi espíritu está atribulado; mis días se extinguen.

El sepulcro está preparado para mí.
No hay conmigo sino burladores,
y mis ojos contemplan su hostilidad.
Por favor, deposita contigo una fianza para mí.
¿Quién me estrechará la mano?
Porque has cerrado su corazón al entendimiento;
por tanto, no los enaltecerás.
Los que por recompensa denuncian
a sus amigos,
aun los ojos de sus hijos desfallecerán.
»Él me ha expuesto como refrán a los pueblos;
ante ellos soy uno a quien escupen en la cara.
Mis ojos se han debilitado por la angustia;
todos mis miembros son como una sombra.
Los rectos se asombrarán de esto,
y el inocente se levantará contra
el impío.
Pero el justo se aferrará a su camino,
y el limpio de manos aumentará sus fuerzas.
10 No obstante, vuelvan todos ustedes[b]; vengan, por favor.
Pero entre ustedes no hallaré ningún sabio.
11 »Han pasado mis días;
se han deshecho mis planes.
¡Aun los deseos de mi corazón!
12 Ellos convierten la noche en día: “La luz está cerca de las tinieblas”.
13 Aunque espere, el Seol será mi casa; tenderé mi cama en las tinieblas.
14 A la fosa digo: “Tú eres mi padre”,
y a los gusanos: “Mi madre y mi hermana”.
15 ¿Dónde está, entonces, mi esperanza?
Y mi bien[c], ¿quién lo verá?
16 Descenderán al poder del Seol, pues juntos bajaremos hasta el polvo.

1 Corintios 4

Contra los que causan disensiones

Que todo hombre nos considere como servidores de Cristo y mayordomos de los misterios de Dios. Ahora bien, lo que se requiere de los mayordomos es que cada uno sea hallado fiel. Para mí es poca cosa el ser juzgado por ustedes o por cualquier tribunal humano; pues ni siquiera yo me juzgo a mí mismo. No tengo conocimiento de nada en contra mía, pero no por eso he sido justificado; pues el que me juzga es el Señor. Así que, no juzguen nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, quien a la vez sacará a la luz las cosas ocultas de las tinieblas y hará evidentes las intenciones de los corazones. Entonces tendrá cada uno alabanza de parte de Dios.

Hermanos, todo esto lo he aplicado a mí y a Apolos como ejemplo por causa de ustedes, para que aprendan en nosotros a no pasar[a] más allá de lo que está escrito, y para que no estén inflados de soberbia, favoreciendo al uno contra el otro. Pues, ¿quién te concede alguna distinción? ¿Qué tienes que no hayas recibido? Y si lo recibiste, ¿por qué te jactas como si no lo hubieras recibido? Ya están saciados; ya se enriquecieron; sin nosotros llegaron a reinar. ¡Ojalá reinaran, para que nosotros reináramos también con ustedes! Porque considero que a nosotros, los apóstoles, Dios nos ha exhibido en último lugar, como a condenados a muerte; porque hemos llegado a ser espectáculo para el mundo, para los ángeles y para los hombres. 10 Nosotros somos insensatos por causa de Cristo; ustedes son sensatos en Cristo. Nosotros somos débiles; ustedes fuertes. Ustedes son distinguidos, pero nosotros despreciados. 11 Hasta la hora presente sufrimos hambre y sed, nos falta ropa, andamos heridos de golpes y sin dónde morar. 12 Nos fatigamos trabajando con nuestras propias manos. Cuando somos insultados, bendecimos; cuando somos perseguidos, lo soportamos; 13 cuando somos difamados, procuramos ser amistosos. Hemos venido a ser hasta ahora como el desperdicio del mundo, el desecho de todos.

14 No les escribo esto para avergonzarlos, sino para amonestarlos como a mis hijos amados. 15 Pues aunque tengan diez mil tutores en Cristo, no tienen muchos padres; porque en Cristo Jesús yo los engendré por medio del evangelio. 16 Por tanto, los exhorto a que sean imitadores de mí. 17 Por esto, les he enviado a Timoteo, quien es mi hijo amado y fiel en el Señor, el cual les hará recordar mi proceder en Cristo Jesús, tal como lo enseño por todas partes en todas las iglesias.

18 Pero algunos se han inflado de soberbia, como si yo nunca hubiera de ir a ustedes. 19 Pero iré pronto a ustedes, si el Señor quiere, y llegaré a conocer, ya no las palabras de aquellos inflados, sino su poder. 20 Porque el reino de Dios no consiste en palabras, sino en poder. 21 ¿Qué quieren? ¿Que vaya a ustedes con un palo, o con amor y en espíritu de mansedumbre?

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

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