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Revised Common Lectionary (Complementary)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with thematically matched Old and New Testament readings.
Duration: 1245 days
Nueva Traducción Viviente (NTV)
Version
Salmos 80:1-7

Para el director del coro: salmo de Asaf; cántese con la melodía de «Lirios del pacto».

80 Te pido que escuches, oh Pastor de Israel,
    tú, que guías como a un rebaño a los descendientes de José.
Oh Dios, entronizado por encima de los querubines,
    despliega tu radiante gloria
    ante Efraín, Benjamín y Manasés.
Muéstranos tu gran poder.
    ¡Ven a rescatarnos!

Oh Dios, haznos volver a ti;
    haz que tu rostro brille sobre nosotros.
    Solo entonces seremos salvos.
Oh Señor, Dios de los Ejércitos Celestiales,
    ¿hasta cuándo seguirás enojado con nuestras oraciones?
Nos diste tristeza por comida,
    y nos hiciste beber lágrimas en abundancia.
Nos convertiste en el desprecio[a] de las naciones vecinas.
    Nuestros enemigos nos tratan como si fuéramos una broma.

Haznos volver a ti, oh Dios de los Ejércitos Celestiales;
    haz que tu rostro brille sobre nosotros.
    Solo entonces seremos salvos.

Salmos 80:17-19

17 Fortalece al hombre que amas,
    al hijo que elegiste.
18 Entonces jamás volveremos a abandonarte.
    Revívenos para que podamos invocar tu nombre una vez más.

19 Haznos volver a ti, oh Señor Dios de los Ejércitos Celestiales;
    haz que tu rostro brille sobre nosotros.
    Solo entonces seremos salvos.

2 Samuel 7:18-22

Oración de gratitud de David

18 Entonces el rey David entró y se sentó delante del Señor y oró:

«¿Quién soy yo, oh Señor Soberano, y qué es mi familia para que me hayas traído hasta aquí? 19 Y ahora, Señor Soberano, sumado a todo lo demás, ¡hablas de darle a tu siervo una dinastía duradera! ¿Tratas a todos de esta manera, oh Señor Soberano?[a]

20 »¿Qué más puedo decirte? Tú sabes cómo es realmente tu siervo, Señor Soberano. 21 Debido a tu promesa y según tu voluntad hiciste todas estas grandes cosas y las diste a conocer a tu siervo.

22 »¡Qué grande eres, oh Señor Soberano! No hay nadie como tú. ¡Nunca hemos oído de otro Dios como tú!

Gálatas 4:1-7

Piénsenlo de la siguiente manera: si un padre muere y deja una herencia a sus hijos pequeños, esos niños no están en mejor situación que los esclavos hasta que se hagan mayores de edad, aunque son los verdaderos dueños de todas las posesiones de su padre. Tienen que obedecer a sus tutores hasta que cumplan la edad establecida por su padre. Eso mismo sucedía con nosotros antes de que viniera Cristo. Éramos como niños; éramos esclavos de los principios[a] espirituales básicos de este mundo.

Sin embargo, cuando se cumplió el tiempo establecido, Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer y sujeto a la ley. Dios lo envió para que comprara la libertad de los que éramos esclavos de la ley, a fin de poder adoptarnos como sus propios hijos; y debido a que somos[b] sus hijos, Dios envió al Espíritu de su Hijo a nuestro corazón, el cual nos impulsa a exclamar «Abba, Padre»[c]. Ahora ya no eres un esclavo sino un hijo de Dios, y como eres su hijo, Dios te ha hecho su heredero.

Nueva Traducción Viviente (NTV)

La Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House Foundation, 2010. Todos los derechos reservados.