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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Nueva Biblia Viva (NBV)
Version
1 Samuel 2

Oración de Ana

Esta fue la oración de Ana:

«¡Cuánto me ha bendecido!

Ahora tengo respuesta para mis enemigos, porque el Señor ha resuelto mi problema.

¡Cuánto se goza mi corazón!

»No hay otro Dios, ni nadie tan santo como el Señor, ni otra roca como nuestro Dios.

»Dejen de actuar con tanto orgullo y arrogancia; el Señor sabe lo que ustedes han hecho, y él juzgará sus acciones.

»Los que eran poderosos han perdido sus fuerzas; los que eran débiles ahora son fuertes.

Los que estaban hartos ahora pasan hambre, los que tenían hambre ahora se sacian.

La mujer estéril, ahora tiene siete hijos; la que tenía muchos hijos ya no los tiene.

»El Señor mata, el Señor da vida.

Él empobrece a unos y enriquece a otros; él abate a algunos y enaltece a otros.

Él levanta al pobre desde el polvo, desde el montón de cenizas, y lo sienta entre los príncipes ubicándolo en un lugar de honor.

»Porque el Señor tiene dominio sobre la tierra.

Él protegerá a los piadosos, pero los impíos serán silenciados en las tinieblas.

Ninguno podrá triunfar por su propia fortaleza.

10 »Los que pelean contra el Señor serán quebrantados.

Él truena contra ellos desde los cielos;

él juzga a través de toda la tierra.

Él da poderosa fortaleza a su rey, y da gran gloria a su ungido».

11 Elcaná y su familia regresaron a Ramá sin Samuel; el niño quedó al servicio del Señor, como ayudante de Elí el sacerdote.

Perversidad de los hijos de Elí

12 Los hijos de Elí eran hombres impíos que desconocían al Señor y las obligaciones del sacerdocio. 13 Por ejemplo, cuando alguien estaba ofreciendo un sacrificio, ellos enviaban a un siervo, y mientras la carne del animal estaba cociéndose, 14 el siervo metía en el caldero o en la olla un tenedor grande de tres dientes, y todo lo que sacaba pertenecía a los hijos de Elí. De esta manera trataban a todos los israelitas que iban a Siló a adorar. 15 A veces el siervo llegaba aun antes del rito de la quema de la grosura sobre el altar, y tenían que entregarle la carne antes que fuera cocida, para poder usarla para asados.

16 Si el hombre que ofrecía el sacrificio decía: «Toma cuanto quieras, pero deja primero que se queme la grasa», como la ley lo exige, el siervo respondía: «No, dámela ahora, o la sacaré a la fuerza».

17 Así que el pecado de estos jóvenes era muy grande delante de los ojos del Señor, porque trataban con menosprecio las ofrendas que el pueblo hacía al Señor.

18 Samuel, aunque todavía era un niño, prestaba servicio ante el Señor y usaba una túnica de lino similar a la de los sacerdotes. 19 Cada año su madre le hacía una túnica de lino y se la llevaba cuando iba con su marido a ofrecer el sacrificio. 20 Antes de que regresaran, Elí bendecía a Elcaná y a Ana, y pedía a Dios que les diera otro hijo que tomara el lugar de este que habían consagrado al Señor. 21 Y Dios le dio a Ana tres hijos y dos hijas. Mientras tanto, Samuel crecía en el servicio del Señor.

22 Elí ya estaba muy anciano, pero se daba cuenta de lo que ocurría a su alrededor. Sabía, por ejemplo, que sus hijos estaban seduciendo a las jóvenes que ayudaban a la entrada del santuario. 23-24 «He estado oyendo quejas terribles contra ustedes —dijo Elí a sus hijos—. Es algo horroroso hacer que el pueblo de Dios peque. No, hijos míos, 25 el pecado ordinario recibe un fuerte castigo, pero ¿cuánto más los pecados que ustedes cometen contra el Señor?».

Sin embargo, ellos no quisieron escuchar a su padre porque el Señor había resuelto que murieran.

26 El pequeño Samuel, en cambio, iba creciendo en estatura y en gracia ante todos y también ante el Señor.

Profecía contra la familia de Elí

27 Un día un profeta vino ante Elí y le dio este mensaje del Señor:

«¿No mostré yo mi poder a tus antepasados levitas cuando el pueblo de Israel era esclavo en Egipto? 28 ¿No los escogí de entre todos sus hermanos para que fueran mis sacerdotes y para que sacrificaran sobre mi altar, quemaran el incienso y usaran las vestiduras sacerdotales mientras me servían? ¿No fui yo quien destinó las ofrendas de los sacrificios para ustedes los sacerdotes? 29 Entonces, ¿por qué tanta codicia en cuanto a las ofrendas que me son ofrecidas? ¿Por qué has honrado más a tus hijos que a mí? Porque tú has dejado que ellos engorden tomando lo mejor de las ofrendas de mi pueblo.

