Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Súplica contra las naciones hostiles
83 Cántico. Salmo de Asaf.
Oh Dios, no guardes silencio.
No calles, oh Dios,
ni permanezcas inmóvil.
2 Porque he aquí que rugen
tus enemigos,
y los que te aborrecen han levantado
la cabeza.
3 Contra tu pueblo han consultado astutamente;
han entrado en consejo contra tus protegidos.
4 Han dicho: “Vengan y destruyámoslos
de modo que dejen de ser una nación
y no haya más memoria del nombre de Israel”.
17 Sean confundidos y turbados para siempre;
sean afrentados y perezcan.
18 Conozcan que tu nombre es SEÑOR. ¡Tú solo eres Altísimo sobre toda
la tierra!
Ester revela su identidad judía
7 Fueron, pues, el rey y Amán a comer con la reina Ester. 2 También este segundo día, mientras bebían el vino, el rey preguntó a Ester:
—Reina Ester, ¿cuál es tu petición? Te será dada. ¿Qué es lo que solicitas? ¡Hasta la mitad del reino te será concedida!
3 Entonces la reina Ester respondió y dijo:
—¡Oh rey, si he hallado gracia ante tus ojos, y si a su majestad le parece bien, que me sea concedida la vida por mi petición y mi pueblo por mi solicitud! 4 Porque yo y mi pueblo hemos sido vendidos para ser destruidos, muertos y exterminados. Si hubiéramos sido vendidos para ser esclavos y esclavas, yo habría callado; pues tal desgracia no justificaría molestar al rey…
5 El rey Asuero preguntó a la reina Ester:
—¿Quién es ese, y dónde está el que ha concebido hacer tal cosa?
6 Y Ester respondió:
—¡El enemigo y adversario es este malvado Amán!
Entonces Amán se llenó de terror en la presencia del rey y de la reina.
Caída de Amán y triunfo de Mardoqueo
7 El rey se levantó enfurecido y dejando de beber vino se fue al jardín del palacio. Y Amán se quedó de pie, rogando a la reina Ester por su vida; porque vio que el mal ya estaba decidido para él, de parte del rey.
8 Cuando el rey regresó del jardín del palacio a la sala donde estaban bebiendo vino, Amán había caído sobre el diván en que estaba Ester. Entonces el rey dijo:
—¿También ha de violar a la reina estando yo en la casa?
En cuanto salió la palabra de la boca del rey, le cubrieron la cara a Amán. 9 Entonces Harbona, uno de los eunucos al servicio del rey, dijo:
—He aquí, hay una horca de veinticinco metros de alto, que Amán ha hecho en su casa para Mardoqueo, quien había hablado bien en favor del rey.
Entonces el rey dijo:
—¡Cuélguenlo en ella!
10 Así colgaron a Amán en la horca que él había preparado para Mardoqueo. Y se apaciguó la ira del rey.
Parábola de los mayordomos
45 »¿Quién, pues, es el siervo fiel y prudente, a quien su señor lo puso sobre los criados de su casa, para que les diera alimentos a su debido tiempo? 46 Bienaventurado será aquel siervo a quien, cuando su señor venga, lo encuentre haciéndolo así. 47 De cierto les digo que lo pondrá sobre todos sus bienes. 48 Pero si aquel siervo malvado dice en su corazón: “Mi señor tarda”; 49 y si comienza a golpear a sus consiervos, y si come y bebe con los borrachos, 50 el señor de aquel siervo vendrá en el día que no espera y a la hora que no sabe, 51 y lo castigará duramente y le asignará lugar con los hipócritas. Allí habrá llanto y crujir de dientes.
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