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Bible in 90 Days

An intensive Bible reading plan that walks through the entire Bible in 90 days.
Duration: 88 days
Palabra de Dios para Todos (PDT)
Version
Deuteronomio 8:1-23:11

No te olvides del Señor

Sé cuidadoso y obedece toda la instrucción que hoy te mando, para que vivas, te multipliques y entres a ocupar la tierra que el SEÑOR les prometió a tus antepasados. Recuerda el camino por el que el SEÑOR tu Dios te guió durante todos estos 40 años en el desierto, para enseñarte a ser humilde, ponerte a prueba y saber lo que tú pensabas: para saber si ibas a obedecer sus mandamientos o no. Él te humilló y te hizo pasar hambre. Luego te dio a comer maná, que ni tú ni tus antepasados conocían, para enseñarte que el ser humano no sólo vive de pan, sino de todo lo que el SEÑOR ordena. Tu ropa no se desgastó y tus pies no se hincharon durante estos 40 años. Por eso recuerda que el SEÑOR tu Dios te está educando y corrigiendo como un padre a su hijo.

Así que obedece los mandamientos del SEÑOR tu Dios, síguelo y respétalo a él porque el SEÑOR tu Dios te lleva a una tierra buena; una tierra de arroyos y fuentes, y ríos subterráneos que surgen en los valles y las colinas. Una tierra con trigo y cebada, vinos de uva, higueras y granados; una tierra de olivos y miel; una tierra donde tú no vivirás en la pobreza y donde tendrás todo lo que necesites; una tierra donde las piedras son hierro y de donde sacarás cobre de las montañas. 10 Comerás todo lo que quieras y estarás satisfecho, y entonces bendecirás al SEÑOR tu Dios por la tierra buena que te ha dado.

11 Asegúrate de no olvidar al SEÑOR tu Dios, para que no falles en obedecer sus mandamientos, normas y leyes que te doy hoy. 12 Podrás comer todo lo que quieras y construirás buenas casas y vivirás en ellas. 13 Tu ganado y rebaños se multiplicarán, tu oro y plata aumentarán, y todo lo que tienes se multiplicará. 14 Cuando eso ocurra, ten cuidado de no volverte orgulloso y olvidar al SEÑOR tu Dios que te sacó de la tierra de Egipto, un lugar de esclavitud. 15 Él es quien te guió en este desierto grande y terrible, lleno de serpientes y escorpiones venenosos; una tierra seca donde no había agua. Él es quien hizo salir agua de la roca sólida para ti. 16 Él es quien te alimentó con maná en el desierto, maná que tus antepasados no conocieron. Lo hizo para humillarte y ponerte a prueba, y al final prosperarte. 17 Ten cuidado de no decirte a ti mismo: «Mi fuerza y mi propio poder han obtenido esta riqueza para mí». 18 Más bien recuerda al SEÑOR tu Dios, porque él es quien te da el poder para obtener riqueza, cumpliendo así como lo está haciendo hoy, el pacto que les prometió a tus antepasados.

19 Si olvidas al SEÑOR tu Dios, buscas ayuda de otros dioses, los sirves y los adoras, yo te advierto hoy que con toda seguridad serás destruido. 20 Como las naciones que el SEÑOR está por destruir ante ti, también te destruirá a ti porque no obedeciste al SEÑOR tu Dios.

El Señor ayudará a Israel

Escucha, Israel, hoy cruzarás el río Jordán para entrar y expulsar a naciones que son más grandes y fuertes que tú y que tienen grandes ciudades con murallas hasta el cielo. Los anaquitas son altos y fuertes. Tú sabes quiénes son y has escuchado el dicho acerca de ellos: «¿Quién puede detener a los anaquitas?» Reconoce entonces que el SEÑOR tu Dios es quien está cruzando el río Jordán delante de ti como un fuego que todo lo consume, y que los destruirá y los vencerá mientras avanzas. Tú los expulsarás y destruirás rápidamente, tal como el SEÑOR te prometió.

Cuando el SEÑOR tu Dios los haya expulsado de delante de ti, no te digas a ti mismo: «El SEÑOR nos trajo a tomar posesión de esta tierra porque nosotros somos muy buenos». El SEÑOR está expulsando a estas naciones porque son perversas. Tú vas a ocupar su tierra, no porque seas muy bueno y honesto, sino porque estas naciones son perversas. El SEÑOR tu Dios está por quitarles la tierra a ellos y dársela a ustedes para cumplir la promesa que el SEÑOR les hizo a tus antepasados Abraham, Isaac y Jacob. Debes saber que el SEÑOR tu Dios no te da esta tierra buena para que la poseas porque eres muy bueno, pues tu gente es muy terca.

Recuerda la ira del Señor

(Éx 31:18-32:35)

Recuerda bien y no olvides nunca que hiciste enojar al SEÑOR tu Dios en el desierto. Has sido rebelde contra el SEÑOR desde el día que saliste de Egipto hasta que llegaste a este lugar. Ustedes hicieron enojar al SEÑOR en el monte Horeb y el SEÑOR se enojó tanto que estuvo a punto de destruirlos. Cuando subí al monte a recibir las tablas del pacto que el SEÑOR hizo contigo, me quedé en el monte durante 40 días y 40 noches, sin comer ni beber nada. 10 El SEÑOR me dio dos tablas de piedra en la que Dios había escrito con su dedo. Tenían las palabras exactas que el SEÑOR te había dicho en el monte desde el fuego, el día de la reunión.

11 Al final de los 40 días y 40 noches, el SEÑOR me dio las dos tablas de piedra, las tablas del pacto. 12 El SEÑOR me dijo: «Levántate y baja rápidamente de aquí, porque tu gente, a la que guiaste para que salieran de Egipto, se ha corrompido. Ellos se han apartado bien pronto de lo que les ordené hacer y han hecho un ídolo de metal para sí mismos».

13 Luego el SEÑOR me dijo: «He observado a esta gente, y efectivamente, son tercos. 14 Hazte a un lado, que voy a exterminarlos, nadie se acordará de ellos y haré de ti una nación más fuerte y más numerosa que la de ellos».

El becerro de oro

15 Entonces volví y bajé del monte que estaba ardiendo en fuego. Las dos tablas del pacto estaban en mis manos. 16 Luego miré y vi que ustedes habían pecado contra el SEÑOR su Dios. Se habían hecho un ídolo de metal en forma de becerro; se habían apartado rápidamente de lo que el SEÑOR les había mandado. 17 Entonces tomé las tablas y con mis propias manos las arrojé y las despedacé, como ustedes vieron. 18 Luego, como hice antes, me arrodillé delante del SEÑOR por 40 días y 40 noches, durante los cuales no comí ni bebí nada. Hice esto debido a todo el pecado que ustedes habían cometido al hacer lo que le disgusta al SEÑOR y de esa forma provocaron su enojo. 19 Yo tenía miedo de la ira y enojo del SEÑOR, él estaba tan enojado que iba a destruirlos, pero el SEÑOR también me escuchó esta vez. 20 El SEÑOR estaba tan enojado con Aarón como para acabar con él, pero esa vez también oré por Aarón. 21 Luego tomé ese objeto horrible que ustedes habían hecho, el becerro, y lo quemé en el fuego, lo rompí en pedazos y lo molí hasta que quedó hecho polvo. Luego tiré ese polvo al arroyo que bajaba del monte.

22 También ustedes hicieron enojar al SEÑOR en Taberá, Masá y Quibrot Hatavá. 23 Cuando el SEÑOR los envió desde Cades Barnea y les dijo: «Suban y ocupen la tierra que les estoy dando», ustedes se rebelaron en contra del mandato del SEÑOR su Dios. No creyeron en él y no le obedecieron. 24 Ustedes han sido rebeldes contra el SEÑOR desde el primer día que los conocí.

