Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
99 ¡El Señor es rey! ¡Tiemblen las naciones! Él tiene su trono entre querubines: que se estremezca toda la tierra. 2 Grande es el Señor en Sion, y soberano sobre todas las naciones de la tierra, 3 Sea alabado su grande y maravilloso nombre, ¡él es santo!
4 Rey poderoso, que amas la justicia: tú has establecido igualdad y has actuado con justicia por todo Israel. 5 ¡Exaltemos al Señor, nuestro Dios! Inclinémonos hasta sus pies para adorarlo porque él es santo.
6 Moisés y Aarón estaban entre sus sacerdotes, y Samuel también clamó su nombre. Ellos suplicaron al Señor su ayuda y él les respondió. 7 Les habló desde la columna de nube y ellos siguieron las leyes y mandamientos que él les dio. 8 Señor y Dios nuestro, tú les respondiste y les perdonaste sus pecados, pero los castigaste cuando procedieron mal.
9 Exalten al Señor nuestro Dios; adórenlo en su santo monte: ¡Santo es el Señor nuestro Dios!
El mérito no es de Israel
9 »Escucha, Israel: hoy mismo vas a cruzar el río Jordán e iniciarás la conquista de las naciones que viven al otro lado del río. 2 Estas naciones son más numerosas y poderosas que tú. Sus habitantes viven en ciudades grandes y amuralladas. Entre ellos están los famosos gigantes, descendientes de Anac, a quienes nadie ha podido vencer. 3 Pero el Señor tu Dios irá delante de ti como un fuego consumidor para destruirlos de modo que puedas vencerlos con rapidez y expulsarlos de la tierra.
4 »Cuando el Señor haya realizado todo esto, no te atrevas a decir que todo esto lo hizo por tu rectitud. La realidad es otra. El Señor lo hará por la impiedad de las otras naciones. 5 El Señor los expulsará de la tierra no por tu bondad o rectitud, sino debido a la impiedad de las otras naciones, y para cumplir la promesa que hizo a tus antepasados Abraham, Isaac y Jacob.
Pedro se dirige a los espectadores
11 Todos fueron corriendo al portal de Salomón, donde el lisiado tenía firmemente asidos a Pedro y a Juan. 12 Y viendo eso, Pedro les dirigió la palabra: «Hombres de Israel —les dijo—, ¿qué hay de sorprendente en esto? ¿Por qué nos miran como si hubiéramos hecho andar a este hombre mediante nuestro propio poder y por nuestra piedad? 13 El Dios de Abraham, de Isaac, de Jacob y de nuestros antepasados, a través de este milagro ha honrado a su siervo Jesús, a quien ustedes entregaron y rechazaron ante Pilato, a pesar de que este estaba resuelto a ponerlo en libertad. 14 Ustedes no quisieron que libertaran al Santo y Justo; al contrario, demandaron la libertad de un asesino 15 y mataron al autor de la vida. Pero Dios le devolvió la vida; de ello nosotros somos testigos. 16 Este hombre se sanó en el nombre de Jesús, y ustedes saben que era inválido. La fe en el nombre de Jesús logró la perfecta curación de esta persona.
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