Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Para el director del coro: cántico de amor. Entónese con la melodía de «Los lirios». Salmo[a] de los descendientes de Coré.
45 Hermosas palabras conmueven mi corazón;
por eso recitaré un bello poema acerca del rey,
pues mi lengua es como la pluma de un hábil poeta.
2 Eres el más apuesto de todos;
de tus labios se desprenden palabras amables.
Dios mismo te ha bendecido para siempre.
6 Tu trono, oh Dios,[a] permanece por siempre y para siempre.
Tú gobiernas con un cetro de justicia.
7 Amas la justicia y odias la maldad.
Por eso Dios—tu Dios—te ha ungido
derramando el aceite de alegría sobre ti más que sobre cualquier otro.
8 Mirra, áloe y casia perfuman tu manto;
en palacios de marfil, la música de cuerdas te entretiene.
9 Hijas de reyes hay entre las mujeres de tu corte;
a tu derecha está la reina,
¡lleva joyas del oro más fino de Ofir!
La esposa de Oseas es redimida
3 Entonces el Señor me dijo: «Ve y ama otra vez a tu esposa, aun cuando ella[a] comete adulterio con un amante. Esto ilustrará que el Señor aún ama a Israel, aunque se haya vuelto a otros dioses y le encante adorarlos[b]».
2 Así que la recuperé pagando quince piezas de plata,[c] cinco canastas de cebada y una medida de vino.[d] 3 Entonces le dije: «Tienes que vivir en mi casa por muchos días y dejar la prostitución. Durante este tiempo no tendrás relaciones sexuales con nadie, ni siquiera conmigo[e]».
4 Esto muestra que Israel estará por mucho tiempo sin rey ni príncipe, sin sacrificios ni columnas sagradas ni sacerdotes,[f] ¡ni siquiera ídolos! 5 Pero después el pueblo volverá y se dedicará al Señor su Dios y al descendiente de David, su rey.[g] En los últimos días, temblarán de asombro ante el Señor y su bondad.
Juicio de Jesús ante Pilato
28 El juicio de Jesús ante Caifás terminó cerca del amanecer. De allí lo llevaron a la residencia oficial del gobernador romano.[a] Sus acusadores no entraron porque, de haberlo hecho, se habrían contaminado y no hubieran podido celebrar la Pascua. 29 Por eso Pilato, el gobernador, salió adonde estaban ellos y les preguntó:
—¿Qué cargos tienen contra este hombre?
30 —¡No te lo habríamos entregado si no fuera un criminal!—replicaron.
31 —Entonces llévenselo y júzguenlo de acuerdo con la ley de ustedes—les dijo Pilato.
—Solo los romanos tienen derecho a ejecutar a una persona—respondieron los líderes judíos.
32 (Con eso se cumplió la predicción de Jesús acerca de la forma en que iba a morir)[b].
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