25 Cuando me arrodillé delante del SEÑOR durante esos 40 días y 40 noches, porque el SEÑOR había dicho que los iba a destruir, 26 oré al SEÑOR y le dije: «Oh Señor DIOS, no destruyas a tu pueblo que liberaste gracias a tu gran poder y sacaste de Egipto gracias a tu fuerza. 27 Acuérdate de tus siervos Abraham, Isaac y Jacob. No pongas atención a la terquedad, la maldad y el pecado de esta gente. 28 Si los destruyes, los egipcios dirán: Puesto que el SEÑOR no tenía poder para llevarlos a la tierra que les había prometido, y como los ha rechazado, los llevó para matarlos en el desierto. 29 Es que ellos son tu pueblo, al que liberaste por tu gran fuerza y poder».

Nuevas tablas de piedra

(Éx 34:1-10)

10 En aquel tiempo el SEÑOR me dijo: «Corta dos tablas de piedra como las primeras y sube al monte para encontrarte conmigo. Haz también una caja de madera. Yo escribiré en las tablas los mandamientos que estaban en las primeras tablas que rompiste y tú las pondrás en la caja».

Entonces hice una caja de madera de acacia y corté dos tablas de piedra como las primeras. Luego subí al monte con las dos tablas en mis manos. Entonces el SEÑOR escribió en las tablas las mismas palabras que había escrito antes, los Diez Mandamientos que el SEÑOR les había dado en el monte desde el fuego, el día que se reunieron allí. Luego me dio las tablas. Entonces bajé del monte y puse las tablas en la caja que había hecho, tal como el SEÑOR me ordenó, y allí permanecen todavía.

El pueblo de Israel viajó desde los manantiales de los yacanitas hasta Moserá, donde Aarón murió y fue enterrado. Su hijo Eleazar fue su sucesor en el sacerdocio. Desde allí marcharon a Gudgoda y de allí a Jotbata, un lugar con muchos arroyos. En aquel tiempo el SEÑOR separó la tribu de Leví para cargar el cofre del pacto del SEÑOR, para presentarse ante el SEÑOR y servirle, y para bendecir a la gente en el nombre del SEÑOR, como lo han hecho hasta hoy. Debido a esto, la tribu de Leví no tendrá su propia porción de tierra como las otras tribus. El SEÑOR es la herencia de Leví, tal como el SEÑOR su Dios les prometió.

10 Me quedé en el monte por 40 días y 40 noches, como la primera vez, y el SEÑOR me escuchó de nuevo y como no quiso destruirlos a ustedes, 11 el SEÑOR me dijo: «Levántate, ve y ponte al frente del pueblo para que entren y posean la tierra que prometí darles a sus antepasados».

Lo que el Señor pide de ti

12 Y ahora, Israel, ¿qué es lo que te pide el SEÑOR tu Dios? Solamente que respetes al SEÑOR tu Dios, que vivas como él dice, que lo ames y que sirvas al SEÑOR tu Dios de todo corazón y con toda el alma; 13 y que cumplas todos los mandamientos del SEÑOR y las leyes que hoy te doy para tu propio bien.

14 Mira, al SEÑOR tu Dios pertenecen los cielos, incluso los cielos más altos, y la tierra y todo lo que hay en ella. 15 Aun así, el SEÑOR sintió amor por tus antepasados. Tú eres descendiente de ellos y tanto te amó que te eligió a ti en lugar de elegir a cualquier otra nación, tal como puede verse hoy.

16 Circunciden su corazón quitándose sus actitudes paganas y dejen de ser tercos, 17 porque el SEÑOR tu Dios es el Dios de todos los dioses y el Señor de todos los señores. Él es grande, poderoso y terrible. Él no tiene favoritismos ni acepta sobornos. 18 Él se encarga de hacer justicia a las viudas y a los huérfanos. Él ama al inmigrante que habita contigo y le da comida y ropa. 19 Entonces tú también debes amar al inmigrante, porque fuiste inmigrante en la tierra de Egipto.

20 Obedece al SEÑOR tu Dios. Sírvele, sé fiel a él y haz promesas en su nombre. 21 Alábalo sólo a él, él es tu Dios. Él hizo por ti esos milagros grandes y temibles que has visto con tus propios ojos. 22 Tus antepasados eran sólo 70 cuando se fueron a Egipto y ahora el SEÑOR tu Dios los ha hecho tan numerosos como las estrellas del cielo.

Tengan presente al Señor

11 Amen pues al SEÑOR su Dios y obedezcan siempre sus órdenes, normas, leyes y mandamientos. Recuerden hoy que no fueron sus hijos, sino ustedes, quienes conocieron y experimentaron la corrección del SEÑOR su Dios, su grandeza, su gran poder y su fuerza, sus señales y las obras que hizo en Egipto contra el faraón y contra toda su tierra. Vieron lo que les hizo al ejército de Egipto, a sus caballos y carros de combate. Ustedes vieron cómo él hizo que el agua del mar Rojo los ahogara hasta acabar completamente con ellos, cuando los estaban persiguiendo a ustedes. El SEÑOR los destruyó y hasta el día de hoy no se han recuperado. Vieron lo que hizo por ustedes en el desierto hasta que llegaron a este lugar, y lo que les hizo a Datán y Abirán, los hijos de Eliab el rubenita. En medio de Israel ustedes vieron cómo la tierra se abrió y se los tragó a ellos, a sus familias, a sus carpas y a todo ser viviente que los seguía. En realidad fueron ustedes mismos los que vieron cada gran acto que el SEÑOR hizo.

Obedezcan entonces todos los mandamientos que hoy les doy, para que se fortalezcan y entren a tomar posesión de la tierra que van a ocupar. Así podrán vivir mucho tiempo en la tierra que el SEÑOR prometió darles a sus antepasados y a sus descendientes, una tierra que rebosa de leche y de miel. 10 Porque la tierra que van a tomar en posesión no es como la tierra que dejaron en Egipto. Allí ustedes plantaban su semilla y la regaban con su propio esfuerzo[a] como en un huerto. 11 La tierra a la que vas a cruzar para tomarla en posesión es una tierra de montañas y valles, regada por la lluvia del cielo. 12 Es una tierra que el SEÑOR tu Dios cuida permanentemente. El SEÑOR tu Dios la vigila con sus propios ojos, de principio a fin del año.

13 Si ustedes obedecen cuidadosamente mis mandamientos que hoy les doy, amando al SEÑOR su Dios y sirviéndole de todo corazón y con toda el alma, 14 entonces yo les daré lluvia para su tierra en el momento adecuado, la lluvia de otoño y la lluvia de primavera, y reunirás tu grano, tu vino nuevo y tu aceite. 15 También te daré pasto en tus campos para tu ganado, y tendrás mucho alimento.

16 Sean cuidadosos de no dejar que su corazón sea seducido. No se pongan en contra mía sirviendo a otros dioses y ni se arrodillen ante ellos, 17 porque el SEÑOR se enojará con ustedes y cerrará el cielo y no habrá lluvia; la tierra no dará sus frutos y ustedes pronto morirán en la tierra buena que el SEÑOR les da. 18 Por tanto, tengan siempre presentes mis mandamientos y átenlos en sus manos como recordatorio y llévenlos en sus frentes como una marca. 19 Enséñenselos a sus hijos, háblenles de ellos cuando estén en casa, en el camino, cuando se acuesten y cuando se levanten. 20 Escríbanlos en las puertas de su casa y en las entradas de sus ciudades. 21 Hagan todo esto para que ustedes y sus hijos vivan mucho tiempo en la tierra que el SEÑOR les prometió darles a sus antepasados, mientras estén los cielos sobre la tierra.

