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Old/New Testament

Each day includes a passage from both the Old Testament and New Testament.
Duration: 365 days
Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
Version
Ezequiel 35-36

Profecía contra el monte Seír (Edom)

35 Entonces vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo: “Oh hijo de hombre, pon tu rostro hacia el monte Seír y profetiza contra él. Dile que así ha dicho el SEÑOR Dios[a]: ‘He aquí, yo estoy contra ti, oh monte Seír, y contra ti extiendo mi mano. Te convertiré en desolación y soledad. A tus ciudades convertiré en ruinas, y serás una desolación. Y sabrás que yo soy el SEÑOR. Por cuanto han guardado una enemistad perpetua y han entregado a los hijos de Israel al poder de la espada en el tiempo de su aflicción, en el tiempo del castigo final; por eso, ¡vivo yo, que a la sangre te destinaré, y la sangre te perseguirá!, dice el SEÑOR Dios[b]. Ya que no aborreciste la sangre, esta te perseguirá. Convertiré al monte Seír en desolación y soledad, y eliminaré de allí al que pasa y al que vuelve. Llenaré sus montes con sus cadáveres. En tus colinas, en tus valles y en todas tus quebradas caerán muertos a espada. Te convertiré en desolación perpetua, y tus ciudades nunca más serán habitadas. Y ustedes sabrán que yo soy el SEÑOR’.

10 “Por cuanto dijiste: ‘Estas dos naciones y estas dos tierras serán mías, y tomaremos posesión de ellas’, a pesar de que el SEÑOR estaba allí, 11 por eso, ¡vivo yo, que haré conforme a tu ira y conforme al celo con que has procedido a causa de tu odio contra ellos!, dice el SEÑOR Dios[c]. Y seré conocido en ti[d] cuando te juzgue. 12 Tú sabrás que yo, el SEÑOR, he oído todas las infamias que proferiste contra los montes de Israel, diciendo: ‘¡Son desolados y a nosotros nos son entregados como comida!’. 13 Con la boca de ustedes los han engrandecido contra mí, y contra mí se han insolentado. Y yo he oído sus palabras”.

14 Así ha dicho el SEÑOR Dios[e]: “Cuando toda la tierra se regocije, yo te haré una desolación. 15 Como te regocijaste porque fue desolada la heredad de la casa de Israel, así te haré a ti. Tú, oh monte Seír con toda Edom, serás una desolación. Y sabrán que yo soy el SEÑOR.

Restauración de Israel

36 “Pero tú, oh hijo de hombre, profetiza acerca de los montes de Israel, y di: ¡Oh montes de Israel, oigan la palabra del SEÑOR! Así ha dicho el SEÑOR Dios[f]: Por cuanto el enemigo dijo de ustedes: ‘¡Bravo! ¡También estas alturas eternas nos han sido dadas por heredad!’, por eso, profetiza y di que así ha dicho el SEÑOR Dios[g]: Por cuanto los desolaron y los aplastaron por todos lados, para que fueran hechos heredad de las demás naciones, de modo que se les puso como objeto de habladuría y calumnia ante los pueblos; por eso, oh montes de Israel, oigan la palabra del SEÑOR Dios[h]. Así ha dicho el SEÑOR Dios a los montes y a las colinas, a las quebradas y a los valles, a las ruinas desoladas y a las ciudades abandonadas que fueron expuestas al saqueo y al escarnio ante el resto de las naciones que están alrededor”.

Por tanto, así ha dicho el SEÑOR Dios[i]: “Ciertamente en el fuego de mi celo he hablado contra el resto de las naciones y contra todo Edom, quienes en medio del regocijo de todo corazón y con despecho del alma, se dieron a sí mismos mi tierra como heredad, para que su campo fuera expuesto al pillaje. Por tanto, profetiza acerca de la tierra de Israel y di a los montes y a las colinas, a las quebradas y a los valles, que así ha dicho el SEÑOR Dios[j]: ‘He aquí, en mi celo y en mi furor he hablado, porque han cargado con la afrenta de las naciones. Por tanto, así ha dicho el SEÑOR Dios[k], yo he alzado mi mano jurando que las naciones que están a su alrededor han de cargar con su afrenta’.

