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Chronological

Read the Bible in the chronological order in which its stories and events occurred.
Duration: 365 days
Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
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Lucas 22

Acuerdo para matar a Jesús

22 Estaba próximo el día de la fiesta de los Panes sin levadura que se llama la Pascua.

Los principales sacerdotes y los escribas estaban buscando cómo eliminarle, pues temían al pueblo. Entonces Satanás entró en Judas, llamado Iscariote, el cual era uno del número de los doce. Él fue y habló con los principales sacerdotes y con los magistrados acerca de cómo entregarle. Estos se alegraron y acordaron darle dinero. Él estuvo de acuerdo y buscaba la oportunidad para entregarlo sin que la gente lo advirtiera.

Preparativos para la Pascua

Llegó el día de los Panes sin levadura, en el cual era necesario sacrificar la víctima pascual. Jesús envió a Pedro y a Juan, diciendo:

—Vayan, prepárennos la Pascua para que comamos.

Ellos le preguntaron:

—¿Dónde quieres que la preparemos?

10 Él les dijo:

—He aquí, cuando entren en la ciudad, les saldrá al encuentro un hombre llevando un cántaro de agua. Síganlo hasta la casa a donde entre. 11 Díganle al dueño de la casa: “El Maestro te dice: ‘¿Dónde está la habitación en la que he de comer la Pascua con mis discípulos?’”. 12 Y él les mostrará un gran aposento alto ya dispuesto. Preparen allí.

13 Fueron, pues, y hallaron como les había dicho; y prepararon la Pascua.

La Cena del Señor

14 Cuando llegó la hora, se sentó a la mesa, y con él los apóstoles. 15 Y les dijo:

—¡Cuánto he deseado comer con ustedes esta Pascua antes de padecer! 16 Porque les digo que no comeré más de ella hasta que se cumpla en el reino de Dios.

17 Luego tomó una copa y, habiendo dado gracias, dijo:

—Tomen esto y repártanlo entre ustedes 18 porque les digo que desde ahora[a] no beberé más del fruto de la vid hasta que venga el reino de Dios.

19 Entonces tomó pan y, habiendo dado gracias, lo partió y les dio diciendo:

—Esto es mi cuerpo[b] que por ustedes es dado. Hagan esto en memoria de mí.

20 Asimismo, después de haber cenado, tomó también la copa y dijo:

—Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre que por ustedes se derrama.

Jesús anuncia la traición de Judas

21 »No obstante, he aquí la mano del que me entrega está conmigo en la mesa. 22 A la verdad, el Hijo del Hombre va según lo que está determinado, pero ¡ay de aquel hombre por quien es entregado!

23 Entonces ellos comenzaron a preguntarse entre sí cuál de ellos sería el que habría de hacer esto.

Sobre la primacía y el servicio

24 Hubo entre ellos una disputa acerca de quién de ellos parecía ser el más importante. 25 Entonces él les dijo:

—Los reyes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que tienen autoridad sobre ellas son llamados bienhechores. 26 Pero entre ustedes no será así. Más bien, el que entre ustedes sea el importante, sea como el más nuevo; y el que es dirigente, como el que sirve. 27 Porque, ¿cuál es el más importante: el que se sienta a la mesa, o el que sirve? ¿No es el que se sienta a la mesa? Sin embargo, yo estoy en medio de ustedes como el que sirve.

28 »Y ustedes son los que han permanecido conmigo en mis pruebas. 29 Yo, pues, dispongo para ustedes un reino, como mi Padre lo dispuso para mí, 30 para que coman y beban en mi mesa en mi reino, y se sienten sobre tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.

Jesús predice la negación de Pedro

31 »Simón, Simón, he aquí Satanás me ha pedido para zarandearte como a trigo. 32 Pero yo he rogado por ti, que tu fe no falle. Y tú, cuando hayas vuelto, confirma a tus hermanos.

33 Él le dijo:

—Señor, estoy listo para ir contigo aun a la cárcel y a la muerte.

34 Pero él dijo:

—Pedro, te digo que el gallo no cantará hoy antes de que tú hayas negado tres veces que me conoces.

La hora del conflicto espiritual

35 Y les dijo a ellos:

—Cuando los envié sin bolsa, sin alforja y sin calzado, ¿les faltó algo?

Ellos dijeron:

—Nada.

36 Entonces les dijo:

—Pues ahora, el que tiene bolsa, tómela; y también la alforja. Y el que no tiene espada, venda su manto y compre una.

