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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
Version
Génesis 40

José interpreta sueños en la cárcel

40 Aconteció después de estas cosas que el copero y el panadero del rey de Egipto ofendieron a su señor, el rey de Egipto. El faraón se enfureció contra sus dos funcionarios, el jefe de los coperos y el jefe de los panaderos, y los puso bajo custodia en la casa del capitán de la guardia, en la cárcel donde José estaba preso. El capitán de la guardia se los encargó a José, y él les servía.

Estuvieron algunos días bajo custodia. Y en una misma noche ambos, el copero y el panadero del rey de Egipto que estaban presos en la cárcel, tuvieron un sueño; cada uno su propio sueño, y cada sueño con su propia interpretación.

Por la mañana José vino a ellos y los vio, y he aquí que ellos estaban tristes. Preguntó a los funcionarios del faraón que estaban con él bajo custodia en la casa de su señor, diciendo:

—¿Por qué hoy están tristes sus caras?

Ellos le dijeron:

—Hemos tenido un sueño, y no hay quien nos lo interprete.

Entonces José les dijo:

—¿Acaso no son de Dios las interpretaciones? Cuéntenmelo, por favor.

Entonces el jefe de los coperos contó su sueño a José, diciendo:

—En mi sueño veía delante de mí una vid. 10 En la vid había tres ramas. Parecía que ella brotaba, florecía y sus racimos de uvas maduraban. 11 La copa del faraón estaba en mi mano, y yo tomaba las uvas, las exprimía en la copa del faraón y ponía la copa en la mano del faraón.

12 Y José le respondió:

—Esta es su interpretación: Las tres ramas son tres días. 13 Dentro de tres días el faraón te hará levantar cabeza y te restituirá a tu puesto. Volverás a poner la copa en la mano del faraón, como solías hacerlo anteriormente, cuando eras su copero. 14 Pero cuando te vaya bien, acuérdate tú de mí. Por favor, actúa con misericordia para conmigo; haz mención de mí al faraón y hazme sacar de esta casa. 15 Porque yo fui secuestrado de la tierra de los hebreos, y nada he hecho aquí para que me pusieran en la cárcel.

16 Viendo el jefe de los panaderos que la interpretación había sido favorable, dijo a José:

—También yo soñaba que había tres cestas de pan blanco sobre mi cabeza. 17 En la cesta superior había toda clase de manjares de pastelería para el faraón, pero las aves se los comían de la cesta que estaba sobre mi cabeza.

18 Entonces José respondió:

—Esta es su interpretación: Las tres cestas son tres días. 19 Dentro de tres días el faraón quitará tu cabeza de encima de ti. Te hará colgar en la horca, y las aves comerán tus carnes.

20 Y sucedió que al tercer día fue el cumpleaños del faraón, y él dio un banquete a todos sus servidores. Entonces levantó la cabeza del jefe de los coperos y la cabeza del jefe de los panaderos, en medio de sus servidores. 21 Al jefe de los coperos lo restituyó en su cargo de copero, y este volvió a poner la copa en la mano del faraón. 22 Pero hizo ahorcar al jefe de los panaderos, como José les había interpretado. 23 Sin embargo, el jefe de los coperos no se acordó de José, sino que se olvidó de él.

Marcos 10

Una pregunta acerca del divorcio

10 Y levantándose de allí, fue a las regiones de Judea y de más allá del Jordán. Las multitudes volvieron a acudir a él, y de nuevo les enseñaba como él acostumbraba. Entonces se acercaron unos fariseos para probarle, y le preguntaron si era lícito al marido divorciarse de su mujer. Pero él respondió y les dijo:

—¿Qué les mandó Moisés?

Ellos dijeron:

—Moisés permitió escribir carta de divorcio y despedirla[a].

Pero Jesús les dijo:

—Ante la dureza de corazón de ustedes les escribió este mandamiento. Pero desde el principio de la creación, Dios los hizo hombre y mujer[b]. Por esta causa el hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer; y serán los dos una sola carne[c]. Así que, ya no son más dos sino una sola carne. Por tanto, lo que Dios ha unido no lo separe el hombre.

10 En casa sus discípulos volvieron a preguntarle acerca de esto. 11 Él les dijo:

—Cualquiera que se divorcia de su mujer y se casa con otra comete adulterio contra ella. 12 Y si la mujer se divorcia de su marido y se casa con otro comete adulterio.

Jesús bendice a los niños

13 Y le presentaban niños para que los tocara, pero los discípulos los reprendieron. 14 Al verlo, Jesús se indignó y les dijo: “Dejen a los niños venir a mí, y no los impidan porque de los tales es el reino de Dios. 15 De cierto les digo que cualquiera que no reciba el reino de Dios como un niño jamás entrará en él”. 16 Entonces, tomándolos en los brazos, puso las manos sobre ellos y los bendijo.

Jesús y el joven rico

17 Cuando salía para continuar su camino, un hombre vino corriendo, se puso de rodillas delante de él y le preguntó:

—Maestro bueno, ¿qué haré para obtener la vida eterna?

