Revised Common Lectionary (Complementary)
Al director musical. Salmo de David. Acompáñese con instrumentos de cuerda. De David.
61 ¡Oh Dios, escucha mi clamor! ¡Atiende a mi plegaria! 2 Desde los confines de la tierra, clamo a ti pidiendo auxilio pues mi corazón desfallece; llévame a una roca donde esté yo a salvo. 3 Porque tú eres mi refugio, alta torre en donde mis enemigos jamás podrán tocarme. 4 Por siempre moraré en tu santuario. ¡Seguro bajo el amparo de tus alas! 5 Porque tú has escuchado mis votos, Dios, y me has dado la bendición que guardas para quienes temen tu nombre.
6 Añade más años a la vida del rey; que sus años se extiendan de generación en generación. 7 Que reine para siempre bajo tu protección. Que tu amor y fidelidad lo protejan. 8 Así cantaré siempre alabanzas a tu nombre; con lo que cumpliré mis votos cada día.
Azarías, rey de Judá
15 Azarías hijo de Amasías comenzó a gobernar en Judá cuando Jeroboán II llevaba veintisiete años reinando en Israel. 2 Cuando Azarías subió al trono de Judá tenía dieciséis años, y reinó en Jerusalén durante cincuenta y dos años. Su madre era Jecolías, de Jerusalén.
3 Azarías fue un buen rey, y agradó al Señor, tal como lo había hecho su padre Amasías. 4 Pero a semejanza de sus antecesores, no destruyó los santuarios situados sobre las colinas, donde el pueblo hacía sacrificios y quemaba incienso.
5 El Señor lo atacó con lepra, la que le duró hasta el día de su muerte. Por esta razón vivió solo en una casa. Su hijo Jotán ejercía el gobierno.
6 El resto de la historia de Azarías está escrito en el libro de los reyes de Judá. 7 Cuando Azarías murió, fue sepultado con sus antepasados en la Ciudad de David, en Jerusalén, y su hijo Jotán fue el nuevo rey.
5 A estos doce Jesús los envió y les dio las siguientes instrucciones:
«No vayan a los que no son judíos ni a los samaritanos. 6 Limítense a visitar a las ovejas perdidas del pueblo de Israel.
7 »Anúncienles que el reino de los cielos ya se ha acercado.
8 »Curen enfermos, resuciten muertos, sanen leprosos y echen fuera demonios. De la misma manera que ustedes están recibiendo este poder gratuitamente, tampoco cobren por sus servicios. 9 No lleven dinero 10 ni bolsa con comida; no lleven más túnicas ni más calzado que los que traen puestos, ni lleven bordón, porque las personas a las que ustedes ayuden tienen el deber de alimentarlos y cuidarlos. 11 Cuando lleguen a cualquier ciudad o pueblo, busquen a una persona de confianza y quédense en su casa hasta que se vayan a otro pueblo. 12 Y al entrar a la casa, den su bendición a los que allí viven. 13 Si ellos lo merecen, tendrán la paz que ustedes les desearon; pero si no lo merecen, no la tendrán. 14 Si en alguna ciudad u hogar no los reciben ni les hacen caso, salgan de allí y sacúdanse el polvo de los pies al salir. 15 Les aseguro que en el día del juicio, el castigo de Sodoma y Gomorra resultará mucho más tolerable que el castigo que caerá sobre aquella ciudad.
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