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Chronological

Read the Bible in the chronological order in which its stories and events occurred.
Duration: 365 days
Palabra de Dios para Todos (PDT)
Version
Daniel 1-3

Daniel es llevado a Babilonia

Joacim llevaba tres años como rey de Judá cuando Nabucodonosor, rey de Babilonia, llegó a Jerusalén y puso sitio a la ciudad. El Señor dejó que Nabucodonosor capturara a Joacim, rey de Judá y que se apoderara de algunos objetos del templo de Dios, los cuales se llevó a Babilonia y los puso en el tesoro del templo de su dios. Luego llamó a Aspenaz, el jefe de los funcionarios al servicio de su corte[a], para que eligiera algunos jóvenes de la nobleza y de la familia del rey de Israel. Estos jóvenes debían ser bien parecidos, y tenían que ser inteligentes. Ya debían ser entendidos en toda clase de sabiduría y ser capaces de manejar el conocimiento. Debían ser fuertes y tener facilidad para servir en la corte del rey. Nabucodonosor quería que recibieran educación en la lengua y literatura de los caldeos.

El rey les asignó una ración diaria de su propia comida. Serían educados durante tres años y luego quedarían al servicio del rey. Entre esos jóvenes estaban Daniel, Ananías, Misael y Azarías quienes eran de la tribu de Judá. Pero Aspenaz les dio nuevos nombres: a Daniel lo llamó Beltsasar, a Ananías lo llamó Sadrac, a Misael lo llamó Mesac y a Azarías lo llamó Abednego.

Daniel estaba decidido a no contaminarse[b] con la comida y el vino del rey. Así que le pidió permiso a Aspenaz para evitar esos alimentos y permanecer sin mancha. Dios hizo que Aspenaz tuviera compasión y simpatía por Daniel. 10 Aspenaz le dijo:

—Tengo miedo de mi señor, el rey. Él me ha ordenado que les dé de los mismos alimentos y vino que se sirven al rey. Si él se da cuenta de que ustedes están más flacos y débiles que los otros jóvenes de su edad, puede enojarse y mandarme matar por culpa de ustedes.

11 Así que Daniel habló con el guardia que Aspenaz había asignado para cuidar a Daniel, Ananías, Misael y Azarías, 12 y le dijo:

—Por favor, haznos una prueba de diez días. Danos solamente legumbres para comer y agua para beber. 13 Luego compara nuestro aspecto con el de los jóvenes que han comido los alimentos y el vino del rey y decide lo que harás con nosotros que somos tus siervos.

14 El guardia estuvo de acuerdo y los puso a prueba durante diez días. 15 Al cabo de los diez días, ellos tenían mejor aspecto y estaban más saludables que los jóvenes alimentados con la comida del rey. 16 El guardia decidió no darles la comida y el vino del rey, y en su lugar les continuó dando legumbres.

17 Dios les dio a esos cuatro jóvenes la habilidad y la sabiduría para aprender toda clase de literatura y filosofía. Daniel también podía interpretar toda clase de visiones y sueños. 18 Cuando se completaron los tres años de entrenamiento, Aspenaz llevó a los jóvenes ante el rey Nabucodonosor. 19 El rey habló con ellos y se dio cuenta de que Daniel, Ananías, Misael y Azarías eran superiores a los demás, por eso se convirtieron en servidores del rey. 20 El rey les preguntaba sobre cualquier tema de ciencias o de sabiduría y siempre el conocimiento de esos cuatro jóvenes era diez veces mayor que el de todos los adivinos del reino. 21 Daniel siguió sirviendo al rey hasta el primer año del reinado de Ciro.[c]

El sueño de Nabucodonosor

Durante el segundo año[d] en que Nabucodonosor fue rey tuvo varios sueños que lo preocuparon y lo asustaron tanto que no podía dormir. Entonces mandó llamar a todos los adivinos, hechiceros, magos y sabios para que le interpretaran lo que había soñado. Todos se presentaron ante el rey y él les dijo:

—Tuve un sueño que me tiene preocupado y necesito urgentemente saber lo que significa.

Entonces los caldeos le respondieron al rey en idioma arameo[e]:

—¡Viva el rey por siempre! Estamos aquí para servirle, cuéntenos su sueño y le diremos lo que significa.

—Yo no les voy a contar nada. Ustedes deben decirme qué fue lo que soñé y además qué significa. Si no me lo dicen, los haré pedazos y destrozaré sus casas hasta que queden convertidas en ruinas. Pero si me cuentan el sueño y su significado, los recompensaré con regalos y honor. Así que díganme el sueño y su significado.