37 Porque les digo que es necesario que se cumpla en mí aquello que está escrito: Y fue contado con los malhechores[c]. Porque lo que está escrito de mí tiene cumplimiento.

38 Entonces ellos dijeron:

—Señor, he aquí dos espadas.

Y él dijo:

—Basta.

Angustia de Jesús en Getsemaní

39 Después de salir, se fue, como solía, al monte de los Olivos; y sus discípulos también lo siguieron. 40 Cuando llegó al lugar, les dijo:

—Oren que no entren en tentación.

41 Y él se apartó de ellos a una distancia considerable[d] y, puesto de rodillas, oraba 42 diciendo:

—Padre, si quieres, aparta de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad sino la tuya.

43 [Entonces le apareció un ángel del cielo para fortalecerle. 44 Y angustiado, oraba con mayor intensidad, de modo que su sudor era como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra][e].

45 Cuando se levantó de orar y volvió a sus discípulos, los halló dormidos por causa de la tristeza. 46 Y les dijo:

—¿Por qué duermen? Levántense y oren para que no entren en tentación.

Jesús es arrestado

47 Mientras él aún hablaba, he aquí vino una multitud. El que se llamaba Judas, uno de los doce, venía delante de ellos y se acercó a Jesús para besarle. 48 Entonces Jesús le dijo:

—Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del Hombre?

49 Al ver los que estaban con él lo que había de ocurrir, le dijeron:

—Señor, ¿heriremos a espada?

50 Y uno de ellos hirió a un siervo del sumo sacerdote y le cortó la oreja derecha. 51 Entonces respondiendo Jesús, dijo:

—¡Basta de esto!

Y tocando su oreja, lo sanó. 52 Entonces Jesús dijo a los principales sacerdotes, a los magistrados del templo y a los ancianos que habían venido contra él:

—¿Como contra un asaltante han salido con espadas y palos? 53 Habiendo estado con ustedes cada día en el templo, no extendieron la mano contra mí. Pero esta es la hora de ustedes y la del poder de las tinieblas.

Pedro niega a Jesús

54 Lo prendieron, lo llevaron y le hicieron entrar en la casa del sumo sacerdote. Y Pedro lo seguía de lejos. 55 Cuando encendieron fuego en medio del patio y se sentaron alrededor, Pedro también se sentó entre ellos. 56 Entonces una criada, al verlo sentado junto a la lumbre, lo miró fijamente y dijo:

—¡Este estaba con él!

57 Pero él negó diciendo:

—Mujer, no lo conozco.

58 Un poco después, al verlo otro, le dijo:

—¡Tú también eres de ellos!

Y Pedro dijo:

—Hombre, no lo soy.

59 Como una hora después, otro insistía diciendo:

—Verdaderamente, también este estaba con él porque es galileo.

60 Y Pedro dijo:

—¡Hombre, no sé lo que dices!

Y de inmediato, estando él aún hablando, el gallo cantó. 61 Entonces el Señor se volvió y miró a Pedro, y Pedro se acordó de la palabra del Señor como le había dicho: “Antes que el gallo cante hoy, me negarás tres veces”. 62 Y saliendo fuera, Pedro lloró amargamente.

Jesús ante el Sanedrín

63 Los hombres que tenían bajo custodia a Jesús se burlaban de él y lo golpeaban. 64 Y cubriéndole[f] le preguntaban diciendo:

—¡Profetiza! ¿Quién es el que te golpeó?

65 Y le decían otras muchas cosas injuriándole.

66 Cuando amaneció, se juntaron los ancianos del pueblo, los principales sacerdotes y los escribas, y lo llevaron al Sanedrín de ellos. 67 Y le dijeron:

—Si tú eres el Cristo, ¡dínoslo!

Pero él les dijo:

—Si se lo dijera, no lo creerían. 68 Además, si yo les preguntara, no me responderían. 69 Pero, de ahora en adelante, el Hijo del Hombre estará sentado a la diestra del poder de Dios[g].

70 Le dijeron todos:

—Entonces, ¿eres tú Hijo de Dios?

Y él les dijo:

—Ustedes dicen que Yo Soy.

71 Entonces ellos dijeron:

—¿Qué más necesidad tenemos de testimonio? Porque nosotros mismos lo hemos oído de su boca.

Juan 13

Jesús lava los pies a sus discípulos

13 Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su hora para pasar de este mundo al Padre, como había amado a los suyos que estaban en el mundo los amó hasta el fin.

