M’Cheyne Bible Reading Plan
El mundo se divide
11 En aquel tiempo todo el mundo hablaba un mismo idioma. 2 Cuando la gente emigraba desde el oriente[a], encontraron una planicie en la tierra de Sumeria, y ahí se quedaron a vivir. 3 Se dijeron unos a otros: «Vamos, hagamos ladrillos y pongámoslos en el fuego para endurecerlos». Entonces usaron ladrillos en vez de piedras y brea a cambio de morteros. 4 Luego dijeron: «Vengan, construyamos una ciudadela religiosa con una torre que llegue hasta el cielo. De esta manera nos volveremos famosos. No dejaremos que nos dispersen por todo el mundo».
5 De hecho el SEÑOR bajó a ver la ciudad y la torre que la gente había construido, 6 y dijo el SEÑOR: «Miren, ellos son un solo pueblo, hablan todos un mismo idioma, ese es sólo el comienzo de lo que harán. Ahora lograrán todo lo que se propongan. 7 Vengan, bajemos y confundamos su idioma para que no se entiendan entre ellos».
8 Entonces el SEÑOR los dispersó por toda la tierra y ellos detuvieron la construcción de la ciudad. 9 Así que la ciudad fue llamada Babel[b], porque el SEÑOR confundió las lenguas humanas y desde ahí el SEÑOR dispersó a la gente por todo el mundo.
Descendientes de Sem
(1 Cr 1:24-27)
10 Estos son los descendientes de Sem:
Después del diluvio, cuando Sem tenía 100 años de edad, nació su hijo Arfaxad. 11 Después del nacimiento de Arfaxad, Sem vivió 500 años más, y durante ese tiempo tuvo más hijos e hijas.
12 Cuando Arfaxad tenía 35 años de edad, nació su hijo Selaj. 13 Después del nacimiento de Selaj, Arfaxad vivió 403 años más, y durante ese tiempo tuvo más hijos e hijas.
14 Cuando Selaj tenía 30 años de edad, nació su hijo Éber. 15 Después del nacimiento de Éber, Selaj vivió 403 años más, y durante ese tiempo tuvo más hijos e hijas.
16 Cuando Éber tenía 34 años, nació su hijo Péleg. 17 Después del nacimiento de Péleg, Éber vivió 430 años más, y durante ese tiempo tuvo más hijos e hijas.
18 Cuando Péleg tenía 30 años de edad, nació su hijo Reú. 19 Después del nacimiento de Reú, Péleg vivió 209 años más, y durante ese tiempo tuvo más hijos e hijas.
20 Cuando Reú tenía 32 años de edad, nació su hijo Serug. 21 Después del nacimiento de Serug, Reú vivió 207 años más, y durante ese tiempo tuvo más hijos e hijas.
22 Cuando Serug tenía 30 años de edad, nació su hijo Najor. 23 Después del nacimiento de Najor, Serug vivió 200 años más, y durante ese tiempo tuvo más hijos e hijas.
24 Cuando Najor tenía 29 años de edad, nació su hijo Téraj. 25 Después del nacimiento de Téraj, Najor vivió 119 años más, y durante ese tiempo tuvo más hijos e hijas.
26 Cuando Téraj tenía 70 años de edad, nacieron sus hijos Abram, Najor y Jarán.
Descendientes de Téraj
27 Estos son los descendientes de Téraj, el papá de Abram, de Najor y de Jarán:
Jarán fue el papá de Lot. 28 Jarán murió primero que su padre, Téraj, en Ur de Babilonia[c], su tierra de origen. 29 Abram y Najor se casaron; Abram con Saray y Najor con Milca que era hija de Jarán. Jarán fue el papá de Milca e Iscá. 30 Saray era estéril y no podía tener hijos.
31 Téraj tomó a su hijo Abram, su nieto Lot hijo de Jarán, su nuera Saray, esposa de su hijo Abram y salieron de Ur de Babilonia hacia Canaán. Llegaron a Jarán y se quedaron a vivir allí. 32 Téraj vivió 205 años y murió en Jarán.