22 Si ustedes obedecen fielmente todos estos mandamientos que yo les mando cumplir, si aman al SEÑOR, viviendo como él dice y se mantienen leales a él, 23 entonces el SEÑOR echará a todas las naciones delante de ustedes y podrán expulsar a naciones más grandes y poderosas que ustedes. 24 Su territorio se extenderá desde el desierto en el sur hasta el Líbano en el norte; desde el río Éufrates en el oriente hasta el mar occidental. 25 Nadie será capaz de detenerlos. El SEÑOR su Dios hará que la gente les tema en todo lugar por donde vayan, tal como lo prometió.

26 Hoy les estoy dando a escoger entre bendición y maldición. 27 La bendición, si obedecen los mandamientos del SEÑOR su Dios que hoy les ordeno; 28 y la maldición, si no obedecen los mandamientos del SEÑOR su Dios, si dejan de vivir de la manera que hoy les ordeno y si siguen otros dioses que no habían conocido.

29 Cuando el SEÑOR te traiga a la tierra a la que entras para ocuparla, entonces pronunciarás la bendición en el monte Guerizín y la maldición en el monte Ebal. 30 Como sabes, esos montes están al otro lado del río Jordán, hacia el occidente, en la tierra de los cananeos que viven en el valle del Jordán, cerca de la población de Guilgal, al lado de los robles de Moré. 31 Ustedes están por cruzar el río Jordán para entrar y poseer la tierra que el SEÑOR su Dios les da. Cuando entren y vivan allí, 32 deberán obedecer cuidadosamente todas las normas y leyes que hoy les doy.

El lugar de adoración

12 Estas son las normas y leyes que ustedes deben asegurarse de cumplir en la tierra que el SEÑOR, el Dios de sus antepasados, les ha dado para que la posean. Obedézcanlas todos los días de su vida sobre la tierra. Cuando conquisten la tierra, deberán destruir completamente los lugares donde la gente adoraba a sus dioses en las altas montañas y bajo todo árbol perene. Ustedes derrumbarán sus altares, romperán sus piedras memoriales, quemarán sus postes de Aserá y romperán en pedazos sus ídolos, para que sean borrados de ese lugar los nombres de los dioses falsos.

Ustedes no adorarán al SEÑOR su Dios de esa manera, sino irán al lugar que el SEÑOR su Dios elija de entre todas sus tribus para establecer ahí su nombre como su casa[b] y puedan ir a adorarle. Deberán llevar a ese lugar sus ofrendas que deben quemarse completamente, sus sacrificios, la décima parte de sus ganancias, sus contribuciones, sus promesas, sus ofrendas voluntarias y las primeras crías de sus animales. Comerán allí en presencia del SEÑOR su Dios y ustedes y sus familiares disfrutarán de todo lo bueno por lo que han trabajado, porque el SEÑOR su Dios los ha bendecido.

Cuando llegue ese momento, no deben adorarlo como lo hemos venido haciendo hasta ahora, cada uno haciendo lo que le parece bien. Ustedes todavía no han llegado al sitio de descanso y a la tierra que el SEÑOR su Dios les da, 10 pero pronto cruzarán el río Jordán y vivirán en esa tierra que el SEÑOR su Dios les dará en propiedad. Él les dará descanso de sus enemigos y vivirán seguros. 11 Deben llevar luego todo lo que les ordené al sitio que el SEÑOR elegirá para establecer allí su nombre: sus ofrendas que deben quemarse completamente, sus sacrificios, la décima parte de sus ganancias, animales y cosechas, sus contribuciones y lo mejor de lo que le hayan prometido al SEÑOR. 12 Se regocijarán en presencia del SEÑOR su Dios, ustedes, sus hijos e hijas, sus siervos y los levitas en sus ciudades, porque ellos no tienen territorio entre ustedes. 13 Asegúrense de no ofrecer sus sacrificios que deben quemarse completamente, en cualquier lugar que vean. 14 Ofrézcanlos solamente en el sitio que el SEÑOR elegirá en una de sus tribus y hagan ahí todo esto que les ordeno.

15 Pero puedes sacrificar y comer carne en cualquier sitio en todas tus ciudades, tanto como el SEÑOR te dé. La gente pura o impura podrá comerla como si fuera gacela o venado, 16 pero no consumas la sangre, riégala en el suelo como si fuera agua.

17 No debes comer en tus ciudades ni el diezmo, ni lo prometido a Dios, ni tus ofrendas voluntarias o contribuciones, ya sean de cereal, vino nuevo, aceite o las primeras crías de tus animales. 18 Debes comer eso solamente en presencia del SEÑOR en el lugar que el SEÑOR tu Dios elegirá; comerán tú, tus hijos e hijas, tus siervos y los levitas que estén en tus ciudades. Disfrutarás en presencia del SEÑOR tu Dios de todas las cosas buenas por las que has trabajado. 19 Cuando celebres estas fiestas, no te olvides de compartir con los levitas lo que les corresponde. Haz esto siempre que vivas en la tierra.

20 Cuando el SEÑOR tu Dios aumente tu territorio como te prometió y digas: «Voy a comer carne», porque quieres comer carne, entonces puedes comer toda la carne que quieras. 21 Si el lugar que el SEÑOR tu Dios elige para poner su nombre está lejos de ti, entonces podrás sacrificar parte del ganado y ovejas que el SEÑOR te ha dado como yo te he mandado y podrás comer todo lo que quieras en tus ciudades. 22 Podrás comerla así como comerías la gacela o el venado. Tanto la gente pura como impura pueden comerla. 23 Pero asegúrate de no comer la sangre, porque la vida está en la sangre, así que no comas la vida con la carne. 24 No debes comerla, sino derramarla en el suelo como si fuera agua. 25 No la comerás para que te vaya bien en todo a ti y a tus descendientes, porque debes hacer lo que el SEÑOR considera correcto.

26 Sin embargo, deberás llevar tus ofrendas sagradas y tus ofrendas prometidas, e ir al lugar que el SEÑOR elegirá. 27 Ofrecerás tus ofrendas que deben quemarse completamente, tanto la carne como la sangre, en el altar del SEÑOR tu Dios. La sangre de tus otros sacrificios deberá ser rociada sobre el altar del SEÑOR tu Dios, pero podrás comer la carne. 28 Sé cuidadoso en obedecer todos estos mandamientos que hoy te doy, para que siempre te vaya bien en todo a ti y a tus descendientes, porque estarás haciendo lo que el SEÑOR tu Dios considera bueno y correcto.

29 El SEÑOR tu Dios destruirá ante ti a las naciones que vas a ocupar y expulsar. Cuando las hayas expulsado y vivas en su tierra, 30 después de que ellos hayan sido destruidos ante ti, sé cuidadoso y no te dejes llevar por la tendencia a imitarlos. Sé cuidadoso y no sigas a sus dioses, diciendo: «Voy a adorar de la misma manera que estas naciones adoraban a sus dioses». 31 No deberás adorar al SEÑOR tu Dios de la misma manera, porque ellos han hecho por sus dioses todo lo malo, lo que el SEÑOR odia, ya que ellos hasta sacrifican a sus hijos e hijas en el fuego en honor a sus dioses.