Los caldeos le respondieron nuevamente diciendo:

—Su majestad, somos sus servidores. Cuéntenos el sueño y le diremos qué significa.

Y el rey les dijo:

—Ustedes sólo están ganando tiempo porque saben que no les voy a decir nada. Si no me dicen el sueño serán castigados, pues se han puesto de acuerdo para mentir esperando que pase el tiempo. Tienen que contarme el sueño para que yo pueda estar seguro de que el significado que me dirán es el verdadero.

10 Los caldeos le respondieron:

—Nadie en este mundo tiene el poder de hacer lo que el rey está pidiendo. Además, ningún rey por más poder o grandeza que tenga, ha pedido algo así a ningún hechicero, adivino o caldeo. 11 Lo que el rey está pidiendo es muy complicado y difícil, sólo los dioses podrían revelar un sueño de otra persona y decir su significado. Pero los dioses no viven con los humanos.

12 El rey se enojó mucho con esa respuesta y condenó a muerte a todos los sabios de Babilonia. 13 La orden del rey fue anunciada públicamente y los guardias del rey salieron a buscar a Daniel y a sus compañeros para matarlos a ellos también.

14 Arioc era el jefe de los guardias y era el encargado de matar a los sabios de Babilonia, pero Daniel le envió un mensaje 15 en el que le preguntaba:

—Arioc, tú que eres el representante del rey, explícame por qué esta orden del rey es tan urgente y severa.

Arioc le respondió explicando la orden. 16 Entonces, Daniel fue y le pidió al rey algún tiempo para poder explicarle el significado del sueño. 17 Luego Daniel volvió a casa y les contó a sus compañeros Ananías, Misael y Azarías todo lo que estaba pasando. 18 Entonces pidieron que el Dios del cielo tuviera compasión de ellos y les revelara el secreto para que no tuvieran que morir con los demás sabios de Babilonia. 19 Esa noche Daniel tuvo una visión y Dios le reveló el significado del secreto. Entonces Daniel alabó al Dios del cielo 20 diciendo:

«¡Alabado sea el nombre de Dios por siempre!
    ¡A él pertenecen el poder y la sabiduría!
21 Él cambia los tiempos y las estaciones,
    pone y quita reyes.
Da sabiduría a los sabios
    e inteligencia a los expertos.
22 Él revela los secretos más profundos;
    conoce todo lo que hay en la oscuridad
    porque la luz vive junto a él.
23 Dios de mis antepasados te doy gracias y te alabo
    porque tú me has dado sabiduría y poder;
me revelaste lo que te pedía.
    ¡Me diste a conocer el sueño del rey!»

Daniel cuenta el sueño y su significado

24 Después, Daniel fue a ver a Arioc, quien tenía la orden de matar a los adivinos de Babilonia, y le dijo:

—No mates a los adivinos de Babilonia.[f] Llévame a ver al rey y le explicaré el sentido del sueño.

25 Así que Arioc y Daniel fueron rápidamente a ver al rey. Cuando llegaron, Arioc le dijo al rey:

—He encontrado entre los judíos deportados a un hombre que puede interpretar el sueño del rey.

26 Entonces el rey le dijo a Daniel, al que llamaban Baltasar:

—¿De verdad eres capaz de contarme el sueño que tuve y lo que significa?

27 Daniel respondió:

—Ninguno de los sabios, hechiceros, adivinos o magos puede revelar este secreto al rey, 28 pero hay un Dios en el cielo que sí revela secretos. Él le ha revelado a usted, rey Nabucodonosor, lo que sucederá al final de los tiempos. Esto es lo que vio usted cuando estaba acostado: 29 cuando usted descansaba en su cama pensó en lo que podría ocurrir en el futuro. Dios puede revelar secretos, y él le ha mostrado a usted lo que va a suceder. 30 En cuanto a mí, no es que yo sea más sabio que otros. Si se me ha revelado el secreto es para que le explique su sentido al rey y así pueda usted entender lo que pasó por su mente.

