Old/New Testament
Dios responde a la oración del profeta
65 “Yo me dejé buscar por los que no preguntaban por mí; me dejé hallar por los que no me buscaban. A una nación que no invocaba mi nombre dije: ‘¡Aquí estoy; aquí estoy!’. 2 Todo el día extendí mis manos a un pueblo rebelde que anda por un camino que no es bueno, tras sus propios pensamientos. 3 Este es un pueblo que en mi propia cara me provoca a ira continuamente, ofreciendo sacrificios en los jardines y quemando incienso sobre ladrillos. 4 Moran en los sepulcros y pasan la noche en lugares secretos. Comen carne de cerdo, y en sus ollas hay caldoa de cosas contaminadas. 5 Ellos dicen: ‘Quédate en tu lugar. No te acerques a mí, porque soy más santo que tú’. Estos son como humo en mi nariz, fuego que arde todo el día.
6 “He aquí que está escrito delante de mí. No callaré, sino que daré la retribución; sí, les daré su retribución en su propio seno. 7 Por sus iniquidades y por las iniquidades de sus padres juntamente, dice el SEÑOR, quienes quemaron incienso sobre los montes y me afrentaron sobre las colinas, yo les repartiré en su mismo seno la retribución por sus obras del pasado”.
8 Así ha dicho el SEÑOR: “Como cuando alguien halla jugo en un racimo de uvas y dice: ‘No lo destruyas, porque en él hay bendición’, así procederé yo por causa de mis siervos para no destruirlo del todo. 9 Sacaré de Jacob descendencia; y de Judá, al heredero de mis montes. Entonces mis escogidos poseerán la tierra como heredad, y mis siervos habitarán allí. 10 Sarón será transformada en pastizal para ovejas, y el valle de Acor en lugar de reposo para vacas, para mi pueblo que me ha buscado.
11 “Pero ustedes, los que abandonan al SEÑOR, los que se olvidan de mi monte santo, los que preparan mesa para la Fortuna y vierten vino mezclado para el Destino, 12 yo también los destinaré a la espada, y todos ustedes se arrodillarán para el degüello. Porque llamé, y no respondieron; hablé, y no escucharon, sino que hicieron lo malo ante mis ojos y escogieron lo que a mí no me agrada”.
13 Por tanto, así ha dicho el SEÑOR Dios[a]: “He aquí que mis siervos comerán, pero ustedes tendrán hambre; mis siervos beberán, pero ustedes tendrán sed; mis siervos se alegrarán, pero ustedes serán avergonzados. 14 He aquí que mis siervos cantarán por el júbilo del corazón, pero ustedes gritarán por el dolor del corazón, y gemirán por el quebrantamiento del espíritu. 15 Dejarán su nombre como maldición a mis elegidos. El SEÑOR Dios[b] te hará morir, pero a sus siervos llamará con otro nombre.
16 “Cualquiera que sea bendecido en la tierra será bendecido por el Dios de la verdad, y el que jure en la tierra jurará por el Dios de la verdad. Pues las angustias del pasado habrán sido olvidadas y estarán ya encubiertas a mis ojos. 17 Porque he aquí que yo creo cielos nuevos y tierra nueva. No habrá más memoria de las cosas primeras, ni vendrán más al pensamiento. 18 Más bien, gócense y alégrense para siempre en las cosas que yo he creado. Porque he aquí que yo he creado a Jerusalén para alegría, y a su pueblo para gozo. 19 Yo me gozaré por Jerusalén y me regocijaré por mi pueblo. Nunca más se oirá en ella la voz del llanto ni la voz del clamor. 20 No habrá allí más bebés que vivan pocos días ni viejos que no completen sus días. Porque el más joven morirá a los cien años, y el que no llegue a los cien años será considerado maldito. 21 Edificarán casas y las habitarán; plantarán viñas y comerán de su fruto.
22 No edificarán para que otro habite ni plantarán para que otro coma; porque como la edad de los árboles será la edad de mi pueblo. Mis escogidos disfrutarán plenamente de las obras de sus manos. 23 No se esforzarán en vano ni darán a luz hijos para el terror; porque serán linaje bendito del SEÑOR, y de igual manera sus descendientes. 24 Y sucederá que antes que llamen, yo responderé; y mientras estén hablando, yo los escucharé.
25 “El lobo y el cordero pacerán juntos. El león comerá paja como el buey, y la serpiente se alimentará de polvo. No harán daño ni destruirán en todo mi santo monte”, ha dicho el SEÑOR.
Vanidad del culto falso
66 Así ha dicho el SEÑOR: “El cielo es mi trono, y la tierra es el estrado de mis pies. ¿Dónde está esa casa que me edificarán? ¿Dónde está ese lugar para mi reposo? 2 Mi mano hizo todas estas cosas; es así como todas estas cosas llegaron a existir, dice el SEÑOR. Pero a este miraré con aprobación: al que es humilde y contrito de espíritu, y que tiembla ante mi palabra.
3 “El que mata un toro es como el que mata a un hombre; el que sacrifica una oveja es como el que desnuca un perro; el que presenta ofrenda vegetal es como el que presenta sangre de cerdo; el que hace una ofrenda de incienso es como si bendijera a un ídolo. Así como ellos escogieron sus propios caminos y sus almas se complacieron en sus abominaciones, 4 yo también escogeré tratarlos con penurias y traeré sobre ellos lo que temen. Por cuanto llamé, y nadie respondió; hablé, y no escucharon. Más bien, hicieron lo malo ante mis ojos y escogieron lo que no me agrada”.
