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Chronological

Read the Bible in the chronological order in which its stories and events occurred.
Duration: 365 days
Reina Valera Contemporánea (RVC)
Version
Mateo 12:1-21

Los discípulos recogen espigas en el día de reposo(A)

12 En aquel tiempo, al pasar Jesús por los sembrados en un día de reposo, sus discípulos tuvieron hambre y comenzaron a arrancar espigas(B) y a comerlas. Cuando los fariseos vieron esto, le dijeron: «¡Fíjate! Tus discípulos hacen lo que no está permitido hacer en el día de reposo.» Pero él les dijo: «¿No han leído ustedes lo que hizo David, cuando él y sus acompañantes tuvieron hambre? ¡Pues entró en la casa de Dios y comió los panes de la proposición!(C) Panes que ni a él ni a sus acompañantes les estaba permitido comer, sino solamente a los sacerdotes.(D) ¿O no han leído ustedes en la ley que, en el día de reposo, los sacerdotes que están en el templo profanan el día de reposo, y no se les culpa de nada?(E) Pues yo les digo que aquí está uno mayor que el templo. Si ustedes supieran lo que significa(F) “Misericordia quiero, y no sacrificio”,(G) no condenarían a los inocentes; porque el Hijo del Hombre es Señor del día de reposo.»

El hombre de la mano atrofiada(H)

Al salir de allí, Jesús fue a la sinagoga del lugar. 10 Allí había un hombre que tenía atrofiada una mano. Para poder acusar a Jesús, algunos le preguntaron: «¿Está permitido sanar en el día de reposo?» 11 Él les respondió: «¿Quién de ustedes, si tiene una oveja, y ésta se cae en un hoyo en día de reposo, no va y la saca?(I) 12 ¡Y un hombre vale mucho más que una oveja! Por consiguiente, está permitido hacer el bien en los días de reposo.» 13 Entonces le dijo a aquel hombre: «Extiende tu mano.» El hombre la extendió, y su mano le quedó tan sana como la otra. 14 Pero los fariseos, en cuanto se fueron, conspiraron para matar a Jesús.

El siervo escogido

15 Cuando Jesús supo esto, se alejó de allí. Pero mucha gente lo siguió, y él los sanó a todos, 16 aunque les encargaba con firmeza que no lo descubrieran, 17 para que se cumpliera lo dicho por el profeta Isaías:

18 «Éste es mi siervo, a quien he escogido;
mi Amado, en quien se complace mi alma.
Pondré mi Espíritu sobre él,
y a las naciones anunciará juicio.
19 No disputará, ni gritará,
ni nadie oirá su voz en las calles.
20 No quebrará la caña cascada,
ni apagará la mecha humeante,
hasta que haga triunfar la justicia.
21 En su nombre esperarán las naciones.»(J)

Marcos 3

El hombre de la mano atrofiada(A)

Jesús volvió a visitar la sinagoga, y allí se encontró con un hombre que tenía una mano atrofiada. Algunos lo vigilaban, para ver si sanaba al hombre en el día de reposo y así poder acusarlo. Jesús le dijo al hombre con la mano atrofiada: «Levántate, y ponte en medio.» A los demás les preguntó: «¿Qué está permitido hacer en los días de reposo? ¿El bien, o el mal? ¿Salvar una vida, o quitar la vida?» Ellos guardaron silencio. Jesús los miró con enojo y tristeza, al ver la dureza de sus corazones. Entonces dijo al hombre: «Extiende la mano.» El hombre la extendió, y su mano quedó sana. Tan pronto como los fariseos salieron, empezaron a conspirar con los herodianos para matar a Jesús.

La multitud a la orilla del lago

Jesús se retiró al lago con sus discípulos, y mucha gente de Galilea y de Judea lo siguió al enterarse de todo lo que hacía. También acudieron a él muchos de Jerusalén, de Idumea y del otro lado del Jordán, así como de los alrededores de Tiro y de Sidón. Por causa del gentío, y para evitar que lo apretujaran, Jesús pidió a sus discípulos tener siempre lista una barca; 10 y es que, como había sanado a muchos, todos los que tenían plagas querían tocarlo y se lanzaban sobre él.(B) 11 Cuando los espíritus impuros lo veían, se arrodillaban delante de él y a gritos le decían: «¡Tú eres el Hijo de Dios!» 12 Pero él les exigía con toda firmeza que no revelaran quién era él.

Elección de los doce apóstoles(C)

13 Después Jesús subió a un monte y llamó a los que él quiso, y ellos se reunieron con él. 14 A doce de ellos los designó para que estuvieran con él, para enviarlos a predicar, 15 y para que tuvieran el poder de expulsar demonios. 16 Estos doce eran: Simón, a quien puso por nombre «Pedro»; 17 Jacobo y su hermano Juan, hijos de Zebedeo, a quienes les puso por nombre «Boanerges», que significa «Hijos del trueno»; 18 Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Jacobo hijo de Alfeo, Tadeo, Simón el cananista, 19 y Judas Iscariote, que fue quien lo traicionó.

