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Old/New Testament

Each day includes a passage from both the Old Testament and New Testament.
Duration: 365 days
La Palabra (España) (BLP)
Version
Ezequiel 30-32

Nabucodonosor: instrumento del Señor contra Egipto

30 El Señor me dirigió la palabra:

— Hijo de hombre, profetiza y di: Esto dice el Señor Dios:

Gritad: ¡Ay aquel día!,
pues cerca está ese día,
cerca el día del Señor,
día cargado de nubarrones;
será la hora de las naciones.
Llegará la espada contra Egipto,
la angustia atenazará a Etiopía,
cuando caigan víctimas en Egipto,
cuando sean saqueadas sus riquezas
y sus cimientos reducidos a escombros.

Etiopía, Put, Lud y las distintas tropas mercenarias, Cub junto con sus tropas auxiliares, caerán víctimas de la espada. Esto dice el Señor Dios:

Caerán los que apoyan a Egipto,
se abatirán su orgullo y su poder;
de Migdol a Asuán caerán
todos, víctimas de la espada.

Se convertirán en los más desolados de los países; sus ciudades serán las más arruinadas. Y reconocerán que yo soy el Señor cuando prenda fuego a Egipto y destruya a quienes lo ayudan. Aquel día enviaré mensajeros en navíos para sembrar el terror en Etiopía, que se cree segura; la angustia la atenazará cuando llegue el día de Egipto, que ya está cerca, como veis.

10 Esto dice el Señor Dios:
Acabaré con la opulencia de Egipto
por medio de Nabucodonosor,
rey de Babilonia.
11 Junto con su ejército,
terror de las naciones,
llega para asolar el país.
Desenvainarán sus espadas contra Egipto
y llenarán de víctimas el país.
12 Convertiré el Nilo en sequedal
y venderé el país a bandidos.
Entregaré el país y cuanto hay en él
en manos de gente extraña.
Yo, el Señor, he hablado.
13 Esto dice el Señor Dios:
Pondré fin a los ídolos,
acabaré con los dioses de Nof;
ya no habrá príncipe en Egipto,
llenaré el país de terror.
14 Dejaré Patrós devastada,
prenderé fuego a Soán
y haré justicia contra No.

15 Derramaré mi cólera en Sin, la fortaleza de Egipto, y acabaré con la numerosa población de No. 16 Prenderé fuego a Egipto, Sin se retorcerá de dolor, abrirán brecha en No y Nof será asaltada en pleno día. 17 Los jóvenes de On y de Pi Béset caerán a espada, y el resto de sus habitantes irán al destierro. 18 En Tafnis se oscurecerá el día, cuando haga trizas el cetro de Egipto y ponga fin a su orgullo y su poder. Quedará oculto por nubarrones, y la gente de sus ciudades irá al destierro. 19 Haré justicia contra Egipto, y reconocerán que yo soy el Señor.

20 El año undécimo, el día siete del primer mes, el Señor me dirigió la palabra:

21 — Hijo de hombre, he roto el brazo del faraón, rey de Egipto. Nadie se lo ha curado con medicamentos y vendas, de modo que recupere la fuerza y pueda empuñar la espada. 22 Por eso, así dice el Señor Dios: Aquí estoy yo contra el faraón, rey de Egipto: quebraré sus brazos, el sano y el roto, y haré que la espada se desprenda de su mano. 23 Dispersaré a Egipto por entre las naciones y aventaré a sus habitantes por otros países. 24 Fortaleceré los brazos del rey de Babilonia y pondré mi espada en su mano, y quebraré los brazos del faraón, que lanzará ante él gemidos al sentirse víctima de la espada. 25 Fortaleceré los brazos del rey de Babilonia y dejaré inertes los brazos del faraón, y reconocerán que yo soy el Señor cuando ponga mi espada en la mano del rey de Babilonia, que la manejará contra el país de Egipto. 26 Dispersaré a Egipto entre las naciones, aventaré a sus habitantes por otros países, y reconocerán que yo soy el Señor.

El faraón: del jardín de los dioses al reino de los muertos

31 El año undécimo, el día uno del tercer mes, el Señor me dirigió la palabra:

— Hijo de hombre, di al faraón, rey de Egipto, y a su ejército:

¿A quién compararte en tu grandeza?
Pues mira, a un cedro del Líbano,
frondoso y de hermoso ramaje,
umbroso y de espléndida talla,
que mece su copa entre las nubes.
Las aguas lo han hecho crecer,
el abismo le ha dado estatura,
haciendo fluir sus corrientes
por abajo, en torno a sus raíces,
al tiempo que extendía sus acequias
a todos los árboles del campo.
Así se elevó su estatura
sobre todos los árboles del campo,
sus ramas se multiplicaron,
su ramaje se fue extendiendo
con el agua abundante que le llegaba.
En su ramaje anidaban
todas las aves del cielo;
bajo sus frondas parían
todas las bestias del campo;
a su sombra se instalaban
numerosas naciones.
Era hermoso por su talla,
por la magnitud de sus ramas,
pues se hundían sus raíces
en aguas abundantes.
No lo igualaban los cedros
plantados en el jardín de los dioses;
tampoco podían los cipreses
competir con su hermoso follaje;
los plátanos no lucían su ramaje.
Ningún árbol del jardín de los dioses
podía igualarlo en hermosura.
Lo hice hermoso, cuajado de fronda,
lo envidiaban los árboles de Edén,
plantados en el jardín de los dioses.

