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Nueva Biblia de las Américas (NBLA)
Version
Marcos 6-7

Jesús enseña en Nazaret

(A)Jesús se marchó de allí y llegó* a Su pueblo(B), y Sus discípulos lo siguieron*. Cuando llegó el día de reposo, comenzó a enseñar en la sinagoga(C); y muchos que escuchaban se asombraban(D), diciendo: «¿Dónde obtuvo Este tales[a] cosas, y cuál es esta sabiduría que le ha sido dada, y estos milagros[b] que hace con Sus manos? ¿No es Este el carpintero, el hijo de María, y hermano(E) de Jacobo[c], José, Judas y Simón(F)? ¿No están Sus hermanas(G) aquí con nosotros?». Y se escandalizaban a causa de Él(H). Y Jesús les dijo: «No hay profeta sin honra sino en su propia tierra(I), y entre sus parientes y en su casa(J)».

Y no pudo hacer allí ningún milagro[d]; solo sanó a unos pocos enfermos sobre los cuales puso Sus manos(K). Estaba maravillado de la incredulidad de ellos.

Y recorría las aldeas de alrededor enseñando(L).

Jesús envía a los doce

(M)Entonces Jesús llamó* a los doce(N) y comenzó a enviarlos de dos en dos(O), dándoles autoridad[e] sobre los espíritus inmundos; y les ordenó que no llevaran nada para el camino(P), sino solo un bordón; ni pan, ni alforja[f], ni dinero en el cinto; sino calzados con sandalias. «No lleven dos túnicas[g]», les dijo. 10 Y añadió: «Dondequiera que entren en una casa, quédense en ella hasta que salgan de la población[h]. 11 En cualquier lugar que no los reciban ni los escuchen, al salir de allí, sacúdanse el polvo de la planta[i]de los pies(Q)en testimonio contra ellos».

12 Saliendo los doce, predicaban[j](R) que todos se arrepintieran. 13 También echaban fuera muchos demonios, y ungían con aceite a muchos enfermos y los sanaban(S).

Muerte de Juan el Bautista

14 (T)El rey Herodes se enteró[k] de esto, pues el nombre de Jesús[l] se había hecho célebre, y la gente decía: «Juan el Bautista(U) ha resucitado de entre los muertos, por eso es que estos poderes milagrosos actúan en él». 15 Pero otros decían: «Es Elías». Y decían otros: «Es un profeta, como uno de los profetas antiguos(V)». 16 Al oír esto, Herodes decía: «Juan, a quien yo decapité, ha resucitado». 17 Porque Herodes mismo había enviado a prender a Juan y lo había encadenado en la cárcel por causa de Herodías, mujer de su hermano Felipe(W), pues Herodes se había casado con ella. 18 Y Juan le decía a Herodes: «No te es lícito tener la mujer de tu hermano(X)».

19 Herodías(Y) le tenía rencor y deseaba matarlo, pero no podía, 20 porque Herodes temía a Juan, sabiendo que era un hombre justo y santo(Z), y lo mantenía protegido. Cuando le oía se quedaba muy perplejo, pero le gustaba escucharlo[m].

21 Llegó un día oportuno, cuando Herodes, siendo su cumpleaños, ofreció un banquete(AA) a sus nobles y comandantes[n] y a los principales de Galilea(AB); 22 y cuando la hija de Herodías[o](AC) entró y danzó, agradó a Herodes y a los que se sentaban[p] a la mesa con él; y el rey dijo a la muchacha: «Pídeme lo que quieras y te lo daré».

23 Y le juró: «Te daré lo que me pidas, hasta la mitad de mi reino(AD)». 24 Ella salió y dijo a su madre: «¿Qué pediré?». «La cabeza de Juan el Bautista», le respondió ella. 25 Enseguida ella se presentó apresuradamente ante el rey con su petición[q], diciendo: «Quiero que me des ahora mismo la cabeza de Juan el Bautista en una bandeja».

26 Aunque el rey se puso muy triste, sin embargo a causa de sus juramentos y de los que se sentaban[r] con él a la mesa, no quiso contradecirla. 27 Al instante el rey envió a un verdugo y le ordenó que trajera la cabeza de Juan[s]. Y él fue y lo decapitó en la cárcel, 28 y trajo su cabeza en una bandeja, y se la dio a la muchacha, y la muchacha se la dio a su madre. 29 Cuando los discípulos de Juan oyeron esto, fueron y se llevaron el cuerpo y le dieron sepultura[t].

