Revised Common Lectionary (Complementary)
El privilegio de morar en Sión
A los hijos de Coré. Salmo. Cántico
87 Su cimiento está en el monte santo.
2 Ama Jehová las puertas de Sión
más que todas las moradas de Jacob.
3 ¡Cosas gloriosas se han dicho de ti,
ciudad de Dios! Selah
4 «Yo me acordaré de Rahab y de Babilonia
entre los que me conocen,
aquí están Filistea y Tiro, con Etiopía;
estos nacieron allá.»
5 Y de Sión se dirá:
«Éste y aquél han nacido en ella.»
Y el Altísimo mismo la establecerá.
6 Jehová contará al inscribir a los pueblos:
«Éste nació allí.» Selah
7 Y cantores y músicos dirán en ella:
«Todas mis fuentes están en ti.»
18 «Porque yo conozco sus obras y sus pensamientos; tiempo vendrá para juntar a todas las naciones y lenguas: vendrán y verán mi gloria. 19 Pondré entre ellos una señal y enviaré a los sobrevivientes de ellos a las naciones: a Tarsis, a Fut y a Lud que disparan arco, a Tubal y a Javán, a las costas lejanas que no han oído de mí ni han visto mi gloria. Y publicarán mi gloria entre las naciones.
20 »Y traerán a todos vuestros hermanos de entre todas las naciones, como una ofrenda para Jehová, en caballos, en carros, en literas, en mulos y en camellos, a mi santo monte de Jerusalén», dice Jehová, «al modo que los hijos de Israel traen la ofrenda en utensilios limpios a la casa de Jehová. 21 Y tomaré también de ellos para sacerdotes y levitas», dice Jehová.
22 «Porque como los cielos nuevos
y la nueva tierra que yo hago
permanecerán delante de mí»,
dice Jehová,
«así permanecerá
vuestra descendencia y vuestro nombre.
23 »Y de mes en mes, y de sábado en sábado,
vendrán todos a adorar delante de mí»,
dice Jehová.
Jesús sana a un leproso(A)
8 Cuando descendió Jesús del monte, lo seguía mucha gente. 2 En esto se le acercó un leproso y se postró ante él, diciendo:
—Señor, si quieres, puedes limpiarme.
3 Jesús extendió la mano y lo tocó, diciendo:
—Quiero, sé limpio.
Y al instante su lepra desapareció. 4 Entonces Jesús le dijo:
—Mira, no lo digas a nadie, sino ve, muéstrate al sacerdote y presenta la ofrenda que ordenó Moisés, para testimonio a ellos.
Jesús sana al siervo de un centurión(B)
5 Al entrar Jesús en Capernaúm, se le acercó un centurión, que le rogaba 6 diciendo:
—Señor, mi criado está postrado en casa, paralítico, gravemente atormentado.
7 Jesús le dijo:
—Yo iré y lo sanaré.
8 Respondió el centurión y dijo:
—Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente di la palabra y mi criado sanará, 9 pues también yo soy hombre bajo autoridad y tengo soldados bajo mis órdenes, y digo a éste: “Ve”, y va; y al otro: “Ven”, y viene; y a mi siervo: “Haz esto”, y lo hace.
10 Al oírlo Jesús, se maravilló y dijo a los que lo seguían:
—De cierto os digo que ni aun en Israel he hallado tanta fe. 11 Os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los cielos; 12 pero los hijos del reino serán echados a las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.
13 Entonces Jesús dijo al centurión:
—Vete, y como creíste te sea hecho.
Y su criado quedó sano en aquella misma hora.
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