Old/New Testament
Mutuo encanto de los esposos
EL CORO:
6 ¿Adónde se ha ido tu amado(A),
oh la más hermosa de las mujeres(B)?
¿Adónde se ha dirigido tu amado,
para que lo busquemos contigo?
LA ESPOSA:
2 Mi amado ha descendido a su huerto(C),
a las eras de bálsamo,
a apacentar su rebaño(D) en los huertos
y recoger lirios(E).
3 Yo soy de mi amado y mi amado es mío,
él apacienta entre los lirios(F).
EL ESPOSO:
4 Eres hermosa(G) como Tirsa(H), amada[a] mía,
encantadora(I) como Jerusalén(J),
imponente como ejército con estandartes[b](K).
5 Aparta de mí tus ojos,
porque ellos me han confundido;
tu cabellera es como rebaño de cabras
que descienden de Galaad(L).
6 Tus dientes son como rebaño de ovejas
que suben del lavadero,
todas tienen mellizas,
y ninguna de ellas ha perdido su cría[c](M).
7 Tus mejillas[d] son como mitades de granada
detrás de tu velo(N).
8 Sesenta son las reinas y ochenta las concubinas(O),
y las doncellas[e](P), sin número;
9 pero sin igual[f] es mi paloma, mi perfecta(Q),
es la hija única de su madre,
la preferida de la que la dio a luz.
Las doncellas[g] la vieron y la llamaron bienaventurada(R),
también las reinas y las concubinas(S), y la alabaron, diciendo:
10 «¿Quién es esta que se asoma como el alba,
hermosa como la luna(T) llena,
refulgente como el sol(U),
imponente como escuadrones abanderados(V)?».
11 Descendí al huerto de los nogales
para ver el verdor[h] del valle,
para ver si la vid había retoñado,
si los granados(W) habían florecido.
12 Sin que me diera cuenta, mi alma me colocó
sobre los carros de mi noble pueblo[i].
EL CORO:
13 [j]Regresa, regresa, oh Sulamita;
regresa, regresa, para que te contemplemos.
EL ESPOSO:
7 [l]¡Cuán hermosos son tus pies[m] en las sandalias,
oh hija de príncipe[n](Z)!
Las curvas de tus caderas son como joyas[o],
obra de manos de artífice.
2 Tu ombligo, como una taza redonda
que nunca le falta vino mezclado;
tu vientre como montón de trigo
cercado de lirios.
3 Tus dos pechos, como dos crías
mellizas de gacela(AA).
4 Tu cuello, como torre(AB) de marfil,
tus ojos, como los estanques en Hesbón(AC)
junto a la puerta de Bat-rabim;
tu nariz, como la torre del Líbano
que mira hacia Damasco.
5 Tu cabeza te corona[p] como el Carmelo(AD),
y la cabellera suelta de tu cabeza es como hilos de púrpura;
el rey está preso en tus trenzas.
6 ¡Qué hermosa y qué encantadora eres,
amor mío(AE), con[q] todos tus encantos!
7 Tu estatura[r] es semejante a la palmera,
y tus pechos, a sus racimos.
8 Yo dije: «Subiré a la palmera,
asiré sus frutos[s]».
¡Sean tus pechos como racimos de la vid,
el perfume de tu aliento[t] como manzanas[u](AF),
9 y tu paladar(AG) como el mejor vino!
LA ESPOSA:
10 Yo soy de mi amado(AI),
y su deseo tiende hacia mí(AJ).
11 Ven, amado mío, salgamos al campo,
pasemos la noche en las aldeas.
12 Levantémonos temprano y vayamos a las viñas;
veamos si la vid ha brotado(AK),
si se han abierto sus flores,
y si han florecido los granados.
Allí te entregaré mi amor.
13 Las mandrágoras(AL) han exhalado su fragancia,
y a nuestras puertas hay toda clase de frutas escogidas(AM),
tanto nuevas como añejas,
que he guardado, amado mío, para ti.
8 ¡Ah, si tú fueras como mi hermano,
amamantado a los pechos de mi madre!
Si te encontrara afuera, te besaría,
y no me despreciarían.
2 Te llevaría y te introduciría
en la casa de mi madre(AN), que me enseñaba[x];
te daría a beber vino sazonado del zumo[y] de mis granadas.
3 Esté su izquierda bajo mi cabeza
y su derecha me abrace(AO).
EL ESPOSO:
4 Quiero que juréis, oh hijas de Jerusalén:
que no despertaréis ni levantaréis[z] a mi amor,
hasta que quiera(AP).
EL CORO:
5 ¿Quién es esta que sube del desierto(AQ),
recostada sobre su amado?
EL ESPOSO:
Debajo del manzano[aa](AR) te[ab] desperté;
allí tu madre tuvo dolores de parto por ti,
allí tuvo dolores de parto, y te dio a luz.
LA ESPOSA:
6 Ponme como sello sobre tu corazón,
como sello(AS) sobre tu brazo,
porque fuerte como la muerte es el amor,
inexorables[ac] como el Seol[ad], los celos(AT);
sus destellos, destellos de fuego,
la llama misma del Señor[ae].
7 Las muchas aguas no pueden extinguir el amor,
ni los ríos lo anegarán;
si el hombre diera todos los bienes de su casa por amor,
de cierto lo menospreciarían(AU).