32 Asegúrate de obedecer todo lo que te mando sin añadir ni quitar nada.

Falsos profetas

13 Puede darse el caso de que un profeta o alguien que predice el futuro mediante sueños, aparece entre ustedes y te anuncia una señal o un milagro. Si la señal o el milagro que te anuncia sucede y te dice: «Sigamos a otros dioses que tú no conoces y adorémoslos», no debes escuchar sus palabras. Es que el SEÑOR tu Dios te está probando para saber si amas al SEÑOR con todo tu ser. Deberás seguir al SEÑOR tu Dios y obedecerlo. Cumplirás sus mandamientos, lo obedecerás, lo adorarás y le serás fiel. Condenarás a muerte a tal profeta o a ese que predice el futuro mediante sueños, pues él te dijo que te rebelaras contra el SEÑOR tu Dios, que te sacó de la tierra de Egipto y te liberó de la esclavitud. Esa persona trató de alejarte de la vida que el SEÑOR tu Dios te mandó vivir. De esa manera, debes eliminar la maldad que haya en medio de ti.

Si tu hermano, hijo de tu mamá o de tu papá, tu hijo o hija, la esposa que amas o tu amigo más cercano, te anima secretamente diciendo: «Vayamos y adoremos a otros dioses», dioses que ni tú ni tus antepasados han conocido, no deberás de estar de acuerdo con él, sin importar si son algunos de los dioses de la gente alrededor de ustedes, cercanos o lejanos, desde un límite de la tierra al otro. ¡No lo escuches! No sientas lástima por él, no lo protejas, ni dudes en matarlo. Debes tomar la iniciativa para darle muerte y luego todo el pueblo deberá unírsete para eliminarlo. 10 Deberán tirarle piedras hasta que muera, porque trató de alejarlos del SEÑOR tu Dios, quien los sacó de Egipto, fuera de la esclavitud. 11 Luego, todo el pueblo de Israel se enterará de esto, tendrá temor y nadie se atreverá a hacer de nuevo una maldad semejante.

12 Puede darse también el caso de que oigas la noticia de que en una de las ciudades que el SEÑOR tu Dios te da para vivir, 13 hombres perversos, israelitas, lleven a los habitantes de esa ciudad a abandonar a Dios y les digan: «Vayamos y adoremos a otros dioses», dioses que tú no conoces. 14 Tendrás que investigar el asunto cuidadosamente y si resulta ser verdad que algo tan horrible ha sucedido entre ustedes, 15 matarás con espada a la gente de esa ciudad. Destruye completamente la ciudad y mata con espada a todos, tanto a seres humanos como a animales. 16 Reúne todo lo valioso en la mitad de su plaza pública y quema la ciudad con todo eso como una ofrenda que debe quemarse completamente para el SEÑOR tu Dios. Esa ciudad deberá quedar hecha un montón de ruinas para siempre y no debe ser reconstruida. 17 No te quedes con nada de lo que se ha consagrado a la destrucción, para que el SEÑOR no se enoje más, sino que te tenga compasión, sea bueno contigo y haga que tu nación crezca como se lo prometió a tus antepasados. 18 Todo esto sucederá si obedeces al SEÑOR tu Dios, si cumples todos sus mandamientos que hoy te estoy dando y si haces lo que el SEÑOR tu Dios considera correcto.

Israel, el pueblo santo de Dios

14 Ustedes son hijos del SEÑOR su Dios. No deben hacerse cortaduras en la piel, ni raparse la cabeza para mostrar pesar por los muertos. Eres un pueblo santo que pertenece al SEÑOR tu Dios, y el SEÑOR te eligió de entre todos los pueblos de la tierra para ser su propio pueblo.

Lo que se permite comer

(Lv 11:1-47)

No comas nada que sea detestable. Estos son los animales que puedes comer: vacas, ovejas, cabras, venados, gacelas, chivos, cabras salvajes, ovejas salvajes, antílopes y ovejas monteses. Puedes comer todo animal rumiante[c] que tenga la pezuña dividida en dos partes. De los rumiantes no debes comer los siguientes: camellos, conejos y damanes, porque aunque son rumiantes no tienen las pezuñas divididas. Ellos se consideran impuros para ti. No debes comer cerdo, porque aunque tiene las pezuñas divididas, no es rumiante y es impuro para ti. No debes comer de la carne de esos animales ni tocar su cuerpo muerto.

De todo lo que hay en el agua puedes comer todo lo que tenga aletas y escamas. 10 Lo que no tenga aletas ni escamas no lo comerás. Son impuros para ti.

11 Puedes comer cualquier ave que sea pura, 12 pero de ninguna de estas aves comerás: el águila, el quebrantahuesos, el milano rojo, 13 el milano negro, ningún tipo de halcón, 14 ningún tipo de cuervo, 15 el avestruz, el chotacabras, la gaviota, ningún tipo de gavilán, 16 la lechuza, ningún tipo de búho, 17 el pelícano, el águila pescadora, el cormorán, 18 la cigüeña, la garza, toda clase de abubilla y el murciélago.

19 Todos los insectos con alas son impuros. No deben comerse. 20 Puedes comer todo animal con alas que sea puro.

21 No comas nada que muera de muerte natural. Puedes dárselo a cualquier inmigrante que viva en tus ciudades, y él podrá comerlo. Pueden vendérselo a un extranjero. Tú eres un pueblo que pertenece sólo al SEÑOR tu Dios.

No cocinarás el cabrito en la leche de la mamá del cabrito.

Dar la décima parte

22 Aparta la décima parte de todas tus cosechas cada año. 23 Comerás esa décima parte de tu grano, vino nuevo, aceite y las primeras crías de tus animales en presencia del SEÑOR tu Dios en el lugar que él elegirá para establecer su nombre, y así aprenderás a tener temor del SEÑOR tu Dios por siempre. 24 Pero si cuando el SEÑOR tu Dios te bendiga la distancia es muy grande para ti, de tal forma que no puedas llevar tu parte al lugar que el SEÑOR haya elegido, 25 podrás cambiarla por dinero. Luego toma el dinero en tus manos y ve al lugar que el SEÑOR tu Dios elegirá. 26 Gasta el dinero en lo que quieras: ganado, ovejas, vino y cerveza, y tú y tu familia comerán y disfrutarán allí en presencia del SEÑOR tu Dios. 27 No desampares a los levitas que están en tus ciudades, porque ellos no tienen tierra propia.

28 Al final de cada tres años, deberás llevar la décima parte de todas tus cosechas de ese año y la guardarás en tus ciudades. 29 Luego los levitas vendrán porque no tienen tierra propia, y también los inmigrantes, los huérfanos y las viudas que estén en tus ciudades, y comerán y quedarán satisfechos, para que el SEÑOR tu Dios te bendiga en todo lo que hagas.

El año dedicado al perdón de las deudas

15 Al final de cada siete años, perdonarás las deudas que otros tengan contigo. Se hará de esta manera: Cualquiera que le haya prestado dinero a otro israelita, le perdonará la deuda. No intentará que le pague, porque un tiempo de perdón de deudas ha sido anunciado en honor del SEÑOR. Podrás hacer que el extranjero pague su deuda, pero debes perdonar todo lo que tu hermano te deba. De esa manera no habrá gente pobre contigo, porque el SEÑOR te dará muchas bendiciones en la tierra que el SEÑOR tu Dios te da. Será así solamente si obedeces al SEÑOR tu Dios y si cumples cuidadosamente todos sus mandamientos que hoy te mando. Cuando el SEÑOR tu Dios te haya bendecido como lo prometió, les prestarás a muchas naciones, pero no necesitarás pedirles nada; dominarás a muchas naciones, pero ninguna te dominará a ti.

