Revised Common Lectionary (Complementary)
Oración matutina de confianza en Dios
Salmo de David, cuando huía de delante de su hijo Absalón.
3 ¡Jehová, cuánto se han multiplicado mis adversarios!
Muchos son los que se levantan contra mí;
2 muchos son los que dicen de mí:
«No hay para él salvación en Dios.» Selah
3 Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí;
mi gloria, y el que levanta mi cabeza.
4 Con mi voz clamé a Jehová
y él me respondió desde su monte santo. Selah
5 Yo me acosté y dormí,
y desperté, porque Jehová me sustentaba.
6 No temeré ni a una gran multitud
que ponga sitio contra mí.
7 ¡Levántate, Jehová! ¡Sálvame, Dios mío!
Tú heriste en la mejilla a todos mis enemigos;
los dientes de los perversos rompiste.
8 La salvación es de Jehová.
¡Sobre tu pueblo sea tu bendición! Selah
5 »Mirad entre las naciones,
ved y asombraos,
porque haré una obra en vuestros días,
que, aun cuando se os contara, no la creeríais.
6 Porque yo levanto a los caldeos,
nación cruel y presurosa,
que camina por la anchura de la tierra
para poseer las moradas ajenas.
7 Formidable es y terrible;
de ella misma proceden
su justicia y su dignidad.
8 Sus caballos son
más ligeros que leopardos,
más feroces que lobos nocturnos,
y sus jinetes se multiplicarán.
Vienen de lejos sus jinetes,
vuelan como águilas
que se apresuran a devorar.
9 Toda ella acude a la violencia;
el terror va delante de ella,
y recoge cautivos como arena.
10 Se mofa de los reyes,
y de los príncipes hace burla;
se ríe de las fortalezas,
levanta terraplenes y las toma.
11 Luego pasa como el huracán,
y peca porque hace de su fuerza su dios.
12 »¿No eres tú desde el principio,
Jehová, Dios mío, Santo mío?
No moriremos.
Jehová, para juicio lo pusiste;
y tú, Roca, lo estableciste para castigar.
13 Muy limpio eres de ojos para ver el mal,
ni puedes ver el agravio;
¿por qué, pues, ves a los criminales
y callas cuando destruye el impío
al que es más justo que él?
14 Tratas a los hombres como a peces del mar,
como a reptiles que no tienen dueño.
15 A todos los pesca con anzuelo,
los recoge con su red,
los junta en sus mallas;
por lo cual se alegra y se regocija.
16 Por eso ofrece sacrificios a su red
y quema incienso a sus mallas,
porque gracias a ellas su porción es abundante
y sabrosa su comida.
17 ¿Vaciará sin cesar su red
y seguirá aniquilando sin piedad a las naciones?»
La sabiduría que viene de Dios
2 Hermanos míos, gozaos profundamente cuando os halléis en diversas pruebas, 3 sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. 4 Pero tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.
5 Si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. 6 Pero pida con fe, no dudando nada, porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. 7 No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor, 8 ya que es persona de doble ánimo e inconstante en todos sus caminos.
9 El hermano que es de humilde condición, gloríese en su exaltación; 10 pero el que es rico, en su humillación, porque él pasará como la flor de la hierba. 11 Cuando sale el sol con calor abrasador, la hierba se seca, su flor se cae y perece su hermosa apariencia. Así también se marchitará el rico en todas sus empresas.
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