Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Los hijos son una bendición
Cántico gradual. De Salomón.
127 Si el Señor no edifica la casa,
de nada sirve que los edificadores se esfuercen.
Si el Señor no protege la ciudad,
de nada sirve que los guardias la vigilen.
2 De nada sirve que ustedes madruguen,
y que se acuesten muy tarde,
si el pan que comen es pan de sufrimiento,
y el Señor da el sueño a los que él ama.
3 Los hijos son un regalo del Señor;
los frutos del vientre son nuestra recompensa.
4 Los hijos que nos nacen en nuestra juventud
son como flechas en manos de un guerrero.
5 ¡Dichoso aquél que llena su aljaba
con muchas de estas flechas!
No tendrá de qué avergonzarse
cuando se defienda ante sus enemigos.
11 El pueblo y los ancianos que estaban a la entrada de la ciudad dijeron:
«Somos testigos. Que el Señor permita que la mujer que llega a tu casa sea como Raquel y Lea, las cuales levantaron como pueblo a los israelitas.(A) Que seas tú un hombre ilustre y distinguido en Efrata y en Belén. 12 Que el Señor te conceda tener con Rut muchos hijos, como se los concedió a Fares, el hijo de Tamar y Judá.»(B)
13 Así fue como Booz tomó a Rut por esposa, y se allegó a ella, y el Señor le concedió quedar embarazada y dar a luz un hijo. 14 Las mujeres le decían a Noemí:
«¡Alabado sea el Señor, que te concedió tener un nieto que te rescatara! ¡Su nombre será celebrado entre los israelitas! 15 Ese niño te infundirá nuevos ánimos, y te brindará apoyo en tu vejez. Tu nuera, que te ama y dio a luz ese niño, es de más valor para ti que siete hijos.»
16 Noemí tomó al niño y lo puso en su regazo, y se encargó de criarlo. 17 Y las vecinas decían:
«Noemí ha tenido un hijo»
Y lo llamaron Obed. Éste fue el padre de Yesé, que fue padre de David.
15 Por eso Cristo es mediador de un nuevo pacto,[a] para que los llamados reciban la promesa de la herencia eterna, pues con su muerte libera a los hombres de los pecados cometidos bajo el primer pacto. 16 Porque cuando hay un testamento,[b] es necesario que haya constancia de la muerte del que lo hizo, 17 ya que un testamento no tiene ningún valor mientras el que lo hizo siga con vida. 18 Por eso, ni siquiera el primer pacto se estableció sin sangre, 19 porque después de que Moisés anunció todos los mandamientos de la ley a todo el pueblo, tomó la sangre de los becerros y de los machos cabríos junto con agua, lana escarlata y una rama de hisopo, y roció el libro de la ley y a todo el pueblo. 20 Entonces le dijo al pueblo: «Ésta es la sangre del pacto que Dios les ha mandado.»(A) 21 Además de esto, con la sangre roció también el tabernáculo y todos los vasos del ministerio.(B) 22 Según la ley, casi todo es purificado con sangre; pues sin derramamiento de sangre no hay perdón.(C)
El sacrificio de Cristo quita el pecado
23 Por lo tanto, era absolutamente necesario que las réplicas de las cosas celestiales fueran purificadas así; pero las cosas celestiales mismas necesitan mejores sacrificios que éstos, 24 porque Cristo no entró en el santuario hecho por los hombres, el cual era un mero reflejo del verdadero, sino que entró en el cielo mismo para presentarse ahora ante Dios en favor de nosotros.
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