Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Salmo[a] de Asaf.
78 Oh pueblo mío, escucha mis enseñanzas;
abre tus oídos a lo que digo,
2 porque te hablaré por medio de una parábola.
Te enseñaré lecciones escondidas de nuestro pasado,
3 historias que hemos oído y conocido,
que nos transmitieron nuestros antepasados.
4 No les ocultaremos estas verdades a nuestros hijos;
a la próxima generación le contaremos
de las gloriosas obras del Señor,
de su poder y de sus imponentes maravillas.
12 de los milagros que hizo para sus antepasados
en la llanura de Zoán, en la tierra de Egipto.
13 Partió en dos el mar y los guio a cruzarlo
¡mientras sostenía las aguas como si fueran una pared!
14 Durante el día los guiaba con una nube,
y toda la noche, con una columna de fuego.
15 Partió las rocas en el desierto para darles agua
como de un manantial burbujeante.
16 Hizo que de la roca brotaran corrientes de agua,
¡y que el agua fluyera como un río!
17 Esto dice el Señor,
tu Redentor, el Santo de Israel:
«Yo soy el Señor tu Dios,
que te enseña lo que te conviene
y te guía por las sendas que debes seguir.
18 ¡Ah, si solo hubieras hecho caso a mis mandatos!
Entonces habrías tenido una paz que correría como un río manso
y una justicia que pasaría sobre ti como las olas del mar.
19 Tus descendientes habrían sido como la arena del mar,
¡imposibles de contar!
No habría sido necesario destruirte
ni cortar el nombre de tu familia».
20 Sin embargo, incluso ahora, ¡sean libres de su cautiverio!
Salgan de Babilonia y de los babilonios.[a]
¡Canten este mensaje!
Grítenlo hasta los extremos de la tierra.
El Señor ha redimido a sus siervos:
a los del pueblo de Israel.[b]
21 No tuvieron sed
cuando él los guio a través del desierto.
Él partió la roca,
y brotó agua a chorros para que bebieran.
No juzgar a los demás
11 Amados hermanos, no hablen mal los unos de los otros. Si se critican y se juzgan entre ustedes, entonces critican y juzgan la ley de Dios. En cambio, les corresponde obedecer la ley, no hacer la función de jueces. 12 Solo Dios, quien ha dado la ley, es el Juez. Solamente él tiene el poder para salvar o destruir. Entonces, ¿qué derecho tienes tú para juzgar a tu prójimo?
Advertencia para los que confían en sí mismos
13 Presten atención, ustedes que dicen: «Hoy o mañana iremos a tal o cual ciudad y nos quedaremos un año. Haremos negocios allí y ganaremos dinero». 14 ¿Cómo saben qué será de su vida el día de mañana? La vida de ustedes es como la neblina del amanecer: aparece un rato y luego se esfuma. 15 Lo que deberían decir es: «Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello». 16 De lo contrario, están haciendo alarde de sus propios planes pretenciosos, y semejante jactancia es maligna.
La Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House Foundation, 2010. Todos los derechos reservados.