Revised Common Lectionary (Complementary)
Salmo 121 (120)
El Señor es quien te cuida
121 Cántico de peregrinación.
Levanto mis ojos a los montes,
¿de dónde me vendrá el auxilio?
2 Mi auxilio viene del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.
3 No dejará que tropiece tu pie,
no dormirá quien te protege.
4 No duerme, no está dormido
el protector de Israel.
5 El Señor es quien te cuida,
es tu sombra protectora.
6 De día el sol no te hará daño,
ni la luna de noche.
7 El Señor te protege de todo mal,
él protege tu vida.
8 El Señor protege tus idas y venidas
desde ahora y para siempre.
Alianza de Labán y Jacob
43 Labán le replicó a Jacob:
— Estas mujeres son mis hijas, estos muchachos son mis nietos, este ganado también es mío y todo lo que aquí ves me pertenece. ¿Qué puedo hacer hoy por estas hijas mías y por los hijos que han dado a luz? 44 Hagamos una alianza tú y yo, y quede como testimonio entre nosotros.
45 Entonces Jacob tomó una piedra, la erigió a modo de piedra votiva, 46 y dijo a sus parientes:
— ¡Juntad piedras!
Y ellos recogieron piedras, hicieron un montón con ellas, y allí comieron, junto al majano. 47 Labán llamó a aquel lugar Jegar Saadutá, y Jacob lo llamó Galaad.
48 Labán añadió:
— Este majano es hoy un testimonio entre nosotros.
Por eso aquel lugar se llamó Galaad, 49 y también Mispá, porque Labán juró:
— ¡Que el Señor nos vigile cuando nos hayamos separado! 50 Si maltratas a mis hijas o si te casas con otras mujeres además de ellas, aunque nadie sea testigo de ello, Dios será testigo entre nosotros.
51 Y Labán siguió diciendo a Jacob:
— Mira el montón de piedras y la piedra votiva que he erigido entre nosotros; 52 que este majano y esta piedra votiva sean testigos de que ni tú ni yo traspasaremos esta línea para hacernos daño. 53 Y que el Dios de Abrahán y el Dios de Najor sea nuestro juez.
Entonces Jacob juró por el Terror de Isaac, su padre. 54 Luego ofreció Jacob un sacrificio en el monte e invitó a comer a sus parientes. Ellos comieron y pasaron la noche allí, en el monte. 32 1 Al día siguiente Labán se levantó temprano, besó a sus hijas y a sus nietos y regresó a su casa.
Jacob regresa a su tierra
2 Jacob, por su parte, siguió su camino y unos ángeles de Dios salieron a su encuentro.
II.— FIRMEZA ANTE LAS FALSAS DOCTRINAS Y LAS DIFICULTADES (2,14—3,9)
El verdadero y el falso servidor
14 No eches en saco roto estas cosas y en nombre de Dios ordena que nadie se enzarce en disputas que no sirven para nada, sino únicamente para ruina de quienes participan en ellas. 15 Esfuérzate por merecer la aprobación de Dios, como un trabajador que no tiene de qué avergonzarse, como alguien que sigue fielmente la palabra de la verdad. 16 Evita la palabrería estéril y profana que sólo conduce a una vida irreligiosa 17 y que es como carcoma que todo lo devora. Tal es el caso de Himeneo y Fileto, 18 que se han desviado de la verdad y andan haciendo estragos en la fe de algunos al decir que la resurrección de los muertos ya ha tenido lugar. 19 Pero el Señor ha puesto un fundamento inconmovible con esta inscripción: El Señor conoce a los suyos; y con esta otra: “Apártese del mal todo el que invoca el nombre del Señor”.
20 En una casa bien surtida hay diferentes utensilios: unos son de oro y plata, otros de arcilla y madera; unos se destinan a usos nobles, otros, en cambio, a los más viles menesteres. 21 Así pues, quien se mantenga incontaminado de estas cosas, será un utensilio noble, consagrado, útil a su dueño y a punto para toda obra buena.
22 Huye de los excesos juveniles y esfuérzate en llevar una vida de rectitud, de fe, de amor y de paz en unión con los que invocan limpia y sinceramente al Señor. 23 Evita las controversias estúpidas e ineducadas que sólo engendran altercados. 24 Quien sirve al Señor no puede ser pendenciero; al contrario, debe ser amable con todos, sufrido, buen educador 25 y capaz de corregir con dulzura a los contradictores. 26 ¡Quién sabe si no les concederá Dios ocasión de convertirse y conocer la verdad, escapando así de la trampa en que el diablo los tiene atrapados y sometidos a su antojo!
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España