Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
14 »¡Cuán frágil es el hombre! ¡Cuán pocos sus días y cuán atribulados! 2 Un instante abre su corola como flor, y se marchita; como sombra de efímera nube, pronto se desvanece. 3 ¿Tan duro has de ser con los frágiles hombres, y exigirles cuentas? 4 ¿Cómo puedes exigir pureza de quien nació impuro? 5 Brevísima vida has concedido al hombre; no le das más que unos meses. No puede tener ni una pequeña prórroga de vida. 6 ¿No le otorgarás algún reposo? Aparta tu mirar airado y concédele unos momentos de alivio antes que muera.
7 »Porque para el árbol hay esperanza: si lo cortan, retoña y produce nuevas ramas tiernas. 8-9 Aunque sus raíces envejezcan en la tierra y su tronco degenere, puede revivir y echar renuevos al contacto del agua, como planta de vivero. 10 Pero cuando el hombre muere y es sepultado, ¿a dónde va su espíritu? 11-12 Como agua que se evapora de un lago; como río que desaparece en la sequía, así el hombre yace por última vez y no vuelve a levantarse hasta que los cielos ya no existan; no se levantará ni se despertará de su sueño.
13 »¡Ay, quisieras tú ocultarme entre los muertos y olvidarte de mí hasta que tu ira acabe; pero marca tu calendario para que vuelvas a recordarme!
14 »Si el hombre muere, ¿volverá a vivir? Este pensamiento me da esperanza, de modo que en mi angustia ansiosamente aguardo la dulce muerte.
3 Yo soy un hombre que ha visto lo que se sufre cuando el Señor castiga las maldades. 2 Él me hizo caminar en tinieblas, sin nada de luz. 3 Se ha vuelto contra mí, de día y de noche me castiga sin parar. 4 Me ha hecho sufrir tanto que hasta me veo avejentado y estoy lleno de tristeza. 5 Él ha procurado que sólo me acontezcan cosas malas; todo a mi alrededor es triste y penoso. 6 Me ha hecho vivir en las tinieblas por largo tiempo, como si ya estuviera muerto. 7 Me ha maltratado por todos lados, casi no tengo ni respiro; estoy tan apesadumbrado que parece que estuviera sujetado con cadenas pesadas. 8 ¡Por más que grite y clame no me pone nada de atención! 9 ¡Me ha cerrado el camino de modo que no veo nada claro en mi futuro! ¡Todos mis proyectos los ha estorbado y ya no sé qué hacer!
19 ¡Oh, acuérdate de que ando sin saber adonde ir y afligido, con mucho dolor! 20 Porque nunca podré olvidar este tiempo tan terrible, y por eso estoy desanimado.
21 Pero hay algo que quiero recordar y en ello poner mi esperanza: 22 ¡en que el gran amor del Señor no tiene fin, pues sólo ha sido por su misericordia que nos ha guardado de la destrucción completa! 23 El Señor es digno de toda confianza; sus muestras de bondad las recibimos cada día.
24 El Señor es todo para mí, por lo tanto en él confiaré siempre.
Al director musical. Salmo de David.
31 Señor, sólo en ti confío. No permitas que mis enemigos me derroten. Líbrame, pues tú eres el Dios que siempre procede rectamente. 2 Respóndeme pronto cuando a ti clamo; inclina tu oído y escucha el susurro de mi súplica. Sé para mí la gran roca que me protege de mis enemigos. 3 Sí, tú eres mi roca y mi fortaleza; honra el nombre tuyo sacándome de este peligro. 4 Líbrame de la trampa que mis enemigos han armado para mí. Porque sólo en ti hallo protección.
15 En tus manos está mi vida entera. Rescátame de quienes me persiguen implacables. 16 Que tu gracia brille sobre tu siervo; ¡sálvame tan sólo por tu misericordia!
Vivir el ejemplo de Cristo
4 Puesto que Cristo sufrió en su cuerpo, ustedes también deben estar dispuestos a sufrir, porque el que ha sufrido en el cuerpo ha roto con el pecado, 2 para que el resto de su vida no la viva siguiendo sus pasiones humanas sino cumpliendo la voluntad de Dios. 3 Ya basta que en el pasado ustedes hayan desperdiciado el tiempo haciendo lo que les gusta hacer a los que no creen. Vivían para sus vicios, malos deseos, borracheras y fiestas desenfrenadas, y para adorar a sus ídolos detestables.
4 A ellos les parece extraño que ustedes ya no se junten con ellos para andar en las mismas inmoralidades y por eso los insultan. 5 Pero ellos tendrán que darle cuentas a Aquel que está preparado para juzgar a los vivos y a los muertos. 6 Por eso también se les predicó el evangelio aun a los muertos,[a] para que, a pesar de haber sido juzgados en este mundo por lo que hicieron en vida, vivan conforme a Dios en el espíritu.
7 Ya se acerca el fin de todas las cosas. Por tanto, sean serios y responsables en la oración. 8 Sobre todo, ámense en gran manera unos a otros, porque el amor cubre muchos pecados.
Sepultura de Jesús
57 Al llegar la noche, un hombre rico de Arimatea llamado José, discípulo de Jesús, 58 fue a Pilato y le reclamó el cuerpo de Jesús. Pilato se lo concedió. 59 José tomó el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia 60 y lo colocó en un sepulcro nuevo labrado en la peña. Hacía poco que había hecho ese sepulcro y ordenó que rodaran una piedra grande para cerrar la entrada. José se alejó, 61 pero María Magdalena y la otra María se quedaron sentadas delante del sepulcro.
La guardia ante el sepulcro
62 Al siguiente día, al cabo del primer día de las ceremonias pascuales, los principales sacerdotes y los fariseos fueron a Pilato 63 y le dijeron:
―Señor, aquel impostor dijo una vez que al tercer día resucitaría. 64 Quisiéramos que ordenaras poner guardias ante la tumba hasta el tercer día, para evitar que sus discípulos vayan, se roben el cuerpo y luego se pongan a decir que resucitó. Si eso sucede estaremos peor que antes.
65 ―Bueno, ahí tienen un pelotón de soldados. Vayan y asegúrense de que nada anormal suceda.
66 Entonces fueron, sellaron la roca y dejaron a los soldados de guardia.
Sepultura de Jesús
38 Después de esto, José de Arimatea le pidió a Pilato el cuerpo de Jesús. José era discípulo de Jesús, aunque en secreto porque le tenía miedo a los judíos. Pilato le dio permiso y él se llevó el cuerpo.
39 También Nicodemo, el que había visitado a Jesús de noche, llegó con unos treinta y cuatro kilos de una mezcla de mirra y áloe. 40 Entre los dos envolvieron el cuerpo de Jesús con vendas empapadas en las especias aromáticas. Así era la costumbre judía de sepultar a los muertos.
41 En el lugar donde crucificaron a Jesús había un huerto, y en el huerto un sepulcro nuevo en el que todavía no habían sepultado a nadie. 42 Como estaba por empezar el sábado, y el sepulcro estaba cerca, pusieron allí a Jesús.
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