La blasfemia contra el Espíritu Santo(D)

20 Jesús entró en una casa, y de nuevo se juntó tanta gente, que ni siquiera podían comer él y sus discípulos. 21 Cuando sus familiares lo supieron, fueron para llevárselo, porque pensaban que estaba fuera de sí. 22 Pero los escribas que habían venido de Jerusalén decían: «A éste lo domina Beelzebú. Y expulsa a los demonios por el poder del príncipe de los demonios.»(E) 23 Entonces Jesús los llamó, y en parábolas les dijo: «¿Y cómo puede Satanás expulsar a Satanás? 24 Si un reino se divide contra sí mismo, no puede permanecer. 25 Si una casa se divide contra sí misma, tampoco puede permanecer. 26 Y si Satanás se subleva contra sí mismo, y se divide, tampoco puede permanecer. Su fin habrá llegado. 27 Nadie puede entrar en la casa de un hombre fuerte y robarle sus pertenencias, si antes no lo ata. Entonces sí podrá saquear su casa.

28 »De cierto les digo que a todos ustedes se les perdonará todo pecado y toda blasfemia, 29 pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo jamás será perdonado,(F) sino que será culpable de un pecado eterno.» 30 Y es que ellos habían dicho: «Éste tiene un espíritu impuro.»

La madre y los hermanos de Jesús(G)

31 Llegaron entonces la madre y los hermanos de Jesús, pero se quedaron afuera y mandaron a llamarlo. 32 La muchedumbre sentada a su alrededor le dijo: «Tu madre, tus hermanos y tus hermanas están allí afuera, y te buscan.» 33 Jesús les respondió: «¿Y quién es mi madre, y mis hermanos?» 34 Miró entonces a los que estaban sentados a su alrededor, y dijo: «Mi madre y mis hermanos están aquí. 35 Porque todo el que hace la voluntad de Dios es mi hermano, y mi hermana, y mi madre.»

Lucas 6

Los discípulos espigan en el día de reposo(A)

En cierto día de reposo, al pasar Jesús por los sembrados, sus discípulos iban arrancando espigas y desgranándolas con las manos, para comerse el grano.(B) Algunos de los fariseos les dijeron: «¿Por qué hacen lo que no está permitido hacer en los días de reposo?» Jesús les respondió: «¿Ni siquiera han leído lo que hizo David, cuando él y sus acompañantes tuvieron hambre? Pues entró en la casa de Dios y tomó los panes de la proposición, que sólo a los sacerdotes les es permitido comer. Y comió David, y los compartió con sus acompañantes.»(C) Y añadió: «El Hijo del Hombre es también Señor del día de reposo.»

El hombre de la mano atrofiada(D)

Otro día de reposo, Jesús entró en la sinagoga y comenzó a enseñar. Había allí un hombre que tenía la mano derecha atrofiada, y los escribas y los fariseos, que buscaban un motivo para acusar a Jesús, lo observaban para ver si en el día de reposo sanaba a aquel hombre. Pero Jesús, que sabía lo que pensaban, dijo al hombre que tenía la mano atrofiada: «Levántate, y ponte en medio.» El hombre se puso de pie, y Jesús dijo: «Voy a preguntarles algo. ¿Qué está permitido hacer en los días de reposo? ¿El bien, o el mal? ¿Salvar una vida, o quitar la vida?» 10 Miró entonces a todos los que estaban alrededor, y dijo al hombre: «Extiende tu mano.» Aquel hombre lo hizo así, y su mano quedó sana. 11 Los escribas y los fariseos se pusieron furiosos y comenzaron a discutir qué podrían hacer contra Jesús.

Elección de los doce apóstoles(E)

12 Por esos días Jesús fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios. 13 Al llegar el día, llamó a sus discípulos y escogió a doce de ellos, a los cuales también llamó apóstoles, a saber: 14 Simón, a quien llamó Pedro; su hermano Andrés, Jacobo, Juan, Felipe, Bartolomé, 15 Mateo, Tomás, Jacobo hijo de Alfeo, Simón, conocido como el Zelote, 16 Judas hijo de Jacobo, y Judas Iscariote, que llegó a ser el traidor.

Jesús atiende a una multitud(F)

17 Jesús descendió con ellos y se detuvo en un llano, en compañía de sus discípulos y de una gran multitud de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y Sidón. Habían venido a escucharlo y a ser sanados de sus enfermedades. 18 También eran sanados los que eran atormentados por espíritus impuros. 19 Toda la gente procuraba tocarlo, porque de él salía un poder que sanaba a todos.