Jesús elige y envía a sus apóstoles
(Mr 3:13-19; 6:7-13; Lc 6:12-16; 9:1-6)
10 Jesús llamó a sus doce seguidores y les dio el poder de expulsar los espíritus malignos y de sanar toda clase de enfermedades. 2 Estos son los nombres de los doce apóstoles:
Simón (también llamado Pedro),
su hermano Andrés,
Santiago hijo de Zebedeo,
su hermano Juan,
3 Felipe,
Bartolomé,
Tomás,
Mateo el cobrador de impuestos,
Santiago, hijo de Alfeo,
Tadeo,
4 Simón el zelote[a],
Judas Iscariote (que también le entregó).
5 Jesús envió a los doce y les dio estas instrucciones: «No vayan a la gente que no es judía y tampoco a ningún pueblo donde vivan los samaritanos. 6 En vez de eso, vayan a las ovejas perdidas del pueblo de Israel. 7 Vayan allá y díganles: “El reino de Dios está cerca”. 8 Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, sanen a los leprosos y expulsen demonios. Ustedes han recibido gratuitamente, así que también den gratuitamente. 9 No lleven nada de dinero consigo: ni oro, ni plata, ni cobre. 10 No lleven provisiones para el camino, ni ropa para cambiarse, ni otro par de sandalias, ni un bastón, porque los que trabajan merecen recibir su sustento.
11 »Cuando entren a una ciudad o a un pueblo, busquen a alguien que sea digno de confianza y quédense en su casa hasta que ustedes se vayan. 12 Cuando entren a esa casa, digan: “La paz sea con ustedes”. 13 Si esa familia les da la bienvenida, entonces ellos son dignos de su bendición de paz y esa bendición se quedará con ellos. Pero si la gente de allí no les da la bienvenida, entonces llévense consigo la bendición de paz que les desearon, porque no la merecen. 14 Si en una casa o pueblo no les dan la bienvenida ni los escuchan, salgan de ahí y sacúdanse el polvo de los pies.[b] 15 Les digo la verdad: en el día del juicio le irá mejor a Sodoma y Gomorra que a la gente de ese pueblo.
Jesús hace una advertencia
(Mr 13:9-13; Lc 21:12-17)
16 »Tengan en cuenta que los envío como ovejas en medio de lobos. Así que sean astutos como las serpientes, pero sencillos como las palomas. 17 Cuídense de la gente porque los entregarán a las autoridades, los llevarán para juzgarlos y los azotarán en las sinagogas. 18 Los harán presentarse ante gobernadores y reyes por ser mis seguidores. Ustedes serán mis testigos ante ellos y ante los que no son judíos. 19 Cuando los arresten, no se preocupen por lo que van a decir o cómo lo van a decir. En ese momento Dios les dirá lo que han de decir, 20 ya que no serán ustedes los que hablen, sino el Espíritu de su Padre a través de ustedes.
21 »El hermano traicionará y entregará a la muerte al hermano. El papá entregará a la muerte al hijo. Los hijos se pondrán en contra de los padres y los matarán. 22 A ustedes, todos los van a odiar por causa de mi nombre, pero al que se mantenga fiel hasta el final, será salvo. 23 Cuando los persigan en una ciudad, vayan a otra. Porque les digo la verdad: el Hijo del hombre regresará antes de que ustedes terminen su trabajo en las ciudades de Israel.
24 »Un estudiante no es más importante que su maestro, ni un esclavo más importante que su amo. 25 Un estudiante debe estar satisfecho de ser como su maestro. Un esclavo debe estar satisfecho de ser como su amo. Si al jefe del hogar se atrevieron a llamarlo Beelzebú[c], ¿qué no le dirán al resto de la familia?
