Revised Common Lectionary (Complementary)
Cómo estar cerca de Dios
Canción de David.
1 SEÑOR, ¿quién puede vivir en tu templo?
¿Quién puede subir a tu monte santo[a]?
2 Sólo el que vive con honestidad, y hace lo justo,
pensando y diciendo la verdad;
3 el que no calumnie a nadie,
el que no le haga mal a sus semejantes,
ni insulte a sus vecinos;
4 sólo el que se aparte de los que Dios desprecia,
y el que respete al que teme al SEÑOR;
el que cumpla lo que promete,
aunque tenga que sacrificarse para hacerlo;
5 el que no cobre intereses por un préstamo,
y no se deje sobornar para causar daño a gente inocente.
Sólo el que lleve una vida así podrá estar siempre cerca de Dios.
15 Luego Moisés bajó del monte llevando en las manos las dos tablas de piedra del Testimonio, estaban escritas por ambos lados, por el frente y por atrás. 16 Dios mismo hizo las piedras y él mismo escribió los mandamientos en ellas.
17 Cuando Josué escuchó los gritos del pueblo, le dijo a Moisés:
—Se oyen sonidos de guerra en el campamento.
18 Moisés respondió:
—No oigo sonido de gritos de victoria ni lamentos de derrota; son cantos lo que oigo.
19 Moisés se enojó mucho cuando llegó al campamento y vio al becerro de oro y al pueblo bailando. Entonces arrojó las tablas contra el suelo, las cuales se hicieron pedazos al pie del monte. 20 Luego Moisés agarró al becerro que el pueblo había hecho, lo quemó en el fuego y lo molió hasta volverlo polvo. Después roció el polvo sobre el agua e hizo que los israelitas se tomaran esa agua.
21 Moisés le preguntó a Aarón:
—¿Qué te hizo este pueblo para que los hayas llevado a cometer un pecado tan grande?
22 Aarón respondió:
—Señor, no te enojes conmigo. Tú sabes que este pueblo siempre está dispuesto a hacer el mal. 23 Ellos me dijeron: “Haznos unos dioses para que nos guíen porque no sabemos qué le pasó a Moisés, el hombre que nos sacó de Egipto”. 24 Entonces yo les dije: “Si alguien tiene oro quíteselo y entréguemelo”. Luego lo arrojé en el fuego y salió este becerro.
25 Moisés vio que el pueblo estaba fuera de control convirtiéndose en motivo de burla de sus enemigos porque Aarón no los había controlado. 26 Entonces Moisés se puso a la entrada del campamento y dijo:
—Que se acerquen a mí los que están del lado del SEÑOR.
Todos los levitas se le unieron. 27 Luego Moisés les dijo:
—El SEÑOR, Dios de Israel dijo: “Tome cada uno de ustedes la espada y vaya de un extremo a otro del campamento matando a su hermano, su amigo y vecino”.
28 Los levitas hicieron lo que Moisés les dijo. Ese día murieron aproximadamente 3000 hombres. 29 Luego Moisés les dijo:
—Hoy el SEÑOR los eligió por haberse opuesto a sus hijos y a sus hermanos. Así que hoy él los bendice.
30 A la mañana siguiente, Moisés le dijo al pueblo:
—Ustedes cometieron un gran pecado. Sin embargo yo voy a subir ahora a donde está el SEÑOR para ver si puedo hacer algo para que él los perdone.
31 Entonces Moisés subió a donde estaba el SEÑOR y le dijo:
—Por favor escúchame. Este pueblo cometió un gran pecado por haberse hecho dioses de oro. 32 Ahora, ¡perdónalos por su pecado! Si no los perdonas borra mi nombre del libro[a] que tú escribiste.
33 El SEÑOR le dijo a Moisés:
—A los únicos que borro de mi libro son a los que cometen pecado contra mí. 34 Baja y guía al pueblo a donde yo te diga. Mi ángel irá frente a ti para guiarte. Cuando llegue el momento de castigar a los que han pecado contra mí, los castigaré.
35 Luego el SEÑOR hizo que una plaga cayera sobre el pueblo y se enfermaron por haber adorado al becerro de oro que Aarón les había hecho.
Riquezas verdaderas
9 El hermano de condición humilde no se avergüence de ser pobre, porque Dios lo ha puesto en un lugar de honor. 10 El hermano rico no se avergüence cuando Dios lo humille, porque el rico desaparecerá como la flor de la hierba. 11 Cuando sale el sol, hace calor y se seca la hierba; la flor se cae y ahí termina su hermoso aspecto. Así pasa con los ricos, en un momento los vemos ocupados en sus negocios y, de pronto, mueren.
Dios no tienta a nadie
12 Afortunado el que mantiene la fe cuando es tentado, porque recibirá el premio de la vida eterna que Dios ha prometido a los que lo aman. 13 Cuando alguien tenga una tentación, no diga que es tentado por Dios, pues a Dios no lo tienta la maldad ni tampoco él tienta a nadie. 14 Uno es tentado cuando se deja llevar por un mal deseo que lo atrae y lo seduce. 15 Luego, el deseo malo da a luz el pecado, y el pecado, una vez que ha crecido, conduce a la muerte.
16 No se engañen, mis estimados hermanos.
© 2005, 2015 Bible League International