Bienaventuranzas y ayes(G)

20 Jesús miró a sus discípulos y les dijo: «Bienaventurados ustedes los pobres, porque el reino de Dios les pertenece.

21 »Bienaventurados ustedes los que ahora tienen hambre, porque serán saciados. Bienaventurados ustedes los que ahora lloran, porque reirán.

22 »Bienaventurados serán ustedes cuando, por causa del Hijo del Hombre,(H) la gente los odie, los segregue, los vitupere, y menosprecie su nombre como algo malo. 23 Cuando llegue ese día, alégrense y llénense de gozo, porque grande será el galardón que recibirán en los cielos. ¡Eso mismo hicieron con los profetas(I) los antepasados de esta gente!

24 »Pero ¡ay de ustedes los ricos!, porque ya han recibido su consuelo.

25 »¡Ay de ustedes, los que ahora están satisfechos!, porque habrán de pasar hambre.

»¡Ay de ustedes, los que ahora ríen!, porque habrán de llorar y de lamentarse.

26 »¡Ay de ustedes, cuando todos los alaben!, porque lo mismo hacían con los falsos profetas los antepasados de esta gente.

El amor hacia los enemigos(J)

27 »A ustedes, los que me escuchan, les digo: Amen a sus enemigos, hagan bien a quienes los odian, 28 bendigan a quienes los maldicen, y oren por quienes los calumnian. 29 Si alguno te golpea en una mejilla, preséntale también la otra. Si alguien te quita la capa, deja que se lleve también la túnica. 30 A todo el que te pida, dale; y a quien se lleve lo que es tuyo, no le pidas que te lo devuelva.

La regla de oro(K)

31 »Traten a los demás como ustedes quieran ser tratados. 32 Porque si ustedes aman sólo a quienes los aman, ¿qué mérito tienen? ¡Hasta los pecadores aman a quienes los aman! 33 Y si ustedes tratan bien sólo a quienes los tratan bien a ustedes, ¿qué mérito tienen? ¡Hasta los pecadores hacen lo mismo! 34 Si prestan algo a aquellos de quienes ustedes esperan recibir algo, ¿qué mérito tienen? ¡Hasta los pecadores se prestan unos a otros para recibir otro tanto! 35 Ustedes deben amar a sus enemigos, hacer el bien y dar prestado, sin esperar nada a cambio. Grande será entonces el galardón que recibirán, y serán hijos del Altísimo. Porque él es benigno con los ingratos y con los malvados. 36 Por lo tanto, sean compasivos, como también su Padre es compasivo.

El juzgar a los demás(L)

37 »No juzguen, y no serán juzgados. No condenen, y no serán condenados. Perdonen, y serán perdonados. 38 Den, y se les dará una medida buena, incluso apretada, remecida y desbordante. Porque con la misma medida con que ustedes midan, serán medidos.»

39 Les dijo también una parábola: «¿Acaso un ciego puede guiar a otro ciego? ¿Acaso no se caerán los dos en algún hoyo?(M) 40 El discípulo no es superior a su maestro,(N) pero el que complete su aprendizaje será como su maestro. 41 ¿Por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no miras la viga que está en tu propio ojo? 42 ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: “Hermano, déjame sacarte la paja que tienes en tu ojo”, si no ves la viga que tienes en tu propio ojo? ¡Hipócrita! Saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces podrás ver bien para sacar la paja que está en el ojo de tu hermano.

Por sus frutos serán conocidos(O)

43 »Ningún árbol bueno produce frutos malos, ni tampoco un árbol malo produce frutos buenos. 44 Porque cada árbol se conoce por su fruto.(P) No se cortan higos de los espinos, ni se vendimian uvas de las zarzas. 45 El hombre bueno, saca lo bueno del buen tesoro de su corazón. El hombre malo, saca lo malo del mal tesoro de su corazón; porque de la abundancia del corazón habla la boca.(Q)

Los dos cimientos(R)

46 »¿Por qué me llaman ustedes “Señor, Señor”, y no hacen lo que les mando hacer? 47 Les voy a decir como quién es el que viene a mí, y oye mis palabras y las pone en práctica: 48 Es como quien, al construir una casa, cava hondo y pone los cimientos sobre la roca. En caso de una inundación, si el río golpea con ímpetu la casa, no logra sacudirla porque está asentada sobre la roca. 49 Pero el que oye mis palabras y no las pone en práctica, es como quien construye su casa sobre el suelo y no le pone cimientos. Si el río golpea con ímpetu la casa, la derrumba y la deja completamente en ruinas.»

Reina Valera Contemporánea (RVC)

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