Revised Common Lectionary (Complementary)
Al director musical. Salmo de David.
64 Señor, escucha mi queja. Protégeme del temor a mis enemigos. 2 Escóndeme de la conspiración de los malvados, de la intrigas de perversos. 3 Afilan sus lenguas como espadas; lanzan como flechas sus palabras amargas. 4 Desde su emboscada tiran contra el inocente. Lo hacen sin aviso, y no tienen temor. 5 Unos a otros se animan a cometer el mal. Planean cómo poner sus trampas. «Aquí jamás las descubrirá», dicen. 6 Maquinan sus perversidades, y dicen: «Hemos tramado el plan perfecto». ¡Sí, los pensamientos y el corazón humano no se pueden comprender!
7 Pero Dios mismo les disparará y caerán. Sin aviso las flechas los herirán. 8 Sus propias palabras se volverán contra ellos y los destruirán. Cuantos los vean se burlarán de ellos. 9 Entonces todos sentirán temor, proclamarán las poderosas obras de Dios; por fin reconocerán las admirables cosas que él hace. 10 Y los justos se regocijarán en el Señor, y encontrarán refugio en él. Y los de recto corazón lo alabarán.
Lamento por el faraón
32 A mediados de febrero del año décimosegundo del cautiverio del rey Joaquín, me vino este mensaje del Señor:
2 «Hombre mortal, haz duelo por el faraón, rey de Egipto, y dile: “¡Te consideras como un joven y poderoso león entre las naciones, como un cocodrilo a orillas del Nilo, haciendo burbujas y enturbiando la corriente con tus violentos coletazos!”».
3 El Señor Dios dice: «¡Yo enviaré un gran ejército de muchas naciones aliadas para atraparte con mi red! 4 Te sacaré y te dejaré varado en tierra para morir. Y todas las aves de los cielos se posarán sobre ti y las fieras de toda la tierra te devorarán hasta saciarse. 5 Y cubriré los montes con tu carne y llenaré los valles con tus huesos. 6 Y regaré la tierra con tu sangre, llenando los torrentes hasta las cimas de las montañas. 7 Y cuando haya acabado contigo se nublarán los cielos y dejará de verse el brillo de las estrellas. Cubriré el sol con una nube, y la luna no dará su luz; ¡todo el mundo dará señales de tu caída! 8 ¡Sí, habrá oscuridad en toda la tierra, aun los astros brillantes serán entenebrecidos sobre ti!
9 »Y cuando yo te destruya habrá dolor en muchos corazones entre las naciones distantes que tú jamás has visto, donde irán llegando a refugiarse tus sobrevivientes. 10 ¡Sí, el terror se apoderará de muchas tierras, y sus reyes tendrán miedo a causa de todo lo que yo te hago! ¡Temblarán de terror cuando yo vuelva mi atención y juicio contra ellos! ¡Ellos temblarán por sus vidas en el día de tu caída!».
Jesús sana a un muchacho endemoniado
37 Al día siguiente, cuando bajaron de la montaña, mucha gente les salió al encuentro. 38 De entre toda esa gente, un hombre le dijo:
―Maestro, te ruego que ayudes a mi hijo, pues es el único que tengo. 39 Un espíritu se apodera de él y, de repente, hace gritar al muchacho. También lo sacude con violencia y hace que eche espuma por la boca. Cuando por fin lo suelta, lo deja todo lastimado.
40 Les rogué a tus discípulos que echaran fuera al espíritu, pero no pudieron.
41 Respondió Jesús:
―¡Oh, gente falta de fe y perversa! ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes y soportarlos? Trae acá a tu hijo.
42 Cuando el muchacho se acercaba, el demonio lo derribó e hizo que temblara con violencia. Pero Jesús reprendió al espíritu maligno, sanó al muchacho y se lo devolvió a su padre. 43 Todos quedaron asombrados ante la grandeza de Dios.
Y mientras la gente seguía tan asombrada por todo lo que hacía, Jesús dijo a sus discípulos:
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