10 Por eso, así dice el Señor Dios: Por haberse elevado sobre su talla, haber mecido su copa entre las nubes y haber henchido su corazón de orgullo, 11 lo he puesto en manos de la nación más eminente, para que lo trate conforme a su maldad. Después de haberlo desechado yo, 12 lo talaron los extranjeros más crueles y lo tiraron por los montes. Sus ramas quedaron esparcidas por todas las colinas; su follaje quedó desgajado por todos los barrancos; los pueblos de la tierra huyeron de su sombra, dejándolo tirado.

13 Sobre sus restos se reunieron
todas las aves del cielo;
pisotearon sus ramas
todas las bestias del campo.

14 Así no se enorgullecerán de su talla los árboles plantados junto al agua ni mecerán su copa entre las nubes; y ningún árbol bien regado se elevará por encima de su altura.

Pues todos están destinados a la muerte,
a bajar a lo profundo de la tierra,
mezclados con los seres humanos,
con todos los que bajan a la fosa.

15 Esto dice el Señor Dios: El día que [el cedro] bajó al reino de los muertos, hice que el abismo hiciera duelo por él, detuve sus corrientes y cesaron sus caudalosas aguas; en su memoria, cubrí de luto al Líbano y por él languidecieron los árboles del campo. 16 Hice temblar a las naciones con el estruendo de su caída, cuando lo precipité al reino de los muertos junto con los que bajan a la fosa. En el mundo subterráneo se consolaron todos los árboles de Edén, lo más selecto y hermoso del Líbano, todos los árboles bien regados. 17 También estos bajaron con él al reino de los muertos, donde están los muertos a espada, los que constituían su poder y habitaban a su sombra en medio de las naciones. 18 ¿A cuál de entre los árboles del bosque te pareces por tu importancia y tu grandeza? También a ti te obligarán a descender al mundo subterráneo, entre incircuncisos, junto con los árboles de Edén, y yacerás con los muertos a espada. Se trata del faraón y de todo su ejército —oráculo del Señor Dios—.

Elegía final por el faraón

32 El año duodécimo, el día uno del duodécimo mes, el Señor me dirigió la palabra:

— Hijo de hombre, entona una elegía al faraón, rey de Egipto. Le dirás:

¡León de las naciones, estás acabado!
Eras un cocodrilo acuático,
chapoteabas en tus aguas,
las enturbiabas con tus patas
pateando su corriente.
Esto dice el Señor Dios:
Echaré mi copo para pescarte
en medio de pueblos numerosos;
serás atrapado con mi red.
Te dejaré tirado por tierra,
abandonado en medio del campo.
Haré que se ceben en ti
todas las aves del cielo;
haré que se sacien con tu carne
todas las bestias de la tierra.
Tiraré tu carne por los montes,
llenaré los valles con tu carroña;
empaparé la tierra con tu sangre
que fluirá por los montes
y rebosará por los torrentes.
Cuando te extingas, oscureceré el cielo
y haré que se oscurezcan las estrellas;
taparé el sol con nubarrones,
y la luna no emitirá luz.
A todos los astros del cielo
enlutaré en memoria de ti;
ocultaré tu tierra entre tinieblas.
—Oráculo del Señor Dios—.

Llenaré de preocupación a mucha gente cuando lleve la noticia de tu caída a otras naciones, a países que no conoces. 10 Haré que muchos pueblos queden desolados por tu causa; a sus reyes se les erizarán los cabellos por ti, cuando me vean blandir mi espada; temblarán sin parar por su propia vida el día de tu caída. 11 Pues esto dice el Señor Dios:

Te atacará la espada del rey de Babilonia,
12 con espada de valientes abatiré a tu tropa,
con espada de la más cruel de las naciones.
Acabarán con la soberbia de Egipto,
su ejército quedará aniquilado.
13 Haré desaparecer su ganado,
que pasta junto a aguas caudalosas;
ya no las enturbiará pie humano,
pezuña de animal no las enturbiará.
14 Entonces amansaré sus aguas,
haré correr su caudal como el aceite
—oráculo del Señor Dios—.
15 Cuando entregue a Egipto a la desolación
y todo cuanto lo habita desaparezca,
cuando hiera a todos sus moradores,
reconocerán que yo soy el Señor.

16 Se trata de una elegía que entonarán las capitales de las naciones. La entonarán por Egipto y su ejército —oráculo del Señor Dios—.