5 Escuchen la palabra del SEÑOR, ustedes los que tiemblan ante su palabra: “Sus hermanos, que los aborrecen y los excluyen por causa de mi nombre, han dicho: ‘El SEÑOR sea glorificado, y veamos su alegría’. Pero ellos serán avergonzados. 6 ¡Sonido de tumulto proviene de la ciudad! ¡Sonido que procede del templo! ¡Voz del SEÑOR, que da su retribución a sus enemigos!
Repentino surgimiento de Sion
7 “¡Antes que estuviera de parto, dio a luz un hijo! ¡Antes que le vinieran los dolores, dio a luz un varón! 8 ¿Quién ha oído cosa semejante? ¿Quién ha visto tales cosas? ¿Podrá nacer un país en un solo día? ¿Nacerá una nación en un instante? Pues en cuanto Sion estuvo de parto, dio a luz sus hijos. 9 Yo que abro la matriz, ¿no haré dar a luz?, ha dicho el SEÑOR. Yo que hago nacer, ¿la habré de cerrar?, ha dicho tu Dios.
10 “Alégrense con Jerusalén, y gócense con ella, todos los que la aman. Regocíjense, todos los que están de duelo por ella, 11 para que mamen y se sacien de los pechos de sus consolaciones, para que absorban y se deleiten a seno lleno”.
12 Porque así ha dicho el SEÑOR: “He aquí que yo extiendo sobre ella la paz como un río, y la gloria de las naciones como un arroyo que se desborda. Mamarán y serán traídos sobre la cadera, y sobre las rodillas serán acariciados. 13 Como aquel a quien su madre consuela, así los consolaré yo a ustedes. En Jerusalén serán consolados. 14 Ustedes lo verán, y se alegrará su corazón; sus huesos florecerán como la hierba. Se dará a conocer que la mano del SEÑOR está con sus siervos, pero su indignación está con sus enemigos. 15 Porque he aquí que el SEÑOR vendrá con[c] fuego, y sus carros como torbellino, para descargar su ira con ardor y su reprensión con llamas de fuego. 16 Porque el SEÑOR juzgará[d] con fuego; y con espada, a todo mortal. Muchos serán los que morirán a causa del SEÑOR.
17 “Los que se consagran y se purifican para ir a los jardines, siguiendo a uno que está en el centro y comiendo carne de cerdo y de cosas detestables como el ratón, serán aniquilados juntos, dice el SEÑOR. 18 Pero yo conozco sus obras y sus pensamientos. Ya llegará el tiempo para reunir a todas las naciones y lenguas; ellas vendrán y verán mi gloria. 19 Pondré en ellos una señal, y enviaré algunos de los sobrevivientes de ellos a las naciones: a Tarsis, a Fut[e], a Lidia (donde disparan el arco), a Tubal, a Grecia y a las costas más distantes que no han oído de mi fama ni han visto mi gloria, para que anuncien mi gloria entre las naciones. 20 Y traerán a todos los hermanos de ustedes de entre todas las naciones, como ofrenda al SEÑOR, a mi santo monte en Jerusalén, tanto en caballos como en carros, en literas, en mulos y en camellos, de la misma manera que los hijos de Israel traen su ofrenda en vasijas limpias a la casa del SEÑOR, ha dicho el SEÑOR. 21 Y también de entre ellos tomaré para sacerdotes y levitas, ha dicho el SEÑOR. 22 Porque como permanecerán delante de mí los cielos nuevos y la tierra nueva que yo haré, así permanecerá la descendencia y el nombre de ustedes, dice el SEÑOR.
23 “Sucederá que de mes en mes y de sábado en sábado vendrá todo mortal para postrarse delante de mí, ha dicho el SEÑOR. 24 Entonces saldrán y verán los cadáveres de los hombres que se rebelaron contra mí; porque su gusano nunca morirá ni su fuego se apagará. Y serán un horror para todo mortal”.
Sobre la oración y la conducta
2 Por esto exhorto, ante todo, que se hagan súplicas, oraciones, intercesiones y acciones de gracias por todos los hombres; 2 por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que llevemos una vida tranquila y reposada en toda piedad y dignidad. 3 Esto es bueno y aceptable delante de Dios nuestro Salvador, 4 quien quiere que todos los hombres sean salvos y que lleguen al conocimiento de la verdad. 5 Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, 6 quien se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo. 7 Para esto yo fui constituido predicador, apóstol y maestro de los gentiles en fe y verdad. Digo la verdad; no miento.
8 Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando manos piadosas, sin ira ni discusión. 9 Asimismo, que las mujeres se vistan con ropa decorosa, con modestia y prudencia; no con peinados ostentosos ni oro ni perlas ni vestidos costosos 10 sino más bien con buenas obras, como conviene a mujeres que profesan reverencia a Dios.
11 La mujer aprenda con tranquilidad, con toda sujeción; 12 porque no permito a una mujer enseñar ni ejercer dominio sobre el hombre[a] sino estar con tranquilidad. 13 Pues Adán fue formado primero; después, Eva. 14 Además, Adán no fue engañado sino la mujer, al ser engañada, incurrió en transgresión. 15 Sin embargo, se salvará teniendo hijos si permanece en fe, amor y santidad con prudencia.
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