Revised Common Lectionary (Complementary)
Danos de nuevo la libertad
Canto para los peregrinos.
1 Cuando el SEÑOR traiga a los deportados de vuelta a Sion,
parecerá que estamos soñando;
2 nos llenaremos de felicidad
y entonaremos canciones alegres.
La gente de otras naciones dirá:
«El SEÑOR ha hecho maravillas por ellos».
3 En el pasado, el SEÑOR hizo maravillas por nosotros,
y estábamos felices de ello.
4 SEÑOR, danos de nuevo la libertad;
haz que seamos como desiertos que se llenan de manantiales.
5 Los que con lágrimas sembraron,
con gritos de alegría cosecharán.
6 El que vaya andando y llorando llevando la bolsa de semillas,
volverá gritando de alegría llevando manojos de trigo.
12 Entonces Jeremías les dijo a todos los jefes y a todo el pueblo: «El SEÑOR me envió a profetizar contra este templo y contra esta ciudad todo el mensaje que ustedes han escuchado. 13 Ahora arreglen su vida y sus hechos, y obedezcan al SEÑOR su Dios. Tal vez el SEÑOR cambie de opinión con respecto al desastre que ha anunciado en contra de ustedes. 14 En cuanto a mí, yo estoy en sus manos; hagan conmigo lo que bien les parezca. 15 Pero en todo caso, sepan muy bien que si me matan, estarán manchando con sangre inocente sus manos, la ciudad y sus habitantes. La verdad es que el SEÑOR me envió a decirles claramente todo lo que escucharon».
16 Los jefes y todo el pueblo les dijeron a los sacerdotes y a los profetas: «Este hombre no debe ser sentenciado a muerte porque nos ha hablado en nombre del SEÑOR nuestro Dios». 17 Entonces se pusieron de pie algunos de los ancianos de Judá y les dijeron a todos los que estaban allí reunidos: 18 (A)«Miqueas de Moréset solía profetizar en los días de Ezequías, rey de Judá, y le dijo a todo el pueblo de Judá:
“Esto dice el SEÑOR Todopoderoso:
Sion será un terreno arado,
Jerusalén un montón de ruinas,
y el monte del templo se convertirá
en una colina[a] cubierta de bosque”.[b]
19 »¿Acaso el rey Ezequías y el pueblo de Judá lo mataron? ¿No tuvo temor del SEÑOR y buscó la aprobación del SEÑOR y el SEÑOR desistió del castigo que les había anunciado? ¿Es que vamos a causarnos nosotros mismos un mal tan grande?»
20 Hubo otro hombre llamado Urías hijo de Semaías, de Quiriat Yearín, quien también profetizaba en el nombre del SEÑOR contra esta ciudad y contra este país, diciendo lo mismo que Jeremías. 21 Cuando el rey Joacim, todos sus oficiales y todos sus altos funcionarios escucharon sus palabras, el rey procuró matarlo; pero Urías se enteró, tuvo temor y escapó a Egipto. 22 Entonces el rey Joacim envió a Egipto a Elnatán hijo de Acbor con algunos hombres. 23 Ellos sacaron a Urías de Egipto y lo llevaron al rey Joacim, quien lo mandó matar a filo de espada e hizo arrojar el cuerpo a la fosa común.
24 Pero Ajicán hijo de Safán protegió a Jeremías y evitó que fuera entregado en manos del pueblo para que lo mataran.
11 La ley se entregó al pueblo bajo el sacerdocio de Leví, pero la gente no se podía perfeccionar espiritualmente por medio de ese sacerdocio. Era necesario que apareciera otro sacerdocio, pero no como el de Aarón, sino como el que tiene Melquisedec. 12 Cuando cambia el sacerdocio, cambia también la ley. 13 Pero todo esto lo decimos con referencia a Jesucristo. Él no es descendiente de Leví y nadie de su tribu sirvió como sacerdote en el altar. 14 Está claro que nuestro Señor era descendiente[a] de Judá, pero Moisés no dijo nada de sacerdotes que fueran descendientes de Judá.
Jesús es sacerdote como Melquisedec
15 Todo se aclara cuando aparece Jesús, que es sacerdote como Melquisedec. 16 Jesús no fue designado sacerdote por voluntad humana, sino por el poder de su vida indestructible, 17 (A)porque se da testimonio de él:
«Eres sacerdote para siempre,
tal como fue Melquisedec».[b]
18 El mandamiento queda anulado por débil e ineficaz, 19 pues la ley no podía hacer nada perfecto. Pero ahora se nos da una esperanza nueva por la que podemos acercarnos a Dios.
20 Es muy importante notar que Dios también hizo una promesa cuando nombró a Jesús sumo sacerdote, pero no hubo promesa alguna para otros sacerdotes. 21 (B)En cambio, Jesús llegó a ser sacerdote con una promesa de Dios, quien le dijo:
«El Señor ha hecho una promesa,
y no cambiará de opinión.
Tú eres sacerdote para siempre».[c]
22 Esto quiere decir que Jesús es la garantía de un mejor pacto entre Dios y su pueblo.
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