Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
El hogar del justo
Canto para los peregrinos.
1 Afortunado todo el que respeta al SEÑOR,
todo el que sigue el camino de Dios.
2 Disfrutarás del fruto de tu trabajo,
serás feliz y te irá bien en la vida.
3 En tu hogar, tu mujer será
como una vid llena de uvas;
tus hijos, alrededor de tu mesa,
serán como plantas de olivo.
4 De esa manera será bendecido
el que respeta al SEÑOR.
5 Que el SEÑOR te bendiga desde Sion
para que veas las bendiciones de Jerusalén toda tu vida.
6 Que puedas conocer a los hijos de tus hijos.
¡Que haya paz en Israel!
Cuídate de hacer promesas
5 Ten mucho cuidado cuando vayas a adorar a Dios. Es mejor obedecer a Dios que ofrecerle sacrificios como cualquier falto de entendimiento que continuamente hace el mal y no se da ni cuenta. 2 Ten cuidado cuando le hagas promesas a Dios, mide tus palabras. No dejes que tus sentimientos te hagan hablar sin pensar. Dios está en el cielo y tú en la tierra, así que sé breve, porque como dice el dicho:
3 Los malos sueños llegan con muchas preocupaciones,
y los tontos con muchas palabras.
4 Si le haces una promesa a Dios, cúmplela, porque a Dios no le agrada la gente falta de seriedad. Cúmplele a Dios lo que le prometiste. 5 Es mejor no prometer, que prometer y no cumplir. 6 Así que no dejes que tus palabras te hagan pecar. No le digas al sacerdote[a]: «No quería decir lo que dije». Si haces eso, Dios se enojará por tus palabras y destruirá todo lo que has conseguido con tu trabajo. 7 No debes dejar que tus sueños inútiles y tus alardes te causen problemas. Muestra respeto a Dios.
Inutilidad de las riquezas
8 Cuando veas que en una provincia hay opresión contra los pobres, que reina la injusticia y se violan los derechos de los pobres, no te sorprendas porque a un alto funcionario lo protege otro más alto y a ambos los protegen otros superiores. 9 Hasta el rey obtiene su parte de ganancia. La riqueza de un país se la dividen entre ellos.
10 El que ama el dinero nunca se satisface con lo que tiene, siempre quiere más y más. Eso tampoco tiene sentido. 11 Entre más riqueza se tiene, más gastos hay. Lo único que se gana con tener riquezas es contemplarlas. 12 El trabajador llega a casa y duerme en paz, tenga poco o mucho que comer; pero el rico no puede dormir porque su riqueza le trae muchas preocupaciones.
13 Hay algo muy triste que he visto que sucede bajo el sol: hay gente que acumula riquezas en perjuicio propio, 14 pues hace un mal negocio, lo pierde todo y no le queda nada para dejarles a sus hijos.
15 Nada trajimos al nacer y nada nos llevamos al morir. La gente trabaja duro para conseguir cosas, pero cuando muere no puede llevarse nada. 16 Eso es muy triste, uno se va del mundo de la misma forma en que llegó. Entonces, ¿qué saca uno de su intento de atrapar el viento? 17 Sólo consigue días llenos de tristeza y dolor. Al final, queda uno frustrado, enfermo y enojado.
18 He visto que esto es lo mejor que puede hacer uno: comer, beber y disfrutar de su trabajo durante la corta existencia en esta tierra. Dios nos concede una vida breve y eso es todo lo que tenemos. 19 Si Dios le da a uno riqueza, propiedades y el poder disfrutar de ellas, hay que aprovechar, aceptar lo que Dios le da a uno como regalo, el fruto de nuestro trabajo. 20 La vida es corta, hay que tener eso siempre presente, y Dios lo mantendrá a uno ocupado en lo que a uno le gusta hacer.[b]
No entienden lo que dice Jesús
21 Él les dijo otra vez:
—Me voy y ustedes me buscarán, pero morirán con su pecado. No pueden ir a donde yo voy.
22 Entonces los líderes judíos comenzaron a preguntar:
—¿Será que se va a suicidar? Puede ser eso, pues él dijo: “No pueden ir a donde yo voy”.
23 Jesús les dijo:
—Ustedes son de aquí abajo y yo soy de arriba. Ustedes pertenecen a este mundo y yo no. 24 Les digo entonces que morirán en sus pecados si no creen que Yo Soy.[a]
Entonces comenzaron a preguntarle:
25 —¿Quién eres tú?
Jesús les contestó:
—Soy quien les he estado diciendo desde el comienzo. 26 Podría decirles muchas cosas para juzgarlos, pero yo sólo digo lo que me dice el que me envió, y él dice la verdad.
27 Ellos no sabían que Jesús les estaba hablando sobre el Padre. 28 Entonces les dijo:
—Cuando ustedes levanten[b] al Hijo del hombre, entonces sabrán que Yo Soy. Sabrán que no hago nada por mi propia cuenta, y entenderán que yo digo sólo lo que el Padre me enseñó. 29 El que me envió está conmigo y nunca me deja solo, porque siempre hago lo que a él le agrada.
30 Mientras Jesús decía estas cosas, muchos creyeron en él.
Jesús habla de la liberación del pecado
31 Luego Jesús empezó a decirles a los judíos que habían creído en él:
—Si ustedes siguen obedeciendo mi enseñanza, serán verdaderamente mis seguidores. 32 Conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.
33 Ellos le contestaron:
—Nosotros somos de la familia de Abraham. Nunca hemos sido esclavos de nadie, ¿por qué dices que seremos libres?
34 Jesús les respondió:
—La verdad es que todo el que se la pase pecando es siervo del pecado. 35 Un siervo no se queda para siempre con una familia,[c] pero un hijo siempre pertenece a la familia. 36 Entonces si el Hijo los libera, ustedes serán realmente libres. 37 Yo sé que ustedes son descendencia de Abraham, pero están tratando de matarme porque ustedes no aceptan lo que les enseño. 38 Yo les hablo de lo que mi Padre me mostró, pero ustedes hacen lo que han oído de su padre.
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