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Bible in 90 Days

An intensive Bible reading plan that walks through the entire Bible in 90 days.
Duration: 88 days
Nueva Biblia Viva (NBV)
Version
Job 8-24

Primer discurso de Bildad

Bildad de Súah responde a Job:

«¿Hasta cuándo, oh Job, seguirás así, pronunciando palabras que son como viento tempestuoso? ¿Acaso pervierte Dios la justicia? Si tus hijos pecaron contra él y él los castigó, y tú imploraste por ellos al Todopoderoso Dios, si fueras puro y bueno, él escucharía tu oración, te respondería y te bendeciría dándote un hogar feliz. Y habiendo comenzado con poco, al final tendrías mucho.

»Analiza la historia y observa, porque apenas ayer nacimos y sabemos muy poco; nuestros días aquí en la tierra son efímeros comqo sombras. 10 Pero la sabiduría del pasado te enseñará. La experiencia de otros te hablará, recordándote que 11-13 quienes se olvidan de Dios carecen de esperanza. Son como papiros sin pantano donde crecer, o como hierba sin agua que la mantenga viva: de pronto comienza a marchitarse, aun antes que la corten. 14 El hombre sin Dios se apoya en una telaraña; todo aquello en que confía caerá por tierra. 15 Si en su hogar cree hallar seguridad, pronto se desengaña. 16 Al amanecer tiene aspecto muy vigoroso y viril; como planta verde, sus ramas se extienden por el jardín. 17 Hunde sus raíces en la corriente, entre las piedras. 18 Pero desaparece, ¡y nadie lo echa de menos! 19 ¡Eso es todo cuanto puede esperar! Y otros vienen a ocupar su puesto.

20 »¡Pero fíjate! Dios no rechaza al hombre bueno ni hace prosperar al malhechor. 21 Aún llenará de risa tu boca y tus labios de gritos jubilosos. 22 Quienes te odian serán vestidos de oprobio, y los impíos serán destruidos».

Tercer discurso de Job

Respuesta de Job:

«Bien sé todo eso; nada nuevo me cuentas. Pero, ¿cómo puede un hombre ser genuinamente bueno a los ojos de Dios? Si Dios quisiera disputar con él, ¿podría el hombre contestar siquiera una entre mil preguntas? Porque su sabiduría es profunda y vasto su poder. ¿Quién logró jamás vencerlo? 5-6 Súbitamente mueve las montañas y las derriba en su furor. Sacude la tierra hasta sus cimientos. El sol deja de salir y las estrellas de brillar si él lo ordena. Él solo ha desplegado los cielos y medido a largos pasos los mares. Él hizo la Osa Mayor, el Orión, las Pléyades y las constelaciones del Zodiaco meridional. 10 Realiza inauditos e innumerables milagros. 11 Pasa delante de mí y no lo veo; transita, pero no lo veo. 12 Cuando envía la muerte a llevarse a un hombre, ¿quién puede impedírselo? ¿Quién osa preguntarle: “qué estás haciendo”? 13 Y Dios no depone su ira. Ante él se doblega el orgullo del hombre.

14 »Y, ¿quién soy yo para que intente discutir con el Dios Todopoderoso, o siquiera razonar con él? 15 Aunque yo fuera impecable, no diría ni una palabra; me limitaría a pedir clemencia. 16 Y aun si él diera respuesta a mis plegarias, apenas podría creer que hubiera escuchado mi clamor. 17 Pues él es quien destruye, quien multiplica mis heridas sin causa alguna. 18 No me concede respiro, sino me colma de amargos sufrimientos. 19 Sólo él es fuerte y justo. ¿Quién le pedirá cuentas? 20 Y yo, ¿soy acaso justo? Mi propia boca lo niega. Aunque creyera que soy perfecto, Dios me declararía convicto de maldad.

21 »Y aunque fuera del todo inocente, no me atrevería ni a pensarlo. ¡Detesto lo que soy! 22 Inocente o culpable, para él da lo mismo, pues él destruye a uno y a otro. 23 Se ríe cuando la calamidad azota al inocente. 24 La tierra está en manos de los malvados; Dios venda los ojos de los jueces y los deja proceder injustamente. Si no es él, ¿quién es entonces?