18 Pero Jesús le dijo:

—¿Por qué me llamas “bueno”? Ninguno es bueno, sino solo uno, Dios. 19 Tú conoces los mandamientos: No cometas homicidio, no cometas adulterio, no robes, no des falso testimonio, no defraudes, honra a tu padre y a tu madre[d].

20 Pero él le dijo:

—Maestro, todo esto he guardado desde mi juventud.

21 Entonces, al mirarlo Jesús, le amó y le dijo:

—Una cosa te falta: Anda, vende todo lo que tienes y dalo a los pobres; y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme.

22 Pero él, abatido por esta palabra, se fue triste porque tenía muchas posesiones.

El peligro de las riquezas

23 Entonces Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos:

—¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas!

24 Los discípulos se asombraron por sus palabras; pero Jesús, respondiendo de nuevo, les dijo:

—Hijitos, ¡cuán difícil es entrar en el reino de Dios![e]. 25 Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja que a un rico entrar en el reino de Dios.

26 Pero ellos quedaron aun más atónitos diciendo entre sí:

—¿Y quién podrá ser salvo?

27 Entonces Jesús, mirándolos, les dijo:

—Para los hombres es imposible pero no para Dios. Porque para Dios todas las cosas son posibles.

28 Pedro comenzó a decirle:

—He aquí, nosotros hemos dejado todo y te hemos seguido.

29 Jesús le dijo:

—De cierto les digo que no hay nadie que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o madre, o padre[f], o hijos, o campos, por causa de mí y del evangelio, 30 que no reciba cien veces más ahora en este tiempo: casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y campos, con persecuciones; y en la edad venidera, la vida eterna. 31 Pero muchos primeros serán los últimos, y los últimos, primeros.

Jesús anuncia su muerte y victoria

32 Iban por el camino subiendo a Jerusalén, y Jesús iba delante de ellos. Estaban asombrados, y los que lo seguían tenían miedo. Entonces, volviendo a tomar a los doce aparte, les comenzó a declarar las cosas que le estaban por acontecer:

33 —He aquí subimos a Jerusalén, y el Hijo del Hombre será entregado a los principales sacerdotes y a los escribas. Lo condenarán a muerte y lo entregarán a los gentiles. 34 Se burlarán de él, lo escupirán, lo azotarán y lo matarán; y después de tres días resucitará.

Petición de los hijos de Zebedeo

35 Entonces Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, se acercaron a él y le dijeron:

—Maestro, queremos que nos concedas lo que pidamos.

36 Él les dijo:

—¿Qué quieren que haga por ustedes?

37 Ellos dijeron:

—Concédenos que en tu gloria nos sentemos el uno a tu derecha y el otro a tu izquierda.

38 Entonces Jesús les dijo:

—No saben lo que piden. ¿Pueden beber la copa que yo bebo, o ser bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado?

39 Ellos dijeron:

—Podemos.

Y Jesús les dijo:

—Beberán la copa que yo bebo, y serán bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado. 40 Pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no es mío concederlo, sino que es para quienes está preparado.

41 Cuando lo oyeron los diez, comenzaron a enojarse con Jacobo y Juan. 42 Pero Jesús los llamó y les dijo:

—Ustedes saben que los que son tenidos por príncipes de los gentiles se enseñorean de ellos, y sus grandes ejercen autoridad sobre ellos. 43 Pero no es así entre ustedes. Más bien, cualquiera que anhele hacerse grande entre ustedes será su servidor, 44 y cualquiera que anhele ser el primero entre ustedes será siervo de todos. 45 Porque el Hijo del Hombre tampoco vino para ser servido sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos.

Jesús sana al ciego Bartimeo

46 Entonces llegaron a Jericó. Y cuando él iba saliendo de Jericó junto con sus discípulos y una gran multitud, el ciego Bartimeo, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino mendigando. 47 Y cuando oyó que era Jesús de Nazaret, comenzó a gritar diciendo:

—¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!

48 Muchos lo regañaban para que se callara, pero él gritaba aun más fuerte:

—¡Hijo de David, ten misericordia de mí!

49 Entonces Jesús se detuvo y mandó llamarle. Llamaron al ciego diciéndole:

—Ten confianza. Levántate. Él te llama.

50 Entonces él, tirando su manto, se levantó y fue a Jesús. 51 Y Jesús le respondió diciendo:

—¿Qué quieres que te haga?

El ciego le dijo:

—Rabí, que yo recobre la vista.

52 Jesús le dijo:

—Vete. Tu fe te ha salvado.

Al instante recobró la vista y seguía a Jesús en el camino.

Job 6

Job responde a Elifaz

Entonces respondió Job y dijo:


—¡Oh, si pudieran pesar mi angustia y pusiesen juntamente mi ruina en la balanza!
Ciertamente ahora pesarían más que la arena de los mares.
Por eso mis palabras han sido precipitadas;
porque las flechas del Todopoderoso
están en mí,
y mi espíritu bebe su veneno. Me combaten los terrores de parte
de Dios.

