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Revised Common Lectionary (Complementary)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with thematically matched Old and New Testament readings.
Duration: 1245 days
Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Version
Génesis 2:18-24

18 Después dijo Jehová Dios: «No es bueno que el hombre esté solo: le haré ayuda idónea para él.» 19 Jehová Dios formó, pues, de la tierra toda bestia del campo y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán para que viera cómo las había de llamar; y el nombre que Adán dio a los seres vivientes, ése es su nombre. 20 Y puso Adán nombre a toda bestia, a toda ave de los cielos y a todo ganado del campo; pero no se halló ayuda idónea para él. 21 Entonces Jehová Dios hizo caer un sueño profundo sobre Adán y, mientras éste dormía, tomó una de sus costillas y cerró la carne en su lugar. 22 De la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. 23 Dijo entonces Adán:

«¡Ésta sí que es hueso de mis huesos
y carne de mi carne!
Será llamada “Mujer”,
porque del hombre fue tomada.»

24 Por tanto dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán una sola carne.

Salmos 8

La gloria de Dios y la honra del hombre

Al músico principal; sobre Gitit. Salmo de David

¡Jehová, Señor nuestro,
cuán grande es tu nombre en toda la tierra!

¡Has puesto tu gloria
sobre los cielos!
De la boca de los niños y de los que aún maman,
fundaste la fortaleza a causa de tus enemigos,
para hacer callar al enemigo y al vengativo.

Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos,
la luna y las estrellas que tú formaste,
digo: «¿Qué es el hombre para que tengas de él memoria,
y el hijo del hombre para que lo visites?»

Lo has hecho poco menor que los ángeles
y lo coronaste de gloria y de honra.
Lo hiciste señorear sobre las obras de tus manos;
todo lo pusiste debajo de sus pies:
ovejas y bueyes, todo ello,
y asimismo las bestias del campo,
las aves del cielo y los peces del mar;
¡todo cuanto pasa por los senderos del mar!

¡Jehová, Señor nuestro,
cuán grande es tu nombre en toda la tierra!

Hebreos 1:1-4

Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos últimos días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo y por quien asimismo hizo el universo. Él, que es el resplandor de su gloria, la imagen misma de su sustancia y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas, hecho tanto superior a los ángeles cuanto que heredó más excelente nombre que ellos.

Hebreos 2:5-12

El autor de la salvación

Dios no sujetó a los ángeles el mundo venidero, acerca del cual estamos hablando. Al contrario, alguien testificó en cierto lugar, diciendo:

«¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él,
el ser humano para que lo visites?
Lo hiciste un poco menor que los ángeles,
lo coronaste de gloria y de honra
y lo pusiste sobre las obras de tus manos.
Todo lo sujetaste bajo sus pies.»

En cuanto le sujetó todas las cosas, nada dejó que no le sea sujeto, aunque todavía no vemos que todas las cosas le sean sujetas. Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús, coronado de gloria y de honra a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios experimentara la muerte por todos.

10 Convenía a aquel por cuya causa existen todas las cosas y por quien todas las cosas subsisten que, habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionara por medio de las aflicciones al autor de la salvación de ellos, 11 porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos; por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos, 12 diciendo:

«Anunciaré a mis hermanos tu nombre,
en medio de la congregación te alabaré.»

Marcos 10:2-16

Se acercaron los fariseos y le preguntaron, para tentarlo, si era lícito al marido repudiar a su mujer. Él, respondiendo, les dijo:

—¿Qué os mandó Moisés?

Ellos dijeron:

—Moisés permitió dar carta de divorcio y repudiarla.

Respondiendo Jesús, les dijo:

—Por la dureza de vuestro corazón os escribió este mandamiento; pero al principio de la creación, hombre y mujer los hizo Dios. Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne; así que no son ya más dos, sino uno. Por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.

10 En casa volvieron los discípulos a preguntarle sobre lo mismo, 11 y les dijo:

—Cualquiera que repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra ella; 12 y si la mujer repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio.

Jesús bendice a los niños(A)

13 Le presentaban niños para que los tocara, pero los discípulos reprendían a los que los presentaban. 14 Viéndolo Jesús, se indignó y les dijo:

—Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis, porque de los tales es el reino de Dios. 15 De cierto os digo que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él.

16 Y tomándolos en los brazos, ponía las manos sobre ellos y los bendecía.

Reina-Valera 1995 (RVR1995)

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