Revised Common Lectionary (Complementary)
El Dios de Israel
1 ¡Aleluya!
Den gracias al SEÑOR, porque él es bueno;
su fiel amor dura para siempre.
2 ¿Quién puede describir lo grande que es el SEÑOR?
¿O alabar a Dios de la manera que él merece?
3 Afortunados los que practican la justicia
y siempre hacen lo que es justo.
4 SEÑOR, recuérdame cuando tengas compasión de tu pueblo;
fíjate en mí cuando traigas salvación,
5 para que yo vea la prosperidad de tus elegidos;
me alegre y llene de orgullo de la gente que es tu propiedad.
6 Hemos pecado al igual que nuestros antepasados;
hemos actuado mal e hicimos cosas malas.
13 Pero pronto se olvidaron de lo que Dios hizo por ellos;
no prestaron atención al consejo que Dios les dio.
14 Nuestros antepasados tuvieron deseos desordenados,
y pusieron a prueba a Dios en el desierto.
15 Dios les dio lo que le pidieron,
pero también les dio una enfermedad terrible.
16 Tuvieron envidia de Moisés en el campamento,
y de Aarón el consagrado del SEÑOR.
17 La tierra se abrió y se tragó a Datán;
se cerró y cubrió al grupo de Abirán.
18 Después, el fuego consumió a ese grupo,
quemó a todos esos perversos.
19 Hicieron un becerro en el monte Horeb
y se postraron ante una imagen de fundición.
20 Cambiaron al Dios glorioso
por la imagen de un toro que come hierba.
21 Dios salvó a nuestros antepasados,
pero ellos se olvidaron de él.
Se olvidaron de los milagros que Dios hizo en Egipto,
22 de las maravillas que hizo en el país de Cam
y de las cosas asombrosas que hizo en el mar Rojo.
23 Dios quiso destruirlos,
pero Moisés, su elegido, se puso entre Dios y el pueblo.
Aunque Dios estaba furioso,
Moisés evitó que destruyera a su pueblo.
47 Sálvanos, SEÑOR Dios nuestro,
reúnenos de entre las naciones
para agradecer a tu santo nombre
y alabarte con orgullo.
48 Bendito sea el SEÑOR, Dios de Israel,
que siempre ha vivido y siempre vivirá.
Y todo el pueblo dijo: «Así sea».
¡Aleluya!
9 Pero sé cuidadoso en extremo para que no olvides lo que tus ojos han visto y no se borren de tu mente todos los días de tu vida. Enséñales todo esto a tus hijos y a los hijos de tus hijos. 10 No olvides nunca lo que viste el día que te presentaste ante el SEÑOR tu Dios en el monte Horeb, cuando el SEÑOR me dijo: «Reúne al pueblo ante mí, para que oigan lo que tengo que decirles y aprendan a obedecerme todos los días de su vida en la tierra, y para que les enseñen esto a sus hijos». 11 Ustedes se acercaron y se colocaron al pie del monte que ardía en un fuego que llegaba hasta el cielo; había oscuridad y una densa niebla. 12 El SEÑOR les habló desde el medio del fuego. Escucharon el sonido de sus palabras, pero no veían ninguna forma, solamente se oía una voz. 13 Él les anunció su pacto que les mandó obedecer: los diez mandamientos que grabó en dos tablas de piedra. 14 El SEÑOR me mandó a mí que les enseñara las normas y leyes, de forma que ustedes pudieran obedecerlas en la tierra que ocuparán al cruzar el río Jordán.
Un buen siervo de Jesucristo
6 Enséñales todo esto a los hermanos, y así serás un buen siervo de Jesucristo, nutrido por las palabras de la fe y la excelente enseñanza que has seguido. 7 Pero rechaza los cuentos irreverentes y tontos, y más bien entrénate para una vida dedicada a Dios. 8 El ejercicio físico te sirve de algo, pero una vida dedicada a Dios te trae bendiciones tanto para la vida presente como para la del mundo venidero.[a] 9 Todos pueden estar seguros de que esto es cierto: 10 que por esto mismo trabajamos y luchamos porque hemos puesto nuestra esperanza en el Dios viviente. Él es Salvador de todos los seres humanos, pero en particular de aquellos que creen en él.
11 Enseña a todos lo que te digo y diles que lo pongan en práctica. 12 No dejes que nadie te considere menos por ser joven. Sé ejemplo para los creyentes en tu hablar, en tu conducta, en amor, en fe y en pureza. 13 Mientras yo llego, ocúpate de leerles a los creyentes las Escrituras, animándolos y enseñándoles. 14 No se te olvide el don que recibiste por medio de profecía cuando los ancianos líderes te impusieron las manos.
15 Presta atención a estas cosas y dedica tu vida a hacerlas para que todos vean el avance de tu trabajo. 16 Ten cuidado con tu forma de vivir y con lo que enseñas. Si eres constante, asegurarás tanto tu salvación como la de los que escuchen tus enseñanzas.
© 2005, 2015 Bible League International