Alimentación de los cinco mil

30 Los apóstoles(AE) se reunieron* con Jesús, y le informaron sobre todo lo que habían hecho y enseñado(AF). 31 Y Él les dijo*: «Vengan, apártense de los demás a un lugar solitario y descansen un poco». Porque había muchos que iban y venían, y ellos no tenían tiempo ni siquiera para comer(AG). 32 (AH)Y se fueron en la barca a un lugar solitario, apartado(AI). 33 Pero la gente los vio salir, y muchos los reconocieron y juntos corrieron allá a pie de todas las ciudades, y llegaron antes que ellos.

34 Al desembarcar[u], Jesús vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, porque eran como ovejas sin pastor(AJ); y comenzó a enseñarles muchas cosas. 35 Y cuando ya era muy tarde, Sus discípulos se acercaron a Él, diciendo: «El lugar está desierto y ya es muy tarde; 36 despídelos para que vayan a los campos y aldeas de alrededor, y se compren algo de comer[v]».

37 «Denles ustedes de comer», les contestó Jesús. Y ellos le dijeron*: «¿Quieres que vayamos y compremos 200 denarios[w](AK) de pan y les demos de comer(AL)?». 38 Jesús les dijo*: «¿Cuántos panes tienen ustedes? Vayan y vean». Y cuando se cercioraron le dijeron*: «Cinco panes y dos peces».

39 Y les mandó que todos se recostaran por grupos sobre la hierba verde. 40 Y se recostaron por grupos de cien y de cincuenta. 41 Entonces Él tomó los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, los bendijo; partió los panes y los iba dando a los discípulos para que se los sirvieran[x](AM); también repartió los dos peces entre todos.

42 Todos comieron y se saciaron. 43 Recogieron doce cestas llenas de los pedazos(AN), y también de los peces. 44 Los que comieron los panes eran 5,000 hombres(AO).

Jesús anda sobre el mar

45 (AP)Enseguida Jesús hizo que Sus discípulos subieran a la barca(AQ) y fueran delante de Él al otro lado, a Betsaida(AR), mientras Él despedía a la multitud. 46 Después de despedirse de ellos(AS), se fue al monte a orar(AT). 47 Al anochecer, la barca estaba en medio del mar, y Él estaba solo en tierra. 48 Y al verlos remar fatigados, porque el viento les era contrario, como a la cuarta vigilia de la noche(AU)[y], fue* hacia ellos andando sobre el mar, y quería pasarlos de largo.

49 Pero cuando ellos lo vieron andando sobre el mar, pensaron que era un fantasma y se pusieron a gritar; 50 porque todos lo vieron y se turbaron. Pero enseguida Él habló con ellos y les dijo*: «¡Tengan ánimo(AV); soy Yo, no teman(AW)!». 51 Subió con ellos a la barca(AX), y el viento se calmó; y ellos estaban asombrados en gran manera, 52 porque no habían entendido lo de[z] los panes, sino que su mente estaba embotada[aa](AY).

Jesús en Genesaret

53 (AZ)Terminada la travesía, llegaron a tierra en Genesaret, y atracaron en la orilla. 54 Cuando salieron de la barca, la gente enseguida reconoció a Jesús, 55 y recorrieron apresuradamente toda aquella región, y comenzaron a traer a los enfermos en sus camillas adonde oían decir que Él estaba. 56 Dondequiera que Él entraba en aldeas, ciudades o campos, ponían a los enfermos en las plazas, y le rogaban que les permitiera tocar(BA) siquiera el borde de Su manto(BB); y todos los que lo tocaban quedaban curados[ab].

Lo que contamina al hombre

(BC)Los fariseos, y algunos de los escribas que habían venido de Jerusalén(BD), se reunieron alrededor de Él; y vieron que algunos de Sus discípulos comían el pan con manos inmundas(BE), es decir, sin lavar. (Porque los fariseos y todos los judíos no comen a menos que se laven las manos cuidadosamente[ac], observando así la tradición de los ancianos(BF). Cuando vuelven de la plaza, no comen a menos que se laven[ad]; y hay muchas otras cosas que han recibido para observarlas, como el lavamiento[ae] de los vasos(BG), de los cántaros y de las vasijas de cobre.)