25 »Veloz se me va la vida cargada de tragedia. 26 Mis años se esfuman como naves fugaces, como águila que se precipita sobre su presa. 27 Si yo resolviera olvidarme de mis quejas contra Dios, dar fin a mi tristeza y alegrarme, 28 él entonces volcaría aun mayores penas sobre mí. ¡Porque yo sé que no me tienen por inocente, oh Dios, 29 sino que me condenan! Entonces, ¿para qué esforzarme? 30 Aunque me lavara con el agua más pura y enjuagara mis manos con lejía para dejarlas sin mancha alguna, 31 aun así me hundirías en el albañal y el lodo; y hasta mi ropa sería menos inmunda de lo que tú me consideras.

32-33 »Y no puedo defenderme, pues Dios no es simple hombre como yo. Si lo fuera, podríamos discutir esto imparcialmente; pero no hay árbitro entre nosotros, no hay componedor, no hay mediador que nos concilie. 34 ¡Ay! Que deje de azotarme para que ya no tenga yo que vivir bajo el terror de su castigo. 35 Entonces podría hablarle sin temor, y decirle que yo no me considero culpable.

10 »¡Estoy harto de esta vida! Dejen que dé rienda suelta a mis quejas. Hablaré en mi dolor y en mi amargura. Le he dicho a Dios: No te limites a condenarme: dime por qué lo haces. ¿De veras te parece bien oprimir y despreciar la obra de tus manos, y dar alegría y prosperidad a los malvados? 4-7 ¿Eres injusto como los hombres? ¿Es tan breve tu vida como la de los humanos, que hayas de perseguirme por pecados que bien sabes no he cometido? ¿Será ello porque sabes que nadie puede librarme de tu mano?

»Tú me hiciste, y sin embargo me destruyes. ¡Ay, te ruego que recuerdes que estoy hecho de polvo! ¿Tan pronto me harás volver al polvo? 10 Tú me has cambiado de vasija en vasija como leche y me has cuajado como queso. 11 Me diste piel y carne y uniste mis huesos y tendones. 12 Me diste vida, y fuiste bueno y amoroso conmigo, y por tu cuidado me conservo vivo.

13-14 »Y sin embargo, sé que tu verdadera intención siempre fue vigilarme a ver si yo pecaba y negarte a perdonar mi iniquidad. 15 Si soy culpable, ¡pobre de mí! Y si soy inocente, de nada me vale. ¿Qué esperanza tengo? 16 Si comienzo a levantarme del suelo, saltas sobre mí como un león y pronto acabas conmigo. 17 Renuevas tus testimonios contra mí y derramas sobre mí tu ira como torrente que aumenta sin cesar, y contra mí enfilas nuevos ejércitos.

18 »¿Por qué entonces dejaste que naciera? ¿Por qué no me dejaste morir al nacer? 19 Así me habría ahorrado esta mísera existencia. Habría pasado directamente del vientre al sepulcro. 20-22 ¿No ves cuán poco tiempo me queda? ¡Ay! Apártate de mí para que pueda tener un poco de consuelo antes de partir hacia la tierra de oscuridad y sombra de muerte, para ya nunca volver; tierra tenebrosa como la medianoche, tierra de sombra de muerte donde sólo reina la confusión, y donde la misma claridad es negra como la noche».

Primer discurso de Zofar

11 Zofar de Namat responde a Job:

«¿No ha de haber quien corte este torrente de palabras? La palabrería de un hombre, ¿prueba que tiene razón? ¿He de quedarme callado ante tus alardes? ¿Te burlarás sin que nadie te responda? ¡Pretendes ser puro a los ojos de Dios! ¡Cómo me gustaría que Dios hablara y te dijera lo que piensa! ¡Que te mostrara tal cual eres; pues él conoce todo lo que has hecho! Escucha: Dios sin duda te está castigando mucho menos de lo que mereces.