Si hubiera un pobre entre tus hermanos en una de tus ciudades de la tierra que el SEÑOR te da, no serás egoísta y no te negarás a ayudarle. Serás generoso con él y le prestarás lo que necesite.

Asegúrate de que ningún pensamiento malvado entre en tu mente diciéndote: «El séptimo año, el año de perdonar las deudas está cerca», y mires a tu vecino pobre de manera hostil y no le des nada, pues él se quejará de tu conducta ante el SEÑOR, y se te encontrará culpable de pecado. 10 Deberás ser generoso con él, y tu actitud deberá ser amistosa cuando lo ayudes, porque por este acto el SEÑOR tu Dios te bendecirá en todo tu trabajo y en lo que hagas. 11 Siempre habrá gente pobre en la tierra, así que te ordeno: Sé generoso con tus hermanos, los pobres y necesitados de tu tierra.

Libertad para los esclavos

(Éx 21:1-11)

12 Si tu hermano se vende a ti, ya sea hombre o mujer hebreo de tu pueblo, entonces te servirá seis años, y en el séptimo deberás dejarlo libre. 13 Cuando lo dejes libre, no deberás enviarlo con las manos vacías, 14 sino que le darás generosamente de tu ganado, granos y vino. Deberás darle de la misma forma que el SEÑOR tu Dios te ha bendecido a ti. 15 No se te olvide que fuiste esclavo en Egipto y que el SEÑOR tu Dios te liberó. Esa es la razón por la que te ordeno esto hoy.

16 Si el esclavo te dice: «No quiero irme», porque te ama a ti y a tu familia, y considera bueno seguir siendo tu esclavo, 17 entonces toma un punzón, y acercando el esclavo a la puerta atraviésale la oreja y él será tu esclavo para siempre. Haz lo mismo con tu esclava.

18 No resientas el dejarlo ir, porque te ha servido durante seis años por la mitad de lo que hubiera costado un trabajador, y el SEÑOR tu Dios te bendecirá en todo lo que hagas.

Las primeras crías de los animales

19 Debes separar para el SEÑOR tu Dios todas las primeras crías de los machos nacidos entre los animales de tu ganado o rebaño. No trabajes con tu primer ternero ni esquiles a tu primer cordero. 20 Tu familia y tú los comerán en presencia del SEÑOR tu Dios en el lugar que el SEÑOR elegirá.

21 Pero si hay algún defecto en el animal, si es cojo o ciego, o tiene cualquier otro defecto, no lo sacrifiques al SEÑOR tu Dios. 22 Podrás comerlo en tus ciudades, como si fuera gacela o venado; tanto la gente pura como la impura podrán comerlo. 23 Sin embargo, no consumas su sangre, sino derrámala en el suelo como si fuera agua.

Principales fiestas

(Éx 23:14-17; 34:18-24)

16 Recuerda el mes de aviv y celebra la Pascua para honrar al SEÑOR tu Dios, porque en el mes de aviv el SEÑOR tu Dios te sacó de Egipto durante la noche. Ofrece vacas y ovejas como sacrificio de Pascua al SEÑOR tu Dios, en el lugar que el SEÑOR elegirá para establecer su nombre. No deberás comer nada con levadura junto con el sacrificio. Por siete días comerás pan sin levadura, que es el llamado pan del sufrimiento, porque dejaste la tierra de Egipto muy aprisa. Así, todos los días de tu vida, recordarás el día que dejaste la tierra de Egipto. No se permitirá nada de levadura en todo tu territorio por siete días, y de la carne que sacrifiquen en la tarde del primer día no debe quedar nada hasta la mañana siguiente.

No está permitido ofrecer el sacrificio de la Pascua en cualquiera de tus ciudades que el SEÑOR te da, sino en el lugar que el SEÑOR elija para establecer su nombre. Allí ofrecerás el sacrificio de la Pascua por la tarde, cuando se ponga el sol, a la misma hora del día en que dejaste Egipto. Deberás cocinar y comer la carne en el lugar que el SEÑOR tu Dios elegirá. Luego, en la mañana, podrás comenzar el viaje de regreso a tu casa. Por seis días comerás pan sin levadura, y en el séptimo día habrá una asamblea santa para honrar al SEÑOR tu Dios, así que no debes trabajar ese día.

Fiesta de las Semanas

Cuenta siete semanas desde el día que comiences a cosechar el grano. 10 Luego celebra la fiesta de las Semanas para el SEÑOR tu Dios. La cantidad de tu ofrenda voluntaria será en proporción a cuanto te haya bendecido el SEÑOR tu Dios. 11 Regocíjate ante el SEÑOR tu Dios, tú, tus hijos e hijas, tus esclavos y esclavas, los levitas en tus ciudades, los inmigrantes, los huérfanos y las viudas que hay en medio de ti, en el lugar que el SEÑOR tu Dios elegirá para establecer su nombre. 12 Recuerda que fuiste esclavo en Egipto y asegúrate de cumplir todas estas normas.

13 Después de que hayan trillado el grano y de que hayan exprimido la uva, celebra la fiesta de las Enramadas por siete días. 14 Regocíjate durante la fiesta, tú, tus hijos e hijas, tus esclavos y esclavas, los levitas de tus ciudades, los inmigrantes, los huérfanos y las viudas que vivan en tus ciudades. 15 Celebra la fiesta para el SEÑOR tu Dios durante siete días en el lugar que el SEÑOR elegirá, porque el SEÑOR tu Dios te bendecirá en todas tus cosechas y en todo tu trabajo, y serás completamente feliz.

16 Tres veces al año todos los hombres deberán presentarse ante el SEÑOR tu Dios en el lugar que él elegirá, en la fiesta de los Panes sin Levadura, en la fiesta de las Semanas y en la fiesta de las Enramadas. Ningún hombre puede presentarse ante el SEÑOR sin ofrenda. 17 Cada hombre deberá dar lo que le sea posible, en proporción a la bendición que el SEÑOR tu Dios te haya dado.

Jueces y funcionarios de la justicia

18 Deberás nombrar jueces y funcionarios para tus tribus en todas las ciudades que el SEÑOR te da. Ellos deberán juzgar a la gente imparcialmente. 19 No deberás juzgar injustamente ni mostrar favoritismo. No deberás aceptar soborno, porque el soborno ciega los ojos de la gente sabia y cambia lo que la gente buena quiere decir. 20 Debes seguir sólo la justicia para que puedas vivir y ocupar la tierra que te da el SEÑOR tu Dios.

Dios odia los ídolos

21 No coloques un poste de Aserá, ni ningún otro objeto similar al lado del altar del SEÑOR tu Dios. 22 No deberás construir un pilar de piedra dedicado a un dios falso. El SEÑOR tu Dios los odia.

17 No sacrifiques para el SEÑOR tu Dios ningún toro u oveja que tenga algún defecto, porque el SEÑOR tu Dios rechaza eso.

El SEÑOR tu Dios te va a entregar muchas aldeas para que vivas en ellas. Puede darse el caso de que en alguna de ellas se descubra entre tu gente a un hombre o a una mujer que hace lo que el SEÑOR tu Dios considera perverso y viola su pacto. Hace algo que yo he prohibido, como adorar a otros dioses, al sol, a la luna o a las estrellas. Al enterarte del hecho, debes investigar el caso cuidadosamente. Si se comprueba que efectivamente esa maldad ocurrió en Israel, entonces debes traer al hombre o a la mujer que hizo esa maldad en tu ciudad, y apedrearlo para que muera. La condena a muerte debe hacerse por el testimonio de dos o más testigos. No habrá pena de muerte por el testimonio de un solo testigo. Los testigos serán los primeros en tirarle piedras para matarlo y luego lo hará todo el pueblo. De esta manera quitarás de ti la maldad.

