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Chronological

Read the Bible in the chronological order in which its stories and events occurred.
Duration: 365 days
Nueva Biblia de las Américas (NBLA)
Version
Hechos 9-10

Conversión de Saulo

Saulo(A), respirando todavía amenazas[a] y muerte contra los discípulos del Señor(B), fue al sumo sacerdote, y le pidió cartas para las sinagogas(C) de Damasco(D), para que si encontraba algunos que pertenecieran al Camino(E), tanto hombres como mujeres, los pudiera llevar atados a Jerusalén(F).

(G)Y mientras viajaba, al acercarse a Damasco, de repente resplandeció a su alrededor una luz del cielo(H). Al caer a tierra, oyó una voz que le decía: «Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues(I)?».

«¿Quién eres, Señor?», preguntó Saulo. El Señor respondió: «Yo soy Jesús a quien tú persigues; levántate[b], entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer(J)».

Los hombres que iban con él se detuvieron atónitos(K), oyendo la voz[c](L), pero sin ver a nadie. Saulo se levantó del suelo, y aunque sus ojos estaban abiertos, no veía nada(M); y llevándolo por la mano, lo trajeron a Damasco(N). Estuvo tres días sin ver, y no comió ni bebió.

Ananías visita a Saulo

10 Había en Damasco(O) cierto discípulo llamado Ananías(P); y el Señor le dijo en una visión(Q): «Ananías». «Aquí estoy, Señor», contestó él. 11 El Señor le dijo: «Levántate y ve a la calle que se llama Derecha, y pregunta en la casa de Judas por un hombre de Tarso(R)llamado Saulo, porque él está orando, 12 y ha visto en una visión[d]a un hombre llamado Ananías, que entra y pone las manos sobre él para que recobre la vista(S)».

13 Pero Ananías respondió: «Señor, he oído de muchos acerca de este hombre, cuánto mal ha hecho a Tus santos(T) en Jerusalén(U), 14 y aquí tiene autoridad de los principales sacerdotes para prender(V) a todos los que invocan Tu nombre(W)».

15 Pero el Señor le dijo: «Ve, porque él es Mi instrumento[e]escogido(X), para llevar Mi nombre en presencia de los gentiles(Y), de los reyes(Z)y de los israelitas; 16 porque Yo le mostraré cuánto debe padecer(AA)por Mi nombre».

17 Ananías fue y entró en la casa, y después de poner las manos sobre él(AB), dijo: «Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recobres la vista(AC) y seas lleno del Espíritu Santo(AD)». 18 Al instante cayeron de sus ojos como unas escamas, y recobró la vista; y se levantó y fue bautizado. 19 Tomó alimentos y cobró fuerzas.

Y por varios días estuvo con los discípulos(AE) que estaban en Damasco(AF).

Saulo predica en Damasco

20 Enseguida se puso a predicar de Jesús en las sinagogas(AG), diciendo[f]: «Él es el Hijo de Dios(AH)». 21 Y todos los que lo escuchaban estaban asombrados y decían: «¿No es este el que en Jerusalén destruía a los que invocaban este nombre(AI), y el que había venido aquí con este propósito: para llevarlos atados ante los principales sacerdotes(AJ)?». 22 Pero Saulo seguía fortaleciéndose y confundiendo a los judíos que habitaban en Damasco, demostrando que este Jesús es el Cristo[g].

Saulo escapa de los judíos

23 Después de muchos días(AK), los judíos tramaron(AL) deshacerse de él, 24 pero su plan llegó al conocimiento de Saulo(AM). Y aun vigilaban las puertas día y noche con el intento de matarlo(AN); 25 pero sus discípulos lo tomaron de noche y lo sacaron[h] por una abertura en la muralla, bajándolo en una canasta.

Saulo en Jerusalén

26 Cuando Saulo llegó a Jerusalén, trataba de juntarse con los discípulos; pero todos le temían, no creyendo que era discípulo(AO). 27 Pero Bernabé(AP) lo tomó y lo presentó a los apóstoles, y les contó cómo Saulo había visto al Señor en el camino, y que Él le había hablado(AQ), y cómo en Damasco(AR) había hablado con valor en el nombre de Jesús(AS).

28 Y estaba con ellos moviéndose libremente[i] en Jerusalén, hablando con valor en el nombre del Señor(AT). 29 También hablaba y discutía con los judíos helenistas(AU); pero estos intentaban matarlo. 30 Pero cuando los hermanos(AV) lo supieron, lo llevaron a Cesarea(AW), y de allí lo enviaron(AX) a Tarso(AY).

31 Entretanto la iglesia(AZ) gozaba de paz por toda Judea, Galilea y Samaria, y era edificada; y andando en el temor del Señor y en la fortaleza del Espíritu Santo, seguía creciendo.