»¿Conoces los pensamientos y propósitos de Dios? El mucho investigar, ¿te los revelará? ¿Estás capacitado para juzgar al Todopoderoso? Él es tan perfecto como alto es el cielo; y tú, ¿quién eres? Insondable es su pensamiento; ¿qué podrás tú saber en comparación con él? Es más amplio que la tierra y más extenso que el mar. 10 Si viene y te pone en un calabozo, y luego te llama a cuentas, ¿quién lo hará desistir? 11 Porque él conoce a fondo todas las faltas y pecados de la humanidad; sin escrutar, ve todos los pecados. 12 El simple hombre tiene tantas probabilidades de ser sabio, como un borriquillo de nacer en forma de hombre.

13-14 »Antes de enfrentarte a Dios y extender hacia él tus manos, deja tus pecados y despójate de toda iniquidad. 15 Sólo entonces, sin manchas de pecado que te ensucien, podrás marchar derecho hacia Dios sin temor. 16 Sólo entonces podrás olvidar tu desdicha. Todo eso quedará en el pasado. 17 Y no habrá nubarrones en tu vida; toda oscuridad se transformará en luminosa mañana. 18 Obtendrás valentía porque tendrás esperanza. Procederás con calma y reposarás seguro. 19 Te acostarás sin temor y muchos buscarán tu ayuda. 20 Pero los malvados no hallarán escapatoria: su única esperanza está en la muerte».

Cuarto discurso de Job

12 Respuesta de Job:

«¡En verdad ustedes todo lo saben! ¡Muertos ustedes, morirá la sabiduría! Pues bien; yo también sé unas cuantas cosas; ustedes no son mejores que yo. ¿Y quién ignora lo que me han venido diciendo?

»Yo, que imploraba ayuda de Dios y de Dios obtenía respuesta, me he convertido en hazmerreír de mis vecinos. Sí, yo, varón justo, soy ahora objeto de burla. Entre tanto, los ricos se mofan de los atribulados y están prontos a menospreciar a todos los menesterosos. Los ladrones prosperan. ¡Y los que provocan a Dios viven confiados y piensan que pueden controlarlo!

7-9 »Pregunta a la bestia más estúpida: ella sabe que así es; pregunta a las aves: ellas te lo dirán; o que te enseñe la tierra, o los peces del mar. 10 Porque el alma de todo ser viviente y el hálito de toda la humanidad están en la mano de Dios. 11 Así como mi boca puede saborear manjares, mi mente saborea la verdad cuando la oigo, 12 y como tú lo dices, los viejos como yo son sabios; comprenden.

13 »Pero la sabiduría y el poder verdaderos pertenecen a Dios. Sólo él sabe lo que debemos hacer; él entiende. 14 ¡Y cuán grande es su poder! Lo que él destruye no puede reedificarse. Cuando él acorrala a un hombre, no hay escapatoria. 15 Retiene la lluvia, y la tierra se vuelve un desierto; envía las tormentas, y se inunda el suelo. 16 Sí, suyas son la fortaleza y la sabiduría. Tanto los engañadores como los engañados son esclavos suyos.

17 »Pone en ridículo a los consejeros y a los jueces. 18 Convierte a los reyes en esclavos y libera a sus siervos. 19 Los sacerdotes son llevados como esclavos. Derriba a los poderosos. 20 Quita la voz a los oradores y la visión a los jefes ancianos. 21 Derrama desprecio sobre los príncipes y debilita a los poderosos. 22 Inunda de luz las tinieblas y descubre las sombras más profundas. 23 Exalta a una nación y luego la destruye. La engrandece, y luego la reduce a la nada. 24-25 Quita el entendimiento a reyes y presidentes, y los deja errantes, perdidos y a tientas, sin luz que los guíe.

13 »He visto muchos casos como los que ustedes describen. Comprendo lo que dicen. Sé tanto como ustedes. No soy un ignorante. ¡Cómo quisiera hablar directamente al Todopoderoso! Quisiera dilucidar esto con Dios mismo. Porque ustedes lo malinterpretan todo. Son doctores que no saben lo que hacen. ¡Ojalá se callaran! Esa sería su más excelsa sabiduría.