Casos difíciles de juzgar

Se pueden presentar casos muy difíciles de juzgar en tus tribunales, como asesinatos, pleitos o riñas con heridos. Cuando se presenten esos casos y tus jueces no puedan dictar sentencia, irán al lugar que elegirá el SEÑOR tu Dios. Deberás ir ante los sacerdotes levitas y al juez que esté de turno en ese momento. Les expondrás el problema y ellos dictarán sentencia. 10 Harás exactamente lo que ellos te digan en el lugar que el SEÑOR elegirá 11 y actuarás de acuerdo con sus instrucciones y de acuerdo con la sentencia que ellos dicten. Haz exactamente lo que te digan, sin cambiar nada.

12 El sacerdote es un servidor del SEÑOR tu Dios. El que se ponga terco y no haga caso a la decisión del sacerdote o del juez, será condenado a muerte. De esta forma terminarás con la maldad en Israel. 13 Todo el pueblo se enterará, tendrá temor y así nadie actuará con soberbia de nuevo.

Cómo nombrar a un rey

14 Cuando entres a la tierra que el SEÑOR tu Dios te da y tomes posesión de ella, te establezcas ahí y digas: «Elijamos a un rey sobre nosotros como todas las naciones a nuestro alrededor», 15 debes asegurarte de nombrar a un rey sobre ti que sea elegido por el SEÑOR tu Dios. Tendrá que ser alguien de tu propia gente, no un extranjero. 16 Él no deberá acumular caballos para sí mismo. Tampoco deberá enviar gente de vuelta a Egipto para comprar más caballos porque el SEÑOR te dijo: «Ustedes nunca deben volver por ese camino». 17 Tampoco deberá casarse con muchas esposas, porque si no, se le pervertirá el corazón. Además no deberá enriquecerse con plata y oro.

18 Cuando comience a reinar, debe tener para sí mismo una copia de esta ley escrita en un rollo por los sacerdotes levitas. 19 El rey debe mantener consigo ese libro y leerlo para que aprenda a respetar al SEÑOR su Dios y a seguir cuidadosamente todas las palabras escritas en esta ley y estas normas. 20 Así no se creerá mejor que su propia gente y no desobedecerá el mandato en ninguna forma, de tal manera que el rey y sus descendientes puedan gobernar el reino de Israel por mucho tiempo.

Derechos de los sacerdotes y de los levitas

18 Los sacerdotes serán de la tribu de Leví. Como tal, no tendrán su parte del territorio dentro de Israel, sino que vivirán de las ofrendas de comida que se le ofrecen al SEÑOR. Los sacrificios que se presentan al SEÑOR serán la parte que les corresponde. Así la tribu de Leví no tendrá herencia entre sus hermanos. El SEÑOR es su herencia, como él les prometió.[d]

Esto será lo que les pertenecerá por derecho a los sacerdotes de los sacrificios que haga el pueblo, sea un toro o una oveja: ellos deben dar al sacerdote la espaldilla, la quijada y el cuajar. Debes darle los primeros granos, vino nuevo y aceite; también la primera lana que cortes de tus ovejas. El SEÑOR tu Dios ha elegido a Leví y a sus descendientes de entre todas tus tribus para que le sirvan como sacerdotes en el nombre del SEÑOR, para siempre.

Si un levita quiere dejar una de tus ciudades de Israel, puede irse cuando quiera. Irá al lugar que el SEÑOR elegirá, y podrá servir en el nombre del SEÑOR su Dios como todos sus hermanos levitas que sirvan al SEÑOR allí. Comerá la misma porción de comida que ellos, aparte de lo que reciba por la venta de las posesiones de su familia.

No vivir como las otras naciones

Cuando entres a la tierra que el SEÑOR tu Dios te da, no imites las costumbres perversas de esas naciones. 10 No sacrifiques a tus hijos e hijas en el fuego de tus altares. No permitas que nadie practique la adivinación ni que busque señales para decir lo que sucederá en el futuro. No permitas que nadie practique la hechicería, 11 ni trate de hacerle brujerías a la gente, y no permitas que nadie consulte a fantasmas o a espíritus, ni que sea espiritista. 12 Todos los que practican eso son abominables al SEÑOR tu Dios. El SEÑOR tu Dios está expulsando a esas naciones de esta tierra debido a esos actos perversos. 13 Tienes que ser totalmente fiel al SEÑOR tu Dios.

El profeta

14 Las naciones que estás expulsando escuchan a adivinos y a magos, pero a ti el SEÑOR tu Dios no te lo permite. 15 En cambio, de entre tus hermanos, el SEÑOR tu Dios te enviará un profeta como yo, a quien deberás obedecer. 16 Eso es lo que le pediste al SEÑOR en el monte Horeb el día de la reunión, cuando dijiste: «No quiero escuchar directamente la voz del SEÑOR mi Dios de nuevo, no me dejes ver ese gran fuego otra vez, no sea que muera».

17 Luego el SEÑOR me dijo: «Ellos han pedido lo correcto. 18 Les enviaré de entre su gente un profeta como tú, le diré a él lo que debe decir y él les dirá todo lo que yo le ordene. 19 Yo mismo castigaré al que no obedezca las palabras que él hablará por mí».

20 Pero el profeta que se atreva a decir algo como si estuviera hablando por mí sin que yo lo hubiera mandado, o el profeta que hable por otros dioses, debe morir. 21 Y si te preguntas: «¿Cómo reconoceremos el mensaje que el SEÑOR no le ha dado al profeta?» 22 Cuando el profeta que dice que habla por el SEÑOR diga que algo va a suceder, y no sucede, es porque el SEÑOR no le dio ese mensaje. Ese profeta ha hablado por sí mismo, no lo obedezcas.

Ciudades de refugio

(Nm 35:9-28)

19 El SEÑOR tu Dios destruirá a las naciones que están en la tierra que el SEÑOR te da. Expulsarás a sus habitantes y te establecerás en sus ciudades y en sus casas. Cuando hagas esto, debes separar tres ciudades de en medio de la tierra que el SEÑOR tu Dios te da como propiedad. Dividirás en tres partes la tierra que el SEÑOR te da como herencia y escoge una ciudad en medio de cada parte para que sirva de ciudad de refugio. Arreglarás el camino que conduce hacia ellas para que cualquiera que mate a alguien pueda ir a refugiarse a ellas.

Esta es la ley para la gente que mate a alguien y vaya allí para salvar la vida, o sea para el que mate a otro por accidente. No puede haber odiado antes a la víctima. Por ejemplo, si alguna persona va con alguien al bosque a cortar leña, y al levantar su hacha para cortar un árbol la cabeza del hacha se sale del mango, le pega a la otra persona y la mata, el que la mató puede huir a una de esas ciudades para salvar su vida. De otra manera, si la distancia a la ciudad es muy larga, el pariente del muerto[e] podría, estando muy enojado, perseguir al asesino, agarrarlo y matarlo, a pesar que no merecía la muerte porque no había odiado antes al difunto. Así que te ordeno que apartes tres ciudades.

El SEÑOR tu Dios les prometió a tus antepasados que aumentaría tu territorio. Él te dará toda la tierra que prometió darles a tus antepasados. Lo hará si cumples cuidadosamente todo lo que hoy te mandé, si amas siempre al SEÑOR tu Dios viviendo como él quiere. Entonces deberás añadir tres ciudades más a estas tres. 10 De esta forma ninguna persona inocente será asesinada en la tierra que el SEÑOR tu Dios te da como herencia, y no serás culpable de causar la muerte de gente inocente.