Témanle a Dios, no a la gente
(Lc 12:2-7)
26 »Así que no tengan miedo de ellos, pues no hay nada escondido que no llegue a descubrirse, ni nada oculto que no llegue a darse a conocer. 27 Lo que les digo en la oscuridad, repítanlo a pleno día; lo que les digo al oído, quiero que lo proclamen desde las azoteas. 28 No les tengan miedo a los que matan el cuerpo pero no el alma. Más bien témanle a Dios que puede destruir tanto el cuerpo como el alma en el infierno. 29 Se compran dos pajaritos con sólo una moneda, pero aun cuando son capturados no dejan de estar bajo el cuidado del Padre de ustedes.[d] 30 Dios les tiene contados a ustedes hasta sus cabellos. 31 Así que no tengan miedo, ustedes valen más que muchos pajaritos.
No se avergüencen de Jesús
(Lc 12:8-9)
32 »Si ante la gente alguien está dispuesto a decir que cree en mí, yo también lo reconoceré ante mi Padre que está en el cielo. 33 Pero al que me niegue ante los demás, yo también lo negaré ante mi Padre que está en el cielo.
Jesús provocará desacuerdos
(Lc 12:51-53; 14:26-27)
34 »No crean que he venido para traer paz a la tierra. No he venido para traer paz, sino para traer desacuerdo y para 35 causar divisiones en la familia:
»“El hijo estará en contra de su papá.
La hija estará en contra de su mamá.
La nuera estará en contra de su suegra.
36 (A)Los enemigos de uno serán sus propios parientes”.[e]
37 »El que ama a su papá o a su mamá más que a mí, no le doy el honor de ser mi seguidor. El que ama a su hijo o a su hija más que a mí, tampoco puede ser uno de mis seguidores. 38 El que no acepta la cruz que se le entrega al seguirme, no merece ser de los míos. 39 El que se aferra a su vida, la perderá; pero el que dé su vida por mí, la encontrará.
La recompensa de un seguidor
(Mr 9:41)
40 »El que los reciba a ustedes, también me recibe a mí y el que me recibe, recibe al que me envió. 41 El que reciba a un profeta por ser profeta, recibirá la recompensa que Dios da a un profeta. Y el que reciba a un hombre bueno por ser bueno, recibirá la recompensa que Dios da a un hombre bueno. 42 Y el que le dé aunque sea un vaso de agua fresca a uno de mis seguidores menos importantes, por solo el hecho de ser mi seguidor, les digo la verdad: también será recompensado».
El pueblo confiesa sus pecados
10 Mientras Esdras oraba, hacía esa confesión y lloraba inclinado ante el templo de Dios, un gran grupo de gente de Israel, hombres, mujeres y niños se reunieron a su alrededor. Ellos también lloraban amargamente. 2 Entonces Secanías hijo de Jehiel, uno de los descendientes de Elam, le habló a Esdras y le dijo: «No hemos sido fieles a nuestro Dios. Nos hemos casado con gente de pueblos vecinos. Pero aun así, todavía hay esperanza para Israel. 3 Ahora, hagamos un pacto ante nuestro Dios para expulsar a todas esas mujeres y a sus hijos. Así seguiremos tu consejo y el de la gente que respeta las leyes de nuestro Dios. 4 Levántate Esdras, es tu responsabilidad, pero nosotros te apoyaremos. Sé valiente y hazlo».
5 Entonces Esdras se levantó. Hizo jurar a los jefes de los sacerdotes, a los levitas y a todos los israelitas que cumplirían lo que habían propuesto. Todos estuvieron de acuerdo e hicieron la promesa. 6 Entonces Esdras se alejó del frente de la casa de Dios y fue al cuarto de Johanán hijo de Eliasib, hijo de los que habían regresado del cautiverio. Ahí pasó la noche[a] sin comer ni beber nada. Se puso muy triste porque los que habían vuelto del destierro eran infieles a Dios. 7 Luego envió un mensaje a todo Judá y Jerusalén diciéndoles a todos los judíos que habían regresado del cautiverio que se debían reunir en Jerusalén. 8 Los altos funcionarios y los ancianos líderes decidieron que la persona que no llegara a Jerusalén en un período de tres días tendría que renunciar a sus propiedades y no pertenecería más a la comunidad de los que habían vuelto del exilio.
