Revised Common Lectionary (Complementary)
Dios y los seres humanos
Al director, con la gitit. Canción de David.
1 SEÑOR, Dios nuestro,
tu nombre es sin par en el mundo entero.
Tu gloria se extiende más allá de los cielos.
2 Los bebés y los niños
te cantan canciones de alabanza.
Tú les diste estas canciones poderosas
para silenciar a tus enemigos que buscan venganza.
3 Cuando veo el cielo que hiciste con tus dedos,
y la luna y las estrellas que pusiste en su lugar,
4 me pregunto: «¿Qué es el ser humano?
¿Por qué te acuerdas de él?
¿Qué es la raza humana[a]?
¿Para qué te ocupas de ella?»
5 Tú has creado a los seres humanos casi como dioses
y los has llenado de honor y gloria.
6 Los has puesto al cuidado de todo lo que creaste;
pusiste todo bajo sus pies.
7 Ellos gobiernan todas las ovejas y el ganado,
y también todas las bestias del campo,
8 las aves del cielo y los peces del mar,
y todo lo que pasa por las corrientes del mar.
9 SEÑOR, Dios nuestro,
tu nombre es sin par en el mundo entero.
[b]
Pacto de Abraham con Abimélec
22 En ese tiempo Abimélec y Ficol, el jefe de su ejército, le dijeron a Abraham:
—Dios está contigo en todo lo que haces. 23 Por lo tanto, prométeme aquí ante Dios que no me traicionarás ni a mí ni a mis hijos, ni a mis descendientes. Que como yo he sido leal a ti, tú serás leal a mí y a mis tierras, donde has vivido como extranjero.
24 Entonces Abraham dijo:
—Lo prometo.
25 Entonces Abraham se quejó con Abimélec acerca de un pozo de agua que los siervos de Abimélec le habían quitado. 26 Abimélec dijo:
—No sé quién ha hecho esto, tú no me lo habías dicho y sólo hasta hoy me entero.
27 Abraham tomó ovejas y ganado, se los dio a Abimélec y ambos hicieron un pacto. 28 Abraham separó siete[a] ovejas del resto del rebaño. 29 Luego Abimélec le dijo a Abraham:
—¿Qué significan estas siete ovejas que has separado del resto?
30 Abraham respondió:
—Aceptarás de mí estas siete ovejas como prueba de que yo construí este pozo.
31 Después de esto el pozo fue llamado Berseba[b], porque ambos hicieron un pacto. 32 Entonces ellos acordaron su pacto en Berseba. Después Abimélec y Ficol, el jefe de su ejército, se fueron y regresaron a la tierra de los filisteos.
33 Abraham sembró un árbol de tamarisco en Berseba, y adoró allí al SEÑOR, el Dios eterno. 34 Abraham vivió como extranjero en la tierra de los filisteos por mucho tiempo.
La vida conforme al Espíritu Santo
8 Así pues, ahora Dios no condena a los que están unidos a Jesucristo 2 porque por medio de él, la ley del Espíritu que da vida te liberó[a] de la ley que trae pecado y muerte. 3 Lo que la ley no podía hacer porque no pudo contra la naturaleza humana, Dios lo hizo al enviar a su Hijo, quien vivió con la misma vida con la que todo ser humano peca. Lo envió como una ofrenda para pagar por el pecado y así Dios se valió de esa vida humana para condenar el pecado. 4 Todo esto lo hizo Dios para que pudiéramos vivir aprobados tal como exige la ley. Ya no vivimos de acuerdo a la naturaleza humana, sino que vivimos de acuerdo al Espíritu.
5 Los que siguen la mentalidad humana, sólo piensan en satisfacerla, pero los que viven según el Espíritu sólo piensan en satisfacer al Espíritu. 6 El que se deja controlar por su mentalidad humana tendrá muerte, pero el que deja que el Espíritu controle su mente tendrá vida y paz. 7 Cuando alguien se deja controlar por su mentalidad humana, está en contra de Dios y se niega a obedecer la ley de Dios. De hecho, no es capaz de obedecerla; 8 los que tienen la mentalidad humana no pueden agradar a Dios.
9 En ustedes no predomina la mentalidad humana sino la del Espíritu, porque el Espíritu de Dios vive en ustedes. El que no tiene el Espíritu de Cristo, no pertenece a Cristo. 10 El cuerpo de ustedes está muerto por culpa del pecado, pero si Cristo está en ustedes, Dios los aprobó y el Espíritu les da vida. 11 Dios resucitó a Jesús de la muerte. Y si el Espíritu de Dios vive en ustedes, el mismo que resucitó a Cristo le dará vida a su cuerpo mortal por medio del Espíritu que vive en ustedes.
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