11 Pero puede darse el caso de que alguien odie a otro, le prepare una emboscada, lo ataque y lo golpee de tal manera que lo mate, y luego vaya y se refugie en una de esas ciudades. 12 En ese caso, los ancianos líderes de su ciudad mandarán que lo arresten y lo entreguen al pariente del difunto para que lo mate. 13 No tendrás misericordia de él y así Israel se librará del derramamiento de sangre inocente para que te vaya bien.

14 No debes mover la piedra que marca el límite de la tierra de tu vecino, la que tus antepasados ubicaron en la propiedad. No harás esto en la tierra que el SEÑOR tu Dios te da como propiedad.

Testigos

15 Un solo testigo no es suficiente para inculpar a alguien acusado de haber cometido algún crimen o pecado. El asunto debe ser juzgado con la palabra de dos o tres testigos.

16 Se puede dar el caso de que un testigo perverso se presente y dé falso testimonio en contra de alguien. 17 Los dos hombres que tienen la disputa se presentarán ante el SEÑOR, y ante los sacerdotes y jueces que estén de servicio en esos días. 18 Entonces los sacerdotes investigarán cuidadosamente si el testigo dio falso testimonio en contra de su hermano. 19 Si se comprueba el falso testimonio, entonces le harás al testigo que dio falso testimonio lo mismo que él planeaba hacerle a su hermano. Así quitarás el pecado de en medio de ti. 20 El resto de la gente se enterará de esto y tendrá temor. Ellos nunca más harán una maldad de esta clase.

21 No tendrás compasión de él: una vida se pagará con otra vida, un ojo con otro ojo, un diente con otro diente, una mano con otra mano y un pie con otro pie.

Leyes para la guerra

20 Cuando vayas a la guerra en contra de tus enemigos y veas caballos, carros de combate y un ejército más grande que el tuyo, no les temas, porque el SEÑOR tu Dios que te sacó de Egipto está contigo.

Antes de que entren en batalla, el sacerdote deberá adelantarse y hablará con el ejército. Él le dirá: «¡Escucha, Israel! Hoy ustedes irán a la batalla contra sus enemigos. No pierdan el valor, ni se asusten, ni entren en pánico ni se aterroricen por ellos, porque el SEÑOR su Dios va con ustedes para pelear por ustedes contra su enemigo y darles la victoria».

Luego los oficiales deberán preguntarle al ejército: «¿Hay alguien aquí que haya construido una casa nueva y no la haya dedicado? Que vuelva a su casa porque podría morir en batalla y otro dedicaría la casa. ¿Hay alguien aquí que haya plantado un viñedo pero aun no ha comenzado a disfrutar de él? Que vuelva a su casa porque podría morir en batalla y otro disfrutaría de sus frutos. ¿Hay alguien aquí que se haya comprometido con una mujer pero aun no se haya casado con ella? Que vuelva a su casa porque podría morir en batalla y otro se casaría con ella».

Luego los oficiales deberán decirle al ejército: «¿Hay alguien aquí que tenga miedo y haya perdido su valentía? Debe volver a su casa para que no haga que otros también pierdan su valentía». Cuando los oficiales hayan terminado de hablarle al ejército, deberán elegir comandantes para dirigir el ejército.[f]

10 Cuando te acerques a una ciudad para atacarla, hazle una propuesta de paz. 11 Si ellos aceptan tu oferta de paz y te abren sus puertas, entonces toda la gente que esté en ella sólo será obligada a hacer trabajos forzados y a servirte. 12 Si ellos no hacen la paz contigo y te hacen la guerra, entonces la sitiarás. 13 Cuando el SEÑOR tu Dios te permita tomar la ciudad, matarás a espada a todos los hombres adultos. 14 Podrás tomar para ti las mujeres, los niños, el ganado y todo lo que esté en la ciudad, todo el botín, y podrás apropiarte de eso que era de tus enemigos y que el SEÑOR tu Dios te da. 15 Así harás con todas las ciudades que estén lejos, que no sean ciudades de las naciones de aquí.

16 Sin embargo, no permitirás que nada que respire quede vivo en las ciudades que el SEÑOR tu Dios te da como propiedad. 17 Deberás destruir completamente a los hititas, los amorreos, los cananeos, los ferezeos, los heveos y los jebuseos, tal como el SEÑOR tu Dios te ordenó. 18 Destrúyelos para que no te enseñen a hacer los mismos actos horribles que hacían para sus dioses. Así evitarás ser culpable ante el SEÑOR tu Dios.

19 Si sitias una ciudad por muchos días y peleas contra ella para poder capturarla, no destruyas sus árboles cortándolos con un hacha. No los tales, porque puedes utilizar su fruto como alimento. Los árboles no son tus enemigos, así que no los ataques. 20 Sin embargo, podrás talar los árboles que no sean frutales para construir barricadas contra la ciudad hasta que esta caiga en tu poder.

Casos particulares de homicidio

21 En la tierra que el SEÑOR tu Dios te da para que poseas, se puede dar el caso de que alguien sea asesinado y no se sepa quién lo mató, sino que se encuentre el cuerpo tirado en el campo. En tal caso, los ancianos líderes y los jueces deben salir y medir la distancia que haya entre el lugar donde se encontró el cuerpo y las ciudades de alrededor. Entonces los ancianos líderes de la ciudad más cercana deben tomar una ternera que no haya sido usada para trabajar ni se le haya puesto yugo. Ellos llevarán la ternera a un valle con río, un valle que no haya sido arado ni plantado, y le romperán el cuello. Luego los sacerdotes, los descendientes de Leví, deberán acercarse, porque el SEÑOR tu Dios los ha elegido a ellos para que lo sirvan y pronuncien bendiciones en el nombre del SEÑOR, y todos los casos legales de disputa y agresiones serán juzgados conforme a la decisión que ellos tomen. Todos los ancianos líderes de esa ciudad cercana al cuerpo del muerto deben lavarse las manos sobre la ternera cuyo cuello fue roto en el valle. Los ancianos líderes deben decir: «Nosotros no matamos a esta persona y nosotros no vimos cómo sucedió. Purifica a nuestra gente de Israel, a quienes tú, SEÑOR, has salvado. No culpes a tu gente de Israel por el asesinato de una persona inocente». De esta manera ellos serán absueltos de la culpa del asesinato. Quitarás de en medio de ti la culpa del asesinato de una persona inocente porque harás lo que el SEÑOR dice que está bien.

Mujeres capturadas en guerra

10 Cuando vayas a la guerra en contra de tus enemigos, y el SEÑOR tu Dios los venza y tú los tomes prisioneros, si 11 ves entre ellos a alguna mujer hermosa que te atraiga, podrás casarte con ella. 12 La llevarás a tu casa y harás que se rape la cabeza, se corte las uñas y se 13 deshaga de su ropa de prisionera. Permanecerá en tu casa haciendo duelo por sus padres durante todo un mes. Después de esto podrás acercarte a ella y serás su esposo, y ella será tu esposa. 14 Pero si sucede que ya no te agrada, entonces debes divorciarte de ella y dejarla ir a donde ella quiera. No podrás venderla ni tratarla como esclava porque ya hiciste con ella lo que querías.

El hijo mayor

15 Puede darse el caso de que un hombre tenga dos esposas, pero sienta amor por una y no por otra. Si ambas le dan hijos, pero el hijo mayor se lo dio la mujer que él no ama, 16 el hombre no tiene derecho a tratar al hijo de la mujer que ama como si fuera el hijo mayor. Cuando reparta su propiedad entre sus hijos, el hijo de la mujer que él no ama, recibirá más. 17 Deberá reconocer como hijo mayor al hijo de la mujer que no ama y darle una doble porción de todo lo que tenga, porque él es el primer hijo, y a él le pertenece el derecho de hijo mayor.

