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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
Version
2 Reyes 25

25 Y aconteció el diez del mes décimoa del noveno año de su reinado que Nabucodonosor, rey de Babilonia, vino con todo su ejército contra Jerusalén. Luego acamparon contra ella y construyeron muros de asedio contra ella en derredor.

La ciudad estuvo sitiada hasta el año once del rey Sedequías. En el noveno día del mes cuarto[a] prevaleció el hambre en la ciudad, y no había alimentos para el pueblo de la tierra.

Entonces se abrió una brecha en la ciudad, y huyeron de noche el rey[b] y todos los hombres de guerra por el camino de la puerta que estaba entre los dos muros, junto al jardín del rey, mientras los caldeos estaban junto y alrededor de la ciudad. Se dirigieron[c] hacia el Arabá, pero el ejército de los caldeos persiguió al rey y lo alcanzó en las llanuras de Jericó; y todo su ejército fue dispersado de su lado.

Entonces prendieron al rey y lo llevaron ante el rey de Babilonia, en Ribla, y este pronunció[d] sentencia contra aquel. Degollaron a los hijos de Sedequías en su presencia. Y a Sedequías le sacó los ojos, lo aprisionó con cadenas de bronce y lo hizo llevar a Babilonia.

El séptimo[e] día del mes quinto[f] del año diecinueve de Nabucodonosor, rey de Babilonia, vino a Jerusalén Nabuzaradán, capitán de la guardia, servidor del rey de Babilonia. Incendió la casa del SEÑOR, la casa del rey y todas las casas de Jerusalén; incendió todo edificio grande. 10 Todo el ejército de los caldeos que estaba con el capitán de la guardia demolió los muros alrededor de Jerusalén.

11 Nabuzaradán, capitán de la guardia, hizo llevar cautivo al resto del pueblo que había quedado en la ciudad, a los desertores que se habían pasado al rey de Babilonia y al resto de la gente. 12 Sin embargo, el capitán de la guardia hizo quedar una parte de la gente más pobre de la tierra, como viñadores y labradores.

13 Los caldeos destrozaron las columnas de bronce que estaban en la casa del SEÑOR, así como las bases de las pilas móviles y la fuente de bronce que estaban en la casa del SEÑOR; y se llevaron el bronce a Babilonia. 14 También se llevaron las ollas, las palas, las despabiladeras, los cucharones y todos los utensilios de bronce con que servían. 15 El capitán de la guardia se llevó también los incensarios y los tazones para la aspersión, tanto los de oro como los de plata.

16 En cuanto a las dos columnas, la fuente y las bases de las pilas móviles que Salomón había hecho para la casa del SEÑOR, no hubo manera de pesar el bronce de todos estos objetos. 17 La altura de cada columna era de ocho metros. Encima tenían un capitel de bronce de un metro y medio de alto y alrededor, sobre el capitel, había una red y granadas, todo de bronce. La segunda columna tenía una labor igual, con la red.

18 El capitán de la guardia tomó también a Seraías, el sacerdote principal; a Sofonías, el segundo sacerdote; y a tres guardias de la puerta. 19 Y de la ciudad tomó a un funcionario que estaba encargado de los hombres de guerra; a cinco hombres de los más íntimos del rey que se hallaban en la ciudad y al escriba principal de la milicia, quien reclutaba al pueblo de la tierra, y a sesenta hombres del pueblo de la tierra que se hallaban en la ciudad. 20 Nabuzaradán, capitán de la guardia, los tomó y los llevó ante el rey de Babilonia, en Ribla. 21 El rey de Babilonia los hirió y los mató en Ribla, en la tierra de Hamat. Así fue llevado cautivo Judá lejos de su tierra.

Gedalías es asesinado

22 Sobre la gente que Nabucodonosor, rey de Babilonia, había dejado en la tierra de Judá, el rey puso a Gedalías hijo de Ajicam, hijo de Safán. 23 Todos los jefes de los soldados, ellos y sus hombres (Ismael hijo de Netanías, Johanán hijo de Carea, Seraías hijo de Tanjumet, de Netofa, y Jazanías hijo de cierto hombre de Maaca) se enteraron de que el rey de Babilonia había puesto por gobernador a Gedalías. Ellos y sus hombres fueron a él en Mizpa. 24 Entonces Gedalías les juró a ellos y a sus hombres, diciéndoles: “No tengan temor a los servidores de los caldeos. Habiten en la tierra y sirvan al rey de Babilonia, y les irá bien”.