Curación de Eneas

32 Mientras Pedro viajaba por todas aquellas regiones, vino también a los santos(BA) que vivían en Lida(BB). 33 Allí encontró a un hombre llamado Eneas, que había estado postrado en cama por ocho años, porque estaba paralítico. 34 Y Pedro le dijo: «Eneas, Jesucristo te sana; levántate y haz tu cama». Y al instante se levantó. 35 Todos los que vivían en Lida(BC) y en Sarón(BD) lo vieron, y[j] se convirtieron al Señor(BE).

Resurrección de Dorcas

36 Había entonces en Jope(BF) una discípula llamada Tabita, que traducido al griego es Dorcas[k]; esta mujer era rica[l] en obras buenas y de caridad que hacía continuamente. 37 Y sucedió que en aquellos días se enfermó y murió; y lavado su cuerpo, lo pusieron en un aposento alto(BG). 38 Como Lida estaba cerca de Jope(BH), los discípulos(BI), al oír que Pedro estaba allí, le enviaron dos hombres, rogándole: «No tarde usted en venir a nosotros».

39 Entonces Pedro se levantó y fue con ellos. Cuando llegó lo llevaron al aposento alto(BJ), y todas las viudas(BK) lo rodearon llorando, mostrando todas las túnicas y ropas que Dorcas solía hacer cuando estaba con ellas.

40 Pero Pedro, haciendo salir a todos, se arrodilló y oró(BL), y volviéndose al cadáver, dijo: «Tabita, levántate(BM)». Ella abrió los ojos, y al ver a Pedro, se incorporó(BN). 41 Él le dio la mano y la levantó; y llamando a los santos[m](BO) y a las viudas(BP), la presentó viva. 42 Esto se supo en todo Jope(BQ), y muchos creyeron en el Señor(BR). 43 Pedro se quedó en Jope(BS) muchos días con un tal Simón, que era curtidor(BT).

La visión de Cornelio

10 Había en Cesarea(BU) un hombre llamado Cornelio, centurión de la cohorte[n] llamada la Italiana(BV), piadoso y temeroso de Dios(BW) con toda su casa, que daba muchas limosnas al pueblo judío(BX) y oraba a Dios continuamente. Como a la hora novena[o](BY), vio claramente en una visión(BZ) a un ángel de Dios(CA) que entraba a donde él estaba y le decía: «Cornelio». Mirándolo fijamente(CB) y atemorizado, Cornelio dijo: «¿Qué quieres[p], Señor?». Y el ángel le dijo: «Tus oraciones y limosnas[q] han ascendido(CC) como memorial delante de Dios(CD). Envía ahora algunos hombres a Jope(CE), y manda traer a un hombre llamado Simón, que también se llama Pedro. Este se hospeda con un curtidor llamado Simón(CF), cuya casa está junto al mar[r]». Después que se había ido el ángel que le hablaba, Cornelio llamó a dos de los criados[s] y a un soldado piadoso de los que constantemente le servían. Después de explicarles todo, los envió a Jope(CG).

La visión de Pedro

Al día siguiente, mientras ellos iban por el camino y se acercaban a la ciudad, Pedro(CH) subió a la azotea(CI) a orar como al mediodía(CJ). 10 Tuvo hambre y deseaba comer; pero mientras le preparaban algo de comer, le sobrevino un éxtasis(CK). 11 Vio* el cielo abierto(CL) y un objeto[t] semejante a un gran lienzo que descendía, bajado a la tierra por las cuatro puntas. 12 Había en él toda clase de cuadrúpedos y reptiles de la tierra, y aves del cielo.

13 Y oyó una voz[u]: «Levántate, Pedro, mata[v] y come». 14 Pero Pedro dijo: «De ninguna manera, Señor(CM), porque yo jamás he comido nada impuro[w] o inmundo(CN)». 15 De nuevo, por segunda vez, llegó a él una voz: «Lo que Dios ha limpiado(CO), no lo llames tú impuro[x]». 16 Esto sucedió tres veces, e inmediatamente el lienzo[y] fue recogido al cielo.

Los mensajeros de Cornelio

17 Mientras Pedro estaba perplejo pensando en lo que significaría la visión(CP) que había visto, en ese momento los hombres que habían sido enviados por Cornelio(CQ), después de haber preguntado por la casa de Simón, se aparecieron a la puerta. 18 Y llamando, preguntaron si allí se hospedaba Simón, el que también se llamaba Pedro.

19 Mientras Pedro meditaba sobre la visión(CR), el Espíritu le dijo(CS): «Mira, tres hombres te buscan. 20 Levántate, pues, desciende y no dudes(CT) en acompañarlos, porque Yo los he enviado».