9 Así que en tres días todos los hombres de Judá y Benjamín se reunieron en Jerusalén. El día 20 del noveno mes[b] todo el pueblo se reunió en el patio del templo, temblando a causa de ese asunto y de la fuerte lluvia. 10 Entonces Esdras el sacerdote se puso de pie y dijo:
—Ustedes no han sido fieles a Dios. Se han casado con mujeres extranjeras y con eso han hecho a Israel más culpable. 11 Ahora, ustedes deben confesar al SEÑOR, el Dios de sus antepasados, que han pecado. Hagan lo que le agrada a Dios, y sepárense de la gente que vive a su alrededor y de las mujeres extranjeras.
12 Entonces todo el grupo que se reunió le respondió a Esdras:
—Muy bien, haremos lo que dices. 13 Pero hay mucha gente aquí y estamos en la época más lluviosa del año, así que no podemos permanecer afuera. Este problema no puede ser resuelto en uno o en dos días porque somos muchos los que hemos cometido este pecado. 14 Permite que nuestros líderes decidan por todo el grupo que está aquí y luego, que todos los de nuestros pueblos que estén casados con mujeres extranjeras vengan aquí a Jerusalén a una hora determinada. Déjalos venir con los ancianos y jueces de sus pueblos. Entonces Dios dejará de estar enojado con nosotros.
15 Sólo unos pocos hombres se oponían a este plan: Jonatán hijo de Asael; Jahazías hijo de Ticvá; Mesulán y Sabetay, el levita. 16 Así los que habían regresado del cautiverio aceptaron el plan. Esdras el sacerdote designó a un jefe de familia de cada grupo familiar. El primer día del décimo mes[c] los hombres designados se sentaron a estudiar cada uno de los casos. 17 Aproximadamente el primer día del primer mes[d] terminaron de discutir los casos de todos los hombres que se habían casado con mujeres extranjeras.
Los que se habían casado con mujeres extranjeras
18 Estos son los nombres de los descendientes de los sacerdotes que se casaron con mujeres extranjeras:
De los hermanos y descendientes de Jesúa hijo de Josadac estos hombres: Maseías, Eliezer, Jarib y Guedalías. 19 Todos ellos prometieron divorciarse de sus esposas y ofrecieron un carnero del rebaño por su pecado.
20 De los descendientes de Imer: Jananí y Zebadías.
21 De los descendientes de Jarín: Maseías, Elías, Semaías, Jehiel y Uzías.
22 De los descendientes de Pasur: Elihoenay, Maseías, Ismael, Natanael, Jozabad y Elasá.
23 De los levitas:
Jozabad, Simí, Quelaías (también llamado Quelitá), Petaías, Judá y Eliezer.
24 De los cantantes: Eliasib.
De los guardias: Salún, Telén y Uri.
25 De los demás israelitas:
De los descendientes de Parós: Ramías, Jezías, Malquías, Mijamín, Eleazar, Malquías y Benaías.
26 De los descendientes de Elam: Matanías, Zacarías, Jehiel, Abdí, Jeremot y Elías.
27 De los descendientes de Zatú: Elihoenay, Eliasib, Matanías, Jeremot, Zabad y Azizá.
28 De los descendientes de Bebay: Johanán, Jananías, Zabay y Atlay.
29 De los descendientes de Baní: Mesulán, Maluc, Adaías, Yasub, Seal y Ramot.
30 De los descendientes de Pajat Moab: Adná, Quelal, Benaías, Maseías, Matanías, Bezalel, Binuy y Manasés.
31 De los descendientes de Jarín: Eliezer, Isías, Malquías, Semaías, Simeón, 32 Benjamín, Maluc y Semarías.
33 De los descendientes de Jasún: Matenay, Matatá, Zabad, Elifelet, Jeremay, Manasés y Simí.
34 De los descendientes de Baní: Maday, Amirán, Uel, 35 Benaías, Bedías, Queluhi, 36 Vanías, Meremot, Eliasib, 37 Matanías, Matenay y Jasay.