“Pero ustedes, oh montes de Israel, darán sus ramas y producirán su fruto para mi pueblo Israel, porque ellos están a punto de venir. Porque he aquí, yo estoy a favor de ustedes; me volveré a ustedes, y serán cultivados y sembrados. 10 Multiplicaré sobre ustedes los hombres, a toda la casa de Israel, a toda ella. Las ciudades serán habitadas y las ruinas serán reconstruidas. 11 Multiplicaré sobre ustedes a hombres y animales; se multiplicarán y fructificarán. Los haré habitar como solían en el pasado; los haré mejores que en sus comienzos. Y sabrán que yo soy el SEÑOR. 12 Sobre ustedes haré que transiten hombres, los de mi pueblo Israel. Los[l] tomarán en posesión y ustedes serán su heredad. Nunca más los volverán a privar de sus hijos”.

13 Así ha dicho el SEÑOR Dios[m]: “Por cuanto te[n] dicen: ‘Tú devoras hombres y privas de hijos a tu nación’, 14 por tanto, no devorarás más a los hombres ni nunca más privarás de hijos a tu nación, dice el SEÑOR Dios[o]. 15 Nunca más te haré oír la afrenta de las naciones, ni llevarás más el oprobio de los pueblos ni privarás de hijos a tu nación”, dice el SEÑOR Dios[p].

16 Entonces vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo: 17 “Oh hijo de hombre, cuando la casa de Israel habitaba en su tierra, la contaminaban con su conducta y sus obras. Su conducta delante de mí fue como la inmundicia de una mujer menstruosa. 18 Y yo derramé mi ira sobre ellos, por la sangre que derramaron sobre la tierra y porque la contaminaron con sus ídolos. 19 Los dispersé por las naciones, y fueron esparcidos por los países. Los juzgué conforme a su conducta y a sus obras. 20 Pero cuando llegaron a las naciones a donde fueron, profanaron mi santo nombre cuando se decía de ellos: ‘¡Estos son el pueblo del SEÑOR, pero de la tierra de él han salido!’. 21 He tenido dolor al ver mi santo nombre profanado por la casa de Israel en las naciones adonde fueron. 22 Por tanto, di a la casa de Israel que así ha dicho el SEÑOR Dios[q]: ‘Yo no lo hago por ustedes, oh casa de Israel, sino por causa de mi santo nombre, al cual han profanado en las naciones adonde han llegado. 23 Yo mostraré la santidad de mi gran nombre que fue profanado en las naciones, en medio de las cuales ustedes lo profanaron. Y sabrán las naciones que soy el SEÑOR, cuando yo muestre mi santidad en ustedes a vista de ellos’, dice el SEÑOR Dios[r].

24 “Yo, pues, los tomaré de las naciones y los reuniré de todos los países, y los traeré a su propia tierra. 25 Entonces esparciré sobre ustedes agua pura y serán purificados de todas sus impurezas. Los purificaré de todos sus ídolos. 26 Les daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de ustedes. Quitaré de su carne el corazón de piedra y les daré un corazón de carne. 27 Pondré mi Espíritu dentro de ustedes y haré que anden según mis leyes, que guarden mis decretos y que los pongan por obra. 28 Y habitarán en la tierra que di a sus padres. Ustedes serán mi pueblo y yo seré su Dios. 29 Los libraré de todas sus impurezas. Llamaré al trigo y lo multiplicaré, y no los someteré más al hambre. 30 Multiplicaré, asimismo, el fruto de los árboles y el producto de los campos, para que nunca más reciban afrenta entre las naciones, por causa del hambre. 31 Entonces se acordarán de sus malos caminos y de sus hechos que no fueron buenos, y se detestarán a ustedes mismos por sus iniquidades y por sus abominaciones. 32 No es por causa de ustedes que hago esto; sépanlo bien, dice el SEÑOR Dios[s]. ¡Avergüéncense y cúbranse de afrenta a causa de sus caminos, oh casa de Israel!”.