Descenso del faraón al reino de los muertos

17 El año duodécimo, el día quince, el Señor me dirigió la palabra:

18 — Hijo de hombre, entona un canto fúnebre por el ejército egipcio y hazlo bajar, junto con la gente de las capitales de naciones ilustres, al mundo subterráneo, donde están los que han bajado a la fosa. 19 ¿Te crees que superas a alguien en belleza? ¡Pues desciende y ponte entre los incircuncisos! 20 Caerán en medio de las víctimas de la espada: su ejército junto con él. 21 Los soldados más notables dirán de ellos en el reino de los muertos: “Han bajado con sus aliados; yacen entre los incircuncisos víctimas de la espada”. 22 Allí está Asiria y toda su gente en torno a su lecho de muerte; todos ellos han caído víctimas de la espada. 23 Los que llenaron de terror la tierra de los vivos están ahora sepultados en lo más profundo de la fosa. 24 Allí está Elam con todo su ejército en torno a su lecho de muerte; todos ellos han caído víctimas de la espada. Los que llenaron de terror la tierra de los vivos han bajado con los incircuncisos al mundo subterráneo y soportan su deshonor con los que han bajado a la fosa. 25 Se le ha preparado un lecho entre las víctimas; todo su ejército, el conjunto de los muertos a espada, yace ahora en torno a su lecho de muerte; todos son incircuncisos, víctimas de la espada, que llenaron de terror la tierra de los vivos, y soportan su deshonor con los que han bajado a la fosa. 26 Allí están Mésec, Túbal y todos sus ejércitos en torno a su lecho de muerte; todos son incircuncisos, víctimas de la espada, pues llenaron de terror la tierra de los vivos. 27 No yacen con los grandes guerreros del pasado, que bajaron al reino de los muertos con sus armas, a quienes les pusieron sus espadas bajo sus cabezas y sus escudos sobre sus huesos, pues llenaron de terror la tierra de los vivos. 28 Y tú, Egipto, yacerás en medio de incircuncisos, con las víctimas de la espada. 29 Allí está Edom, sus reyes y todos sus príncipes que, a pesar de su valentía, yacen con las víctimas de la espada, entre incircuncisos, con los que han bajado a la fosa. 30 Allí están todos los príncipes del norte y todos los sidonios, que bajaron con las víctimas, a pesar del terror que infundía su valor. Yacen, incircuncisos, con las víctimas de la espada y soportan su deshonor con los que han bajado a la fosa. 31 Cuando el faraón los vea, se consolará de la pérdida de su ejército —oráculo del Señor Dios—. 32 Pues, aunque llenaba de terror la tierra de los vivos, el faraón y su ejército yacerán entre los incircuncisos, junto con las víctimas de la espada —oráculo del Señor Dios—.

1 Pedro 4

Romper con una vida de pecado

Si Cristo padeció en su cuerpo, haceos a la idea de que también vosotros tenéis que padecer, pues el que está sufriendo corporalmente se supone que ha roto con el pecado para vivir el resto de su vida mortal conforme a la voluntad de Dios y no conforme a las pasiones humanas. Porque bastante tiempo habéis pasado ya viviendo al estilo de los paganos, es decir, entregados al desenfreno y a la liviandad, a crápulas, orgías, borracheras y abominables cultos idolátricos. Ahora, ellos se extrañan y os insultan porque no os lanzáis junto con ellos a ese torrente desbordado de lujuria. Pero tendrán que rendir cuentas al que está preparado para juzgar a vivos y muertos. Por eso precisamente, también a los que ya murieron se les anunció el mensaje de salvación, a fin de que, juzgados como mortales, obtengan de Dios la vida del espíritu.

Administradores fieles

Se aproxima el final de todas las cosas. Sed, por tanto, juiciosos y sobrios, para que podáis dedicaros a la oración. Ante todo, amaos entrañablemente unos a otros, pues el amor alcanza el perdón de los pecados por muchos que sean. Practicad de buen grado la hospitalidad mutua. 10 Que todos, como buenos administradores de los múltiples dones de Dios, pongan al servicio de los demás el don que recibieron. 11 El que habla, que comunique palabra de Dios; el que presta un servicio, hágalo consciente de que es Dios quien le da las fuerzas. Así, en todo lo que hagáis, Dios resultará glorificado por medio de Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el poder por siempre y para siempre. Amén.

Compartiendo los sufrimientos de Cristo

12 Queridos, no os asombre como algo inesperado la tremenda prueba desatada contra vosotros. 13 Alegraos, más bien, de compartir los sufrimientos de Cristo, para que el día de su gloriosa manifestación también vosotros saltéis de júbilo. 14 Dichosos si sois ultrajados por seguir a Cristo; eso quiere decir que el Espíritu glorioso de Dios alienta en vosotros. 15 Que ninguno de vosotros tenga que sufrir por asesino, ladrón, malhechor o entrometido. 16 Pero si es por ser cristiano, que no se avergüence, sino que alabe a Dios por llevar ese nombre. 17 Porque ha llegado el tiempo del juicio, que ha de comenzar por el mismo pueblo de Dios. Y si comienza por nosotros, ¿qué pueden esperar los que se niegan a aceptar el evangelio de Dios? 18 Pues si el bueno a duras penas se salva, ¿qué suerte correrán el impío y el pecador? 19 Así que, incluso los que sufren en conformidad con la voluntad divina, deben confiarse a la fidelidad del Creador, sin dejar de hacer el bien.

La Palabra (España) (BLP)

La Palabra, (versión española) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España