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Chronological

Read the Bible in the chronological order in which its stories and events occurred.
Duration: 365 days
Nueva Traducción Viviente (NTV)
Version
Mateo 16

Los líderes demandan una señal milagrosa

16 Cierto día, los fariseos y saduceos se acercaron a Jesús para ponerlo a prueba, exigiéndole que les mostrara una señal milagrosa del cielo para demostrar su autoridad.

Él respondió: «Ustedes conocen el dicho: “Si el cielo está rojo por la noche, mañana habrá buen clima; si el cielo está rojo por la mañana, habrá mal clima todo el día”. Saben interpretar las señales del clima en los cielos, pero no saben interpretar las señales de los tiempos.[a] Solo una generación malvada y adúltera reclamaría una señal milagrosa, pero la única señal que les daré es la del profeta Jonás[b]». Luego Jesús los dejó y se fue.

La levadura de los fariseos y de los saduceos

Más tarde, cuando ya habían cruzado al otro lado del lago, los discípulos descubrieron que se habían olvidado de llevar pan. «¡Atención!—les advirtió Jesús—. Tengan cuidado con la levadura de los fariseos y con la de los saduceos».

Al oír esto, comenzaron a discutir entre sí pues no habían traído nada de pan. Jesús supo lo que hablaban, así que les dijo: «¡Tienen tan poca fe! ¿Por qué discuten los unos con los otros por no tener pan? ¿Todavía no entienden? ¿No recuerdan los cinco mil que alimenté con cinco panes y las canastas con sobras que recogieron? 10 ¿Ni los cuatro mil que alimenté con siete panes ni las grandes canastas con sobras que recogieron? 11 ¿Por qué no pueden entender que no hablo de pan? Una vez más les digo: “Tengan cuidado con la levadura de los fariseos y de los saduceos”».

12 Entonces, al fin, comprendieron que no les hablaba de la levadura del pan, sino de las enseñanzas engañosas de los fariseos y de los saduceos.

Declaración de Pedro acerca de Jesús

13 Cuando Jesús llegó a la región de Cesarea de Filipo, les preguntó a sus discípulos:

—¿Quién dice la gente que es el Hijo del Hombre[c] ?

14 —Bueno—contestaron—, algunos dicen Juan el Bautista, otros dicen Elías, y otros dicen Jeremías o algún otro profeta.

15 Entonces les preguntó:

—Y ustedes, ¿quién dicen que soy?

16 Simón Pedro contestó:

—Tú eres el Mesías,[d] el Hijo del Dios viviente.

17 Jesús respondió:

—Bendito eres, Simón hijo de Juan,[e] porque mi Padre que está en el cielo te lo ha revelado. No lo aprendiste de ningún ser humano. 18 Ahora te digo que tú eres Pedro (que significa “roca”)[f], y sobre esta roca edificaré mi iglesia, y el poder de la muerte no la conquistará.[g] 19 Y te daré las llaves del reino del cielo. Todo lo que prohíbas[h] en la tierra será prohibido en el cielo, y todo lo que permitas[i] en la tierra será permitido en el cielo.

20 Luego advirtió severamente a los discípulos que no le contaran a nadie que él era el Mesías.

Jesús predice su muerte

21 A partir de entonces, Jesús[j] empezó a decir claramente a sus discípulos que era necesario que fuera a Jerusalén, y que sufriría muchas cosas terribles a manos de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los maestros de la ley religiosa. Lo matarían, pero al tercer día resucitaría.

22 Entonces Pedro lo llevó aparte y comenzó a reprenderlo[k] por decir semejantes cosas.

—¡Dios nos libre, Señor!—dijo—. Eso jamás te sucederá a ti.

23 Jesús se dirigió a Pedro y le dijo:

—¡Aléjate de mí, Satanás! Representas una trampa peligrosa para mí. Ves las cosas solamente desde el punto de vista humano, no desde el punto de vista de Dios.