33 Así ha dicho el SEÑOR Dios[t]: “El día en que yo los purifique de todas sus iniquidades, haré también que sean habitadas las ciudades y que sean reconstruidas las ruinas. 34 La tierra desolada será cultivada, en contraste con haber estado desolada ante los ojos de todos los que pasaban. 35 Y dirán: ‘Esta tierra que estaba desolada ha venido a ser como el jardín de Edén, y estas ciudades que estaban destruidas, desoladas y arruinadas ahora están fortificadas y habitadas’. 36 Entonces las naciones que fueron dejadas en sus alrededores sabrán que yo, el SEÑOR, he reconstruido las ciudades arruinadas y he plantado la tierra desolada. Yo, el SEÑOR, he hablado y lo haré”.

37 Así ha dicho el SEÑOR Dios[u]: “Aún he de ser buscado por la casa de Israel para hacerles esto: Multiplicaré los hombres como los rebaños. 38 Como las ovejas consagradas, como las ovejas de Jerusalén en sus festividades, así las ciudades desiertas estarán llenas de rebaños de hombres. Y sabrán que yo soy el SEÑOR”.

2 Pedro 1

Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que han alcanzado una fe igualmente preciosa como la nuestra por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo: Gracia a ustedes y paz les sea multiplicada en el conocimiento de Dios y de nuestro Señor Jesús.

Valores de la vida cristiana

Su divino poder nos ha concedido todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad por medio del conocimiento de aquel que nos llamó por su propia gloria y excelencia[a]. Mediante ellas nos han sido dadas preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas ustedes sean hechos participantes de la naturaleza divina después de haber huido de la corrupción que hay en el mundo debido a las bajas pasiones. Y por esto mismo, poniendo todo empeño, añadan a su fe, virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, perseverancia, a la perseverancia, devoción; a la devoción, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor.

Porque cuando estas cosas están en ustedes y abundan, no los dejarán estar ociosos ni estériles en el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. Pues el que no tiene estas cosas es ciego y tiene la vista corta, habiendo olvidado la purificación de sus pecados pasados. 10 Por eso, hermanos, procuren aun con mayor empeño hacer firme su llamamiento y elección, porque haciendo estas cosas no tropezarán jamás. 11 Pues de esta manera les será otorgada amplia entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

12 Por eso, siempre les traeré estas cosas a la memoria, aunque ustedes las saben y están afirmados en la verdad que está presente en ustedes. 13 Pero considero justo estimularles la memoria entre tanto que estoy en esta mi morada temporal[b]. 14 Pues como sé que dentro de poco tengo que dejar mi frágil morada[c], como me lo ha declarado nuestro Señor Jesucristo, 15 también procuraré con empeño que, después de mi partida, ustedes puedan tener memoria de estas cosas en todo momento.

Testimonio de los apóstoles

16 Porque les hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo no siguiendo fábulas artificiosas, sino porque fuimos testigos oculares de su majestad. 17 Porque al recibir de parte de Dios Padre honra y gloria, desde la grandiosa gloria le fue dirigida una voz: “Este es mi Hijo amado en quien tengo complacencia”. 18 Y nosotros oímos esta voz dirigida desde el cielo cuando estábamos con él en el monte santo.

Testimonio de las Escrituras

19 También tenemos la palabra profética que es aun más firme. Ustedes hacen bien en estar atentos a ella como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que aclare el día y el lucero de la mañana se levante en su corazón. 20 Y hay que tener muy en cuenta, antes que nada, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, 21 porque jamás fue traída la profecía por voluntad humana; al contrario, los hombres hablaron de parte de Dios[d] siendo inspirados por el Espíritu Santo.

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

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