31 »Majestad, en su sueño usted vio una estatua muy grande frente a usted. Era una estatua enorme y muy brillante pero su aspecto causaba terror. 32 La cabeza de la estatua era de oro. Los hombros y los brazos eran de plata. El vientre y los muslos eran de bronce. 33 Las piernas eran de hierro y los pies eran en parte de hierro y en parte de barro. 34 Mientras la miraba, una roca se desprendió sin que nadie la moviera y golpeó a la estatua en sus pies de hierro y barro y los pulverizó. 35 En seguida, todo el barro, el hierro, el bronce, la plata y el oro se despedazaron y se volvieron polvo. Parecía como el polvo que sobra cuando se trilla el trigo en verano, pero el viento se lo llevó todo sin dejar rastro. Luego la roca se convirtió en una gran montaña[g] que ocupó toda la tierra.

36 »Ese fue el sueño, y ahora le voy a decir al rey lo que significa. 37 Usted es el más importante de los reyes. El Dios de los cielos lo ha elegido y le ha dado poder y riquezas. 38 Dios lo ha puesto al mando de los hombres, de los animales salvajes y de las aves del cielo. Usted es esa cabeza de oro de la estatua. 39 Después de usted vendrá otro reino, pero ese reino no será tan importante como el suyo. Luego vendrá un tercer reino de bronce que gobernará sobre toda la tierra. 40 Después habrá un cuarto reino que será tan fuerte como el hierro. Y así como el hierro es más fuerte y destroza todo, de igual manera ese cuarto reino destrozará a todos los demás.

41 »Pero usted vio que los pies y los dedos de la estatua eran en parte de hierro y en parte de barro. Pues eso quiere decir que este reino estará dividido y tendrá sólo un poco de la estabilidad del hierro porque usted vio que el hierro estaba mezclado con el barro. 42 Es decir que así como parte de los pies y de los dedos eran de barro y la otra parte era de hierro, de igual forma el reino será en parte fuerte y en parte débil. 43 Y así como usted vio que se mezclaban el hierro y el barro, también los pueblos se mezclarán entre sí. Pero por más que se mezclen no serán un solo pueblo, como tampoco el hierro y el barro se mezclan totalmente. 44 Y durante ese tiempo, el Dios del cielo creará un reino eterno que no podrá ser destruido. Ese reino no quedará en manos de extraños. Al contrario, ese reino destruirá y superará a todos los demás reinos. ¡Es un reino que durará para siempre! 45 Majestad, usted vio una roca que se desprendió de la montaña sin que ninguna mano la empujara. Esa roca destrozó el hierro, el bronce, la plata y el oro. Eso significa que el gran Dios le estaba mostrando lo que pasará en el futuro. Ese es el sueño y la interpretación que es completamente cierta».

46 Enseguida, el rey Nabucodonosor se arrodilló ante Daniel y lo alabó. Además ordenó que se preparara una ofrenda de incienso y fragancias en honor de Daniel. 47 El rey dijo:

—En realidad tu Dios es el más importante y poderoso. Es el Señor de todos los reyes y el que revela los secretos. Él fue quien hizo posible que tú me revelaras a mí este secreto.

48 El rey le dio a Daniel muchos regalos y lo nombró jefe de la provincia de Babilonia y de todos los demás adivinos y sabios de Babilonia. 49 Daniel le pidió al rey que nombrara también a Sadrac, Mesac y Abednego para ocupar cargos importantes en la provincia de Babilonia. El rey hizo lo que Daniel le pidió y Daniel se convirtió en uno de los funcionarios más importantes del rey.

La estatua de oro y el horno

El rey Nabucodonosor mandó construir una estatua de oro de 30 metros de alto y 3 metros de ancho. Ordenó que la pusieran en el valle de Dura, en la provincia de Babilonia. Después mandó reunir a todos los alcaldes, prefectos, gobernadores, consejeros, tesoreros, jueces, jefes militares y demás autoridades de la provincia para la inauguración de la estatua. Todos ellos se reunieron frente a la estatua que mandó construir el rey para participar en la ceremonia de dedicación e inauguración. El encargado anunció en voz alta: «Escuchen bien, gente de todos los pueblos, naciones y lenguas, cada vez que oigan el sonido de trompetas, flautas, cítaras, arpas, liras, gaitas, y otros instrumentos musicales, deben arrodillarse y adorar a la estatua de oro que hizo construir el rey Nabucodonosor. El que no se arrodille y la adore, será arrojado inmediatamente a un horno de fuego».

Entonces cuando el pueblo escuchó el sonido de trompetas, flautas, cítaras, arpas, liras, gaitas, y otros instrumentos musicales, se arrodilló y adoró la estatua de oro que el rey Nabucodonosor había mandado construir.