24 Luego Jesús dijo a sus discípulos: «Si alguno de ustedes quiere ser mi seguidor, tiene que abandonar su propia manera de vivir, tomar su cruz y seguirme. 25 Si tratas de aferrarte a la vida, la perderás, pero si entregas tu vida por mi causa, la salvarás. 26 ¿Y qué beneficio obtienes si ganas el mundo entero pero pierdes tu propia alma[l]? ¿Hay algo que valga más que tu alma? 27 Pues el Hijo del Hombre vendrá con sus ángeles en la gloria de su Padre y juzgará a cada persona de acuerdo con sus acciones. 28 Les digo la verdad, algunos de los que están aquí ahora no morirán antes de ver al Hijo del Hombre llegar en su reino».

Marcos 8

Jesús alimenta a cuatro mil

En esos días, se reunió otra gran multitud, y de nuevo la gente quedó sin alimentos. Jesús llamó a sus discípulos y les dijo:

—Siento compasión por ellos. Han estado aquí conmigo durante tres días y no les queda nada para comer. Si los envío a sus casas con hambre, se desmayarán en el camino porque algunos han venido desde muy lejos.

Sus discípulos respondieron:

—¿Cómo vamos a conseguir comida suficiente para darles de comer aquí en el desierto?

—¿Cuánto pan tienen?—preguntó Jesús.

—Siete panes—contestaron ellos.

Entonces Jesús le dijo a la gente que se sentara en el suelo. Luego tomó los siete panes, dio gracias a Dios por ellos, los partió en trozos y se los dio a sus discípulos, quienes repartieron el pan entre la multitud. También encontraron unos pescaditos, así que Jesús los bendijo y pidió a sus discípulos que los repartieran.

Todos comieron cuanto quisieron. Después los discípulos recogieron siete canastas grandes con la comida que sobró. Ese día había unos cuatro mil hombres en la multitud, y Jesús los envió a sus casas luego de que comieron. 10 Inmediatamente después, subió a una barca con sus discípulos y cruzó a la región de Dalmanuta.

Los fariseos exigen una señal milagrosa

11 Cuando los fariseos oyeron que Jesús había llegado, se acercaron y comenzaron a discutir con él. Para ponerlo a prueba, exigieron que les mostrara una señal milagrosa del cielo que demostrara su autoridad.

12 Cuando Jesús oyó esto, suspiró profundamente en su espíritu y dijo: «¿Por qué esta gente sigue exigiendo una señal milagrosa? Les digo la verdad, no daré ninguna señal a esta generación». 13 Luego regresó a la barca y los dejó y cruzó al otro lado del lago.

La levadura de los fariseos y de Herodes

14 Pero los discípulos se habían olvidado de llevar comida y solo tenían un pan en la barca. 15 Mientras cruzaban el lago, Jesús les advirtió: «¡Atención! ¡Tengan cuidado con la levadura de los fariseos y con la de Herodes!».

16 Al oír esto, comenzaron a discutir entre sí, pues no habían traído nada de pan. 17 Jesús supo lo que hablaban, así que les dijo:

—¿Por qué discuten por no tener pan? ¿Todavía no saben ni entienden? ¿Tienen el corazón demasiado endurecido para comprenderlo? 18 “Tienen ojos, ¿y no pueden ver? Tienen oídos, ¿y no pueden oír?”[a] ¿No recuerdan nada en absoluto? 19 Cuando alimenté a los cinco mil con cinco panes, ¿cuántas canastas con sobras recogieron después?

—Doce—contestaron ellos.

20 —Y cuando alimenté a los cuatro mil con siete panes, ¿cuántas canastas grandes con sobras recogieron?

—Siete—dijeron.

21 —¿Todavía no entienden?—les preguntó.

Jesús sana a un ciego

22 Cuando llegaron a Betsaida, algunas personas llevaron a un hombre ciego ante Jesús y le suplicaron que lo tocara y lo sanara. 23 Jesús tomó al ciego de la mano y lo llevó fuera de la aldea. Luego escupió en los ojos del hombre, puso sus manos sobre él y le preguntó:

—¿Puedes ver algo ahora?

24 El hombre miró a su alrededor y dijo:

—Sí, veo a algunas personas, pero no puedo verlas con claridad; parecen árboles que caminan.

