Revised Common Lectionary (Complementary)
Al director musical. Sígase la tonada de «La canción del lagar». Salmo de los hijos de Coré.
84 ¡Cuán hermoso es el lugar donde tú habitas, oh Señor Todopoderoso! 2 Casi me desmayo pues mi deseo más intenso es entrar en los atrios del Señor; con todo mi ser, alma y cuerpo, alabaré alegremente al Dios viviente. 3 Hasta los gorriones encuentran casa cerca de tus altares; y la golondrina hace allí su nido, para empollar a sus pequeños; oh Señor Todopoderoso, mi rey y mi Dios. 4 ¡Dichosos quienes pueden morar en tu templo y cantar tus alabanzas!
5 Dichosos quienes son fuertes en el Señor y desean por sobre todo seguir tus pasos. 6 Cuando atraviesen el Valle del Llanto se les convertirá en región de manantiales, donde los estanques se llenen de las lluvias de bendiciones. 7 Continuamente crecerán en fortaleza y cada uno se presentará ante Dios en Sion.
9 ¡Hay tanto dolor que parece que no me alcanzarán todas las lágrimas para llorar por tanta desgracia! ¡Ay, ya las lágrimas no me alcanzan para llorar por tantos muertos de mi pueblo! 2 ¡Quisiera poder retirarme al desierto y no tener que estar viendo tantas infidelidades de parte de mi pueblo! ¡Todos se han vuelto adeptos de ídolos, me han traicionado! 3 ¡Todos son grandes mentirosos, para nada se preocupan de hablar con la verdad! Nada les importa la justicia y van de mal en peor. Nada les importo yo, dice el Señor.
4 ¡Cuídate de tu vecino! ¡Cuídate de tu hermano! Cada cual se aprovecha del otro y siempre andan hablando mal de todo el mundo. 5 Se han vuelto especialistas en la mentira y el chisme, ¡y no tienen otra cosa en la cabeza que hacer maldades! 6 Están bien instalados en su mundo de mentiras, ahí se sienten como en su propia casa y de plano rehúsan acudir a mí, dice el Señor.
7 Por lo tanto, esto dice el Señor de los ejércitos: Los haré pasar por grandes pruebas para comprobar su calidad, así como se hace con los metales para librarlos de las impurezas. ¿Qué otra cosa puedo hacer con ellos? 8 Porque siempre andan dañando con sus palabras mentirosas, como cuando saludan a un vecino diciéndole «que tengas paz», pero en su interior están pensando cómo dañarlo. 9 ¿No habré de castigarlos por toda esta situación?, pregunta el Señor, ¿no habré de corregir con toda autoridad a este pueblo?
10 Entonces se soltarán llorando por todos lados, hasta en los lugares desiertos, porque hay mucha desgracia, muerte de gente, de aves y ganados. 11 Convertiré a Jerusalén en un montón de casas ruinosas, en guarida de chacales. Ciudades fantasmas serán las de Judá, sin nadie que habite en ellas. 12 ¿Quién tiene suficiente inteligencia para entender todo esto? ¿Dónde está el mensajero del Señor que pueda explicar lo que pasó? ¿Por qué está tan desolado el país, al punto de que nadie se atreve a viajar por él?
13 La razón es que mi pueblo ha ignorado mis instrucciones y no ha obedecido lo que le mandé, responde el Señor. 14 Lejos de eso, han hecho cuanto les ha dado la gana y han adorado ídolos como ese mentado Baal, como les enseñaron sus antepasados. 15 Por tanto, esto es lo que dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: Miren, yo les daré a comer amargura y a beber veneno. 16 Los esparciré por la superficie de la tierra para que sean extranjeros en tierras lejanas; y aun allá los perseguirán los enemigos con sus espadas desenvainadas hasta que hayan acabado con los israelitas por completo.
La impiedad en los últimos días
3 También debes saber, Timoteo, que los últimos tiempos serán difíciles. 2 La gente amará sólo el dinero y se amará a sí misma; será orgullosa, jactanciosa, blasfema, desobediente a sus padres, ingrata e impía. 3 Serán tan duras de corazón que jamás cederán ante los demás; serán mentirosas, inmorales, crueles y opuestas a todo lo que es bueno. 4 Traicionarán a sus amigos; serán iracundas, vanidosas y preferirán los placeres antes que a Dios. 5 Aparentarán ser religiosas, pero su conducta desmentirá sus apariencias. ¡No tengas nada que ver con esa gente!
6 Esas personas son los que se introducen en casas ajenas y engañan a mujeres tontas y cargadas de pecado, a las que les gusta correr en pos de sus pasiones; 7 siempre están aprendiendo, pero nunca logran conocer la verdad. 8 Así como Janes y Jambres combatieron a Moisés, aquellas personas combaten la verdad; tienen la mente depravada y han fracasado en la fe. 9 Pero no siempre se saldrán con la suya. Un día, su estupidez quedará al descubierto ante todo el mundo, de la misma manera que les pasó a Janes y Jambres.
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