Unos caldeos aprovecharon esta oportunidad para hablar mal de los judíos ante el rey. Ellos dijeron al rey:

—¡Viva por siempre el rey! 10 Su majestad ha ordenado que todos se arrodillen para adorar la estatua de oro cada vez que se oiga el sonido de trompetas, flautas, cítaras, arpas, liras, gaitas, y otros instrumentos musicales; 11 y que quien no se arrodille a adorar la estatua será lanzado al horno de fuego. 12 Pues sucede que hay unos judíos que usted mismo ha nombrado como funcionarios importantes de la provincia de Babilonia. Ellos desobedecen sus órdenes, no adoran a los dioses y no se arrodillan a adorar la estatua que usted hizo construir. Son Sadrac, Mesac y Abednego.

13 Después de escuchar eso, el rey Nabucodonosor dijo enfurecido: «Tráiganme de inmediato a Sadrac, Mesac y Abednego». Enseguida los caldeos los llevaron ante el rey. 14 Nabucodonosor les dijo:

—Sadrac, Mesac y Abednego, ¿es verdad que ustedes no han adorado a los dioses ni se han arrodillado a adorar la estatua de oro que hice construir? 15 Entiendan esto muy bien: cuando escuchen el sonido de trompetas, flautas, cítaras, arpas, liras, gaitas, y otros instrumentos musicales, deben arrodillarse a adorar la estatua de oro. ¡Si no se arrodillan a adorar en ese momento, serán lanzados al horno y no habrá ningún dios que pueda salvarlos de mi castigo!

16 Sadrac, Mesac y Abednego respondieron:

—Majestad, no es necesario que le demos explicaciones sobre eso. 17 El Dios a quien servimos puede salvarnos de su castigo[h] y del horno de fuego. 18 Es más, aunque él no lo hiciera, su majestad debe saber que no adoraremos a sus dioses ni nos arrodillaremos frente a la estatua de oro que ha construido.

19 Entonces Nabucodonosor se enfureció mucho con ellos, se le desencajó el rostro por la ira y ordenó calentar el horno siete veces más de lo acostumbrado. 20 Enseguida ordenó a algunos de los soldados más fuertes de su ejército que ataran a Sadrac, Mesac y Abednego y que los lanzaran al horno de fuego. 21 Los tres jóvenes fueron atados y lanzados al horno de fuego con todo lo que llevaban puesto: camisas, pantalones, gorros y demás. 22 El rey quería que su orden se cumpliera inmediatamente y el horno estaba mucho más caliente de lo acostumbrado. Así que los soldados que se acercaron al horno para arrojar a Sadrac, Mesac y Abednego se quemaron y murieron de inmediato por las llamas. 23 Y Sadrac, Mesac y Abednego cayeron atados dentro del horno en llamas.

24 Nabucodonosor se puso de pie inmediatamente y preguntó asombrado a sus consejeros:

—¿Acaso no lanzamos al horno sólo a tres hombres atados?

—¡Claro que sí, majestad!—respondieron ellos.

25 Y el rey dijo:

—¡Pero yo estoy viendo cuatro hombres desatados y sin quemaduras caminando entre las llamas! ¡Uno de ellos parece un dios[i]!

26 Nabucodonosor se acercó a la puerta del horno y gritó:

—¡Sadrac, Mesac y Abednego, siervos del Dios altísimo, salgan de allí! Y Sadrac, Mesac y Abednego salieron del horno.

27 Todos los alcaldes, prefectos, gobernadores y consejeros que estaban allí presentes se acercaron a los hombres. Todos vieron que el fuego no les había hecho nada. No se les había chamuscado ni un pelo, y sus ropas estaban intactas. Ni siquiera olían a quemado.

28 Entonces Nabucodonosor dijo: «Bendito sea el Dios de Sadrac, Mesac y Abednego. Él envió a su ángel para que salvara a sus fieles servidores. Ellos confían tanto en él que desobedecieron la orden del rey y arriesgaron sus vidas, antes que alabar o arrodillarse para adorar otro dios. 29 Ahora doy otra orden: cualquier persona, de cualquier país o de cualquier lengua, que hable mal o en contra del Dios de Sadrac, Mesac y Abednego será descuartizado. Su casa será destruida hasta que quede convertida en un montón de tierra y escombros. Pues no hay otro dios que pueda salvar como este».

30 Luego, el rey Nabucodonosor nombró a Sadrac, Mesac y Abednego en cargos mucho más importantes en la provincia de Babilonia.

Palabra de Dios para Todos (PDT)

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