Así que los fariseos y los escribas le preguntaron*: «¿Por qué Tus discípulos no andan conforme a la tradición de los ancianos(BH), sino que comen[af] con manos inmundas[ag](BI)?». Jesús les respondió: «Bien profetizó Isaías de ustedes, hipócritas, como está escrito:

Este pueblo con los labios me honra,
Pero su corazón está muy lejos de Mí(BJ) .
-”Mas en vano me rinden culto,
Enseñando como doctrinas preceptos de hombres(BK) ”.

Dejando el mandamiento de Dios, ustedes se aferran a la tradición de los hombres(BL) ».

También les decía: «Astutamente[ah]ustedes violan el mandamiento de Dios para guardar su tradición(BM). 10 Porque Moisés dijo: “Honra a tu padre y a tu madre(BN)”; y: “El que hable mal de su padre o de su madre, que muera[ai](BO)”. 11 Pero ustedes dicen: “Si un hombre dice al padre o a la madre: ‘Cualquier cosa mía con que pudieras beneficiarte es corbán(BP) (es decir, ofrenda[aj] a Dios)’”, 12 ya no le dejan hacer nada en favor de su padre o de su madre; 13 invalidando así la palabra de Dios por la tradición(BQ)de ustedes, la cual han transmitido, y hacen muchas cosas semejantes a estas».

14 Llamando de nuevo a la multitud, Jesús les decía: «Escuchen todos lo que les digo y entiendan: 15 no hay nada fuera del hombre que al entrar en él pueda contaminarlo; sino que lo que sale de adentro del hombre es lo que contamina al hombre. 16 [ak]Si alguno tiene oídos para oír, que oiga».

17 Cuando Jesús dejó a la multitud y entró en casa(BR), Sus discípulos le preguntaron acerca de la parábola(BS). 18 «¿También ustedes son tan faltos de entendimiento?», les dijo*. «¿No comprenden que todo lo que de afuera entra al hombre no lo puede contaminar, 19 porque no entra en su corazón, sino en el estómago[al], y se elimina[am]?». Jesús declaró así limpios(BT) todos los alimentos(BU).

20 También decía: «Lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre(BV). 21 Porque de adentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, fornicaciones[an], robos, homicidios, adulterios, 22 avaricias, maldades, engaños, sensualidad, envidia[ao](BW), calumnia, orgullo[ap]e insensatez. 23 Todas estas maldades de adentro salen, y contaminan al hombre».

La mujer sirofenicia

24 (BX)Levantándose de allí, Jesús se fue a la región de Tiro[aq](BY), y entrando en una casa, no quería que nadie lo supiera, pero[ar] no pudo pasar inadvertido; 25 sino que enseguida, al oír hablar de Él, una mujer cuya hijita tenía un espíritu inmundo, fue y se postró a Sus pies. 26 La mujer era gentil[as], sirofenicia de nacimiento; y le rogaba que echara al demonio fuera de su hija.

27 Y Jesús le decía: «Deja que primero los hijos se sacien, pues no está bien[at]tomar el pan de los hijos y echarlo a los perrillos». 28 «Es cierto, Señor», le dijo* ella; «pero aun los perrillos debajo de la mesa comen las migajas de los hijos». 29 Jesús le dijo: «Por esta respuesta[au], vete; ya el demonio ha salido de tu hija». 30 Cuando ella volvió a su casa, halló que la niña estaba acostada[av] en la cama, y que el demonio había salido.

Curación de un sordomudo

31 (BZ)Volviendo Jesús a salir de la región de Tiro(CA), pasó por Sidón(CB) y llegó al mar de Galilea(CC), atravesando la región de Decápolis(CD). 32 Y le trajeron* a uno que era sordo y tartamudo, y le rogaron* que pusiera la mano sobre él(CE). 33 Entonces Jesús, tomándolo aparte de la multitud, a solas, le metió los dedos en los oídos, y escupiendo(CF), le tocó la lengua con la saliva; 34 y levantando los ojos al cielo, suspiró profundamente(CG) y le dijo*: «¡Effatá!», esto es, «¡Abrete!».

35 Al instante se abrieron sus oídos, y desapareció[aw] el impedimento[ax] de su lengua, y hablaba con claridad. 36 Jesús les ordenó que a nadie se lo dijeran(CH); pero mientras más se lo ordenaba, tanto más ellos lo proclamaban(CI). 37 Y estaban asombrados en gran manera, y decían: «Todo lo ha hecho bien; aun a los sordos hace oír y a los mudos hablar».

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