Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Plegaria por la compasión divina
123 Canto de ascenso gradual[a]. A ti, que habitas en los cielos,
levanto mis ojos.
2 He aquí, como los ojos de los siervos miran la mano de sus amos,
y como los ojos de la sierva
miran la mano de su ama,
así nuestros ojos miran al SEÑOR, nuestro Dios,
hasta que tenga compasión de nosotros.
3 Ten compasión de nosotros, oh SEÑOR; ten compasión de nosotros
porque estamos hastiados del desprecio.
4 Nuestra alma está sumamente hastiada de la burla de los que están en holgura,
y del desprecio de los orgullosos opresores[b].
El cántico de Débora
5 Aquel día cantó Débora con Barac hijo de Abinoam, diciendo:
2 “Por haberse puesto al frente los caudillos en Israel,
por haberse ofrecido el pueblo voluntariamente,
¡bendigan al SEÑOR!
3 “Oigan, oh reyes; escuchen,
oh gobernantes:
Yo cantaré al SEÑOR;
cantaré salmos al SEÑOR Dios de Israel.
4 “Oh SEÑOR, cuando saliste de Seír, cuando marchaste desde el campo
de Edom, la tierra tembló;
también los cielos gotearon
y las nubes gotearon agua.
5 Los montes temblaron delante del SEÑOR;
aquel Sinaí, delante del SEÑOR Dios de Israel.
6 “En los días de Samgar hijo de Anat,
en los días de Jael,
cesaron las caravanas
y los caminantes se apartaban
por sendas retorcidas.
7 Quedaron abandonadas las aldeas[a]
en Israel;
quedaron abandonadas hasta que yo, Débora, me levanté.
¡Me levanté como madre en Israel!
8 “Cuando escogían dioses nuevos,
la guerra estaba a las puertas;
y no se veía ni lanza ni escudo
entre cuarenta mil en Israel.
9 ¡Mi corazón está con los jefes de Israel! Los que voluntariamente
se ofrecieron entre el pueblo:
¡Bendigan al SEÑOR!
10 “Los que cabalgan sobre asnas blancas, los que se sientan sobre tapices
y los que van por el camino, consideren
11 la voz de los que cantan junto
a los abrevaderos,
donde recitan los justos hechos del SEÑOR,
los justos hechos de sus aldeanos que moran a campo abierto en Israel. Entonces descendió a las puertas
el pueblo del SEÑOR.
12 “¡Despierta, despierta, oh Débora!
¡Despierta, despierta!
¡Entona un cántico!
¡Levántate, oh Barac!
¡Lleva tus cautivos, oh hijo de Abinoam!
El espíritu inmundo que regresa
43 »Cuando el espíritu inmundo ha salido del hombre, anda por lugares secos buscando reposo, y no lo encuentra. 44 Entonces dice: “Volveré a mi casa de donde salí”. Cuando regresa, la halla desocupada, barrida y adornada. 45 Entonces va y trae consigo otros siete espíritus peores que él. Y después de entrar, habitan allí; y el estado final de aquel hombre llega a ser peor que el primero. Así también sucederá a esta perversa generación.
Version Reina Valera Actualizada, Copyright © 2015 by Editorial Mundo Hispano