»¿Acaso rebuzna el asno montés junto
a la hierba?
¿Acaso muge el buey junto a su forraje?
¿Se comerá lo insípido sin sal? ¿Habrá gusto en la savia de la malva[a]?
Mi alma rehusaba tocarlos,
pero ellos son mi repugnante comida.
¡Quién hiciera que se cumpliese
mi petición,
y que Dios me concediese mi anhelo;
que Dios se dignara aplastarme; que descargara su mano y acabara conmigo!
10 Aun esto sería mi consuelo,
y saltaría de gozo en medio de mi dolor sin tregua:
el que no he negado las palabras del Santo.

11 »¿Qué fuerza tengo para seguir
esperando?
¿Qué meta tengo para alargar mi vida?
12 ¿Acaso mi fortaleza es como la fuerza de las piedras?
¿Acaso mi cuerpo es de bronce?
13 Ciertamente no tengo ayuda en
mí mismo,
y los recursos han sido alejados de mí.

14 »Un desesperado debe contar con la
lealtad de su amigo
aunque abandone el temor del Todopoderoso.
15 Pero mis hermanos me han
decepcionado como un torrente; han pasado como la corriente de los arroyos,
16 que son turbios por causa del deshielo
y en ellos desaparece la nieve.
17 En el tiempo del calor son silenciados,
y al calentarse desaparecen de su lugar.
18 Las caravanas se apartan de su ruta; desaparecen en el vacío y perecen.
19 Las caravanas de Temán ponen su mira en ellos;
en ellos esperan los viajeros de Saba.
20 Pero son confundidos por haber confiado;
cuando llegan a ellos, quedan defraudados.

21 »Ciertamente, ahora han llegado a ser así;
han visto el horror y tienen miedo.
22 ¿Acaso les he dicho: “Tráiganme algo”, o: “De sus recursos ofrezcan algo
en mi favor”,
23 o: “Líbrenme de la mano del enemigo”, o: “Rescátenme de la mano de los violentos”?
24 Enséñenme, y yo me callaré; háganme entender en qué he errado.
25 ¡Cuán fuertes son las palabras de rectitud!
Pero ustedes, ¿qué es lo que pretenden reprender?
26 ¿Piensan reprender las palabras
y los dichos de un desesperado como si fueran viento?
27 Ustedes serían capaces de rifar a
un huérfano
y de especular sobre su amigo.
28 Ahora, pues, dígnense prestarme atención,
pues ciertamente no les mentiré
en la cara.
29 Por favor, desistan, y que no haya
iniquidad.
Sí, desistan, pues está en juego mi reivindicación.
30 ¿Acaso hay iniquidad en mi lengua? ¿Acaso mi paladar no puede discernir las calamidades?

Romanos 10

10 Hermanos, el deseo de mi corazón, y mi oración a Dios por Israel es para salvación. Porque yo les doy testimonio de que tienen celo por Dios, pero no de acuerdo con un conocimiento pleno. Pues, ignorando la justicia de Dios y procurando establecer su propia justicia, no se han sujetado a la justicia de Dios. Porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree.

Salvación para todos los hombres

Moisés escribe de la justicia que es por la ley: El hombre que haga estas cosas vivirá por ellas[a]. Pero la justicia que es por la fe dice así: No digas en tu corazón, “¿Quién subirá al cielo?”[b] (esto es, para hacer descender a Cristo) ni “¿Quién descenderá al abismo?”[c] (esto es, para hacer subir a Cristo de entre los muertos). Más bien, ¿qué dice?: Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón[d].

Esta es la palabra de fe que predicamos: que si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y si crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo. 10 Porque con el corazón se cree para justicia, y con la boca se hace confesión para salvación. 11 Porque la Escritura dice: Todo aquel que cree en él no será avergonzado[e]. 12 Porque no hay distinción entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos es rico para con todos los que lo invocan. 13 Porque todo aquel que invoque el nombre del Señor será salvo[f].

14 ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán a aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? 15 ¿Y cómo predicarán sin que sean enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian el evangelio de las cosas buenas![g].

16 Pero no todos obedecieron el evangelio, porque Isaías dice: Señor, ¿quién ha creído a nuestro mensaje?[h]. 17 Por esto, la fe es por el oír, y el oír por la palabra de Cristo[i].

La desobediencia de Israel

18 Pero pregunto: ¿Acaso no oyeron? ¡Claro que sí!

Por toda la tierra ha salido la voz de ellos;

y hasta los confines del mundo, sus palabras[j].

19 Pero pregunto: ¿Acaso no comprendió Israel? Moisés fue el primero en decir:

Yo les provocaré a celos

con un pueblo que no es mío;

con una nación sin entendimiento

les provocaré a enojo[k].

20 También Isaías se atreve a decir:

Fui hallado entre los que no me buscaban; me manifesté a los que no preguntaban por mí[l].

21 Pero acerca de Israel dice: Todo el día extendí mis manos a un pueblo desobediente y rebelde[m].

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

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