Durante la cena, como el diablo ya había puesto en el corazón de Judas hijo de Simón Iscariote que lo entregara, y sabiendo Jesús que el Padre había puesto todas las cosas en sus manos y que él había salido de Dios y a Dios iba, se levantó de la cena; se quitó el manto y, tomando una toalla, se ciñó con ella. Luego echó agua en una vasija y comenzó a lavar los pies de los discípulos y a secarlos con la toalla con que estaba ceñido. Entonces llegó a Simón Pedro y este le dijo:

—Señor, ¿tú me lavas los pies a mí?

Respondió Jesús y le dijo:

—Lo que yo hago tú no lo entiendes ahora pero lo comprenderás después.

Pedro le dijo:

—¡Jamás me lavarás los pies!

Jesús le respondió:

—Si no te lavo no tienes parte conmigo.

Le dijo Simón Pedro:

—Señor, entonces, no solo mis pies sino también las manos y la cabeza.

10 Le dijo Jesús:

—El que se ha lavado no tiene necesidad de lavarse más que los pies pues está todo limpio. Ya ustedes están limpios, aunque no todos.

11 Porque sabía quién lo entregaba por eso dijo: “No todos están limpios”. 12 Así que, después de haberles lavado los pies, tomó su manto, se volvió a sentar a la mesa y les dijo:

—¿Entienden lo que les he hecho? 13 Ustedes me laman Maestro y Señor y dicen bien, porque lo soy. 14 Pues bien, si yo, el Señor y el Maestro, lavé sus pies, también ustedes deben lavarse los pies los unos a los otros. 15 Porque ejemplo les he dado para que, así como yo se los hice, ustedes también lo hagan. 16 De cierto, de cierto les digo que el siervo no es mayor que su señor ni tampoco el apóstol es mayor que el que lo envió. 17 Si saben estas cosas, bienaventurados son si las hacen. 18 No hablo así de todos ustedes. Yo sé a quiénes he elegido; pero para que se cumpla la Escritura: El que come pan conmigo[a] levantó contra mí su talón[b]. 19 Desde ahora les digo, antes de que suceda, para que cuando suceda crean que Yo Soy. 20 De cierto, de cierto les digo que el que recibe al que yo envío a mí me recibe; y el que a mí me recibe, recibe al que me envió.

Jesús anuncia la traición de Judas

21 Después de haber dicho esto, Jesús se conmovió en espíritu y testificó diciendo:

—De cierto, de cierto les digo que uno de ustedes me va a entregar.

22 Entonces los discípulos se miraban unos a otros dudando de quién hablaba. 23 Uno de sus discípulos, a quien Jesús amaba, estaba a la mesa recostado junto a Jesús. 24 A él Simón Pedro le hizo señas para que preguntara quién era aquel de quien hablaba. 25 Entonces él, recostándose sobre el pecho de Jesús, le dijo:

—Señor, ¿quién es?

26 Jesús contestó:

—Es aquel para quien yo mojo el bocado y se lo doy.

Y mojando el bocado, lo tomó y se lo dio a Judas hijo de Simón Iscariote. 27 Después del bocado, Satanás entró en él. Entonces le dijo Jesús:

—Lo que estás haciendo, hazlo pronto.

28 Ninguno de los que estaban a la mesa entendió para qué le dijo esto 29 porque algunos pensaban, puesto que Judas tenía la bolsa, que Jesús le decía: “Compra lo que necesitamos para la fiesta”, o que diera algo a los pobres.

30 Cuando tomó el bocado, él salió en seguida; y ya era de noche.

Un mandamiento nuevo

31 Cuando Judas había salido, dijo Jesús:

—Ahora es glorificado el Hijo del Hombre, y Dios es glorificado en él. 32 Si Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo. Y pronto lo glorificará. 33 Hijitos, todavía sigo un poco con ustedes. Me buscarán pero, como dije a los judíos: “A donde yo voy ustedes no pueden ir”, así les digo a ustedes ahora.

34 »Un mandamiento nuevo les doy: que se amen los unos a los otros. Como los he amado, ámense también ustedes los unos a los otros. 35 En esto conocerán todos que son mis discípulos: si tienen amor los unos por los otros.

Jesús predice la negación de Pedro

36 Simón Pedro le dijo:

—Señor, ¿a dónde vas?

Le respondió Jesús:

—A donde yo voy no me puedes seguir ahora, pero me seguirás más tarde.

37 Le dijo Pedro:

—Señor, ¿por qué no te puedo seguir ahora? ¡Mi vida pondré por ti!

38 Jesús le respondió:

—¿Tu vida pondrás por mí? De cierto, de cierto te digo que no cantará el gallo antes que me hayas negado tres veces.

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

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