21 Pedro descendió a donde estaban los hombres, y les dijo: «Yo soy el que buscan; ¿cuál es la causa por la que han venido?». 22 Y ellos dijeron: «A Cornelio el centurión[z], un hombre justo y temeroso de Dios, y que es muy estimado por toda la nación de los judíos(CU), le fue ordenado(CV) por un santo ángel(CW) que hiciera venir a usted a su casa para oír sus palabras(CX)». 23 Entonces Pedro los invitó a entrar y los hospedó.

Al día siguiente se levantó y fue con ellos, y algunos de los hermanos(CY) de Jope(CZ) lo acompañaron(DA).

Pedro en casa de Cornelio

24 Al otro día entró en Cesarea(DB). Cornelio los estaba esperando y había reunido a sus parientes y amigos íntimos. 25 Cuando Pedro iba a entrar, Cornelio salió a recibirlo, y postrándose a sus pies, lo adoró(DC). 26 Pero Pedro lo levantó, diciendo: «Ponte de pie; yo también soy hombre(DD)».

27 Conversando con él, entró y halló* mucha gente reunida(DE). 28 Entonces Pedro les dijo: «Ustedes saben que no es lícito para un judío asociarse con un extranjero o visitarlo(DF), pero Dios me ha mostrado que a ningún hombre debo llamar impuro[aa] o inmundo(DG). 29 Por eso, cuando mandaron a buscarme, vine sin poner ninguna objeción. Pregunto, pues, ¿por qué causa me han llamado?».

30 Y Cornelio respondió: «Hace cuatro días(DH), a esta misma hora, estaba yo orando en mi casa a la hora novena[ab](DI); y un hombre(DJ) con vestiduras resplandecientes, se puso delante de mí, 31 y dijo*: “Cornelio, tu oración ha sido oída, y tus obras de caridad[ac] han sido recordadas delante de Dios. 32 Envía unos hombres a Jope, y haz llamar a Simón, que también se llama Pedro; él está hospedado en casa de Simón el curtidor, junto al mar[ad](DK)”. 33 Por tanto, al instante envié a buscarte, y has hecho bien en venir. Ahora, pues, todos nosotros estamos aquí presentes delante de Dios, para oír todo lo que el Señor te ha mandado».

34 Entonces Pedro tomó la palabra(DL), y dijo:

«Ciertamente ahora entiendo que Dios no hace acepción de personas(DM), 35 sino que en toda nación el que le teme[ae] y hace lo justo[af](DN), le es acepto(DO). 36 El mensaje[ag] que Él envió al[ah] pueblo de Israel, predicando(DP) paz por medio de Jesucristo(DQ), que Él es Señor de todos(DR).

37 »Ustedes saben lo que ocurrió en toda Judea, comenzando desde Galilea, después del bautismo que Juan predicó, 38 cómo Dios ungió(DS) a Jesús de Nazaret(DT) con el Espíritu Santo y con poder, el cual anduvo haciendo bien y sanando a todos los oprimidos por el diablo(DU); porque Dios estaba con Él(DV).

39 »Nosotros somos testigos de todas las cosas(DW) que hizo en la tierra[ai] de los judíos y en Jerusalén. Y también le dieron muerte, colgándolo en una cruz[aj](DX). 40 Pero Dios lo resucitó(DY) al tercer día e hizo que se manifestara[ak], 41 no a todo el pueblo(DZ), sino a los testigos(EA) que fueron escogidos de antemano por Dios, es decir, a nosotros que comimos y bebimos con Él después que resucitó de los muertos(EB).

42 »Y nos mandó(EC) predicar al pueblo, y testificar(ED) con toda solemnidad que este Jesús[al] es el que Dios ha designado(EE) como Juez de los vivos y de los muertos(EF). 43 De Él dan testimonio todos los profetas(EG), de que por Su nombre(EH), todo el que cree en Él recibe el perdón de los pecados».

Los gentiles reciben el Espíritu Santo

44 Mientras Pedro aún hablaba estas palabras, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que escuchaban el mensaje[am](EI). 45 Todos los creyentes que eran de la circuncisión[an], que habían venido con Pedro(EJ), se quedaron asombrados, porque el don del Espíritu Santo había sido derramado(EK) también sobre los gentiles, 46 pues los oían hablar en lenguas(EL) y exaltar a Dios. Entonces Pedro dijo[ao]:

47 «¿Puede acaso alguien negar el agua para que sean bautizados(EM) estos que han recibido el Espíritu Santo lo mismo que nosotros(EN)?». 48 Y mandó que fueran bautizados(EO) en el nombre de Jesucristo(EP). Entonces le pidieron que se quedara con ellos unos días.

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