38 De los descendientes de Binuy: Simí, 39 Selemías, Natán, Adaías, 40 Macnadebay, Sasay, Saray, 41 Azarel, Selemías, Semarías, 42 Salún, Amarías y José.
43 De los descendientes de Nebo: Jeyel, Matatías, Zabad, Zebiná, Jadau, Joel y Benaías.
44 Todos esos hombres se habían casado con mujeres extranjeras y algunos de ellos tenían hijos con esas mujeres.
Conversión de Cornelio
10 En la ciudad de Cesarea vivía un capitán romano llamado Cornelio, del regimiento conocido como el Italiano. 2 Él y toda su familia adoraban y respetaban a Dios. Cornelio daba muchas contribuciones a los judíos pobres y siempre estaba orando. 3 Un día, como a las tres de la tarde, tuvo una visión en la que vio claramente a un ángel de Dios que se le acercaba y le decía:
—Cornelio.
4 Cornelio lo miro fijamente y todo asustado le dijo:
—¿Qué quieres, señor?
El ángel le dijo:
—Dios ha escuchado tus oraciones y ha tenido en cuenta tus contribuciones a los pobres. 5 Envía ahora algunos hombres a Jope para que traigan a un hombre llamado Simón, al que le dicen Pedro. 6 Se hospeda en una casa junto al mar que es de un curtidor que también se llama Simón.
7 Cuando el ángel se fue, Cornelio llamó a dos de sus siervos y a un soldado. El soldado era un hombre de su confianza y adoraba a Dios. 8 Cornelio les contó todo lo que había pasado y luego los envió a Jope.
9 Al día siguiente a eso del mediodía, mientras ellos iban camino a Jope, Pedro subió a la azotea para orar. 10 Tenía hambre y quería comer, pero mientras le estaban preparando la comida, tuvo una visión. 11 Vio que el cielo se abría y bajaba algo parecido a una sábana muy grande sostenida de las cuatro puntas. 12 Dentro de la sábana había toda clase de animales, incluso reptiles y aves. 13 Entonces una voz le dijo:
—Pedro, ¡levántate, mata y come!
14 Pedro respondió:
—¡Yo no haría eso, Señor! Nunca he comido nada prohibido o impuro.
15 Pero la voz volvió a decirle:
—No llames nada prohibido por ser impuro a lo que Dios ha purificado.
16 Esto sucedió tres veces y de inmediato todo subió otra vez al cielo. 17 Pedro se preguntaba qué quería decir la visión. Mientras tanto, los hombres que Cornelio había mandado estaban frente a la puerta preguntando dónde quedaba la casa de Simón. 18 Llamaron para averiguar si Simón, a quien también llamaban Pedro, estaba hospedado allí.
19 Pedro todavía estaba pensando en la visión, pero el Espíritu le dijo: «Oye, tres hombres te están buscando. 20 Levántate, baja a verlos y ve con ellos sin hacer preguntas, yo los he enviado». 21 Entonces Pedro bajó y les dijo a los hombres:
—Yo soy al que ustedes están buscando, ¿a qué han venido?
22 Ellos dijeron:
—Un santo ángel le dijo a Cornelio que lo invitara a su casa para poder escuchar lo que usted tenga que decirle. Cornelio es un capitán, un hombre justo que adora a Dios, y todos los judíos lo respetan mucho.
