Revised Common Lectionary (Complementary)
Dios cuida a su pueblo
¡Aleluya!
111 Alabaré a Jehová con todo el corazón
en la compañía y congregación de los rectos.
2 Grandes son las obras de Jehová,
buscadas de todos los que las quieren.
3 Gloria y hermosura es su obra,
y su justicia permanece para siempre.
4 Ha hecho memorables sus maravillas;
clemente y misericordioso es Jehová.
5 Ha dado alimento a los que lo temen;
para siempre se acordará de su pacto.
6 El poder de sus obras manifestó a su pueblo
dándole la heredad de las naciones.
7 Las obras de sus manos son verdad y juicio;
fieles son todos sus mandamientos,
8 afirmados eternamente y para siempre,
hechos en verdad y rectitud.
9 Redención ha enviado a su pueblo;
para siempre ha ordenado su pacto.
¡Santo y temible es su nombre!
10 El principio de la sabiduría es el temor de Jehová;
buen entendimiento tienen todos los que practican sus mandamientos;
¡su loor permanece para siempre!
María y Aarón murmuran contra Moisés
12 María y Aarón hablaron contra Moisés a causa de la mujer cusita que había tomado, pues él había tomado una mujer cusita. 2 Decían: «¿Solamente por Moisés ha hablado Jehová? ¿No ha hablado también por nosotros?» Y lo oyó Jehová.
3 Moisés era un hombre muy manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra. 4 Luego dijo Jehová a Moisés, a Aarón y a María: «Salid vosotros tres al Tabernáculo de reunión.»
Y salieron ellos tres. 5 Entonces Jehová descendió en la columna de la nube y se puso a la puerta del Tabernáculo. Llamó a Aarón y a María, y se acercaron ambos. 6 Y Jehová les dijo: «Oíd ahora mis palabras. Cuando haya entre vosotros un profeta de Jehová, me apareceré a él en visión, en sueños le hablaré. 7 No así con mi siervo Moisés, que es fiel en toda mi casa. 8 Cara a cara hablaré con él, claramente y no con enigmas, y verá la apariencia de Jehová. ¿Por qué, pues, no tuvisteis temor de hablar contra mi siervo Moisés?»
9 Entonces la ira de Jehová se encendió contra ellos; luego se fue. 10 Tan pronto la nube se apartó del Tabernáculo, María se llenó de lepra, y tenía la piel blanca como la nieve. Cuando Aarón miró a María y vio que estaba leprosa, 11 dijo a Moisés: «¡Ah! señor mío, no pongas ahora sobre nosotros este pecado, porque locamente hemos actuado y hemos pecado. 12 No quede ella ahora como el que nace muerto, que al salir del vientre de su madre tiene ya medio consumida su carne.»
13 Entonces Moisés clamó a Jehová diciendo: «Te ruego, Dios, que la sanes ahora.»
14 Respondió Jehová a Moisés: «Si su padre hubiera escupido en su rostro, ¿no se avergonzaría durante siete días? Sea expulsada, pues, fuera del campamento durante siete días, y después volverá a la congregación.»
15 Así María fue expulsada del campamento durante siete días, y el pueblo no siguió adelante hasta que se reunió María con ellos.
Jesús sana a un leproso(A)
12 Sucedió que estando él en una de las ciudades, se presentó un hombre lleno de lepra, el cual, viendo a Jesús, se postró con el rostro en tierra y le rogó, diciendo:
—Señor, si quieres, puedes limpiarme.
13 Jesús entonces, extendiendo la mano, lo tocó, diciendo:
—Quiero, sé limpio.
Y al instante la lepra se fue de él. 14 Jesús le mandó que no lo dijera a nadie. Le dijo:
—Ve, muéstrate al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés, para testimonio a ellos.
15 Pero su fama se extendía más y más; y se reunía mucha gente para oírlo y para que los sanara de sus enfermedades. 16 Pero él se apartaba a lugares desiertos para orar.
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