25 Pero aconteció en el mes séptimo[g] que Ismael hijo de Netanías, hijo de Elisama, de la descendencia real, fue con diez hombres, e hirieron y dieron muerte a Gedalías y a los judíos y caldeos que estaban con él en Mizpa. 26 Entonces todo el pueblo se levantó, desde el menor hasta el mayor, con los jefes de los soldados, y se fueron a Egipto, porque tenían temor a los caldeos.

Evil-merodac honra a Joaquín

27 Aconteció el veintisiete del mes duodécimo[h] del año treinta y siete de la cautividad de Joaquín, rey de Judá, que Evil-merodac, rey de Babilonia, en el primer año de su reinado, indultó a Joaquín, rey de Judá, y lo sacó de la cárcel. 28 Habló con Joaquín amigablemente y puso su sitial más alto que los sitiales de los reyes que estaban con él en Babilonia. 29 Cambió su ropa de prisión, y Joaquín comía en la presencia del rey siempre, todos los días de su vida. 30 En cuanto a su ración, le fue dada una ración continua de parte del rey, cada cosa en su día, todos los días de su vida.

Hebreos 7

El sacerdocio de Melquisedec

Porque este Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo, salió al encuentro de Abraham que volvía de derrotar a los reyes, y lo bendijo. Asimismo, le dio Abraham los diezmos de todo[a]. En primer lugar, su nombre significa “rey de justicia”; y también era rey de Salem, que significa “rey de paz”. Sin padre ni madre ni genealogía, no tiene principio de días ni fin de vida; y en esto se asemeja al Hijo de Dios: en que permanece sacerdote para siempre.

Miren, pues, cuán grande fue aquel a quien aun el patriarca Abraham le dio los diezmos del botín. Ciertamente, aquellos descendientes de Leví que han recibido el sacerdocio tienen, según la ley, mandamiento de recibir los diezmos del pueblo, es decir, de sus hermanos, aunque ellos también son descendientes de Abraham. Pero aquel, cuya genealogía no es contada entre ellos, recibió los diezmos de Abraham y bendijo al que tenía las promesas. Indiscutiblemente, el que es menor es bendecido por el mayor. Aquí hombres que mueren reciben los diezmos, mientras que allí los recibe aquel acerca de quien se ha dado testimonio de que vive. Y por decirlo así, en la persona de Abraham también Leví, el que recibe los diezmos, dio el diezmo. 10 Porque él todavía estaba en el cuerpo de su padre cuando Melquisedec le salió al encuentro.

11 Ahora bien, si fuera posible lograr la perfección por medio del sacerdocio levítico (porque bajo este el pueblo ha recibido la ley), ¿qué necesidad habría aún de que se levantase otro sacerdote según el orden de Melquisedec, y que no fuese llamado según el orden de Aarón? 12 Porque de haber cambio de sacerdocio, es necesario que también se haga cambio de ley. 13 Pues aquel de quien se dice esto es de otra tribu de la cual nadie ha servido en el altar. 14 Porque es evidente que nuestro Señor nació de la tribu de Judá, sobre la cual Moisés no dijo nada en cuanto al sacerdocio. 15 Esto es aún más evidente si otro sacerdote se levanta a la semejanza de Melquisedec, 16 quien no ha sido constituido conforme al mandamiento de la ley acerca del linaje carnal sino según el poder de una vida indestructible. 17 Pues de él se da este testimonio:

Tú eres sacerdote para siempre

según el orden de Melquisedec[b].

18 A la verdad, el mandamiento anterior fue abrogado por ser ineficaz e inútil, 19 porque la ley no perfeccionó nada. Sin embargo, se introduce una esperanza superior por la cual nos acercamos a Dios. 20 Y esto no fue hecho sin juramento. 21 Los otros fueron hechos sacerdotes sin juramento, mientras que este lo fue por el juramento del que le dijo:

Juró el Señor y no se arrepentirá: “Tú eres sacerdote para siempre”[c].

Jesús, sacerdote del pacto superior

22 De igual manera, Jesús ha sido hecho fiador de un pacto superior. 23 A la verdad, muchos fueron hechos sacerdotes porque, debido a la muerte, no podían permanecer. 24 Pero este, porque permanece para siempre, tiene un sacerdocio perpetuo. 25 Por esto también puede salvar por completo a los que por medio de él se acercan a Dios, puesto que vive para siempre para interceder por ellos.

26 Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, puro, apartado de los pecadores y exaltado más allá de los cielos. 27 Él no tiene cada día la necesidad, como los otros sumos sacerdotes, de ofrecer sacrificios, primero por sus propios pecados y luego por los del pueblo, porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo. 28 La ley constituye como sumos sacerdotes a hombres débiles; pero la palabra del juramento, posterior a la ley, constituyó al Hijo, hecho perfecto para siempre.