23 Pedro les pidió que entraran y se quedaran a pasar la noche.
Al día siguiente, Pedro se fue con los tres hombres y con algunos de los hermanos que vivían en Jope. 24 Al otro día, llegaron a la ciudad de Cesarea. Cornelio los estaba esperando con sus familiares y amigos. 25 Cuando Pedro entró, Cornelio salió a recibirlo, se inclinó a los pies de Pedro y lo comenzó a adorarlo. 26 Pero Pedro hizo que se levantara y le dijo:
—¡Levántate! Yo soy tan solo un ser humano.
27 Mientras hablaban, Pedro entró y vio que se había reunido mucha gente. 28 Pedro les dijo:
—Ustedes saben que no es permitido para los de mi nación reunirse o entrar a la casa de alguien que no sea judío. Pero Dios me ha mostrado que no debo menospreciar ni llamar impuro ni ordinario a nadie. 29 Así que cuando me llamaron, vine sin poner excusas. Ahora yo les pregunto: ¿Por qué enviaron por mí?
30 Entonces Cornelio dijo:
—Hace cuatro días estaba orando en mi casa a esta misma hora, las tres de la tarde, y de pronto un hombre con ropa muy brillante se apareció delante de mí. 31 Él me dijo: “Cornelio, tus oraciones fueron escuchadas y Dios ha tomado en cuenta tus contribuciones para los pobres. 32 Así que envía a algunos hombres a Jope para que traigan a Simón, a quien también llaman Pedro. Él se hospeda en casa de Simón, un curtidor que vive junto al mar”. 33 Fue así como yo mandé por ti de inmediato, y nos alegra que hayas venido. Aquí nos tienes para escuchar todo lo que el Señor te ordenó que nos dijeras.
Mensaje de Pedro en la casa de Cornelio
34 Entonces Pedro dijo:
—Ahora entiendo que de verdad para Dios todos somos iguales. 35 Dios no discrimina a nadie, sino que acepta al que le honre y lleve una vida recta. 36 Dios dio su mensaje a los israelitas y les anunció las buenas noticias de paz por medio de Jesucristo, quien es Señor de todos. 37 Ustedes están al tanto de lo que pasó en Judea con Jesús de Nazaret. Todo comenzó en Galilea después del bautismo que anunciaba Juan. 38 Ustedes saben que a Jesús de Nazaret, Dios lo llenó[a] del Espíritu Santo y de poder. Él fue por todas partes haciendo el bien y sanando a los que vivían oprimidos por el diablo. Lo pudo hacer porque Dios estaba con él. 39 Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en Judea y en Jerusalén, pero lo mataron, colgándolo en un madero. 40 Sin embargo, Dios lo resucitó de la muerte al tercer día y lo dio a conocer abiertamente. 41 Pero no a todo el pueblo, sino sólo a los testigos que Dios había elegido para que lo vieran. Nosotros somos esos testigos, comimos y bebimos con él, después de que resucitó. 42 Jesús nos ordenó anunciar estas buenas noticias al pueblo judío, y nos envió para que diéramos testimonio de que él es el elegido por Dios para ser Juez de vivos y muertos. 43 Todos los profetas dan testimonio de que esto es verdad: al que crea en Jesús se le perdonarán sus pecados por medio de su nombre.
Los no judíos reciben el Espíritu Santo
44 Mientras Pedro estaba hablando, el Espíritu Santo cayó sobre los que estaban escuchando el mensaje. 45 Los creyentes judíos que vinieron con Pedro estaban asombrados porque el Espíritu Santo se había derramado como un don sobre los que no eran judíos. 46 Los escuchaban hablar en lenguas y alabar a Dios. Entonces Pedro les dijo:
47 —¿Puede acaso alguien atreverse a no dejar que estos sean bautizados en agua? Ellos han recibido al Espíritu Santo, al igual que nosotros.
48 Así que Pedro ordenó que fueran bautizados en el nombre de Jesucristo. Entonces le pidieron a Pedro que se quedara unos días más.
© 2005, 2008, 2012, 2015 Centro Mundial de Traducción de La Biblia © 2005, 2008, 2012, 2015 Bible League International