30 »Por lo tanto, yo, el Señor Dios de Israel, declaro que aunque prometí que tu casa y la casa de tus antepasados llevarían el sacerdocio por siempre, no permitiré que se siga haciendo lo que tú haces. Honraré solamente a los que me honran, y despreciaré a los que me desprecian. 31 Pondré fin a tu familia para que nunca más sirvan como sacerdotes. Cada miembro de tu familia morirá antes de tiempo. Ninguno llegará a viejo. 32 Envidiarás la prosperidad que enviaré a mi pueblo. Pero tú y tu familia pasarán angustia y necesidad. Ninguno de ellos llegará a viejo. 33 Los que queden vivos vivirán con tristeza y dolor, y sus hijos morirán a espada. 34 Y para probar que lo que he dicho ocurrirá, haré que tus dos hijos, Ofni y Finés, mueran el mismo día. 35 Yo haré surgir un sacerdote fiel que me servirá y hará lo que yo le diga. Bendeciré a sus descendientes, y de su familia saldrán los sacerdotes que servirán ante mi rey ungido para siempre. 36 Y los descendientes tuyos que sobrevivan se inclinarán delante de él mendigando dinero y alimentos. “Por favor”, dirán, “dame un turno de trabajo entre los sacerdotes para que tenga de qué comer”».

Romanos 2

El justo juicio de Dios

Por eso no tienes excusa alguna cuando juzgas a otros, pues cuando lo haces, te condenas a ti mismo, ya que cometes los mismos actos que ellos. Y sabemos que Dios, en su verdad, castigará a cualquiera que actúe de esa forma.

¿Acaso crees que Dios juzgará y condenará a los demás y te perdonará a ti que haces las mismas cosas? ¿No te das cuenta de que por las riquezas de su generosidad, bondad y paciencia ha estado aguardando sin castigarte para darte tiempo a que te apartes de tus pecados?

Pero no le haces caso y, en consecuencia, estás almacenando contra ti mismo ira, por la terca dureza de tu corazón no arrepentido. Esa ira se manifestará el día en que Dios le dará a cada uno el pago que se merece.

Dará la vida eterna a quienes con paciencia hacen el bien y buscan gloria, honra y vida eterna; pero castigará con su ira a quienes luchan contra la verdad y cometen injusticias.

Habrá sufrimiento y angustia para toda persona que haga lo malo, tanto para los judíos como para los gentiles. 10 Mas habrá gloria, honra y paz para los que hacen lo bueno, lo mismo para los judíos que para los gentiles, 11 pues para Dios no hay favoritismos.

12 Todos los que han pecado sin tener la ley serán juzgados sin la ley; pero los que pecaron bajo la ley, por la ley serán juzgados, 13 ya que no son los que oyen la ley los que son justificados, sino quienes la obedecen.

14 Cuando los paganos que no conocen la ley actúan conforme a la ley, aunque nunca hayan tenido escrita la ley de Dios, son la ley para sí mismos. 15 Ellos muestran que la ley de Dios está escrita dentro de ellos mismos; su conciencia los acusa a veces, y a veces los excusa. 16 Y así, Dios juzgará en aquel día, por medio de Jesucristo, hasta los secretos de todas las personas.

Los judíos y la ley

17 Tú, como judío, te apoyas en la ley y te sientes orgulloso de tu relación con Dios. 18 Dices que conoces la voluntad de Dios y que sabes discernir lo que es mejor, porque te lo ha enseñado la ley. 19 Estás seguro de que puedes guiar a los ciegos y de que eres luz para los que viven en tinieblas. 20 Te consideras maestro de los ignorantes y guía de los niños, porque tienes en la ley la fuente del conocimiento y la verdad.

21 Tú, pues, que instruyes a otros, ¿por qué no te instruyes a ti mismo?

Dices que no se ha de robar, pero ¿no robas tú?

22 Dices que es malo cometer adulterio, pero ¿no lo cometes tú?

Odias a los ídolos, pero saqueas sus templos.

23 Te sientes orgulloso de la ley de Dios, pero lo deshonras al violarla. 24 No en vano está escrito: «El mundo ofende a Dios por culpa de ustedes».

25 El haber sido circuncidado tiene valor cuando se obedece la ley de Dios; pero si no la obedeces no estás en mejor posición que los paganos. 26 Y si los paganos obedecen la ley de Dios, ¿no es justo que Dios los considere como si se hubieran circuncidado? 27 El que no se ha circuncidado pero obedece la ley te condenará a ti, que estás circuncidado y tienes la ley, pero no la obedeces.

28 Nadie es judío por serlo externamente y estar circuncidado. 29 No, judío es aquel que lo es en su interior y, en su interior ha sido circuncidado de acuerdo con el Espíritu y no con un mandamiento escrito. Quien así lo ha experimentado recibe la alabanza de Dios, no de la gente.

Jeremías 40

Liberación de Jeremías

40 Nabuzaradán, capitán de la guardia, llevó a Jeremías a Ramá junto con todo el pueblo exiliado de Jerusalén y Judá que eran enviados a Babilonia, pero luego lo soltó.

