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Revised Common Lectionary (Semicontinuous)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with sequential stories told across multiple weeks.
Duration: 1245 days
Nueva Biblia Viva (NBV)
Version
2 Samuel 5:1-5

David es ungido rey de Israel

Después de esto, todas las tribus de Israel fueron a Hebrón y le dijeron a David: «Aquí estamos, nosotros somos sus hermanos de sangre. Además, sabemos muy bien que, aunque Saúl era nuestro rey, realmente usted era el que iba al frente del ejército de Israel cuando teníamos que enfrentar a nuestros enemigos. También estamos enterados de que el Señor le ha dicho que usted será el pastor y rey de este pueblo». Entonces David hizo un pacto delante del Señor con los jefes de Israel en Hebrón, y ellos lo coronaron rey de Israel.

4-5 Cuando David comenzó a reinar sobre Judá, en Hebrón, tenía treinta años. Ya llevaba siete años y medio como rey de Judá, cuando los de Israel lo coronaron también como rey de ellos. Así que, después de esto, reinó treinta y tres años más sobre todo Israel y Judá, y lo hizo desde Jerusalén. De modo que en total reinó unos cuarenta años.

2 Samuel 5:9-10

David estableció su sede en la fortaleza de Sion, a la cual llamó Ciudad de David. Además, le construyó alrededor una muralla, desde Milo hasta el palacio. 10 David, pues, se fortalecía cada vez más, porque el Señor, Dios Todopoderoso, estaba con él.

Salmos 48

Canción. Salmo de los hijos de Coré.

48 ¡Qué grande es el Señor! Cuánto debemos alabarlo en su monte santo en la ciudad de nuestro Dios. Miren el monte Sion que se eleva al norte de la ciudad alzándose sobre la llanura para que todos lo vean; el monte Sion, gozo de toda la tierra, residencia del gran Rey.

Dios mismo es el defensor de Jerusalén. Los reyes de la tierra han llegado juntos para avanzar contra la ciudad. Maravillados están ante el espectáculo; están aterrados y huyen, aterrorizados por lo que han visto; van llenos de pánico, como mujer acongojada por los dolores de parto, como las majestuosas naves de Tarsis cuando las destruye un poderoso viento del este. De la gloria de la ciudad hemos oído, pero ahora nosotros mismos la hemos visto, la ciudad de nuestro Dios Todopoderoso. Es la ciudad de nuestro Dios ¡Él la hará permanecer para siempre!

Señor, aquí en tu templo meditamos en tu gran amor mientras te adoramos. 10 La honra a tu nombre, oh Dios, y la alabanza, a ti llega hasta los confines de la tierra; tu diestra está llena de victoria. 11 Que el pueblo en el monte Sion se regocije. Que la ciudad de Judá se alegre, porque tus juicios son justos. 12 Vayan, examinen la ciudad. Denle la vuelta y cuenten sus muchas torres. 13 Observen sus reforzados muros y recorran sus fortalezas para que puedan contarlo a las futuras generaciones.

14 Este Dios es nuestro Dios por los siglos de los siglos. Él será, nuestro guía hasta que muramos.

2 Corintios 12:2-10

2-3 Conozco a un seguidor de Cristo que hace catorce años fue llevado al tercer cielo. No me pregunten si fue corporalmente o en el espíritu, porque no lo sé; sólo Dios lo sabe. Y sé que este hombre fue llevado al paraíso y escuchó cosas que los humanos no podemos expresar con palabras. Podría muy bien presumir ante ustedes de esa experiencia, pero no lo haré. Prefiero sentirme orgulloso de mis debilidades.

Sin embargo, si quisiera gloriarme, no sería insensato en hacerlo, porque estaría diciendo la verdad. Pero no lo hago porque no deseo que piensen que soy más importante de lo que soy, sólo por lo que digo o hago.

Es tal la grandeza de las revelaciones que he recibido que, para que no me enorgullezca demasiado, el Señor clavó en mi carne un aguijón, un mensajero de Satanás que me atormenta. Tres veces he pedido a Dios que me lo quite, y las tres veces me ha respondido: «Debe bastarte mi amor. Mi poder se manifiesta más cuando la gente es débil». Por eso, de muy buena gana me siento orgulloso de mis debilidades; gracias a ellas, se muestra en mí el poder de Cristo. 10 Desde que sé que lo que sufro lo sufro por Cristo, me siento feliz por mis debilidades, los insultos, las privaciones, las persecuciones y las dificultades. En efecto, cuando soy débil, entonces soy fuerte.

Marcos 6:1-13

Un profeta sin honra

Poco después salió de aquella región y regresó con sus discípulos a su pueblo, Nazaret.

Cuando llegó el día de reposo, Jesús fue a enseñar a la sinagoga. Y muchos que lo escucharon se quedaron boquiabiertos y se preguntaban:

―¿De dónde sacó este tanta sabiduría y el poder para hacer los milagros que hace?, pues es el carpintero, hijo de María, hermano de Jacobo, José, Judas y Simón. Y sus hermanas viven aquí mismo.

Y estaban escandalizados.

Pero Jesús les dijo: «Al profeta nunca lo aceptan en su propia tierra, ni entre sus parientes, ni en su propia casa».

Debido a la incredulidad de la gente no pudo realizar ningún milagro allí, salvo poner las manos sobre unos pocos enfermos y sanarlos. Jesús estaba asombrado de la incredulidad de aquella gente. Y se fue a enseñar en las aldeas cercanas.

Jesús envía a los doce

Y llamó a los doce y los envió de dos en dos con poder para echar fuera demonios. Les ordenó que no llevaran nada con ellos, excepto un bastón. No debían llevar alimentos ni bolsa ni dinero; podían llevar sandalias, pero no una muda de ropa.

10 «Cuando entren a una casa —les dijo—, quédense allí hasta que se vayan de ese lugar. 11 Y si en alguna parte no los reciben ni les prestan atención, sacúdanse el polvo de los pies y váyanse. Con eso les estarán haciendo una advertencia».

12 Los discípulos salieron y fueron a predicarle a la gente para que se arrepintiera. 13 Echaron fuera muchos demonios y sanaron a muchos enfermos ungiéndolos con aceite.

Nueva Biblia Viva (NBV)

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