Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Dios en la historia de Israel
105 ¡Den gracias al SEÑOR! ¡Invoquen su nombre!
Den a conocer entre los pueblos sus hazañas.
2 Cántenle, cántenle salmos;
hablen de todas sus maravillas.
3 Gloríense en su santo nombre; alégrese el corazón de los que buscan al SEÑOR.
4 Busquen al SEÑOR y su poder; busquen continuamente su rostro.
5 Acuérdense de las maravillas
que ha hecho,
de sus prodigios y de los juicios
de su boca,
6 oh ustedes, descendientes de Abraham[a], su siervo;
hijos de Jacob, sus escogidos.
23 Después entró Israel en Egipto,
y Jacob fue extranjero en la tierra
de Cam[a].
24 Dios hizo que su pueblo fuera muy fecundo,
y lo hizo más fuerte que sus enemigos.
25 Cambió el corazón de estos
para que aborreciesen a su pueblo, para que contra sus siervos actuaran con engaño.
26 Envió a su siervo Moisés[b],
y a Aarón, al cual escogió.
45 para que guardaran sus estatutos
y observaran sus leyes.
¡Aleluya!
4 Entonces respondió Moisés y dijo:
—¿Y si ellos no me creen ni escuchan mi voz, sino que dicen: “No se te ha aparecido el SEÑOR”?
2 El SEÑOR le preguntó:
—¿Qué es eso que tienes en tu mano?
Él respondió:
—Una vara.
3 Y él le dijo:
—Tírala al suelo.
Él la tiró al suelo, y se convirtió en una serpiente. Y Moisés huía de ella. 4 Entonces el SEÑOR dijo a Moisés:
—Extiende tu mano y agárrala por la cola.
Él extendió su mano y la agarró, y volvió a ser vara en su mano.
5 —Esto es para que crean que se te ha aparecido el SEÑOR, el Dios de sus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob. 6 —El SEÑOR también le dijo—: Mete tu mano en tu seno.
Él metió su mano en su seno, y al sacarla, he aquí que su mano estaba leprosa, blanca como la nieve. 7 Entonces le dijo:
—Vuelve a meter tu mano en tu seno.
Él volvió a meter su mano en su seno; y al volver a sacarla de su seno, he aquí que volvió a ser como el resto de su carne.
8 —Y sucederá que si no te creen ni te escuchan a la primera señal, te creerán a la segunda señal. 9 Y sucederá que si no te creen a estas dos señales ni escuchan tu voz, tomarás agua del Nilo y la derramarás en tierra seca. El agua que tomarás del Nilo se convertirá en sangre sobre la tierra seca.
Jesús sana a la suegra de Pedro
14 Entró Jesús en la casa de Pedro, y vio que la suegra de este estaba postrada en cama con fiebre. 15 Él le tocó la mano, y la fiebre la dejó. Luego ella se levantó y comenzó a servirle.
16 Al atardecer, trajeron a él muchos endemoniados. Con su palabra echó fuera a los espíritus y sanó a todos los enfermos, 17 de modo que se cumpliera lo dicho por medio del profeta Isaías, quien dijo:
Él mismo tomó nuestras debilidades
y cargó con nuestras enfermedades[a].
Version Reina Valera Actualizada, Copyright © 2015 by Editorial Mundo Hispano