Amós 1

Las palabras de Amós, uno de los pastores de Tecoa, sobre lo que vio acerca de Israel en los días de Uzías rey de Judá, y en los días de Jeroboam, hijo de Joás, rey de Israel, dos años antes del terremoto. Dijo Amós: “¡El SEÑOR ruge desde Sion y da su voz desde Jerusalén! Se enlutan los prados de los pastores y se seca la cumbre del Carmelo”.

Juicios contra las naciones vecinas

Así ha dicho el SEÑOR: “Por tres pecados de Damasco, y por cuatro, no revocaré su castigo. Porque trillaron a Galaad con trillos de hierro, enviaré fuego a la casa de Hazael, el cual devorará los palacios de Ben-hadad. Romperé los cerrojos de Damasco, exterminaré a los habitantes del valle de Avén y al que porta el cetro en Bet-edén. Y el pueblo de Siria será llevado cautivo a Quir”, ha dicho el SEÑOR.

Así ha dicho el SEÑOR: “Por tres pecados de Gaza, y por cuatro, no revocaré su castigo. Porque llevó cautivo a todo un pueblo para entregarlo a Edom, enviaré fuego al muro de Gaza, el cual devorará sus palacios. Exterminaré a los habitantes de Asdod y al que porta el cetro en Ascalón. Volveré mi mano contra Ecrón y perecerán los sobrevivientes de Filistea”, ha dicho el SEÑOR Dios[a].

Así ha dicho el SEÑOR: “Por tres pecados de Tiro, y por cuatro, no revocaré su castigo. Porque entregaron cautivo a todo un pueblo a Edom y no se acordaron del pacto de sus hermanos, 10 enviaré fuego al muro de Tiro, el cual devorará sus palacios”.

11 Así ha dicho el SEÑOR: “Por tres pecados de Edom, y por cuatro, no revocaré su castigo. Porque persiguió con espada a su hermano y suprimió su compasión, y porque en su furor siempre ha destrozado y ha guardado continuamente el rencor, 12 enviaré fuego a Temán, el cual devorará los palacios de Bosra”.

13 Así ha dicho el SEÑOR: “Por tres pecados de los hijos de Amón, y por cuatro, no revocaré su castigo. Porque para ensanchar su territorio reventaron a las mujeres de Galaad que estaban embarazadas, 14 prenderé fuego en el muro de Rabá, el cual devorará sus palacios con clamor en el día de la batalla y con tormenta en el día de la tempestad. 15 Su rey irá al cautiverio, él y todos sus principales”, ha dicho el SEÑOR.

Salmos 144

Oración por victoria y prosperidad

144 Salmo de David.

Bendito sea el SEÑOR, mi roca,
quien adiestra mis manos para la batalla y mis dedos para la guerra.
Misericordia mía y castillo mío;
mi refugio y mi libertador;
mi escudo en quien he confiado;
el que sujeta los pueblos[a] debajo de mí.
Oh SEÑOR, ¿qué es el hombre para que pienses en él?
¿Qué es el hijo del hombre para que
lo estimes?
El hombre es semejante a un soplo; sus días son como la sombra que pasa.
Oh SEÑOR, inclina tus cielos y desciende; toca las montañas y humeen.
Despide relámpagos y dispérsalos; envía flechas y túrbalos.
Extiende tu mano desde lo alto, rescátame y líbrame de las
aguas caudalosas,
de la mano de los hombres extranjeros
cuya boca habla vanidad
y cuya derecha es mano de mentira.
Oh Dios, a ti cantaré un cántico nuevo; te cantaré con arpa de diez cuerdas.
10 Tú eres el que da victoria a los reyes,
el que rescata a su siervo David
de la maligna espada.
11 Rescátame y líbrame
de la mano de los hombres extranjeros cuya boca habla vanidad
y cuya derecha es mano de mentira.
12 Nuestros hijos sean como plantas crecidas en su juventud,
y nuestras hijas como columnas labradas de las esquinas de un palacio.
13 Nuestros graneros estén llenos, proveyendo toda clase de grano; nuestros rebaños se multipliquen en nuestros campos
por millares y decenas de millares,
14 y nuestras vacas estén cargadas de crías. ¡Que no haya muerte ni aborto
ni gemido en nuestras plazas!
15 Bienaventurado el pueblo al cual así
le sucede.
¡Bienaventurado el pueblo cuyo Dios es el SEÑOR!

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

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