EL CORO:
8 Tenemos una hermana pequeña,
y todavía no tiene pechos(AV);
¿qué haremos por nuestra hermana
el día en que sea pedida[af]?
9 Si ella es una muralla,
edificaremos sobre ella un baluarte de plata;
pero si es una puerta,
la reforzaremos con tablas de cedro(AW).
LA ESPOSA:
10 Yo soy una muralla, y mis pechos(AX) como torres,
entonces fui a sus ojos como quien halla la paz.
11 Salomón tenía una viña(AY) en Baal-hamón,
confió la viña(AZ) a los guardas(BA);
cada uno debía traer por su fruto mil(BB) siclos[ag] de plata(BC).
12 Mi viña, que es mía, está a mi disposición[ah];
los mil siclos son para ti, Salomón,
y doscientos, para los que guardan su fruto.
EL ESPOSO:
13 Oh tú, que moras en los huertos,
mis compañeros(BD) están atentos a tu voz;
déjame que la oiga(BE).
LA ESPOSA:
La adopción es solo mediante Jesucristo
4 Digo, pues: Mientras el heredero es menor de edad[a], en nada es diferente del siervo[b], aunque sea el dueño[c] de todo, 2 sino que está bajo guardianes y tutores[d] hasta la edad señalada[e] por el padre. 3 Así también nosotros, mientras éramos niños, estábamos sujetos a servidumbre(A) bajo las cosas elementales[f] del mundo(B). 4 Pero cuando vino la plenitud[g] del tiempo(C), Dios envió a su Hijo, nacido de mujer(D), nacido bajo la ley(E), 5 a fin de que redimiera a los que estaban bajo la ley, para que recibiéramos la adopción de hijos(F). 6 Y porque sois hijos, Dios ha enviado el Espíritu de su Hijo a nuestros corazones(G), clamando: ¡Abba! ¡Padre(H)! 7 Por tanto, ya no eres siervo[h], sino hijo; y si hijo, también heredero por medio de Dios[i](I).
No os volváis a la esclavitud
8 Pero en aquel tiempo, cuando no conocíais a Dios(J), erais siervos(K) de aquellos que por naturaleza no son dioses(L). 9 Pero ahora que conocéis[j] a Dios, o más bien, que sois[k] conocidos por Dios(M), ¿cómo es que os volvéis otra vez a las cosas débiles, inútiles[l] y elementales[m](N), a las cuales deseáis volver a estar esclavizados de nuevo? 10 Observáis los días(O), los meses, las estaciones y los años. 11 Temo por vosotros, que quizá en vano he trabajado por vosotros.
12 Os ruego, hermanos(P), haceos como yo, pues yo también me he hecho como vosotros(Q). Ningún agravio me habéis hecho; 13 pero sabéis que fue por causa de una enfermedad física[n] que os anuncié el evangelio la primera vez[o]; 14 y lo que para vosotros fue una prueba[p] en mi condición física[q], que no despreciasteis ni rechazasteis[r], sino que me recibisteis como un ángel de Dios, como a Cristo Jesús(R) mismo(S). 15 ¿Dónde está, pues, aquel sentido de bendición que tuvisteis[s]? Pues testigo soy en favor vuestro[t] de que de ser posible, os hubierais sacado los ojos y me los hubierais dado. 16 ¿Me he vuelto, por tanto, vuestro enemigo al deciros la verdad[u](T)? 17 Ellos os tienen celo, no con buena intención, sino que quieren excluiros a fin de que mostréis celo por ellos. 18 Es bueno mostrar celo con buena intención siempre, y no solo cuando yo estoy presente con vosotros(U). 19 Hijos míos(V), por quienes de nuevo sufro dolores de parto(W) hasta que Cristo sea formado en vosotros(X), 20 quisiera estar presente con vosotros ahora y cambiar mi tono, pues perplejo estoy(Y) en cuanto a vosotros.
Alegoría de la libertad en Cristo
21 Decidme, los que deseáis estar bajo la ley, ¿no oís a la ley(Z)? 22 Porque está escrito que Abraham tuvo dos hijos, uno de la sierva(AA) y otro de la libre(AB). 23 Pero el hijo de la sierva nació según la carne(AC), y el hijo de la libre por medio de la promesa(AD). 24 Esto contiene una alegoría[v](AE), pues estas mujeres son dos pactos; uno procede del monte Sinaí(AF) que engendra hijos para ser esclavos[w](AG); este[x] es Agar. 25 Ahora bien, Agar es el monte Sinaí en Arabia, y corresponde a la Jerusalén actual, porque ella está en esclavitud con sus hijos. 26 Pero la Jerusalén de arriba(AH) es libre; esta[y] es nuestra madre. 27 Porque escrito está:
Regocíjate, oh estéril, la que no concibes;
prorrumpe y clama, tú que no tienes dolores de parto,
porque más son los hijos de la desolada,
que de la que tiene marido(AI).
28 Y vosotros, hermanos, como Isaac, sois hijos de la promesa(AJ). 29 Pero así como entonces el que nació según la carne(AK) persiguió(AL) al que nació según el Espíritu, así también sucede ahora(AM). 30 Pero, ¿qué dice la Escritura?
Echa fuera a la sierva y a su hijo,
pues el hijo de la sierva no será heredero con el hijo de la libre(AN).
31 Así que, hermanos, no somos hijos de la sierva, sino de la libre[z].
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