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Revised Common Lectionary (Semicontinuous)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with sequential stories told across multiple weeks.
Duration: 1245 days
Palabra de Dios para Todos (PDT)
Version
Salmos 140

Protégeme de los violentos

Al director. Canción de David.

SEÑOR, líbrame de los perversos,
    protégeme de los violentos;
de los que están siempre haciendo el mal
    y provocando conflictos a cada momento.
Su lengua es como serpiente venenosa;
    sus palabras destilan veneno. Selah

SEÑOR, protégeme del poder de los perversos;
    de los violentos que planean hacerme daño.
Esa gente arrogante pone trampas,
    cavan sus hoyos
y extienden sus redes junto a las trampas
    que ponen para atraparme. Selah

Yo le digo al SEÑOR: «Tú eres mi Dios;
    SEÑOR, escucha mis ruegos».
SEÑOR, tú eres mi Dios y mi Salvador.
    Tú eres como un casco que protege mi cabeza
    cuando estoy en la batalla.
SEÑOR, no permitas que esos perversos se salgan con la suya.
    No dejes que sus planes se hagan realidad. Selah

Haz que les suceda a mis enemigos
    todo el mal que planean para los demás.
10 Haz que lluevan carbones encendidos sobre sus cabezas.
    Échalos al fuego;
    tíralos a pozos de los que nunca puedan salir.
11 Que el calumniador no se establezca en esta tierra;
    que la desgracia persiga al violento y lo destruya.

12 Yo sé que el SEÑOR hará justicia a los pobres
    y defenderá los derechos de los necesitados.
13 Los justos alabarán tu nombre;
    la gente honesta vivirá en tu presencia.

Ester 8

La orden del rey de ayudar a los judíos

Ese mismo día el rey Jerjes le dio a la reina Ester todas las propiedades que pertenecían a Amán, el enemigo de los judíos. Mardoqueo se presentó ante el rey porque Ester le había contado que él era su primo. El rey se quitó el anillo que había recuperado de Amán y se lo entregó a Mardoqueo. Luego de esto, Ester puso a Mardoqueo a cargo de todas las propiedades de Amán.

Ester se acercó nuevamente al rey, cayó a sus pies y comenzó a llorar. Le rogó que interviniera por los judíos para evitar su destrucción conforme al malvado plan de Amán, el descendiente de Agag.

El rey le extendió el cetro de oro a Ester, así que ella se puso de pie frente a él y dijo:

—Si es del agrado de Su Majestad y está feliz conmigo, espero que apruebe lo que digo. Si le parece bien, por favor escriba una orden que detenga las cartas que Amán, el descendiente de Agag, envió como parte de su plan para destruir a los judíos que viven en todas las provincias del reino. Le ruego esto al rey porque yo no podría soportar que esa terrible tragedia le suceda a mi pueblo. No podría soportar ver a mi familia asesinada.

El rey Jerjes respondió a la reina Ester y a Mardoqueo, el judío:

—Le he dado a Ester la casa que perteneció a Amán y mis soldados lo clavaron en la estaca por haber atentado contra los judíos. Es el momento de que escriban otra orden por la autoridad del rey para ayudar a los judíos de la manera que mejor les parezca. Luego sellen esa orden con el anillo oficial del rey. Ninguna carta que haya sido escrita por la autoridad del rey y sellada con el anillo del rey puede ser cancelada.

Rápidamente fueron llamados los secretarios del rey el día 23 del tercer mes, el mes de siván. Esos secretarios escribieron todas las órdenes de Mardoqueo a los judíos, a los virreyes[a], a los gobernadores, y a los jefes de las 127 provincias desde la India hasta Etiopía. Esas órdenes fueron redactadas en la escritura de cada provincia y fueron traducidas al idioma de cada pueblo. Fueron comunicadas a los judíos en su propio idioma y en su propio alfabeto. 10 Mardoqueo escribió las órdenes por autoridad del rey Jerjes. Luego selló las cartas con el anillo oficial y las envió con mensajeros que iban a caballo. Esos mensajeros se fueron en caballos veloces especialmente entrenados para el servicio del rey.

11 Mardoqueo escribió que el rey autorizaba a los judíos en todas las ciudades para reunirse y luchar por sus vidas. Les daba derecho a destruir, matar y aniquilar a cualquier ejército de cualquier pueblo que los atacara incluyendo a mujeres y niños. Además les daba derecho de tomar como botín la propiedad de sus enemigos.

12 Este permiso se les concedió a los judíos de todas las provincias del rey Jerjes el día trece del mes doce, el mes de adar. 13 Se repartieron copias de la carta con la orden del rey y se convirtió en una ley en todas las provincias. Se hizo el anuncio a todas las gentes de todas las naciones del reino para que los judíos estuvieran listos para ese día en el que podrían vengarse de sus enemigos. 14 Siguiendo las instrucciones del rey, los mensajeros se apresuraron a partir en los caballos de la corte. La orden también debía ser decretada en Susa, la ciudad capital.

15 Mardoqueo salió del recinto del rey, vestido con ropas de la realeza, en azul y blanco y con una gran corona de oro. También llevaba puesto un manto púrpura hecho del mejor lino. El pueblo de Susa, al verlo, lo aclamó y se regocijó. 16 Fue un día especialmente feliz para los judíos, un día de gran júbilo y orgullo.

17 En todas las provincias, ciudades, y lugares a donde llegaba la orden del rey, había júbilo y felicidad entre los judíos, quienes celebraban con fiestas y banquetes. Por todo el reino la gente empezó a hacerse judía por el temor que sentían a los judíos.

Mateo 18:6-9

Jesús advierte sobre el peligro de pecar

(Mr 9:42-48; Lc 17:1-2)

»Le va a ir muy mal al que haga pecar a uno de estos mis seguidores a quienes es fácil hacerles daño. Sería mejor que se colgara una gran piedra de molino al cuello y se hundiera en lo profundo del mar. ¡Pobre del mundo por los muchos motivos que hacen a la gente caer en pecado! Eso es inevitable, ¡pero pobre del que haga pecar a los demás!

»Así que si tu mano o tu pie te hace pecar, córtalo y tíralo. Es mejor entrar a la vida eterna con una sola mano o un solo pie que tener las dos manos y los dos pies pero ser echado al fuego eterno. Y si tu ojo te hace pecar, sácalo y tíralo. Es mejor entrar tuerto a la vida eterna que tener ambos ojos pero ser echado al fuego eterno.

Palabra de Dios para Todos (PDT)

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