Hijos rebeldes y desobedientes

18 Si alguien tiene un hijo terco y rebelde que no obedece a su papá ni a su mamá aun cuando lo castiguen, 19 entonces sus padres deben llevarlo a los ancianos líderes de su ciudad a la entrada del lugar. 20 Ellos les dirán a los ancianos líderes de su ciudad: «Este hijo nuestro es terco y rebelde y no nos obedece, es comilón y borrachín». 21 Entonces todos los hombres de su ciudad le tirarán piedras hasta que muera. De esta manera quitarás al perverso de en medio de ti. Todo el pueblo de Israel se enterará de esto y tendrá temor.

Otras leyes

22 Cuando alguien es culpable de un pecado que se castiga con pena de muerte y se cuelga su cuerpo de un árbol, 23 no dejarás su cuerpo colgado del árbol durante la noche, sino que lo enterrarás ese mismo día, porque cualquiera que es colgado de un árbol es maldito por Dios. No contaminarás la tierra que el SEÑOR tu Dios te da como herencia.

22 Si ves que el toro o la oveja de alguien de tu pueblo se extravía, se lo devolverás. Si el dueño no vive cerca o tú no lo conoces, entonces debes llevar el animal a tu casa y guardarlo hasta que el dueño venga a buscarlo y se lo devuelvas. Haz lo mismo con el burro de tu vecino, con sus prendas y con cualquier otra cosa que él pierda y que tú encuentres. No lo ignores.

Si ves caído en el camino al toro o al burro de alguien de tu pueblo, no te quedes sin hacer nada, más bien ayúdalo a levantarse.

La mujer no debe ponerse ropa de hombre, y un hombre no debe usar ropa de mujer, porque el SEÑOR tu Dios se enoja con el que hace eso.

Si mientras caminas encuentras el nido de un pájaro en algún árbol o en el piso, y la madre está sentada sobre sus pequeños hijos o sobre sus huevos, no tomes a la madre con sus pequeños. Debes dejar ir a la madre y puedes tomar a los pequeños, para que te vaya bien y puedas vivir por mucho tiempo.

Cuando construyas una casa nueva, debes hacer un muro de protección alrededor de la azotea para que así no seas culpable de homicidio si alguien se cae de allí.

No plantes tu viñedo con otra semilla que no sea de uva. Si así lo haces, quedará prohibido el uso de todo ese producto del campo, tanto el grano como la uva.

10 No ares con una yunta que tenga juntos un toro y un burro.

11 No uses ropa hecha de combinación de lana y lino.

12 Haz flecos en las cuatro esquinas del manto con que te cubres.

Reglas matrimoniales

13 Si un hombre se casa con una mujer, tiene relaciones sexuales con ella y luego la desprecia, 14 la acusa de mala conducta y difama su nombre diciendo: «Yo me casé con esta mujer, pero cuando tuve relaciones sexuales con ella encontré que no era virgen». 15 Los padres de la joven mujer deberán tomar y llevar prueba de la virginidad de la mujer a los ancianos líderes a la entrada de la ciudad. 16 El papá de la joven debe decirles a los ancianos líderes: «Le di a este hombre mi hija por esposa, pero él la odia. 17 Miren, la ha acusado de mala conducta, y dice: Yo encontré que su hija no era virgen. Aquí está la prueba de la virginidad de mi hija». Luego él deberá extender la sábana[g] en frente de los ancianos líderes de la ciudad. 18 Luego los ancianos líderes deberán traer al hombre y castigarlo. 19 Ellos le impondrán una multa de 100 monedas de plata[h] y dársela al papá de la joven, porque ese hombre ha difamado a una virgen de Israel. Ella seguirá siendo su esposa y él no podrá divorciarse de ella.

20 Pero si la acusación es cierta y no se presenta una prueba de virginidad de la joven, 21 entonces los ancianos líderes deben llevarla a la puerta de la casa de su papá y los hombres de la ciudad le tirarán piedras hasta que ella muera, porque ella ha hecho un acto vergonzoso en Israel al tener relaciones sexuales antes de casarse mientras vivía en la casa de su papá. De esta manera quitarás la maldad de tu pueblo.

22 Si se encuentra a un hombre teniendo relaciones sexuales con la esposa de otro hombre, ambos deben morir, tanto el hombre que tiene relaciones como la mujer. De esta manera quitarás la maldad de Israel.

23 Si una mujer es una virgen comprometida con un hombre y alguien la encuentra en la ciudad y tiene relaciones sexuales con ella, 24 entonces ambos deben ser llevados a las puertas de la ciudad y los matarás a pedradas. Debes matar a pedradas a la mujer porque no gritó pidiendo ayuda en la ciudad y al hombre porque violó a la esposa de otro hombre. De esta manera quitarás la maldad de en medio de ti.

25 Pero si el hombre se encuentra a la mujer comprometida en el campo y la obliga a tener relaciones sexuales, entonces sólo el hombre debe morir. 26 No le hagas nada a la joven. Ella no ha cometido ningún pecado que merezca la muerte, porque este caso es como cuando un hombre ataca a su vecino y lo mata. 27 Ya que él la encontró en el campo, la mujer comprometida pudo haber gritado por ayuda, pero no había nadie que la salvara.

28 Si un hombre encuentra a una mujer virgen que no esté comprometida y la obliga a tener relaciones sexuales y son atrapados, 29 el hombre deberá darle al papá de la joven 50 monedas de plata y ella se convertirá en su esposa, porque él la humilló; no le será posible divorciarse de ella.

30 Un hombre no se puede casar con la que fue esposa de su papá porque eso sería una vergüenza para su papá.

Los que pueden unirse a la adoración

23 Ningún hombre cuyos testículos estén aplastados o cuyo pene haya sido amputado podrá hacerse ciudadano del pueblo del SEÑOR. Ningún hombre nacido de padres a los que por ley se les prohibió casarse, puede hacerse ciudadano del pueblo del SEÑOR. Sus descendientes, aun hasta la décima generación, no podrán hacerse ciudadanos del pueblo del SEÑOR.

Ningún amonita o moabita podrá hacerse ciudadano del pueblo del SEÑOR y sus descendientes, ni siquiera después de la décima generación, tampoco podrán hacerse ciudadanos del pueblo del SEÑOR. Porque ellos no fueron a encontrarte con alimento y agua en el camino cuando saliste de Egipto, y porque ellos contrataron para maldecirte a Balán hijo de Beor de la ciudad de Petor en Aram Najarayin[i]. Pero el SEÑOR tu Dios se negó a escuchar a Balán y el SEÑOR cambió la maldición por una bendición para ti, porque el SEÑOR tu Dios te ama. Nunca en la vida hagas algo en beneficio o para prosperidad de ellos.

No odies a ningún edomita, porque él es tu hermano. No odies a ningún egipcio porque fuiste inmigrante en su país. Los hijos de su tercera generación podrán hacerse ciudadanos del pueblo del SEÑOR.

Higiene del campamento militar

Cuando salgas como un ejército en contra de tus enemigos, debes mantenerte alejado de todo lo que sea impuro. 10 Cuando haya en medio de ti un hombre impuro debido a algo que haya pasado durante la noche, él debe salir del campamento, no podrá entrar a él. 11 Cuando llegue la tarde, debe bañarse, y cuando el sol se ponga, podrá entrar de nuevo.

Palabra de Dios para Todos (PDT)

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