25 Entonces Jesús puso nuevamente sus manos sobre los ojos del hombre y fueron abiertos. Su vista fue totalmente restaurada y podía ver todo con claridad. 26 Jesús lo envió a su casa y le dijo:

—No pases por la aldea cuando regreses a tu casa.

Declaración de Pedro acerca de Jesús

27 Jesús y sus discípulos salieron de Galilea y fueron a las aldeas cerca de Cesarea de Filipo. Mientras caminaban, él les preguntó:

—¿Quién dice la gente que soy?

28 —Bueno—contestaron—, algunos dicen Juan el Bautista, otros dicen Elías, y otros dicen que eres uno de los otros profetas.

29 Entonces les preguntó:

—Y ustedes, ¿quién dicen que soy?

Pedro contestó:

—Tú eres el Mesías.[b]

30 Pero Jesús les advirtió que no le contaran a nadie acerca de él.

Jesús predice su muerte

31 Entonces Jesús comenzó a decirles que el Hijo del Hombre[c] tendría que sufrir muchas cosas terribles y ser rechazado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los maestros de la ley religiosa. Lo matarían, pero tres días después resucitaría. 32 Mientras hablaba abiertamente de eso con sus discípulos, Pedro lo llevó aparte y empezó a reprenderlo por decir semejantes cosas.[d]

33 Jesús se dio la vuelta, miró a sus discípulos y reprendió a Pedro: «¡Aléjate de mí, Satanás!—dijo—. Ves las cosas solamente desde el punto de vista humano, no del punto de vista de Dios».

34 Entonces llamó a la multitud para que se uniera a los discípulos, y dijo: «Si alguno de ustedes quiere ser mi seguidor, tiene que abandonar su propia manera de vivir, tomar su cruz y seguirme. 35 Si tratas de aferrarte a la vida, la perderás; pero si entregas tu vida por mi causa y por causa de la Buena Noticia, la salvarás. 36 ¿Y qué beneficio obtienes si ganas el mundo entero pero pierdes tu propia alma[e]? 37 ¿Hay algo que valga más que tu alma? 38 Si alguien se avergüenza de mí y de mi mensaje en estos días de adulterio y de pecado, el Hijo del Hombre se avergonzará de esa persona cuando regrese en la gloria de su Padre con sus santos ángeles».

Lucas 9:18-27

Declaración de Pedro acerca de Jesús

18 Cierto día, Jesús se alejó de las multitudes para orar a solas. Solo estaban con él sus discípulos, y les preguntó:

—¿Quién dice la gente que soy?

19 —Bueno—contestaron—, algunos dicen Juan el Bautista, otros dicen Elías, y otros dicen que eres uno de los otros antiguos profetas, que volvió de la muerte.

20 Entonces les preguntó:

—Y ustedes, ¿quién dicen que soy?

Pedro contestó:

—¡Tú eres el Mesías[a] enviado por Dios!

Jesús predice su muerte

21 Jesús les advirtió a sus discípulos que no dijeran a nadie quién era él.

22 —El Hijo del Hombre[b] tendrá que sufrir muchas cosas terribles —les dijo—. Será rechazado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los maestros de la ley religiosa. Lo matarán, pero al tercer día resucitará.

23 Entonces dijo a la multitud: «Si alguno de ustedes quiere ser mi seguidor, tiene que abandonar su propia manera de vivir, tomar su cruz cada día y seguirme. 24 Si tratas de aferrarte a la vida, la perderás, pero si entregas tu vida por mi causa, la salvarás. 25 ¿Y qué beneficio obtienes si ganas el mundo entero, pero te pierdes o destruyes a ti mismo? 26 Si alguien se avergüenza de mí y de mi mensaje, el Hijo del Hombre se avergonzará de esa persona cuando regrese en su gloria y en la gloria del Padre y de los santos ángeles. 27 Les digo la verdad, algunos de los que están aquí ahora no morirán sin antes ver el reino de Dios».

Nueva Traducción Viviente (NTV)

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