2-3 El capitán llamó aparte a Jeremías y le dijo:

―El Señor tu Dios ha traído este desastre sobre esta tierra tal como dijo que lo haría, porque este pueblo ha ofendido mucho al Señor cometiendo tantas maldades, por eso ocurrió todo este mal. Ahora voy a quitarte las cadenas y a dejarte ir. Si quieres venir conmigo a Babilonia, muy bien, yo me encargaré de que te atiendan bien. Pero si no deseas venir, quédate. Tienes la decisión; ve a donde quieras. Si decides quedarte, vuelve adonde está Guedalías, que ha sido nombrado gobernador de Judá por el rey de Babilonia, y quédate con el resto del pueblo que él gobierna. Pero es cosa tuya; ve a donde quieras.

Nabuzaradán le dio a Jeremías alimentos y dinero y lo dejó ir. Jeremías volvió entonces a donde estaba Guedalías y vivió en Judá con el pueblo que se había quedado en el país.

Asesinato de Guedalías

Y cuando los jefes de los guerrilleros judíos que andaban por el campo oyeron que el rey de Babilonia había nombrado a Guedalías gobernador de los pobres de la tierra que se habían quedado, y no había exiliado a todos a Babilonia, fueron a ver a Guedalías en Mizpa, donde tenía su cuartel general. Los jefes que acudieron fueron estos: Ismael, hijo de Netanías, Johanán y Jonatán, hijos de Carea, Seraías, hijo de Tanjumet, los hijos de Efay (el netofatita), Jezanías, hijo de un macateo, y sus hombres. Y Guedalías les aseguró que rindiéndose a los babilonios estarían a salvo.

―Quédense aquí y sírvanle al rey de Babilonia —dijo—, y en todo les irá bien. 10 En lo que a mí respecta, me quedaré en Mizpa e intercederé por ustedes ante los babilonios que vendrán acá como supervisores de mi administración. Establézcanse en cualquier ciudad que deseen, y vivan del producto de la tierra. Cosechen las uvas, los frutos de verano, las aceitunas, y almacénenlos.

11 Cuando los judíos que estaban en Moab, entre los amonitas, en Edom y en otras tierras vecinas, oyeron que unos cuantos del pueblo estaban aún en Judá, y que el rey de Babilonia no se los había llevado a todos, y que aquel Guedalías era el gobernador, 12 comenzaron a volver a Judá desde los muchos lugares a donde habían huido. Se detuvieron en Mizpa para exponer sus planes a Guedalías y luego se fueron a las haciendas desiertas y recogieron una gran cosecha de uvas para vino, y otros productos.

13-14 Pero poco después Johanán, hijo de Carea, y los demás jefes guerrilleros fueron a Mizpa para advertirle a Guedalías que Balís, el rey de los amonitas, había enviado a Ismael, hijo de Netanías, para asesinarlo. Pero Guedalías no quiso creerles. 15 Entonces Johanán tuvo una conferencia privada con Guedalías, en la que Johanán se ofreció para matar a Ismael en secreto.

―¿Por qué habríamos de permitirle que venga a asesinarte? —preguntó Johanán—. ¿Qué les ocurrirá a los judíos que se han quedado si tú mueres? ¡Seguro serían esparcidos y se perdería este remanente del pueblo que aun queda!

16 Pero Guedalías dijo:

―Les prohíbo hacer tal cosa, pues lo que dicen de Ismael es mentira.

Salmos 15-16

Salmo de David.

15 Señor; ¿quién puede habitar en tu santuario? ¿Quién puede vivir en tu santo monte?

Sólo el de conducta intachable, que practica la justicia y de corazón dice la verdad; que no calumnia con la lengua, que no le hace mal a su prójimo, ni le acarrea desgracia a su vecino; que desprecia al que Dios reprueba pero honra al que le teme al Señor; que cumple lo prometido aunque salga perjudicado; que no cobra intereses sobre el dinero que presta y se niega a ser testigo contra el inocente por mucho que se le quiera sobornar. Una persona así permanecerá siempre firme.

Mictam de David.

16 ¡Sálvame, oh Dios, pues acudo a tu amparo! Yo le dije: «Tú eres mi Señor, todo lo bueno que tengo viene de ti». Mis verdaderos héroes son la gente santa del país. ¡Ellos son la gente que verdaderamente me agrada! Quienes elijan dioses ajenos se verán llenos de pesar; no ofreceré yo sacrificios a sus dioses, y ni siquiera pronunciaré su nombre.

El Señor es mi herencia, mi copa de bendiciones. Él cuida cuanto es mío. La tierra que él me ha dado es un lugar bello. ¡Qué magnífica herencia! Bendeciré al Señor que me aconseja; aun de noche me instruye. Me dice qué debo hacer.

Yo sé que el Señor continuamente está conmigo, jamás tendré por qué tropezar y caer, pues él está a mi lado. Por eso tengo el corazón lleno de gozo; mi boca está llena de alabanzas. Todo mi ser descansa con tranquilidad, 10 porque no me dejarás entre los muertos; no permitirás que tu amado se pudra en el sepulcro. 11 Me has dejado saborear los gozos de la vida y los exquisitos placeres de tu presencia eterna.

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