»Escúchenme ahora, oigan las razones de lo que pienso y mis súplicas. ¿Seguirán mintiendo, en nombre de Dios, cuando él ni siquiera una vez ha dicho las palabras que ustedes ponen en su boca? ¿Necesita Dios la ayuda de ustedes si en su nombre van a torcer la verdad? ¡Cuidado, no vaya él a descubrir lo que están haciendo! O ¿piensan que pueden engañar a Dios como a los hombres? 10 No; se verán en grandes dificultades con él si con mentiras tratan de ayudarle. 11 La majestad suya, ¿no les infunde terror? ¿Cómo se atreven a proceder así? 12 Estas tremendas afirmaciones que han lanzado valen tanto como las cenizas; su defensa de Dios es tan frágil como vasija de barro.

13 »Callen ahora y déjenme hablar; yo estoy dispuesto a afrontar las consecuencias. 14 Sí, voy a tomar mi vida en mis manos y a decir lo que realmente pienso. 15 Dios puede matarme por decirlo, y probablemente lo haga. No obstante, voy a defender mi caso con él. 16 Esto por lo menos me favorecerá: que no soy un impío, para ser rechazado instantáneamente de su presencia. 17 Escuchen atentos lo que voy a decir. Óiganme. 18 Esta es mi defensa: yo sé que soy justo. 19 ¿Quién puede presentar cargos contra mí? Si ustedes pudieran convencerme de mi error, abandonaría mi defensa y me moriría.

20 »Oh Dios, te suplico dos cosas; sólo entonces podré enfrentarme a ti: 21 No me abandones y no me aterrorices con tu terrible presencia. 22 Pídeme que acuda ¡y prestamente responderé! O permite que te hable, y responde tú. 23 Dime, ¿qué mal he hecho? ¡Ayúdame! Indícame mi pecado. 24 ¿Por qué te apartas de mí? ¿Por qué me entregas a mi enemigo? 25 ¿Culparías a una hoja que es arrastrada por el viento? ¿Perseguirás a la paja seca?

26 »Has dictado contra mí penas amargas y me estás cobrando todas las locuras de mi juventud. 27-28 Me has aprisionado; me tienes cercado por todas partes. Soy como un árbol podrido que se cae, como un manto apolillado.

14 »¡Cuán frágil es el hombre! ¡Cuán pocos sus días y cuán atribulados! Un instante abre su corola como flor, y se marchita; como sombra de efímera nube, pronto se desvanece. ¿Tan duro has de ser con los frágiles hombres, y exigirles cuentas? ¿Cómo puedes exigir pureza de quien nació impuro? Brevísima vida has concedido al hombre; no le das más que unos meses. No puede tener ni una pequeña prórroga de vida. ¿No le otorgarás algún reposo? Aparta tu mirar airado y concédele unos momentos de alivio antes que muera.

»Porque para el árbol hay esperanza: si lo cortan, retoña y produce nuevas ramas tiernas. 8-9 Aunque sus raíces envejezcan en la tierra y su tronco degenere, puede revivir y echar renuevos al contacto del agua, como planta de vivero. 10 Pero cuando el hombre muere y es sepultado, ¿a dónde va su espíritu? 11-12 Como agua que se evapora de un lago; como río que desaparece en la sequía, así el hombre yace por última vez y no vuelve a levantarse hasta que los cielos ya no existan; no se levantará ni se despertará de su sueño.

13 »¡Ay, quisieras tú ocultarme entre los muertos y olvidarte de mí hasta que tu ira acabe; pero marca tu calendario para que vuelvas a recordarme!

14 »Si el hombre muere, ¿volverá a vivir? Este pensamiento me da esperanza, de modo que en mi angustia ansiosamente aguardo la dulce muerte. 15 Si me llamaras, yo acudiría, tú me recompensarías por cuanto hice. 16 Pero en vez de eso, sólo me permites dar unos cuantos pasos en el escenario de la vida, y señalas todos los errores que cometo. 17 Los reúnes como pruebas en mi contra.

18-19 »Los montes se desgastan y desaparecen. Las rocas se desprenden de su sitio. El agua convierte en arena las rocas. Los torrentes erosionan el suelo. De igual modo desvaneces tú la esperanza humana. 20-21 Siempre prevaleces sobre el hombre, y él desaparece del escenario. Lo vuelves viejo y arrugado, y luego lo despides. Jamás se entera si sus hijos alcanzan honra; si fracasan y se enfrentan al desastre, él no lo sabe. 22 Sólo siente el dolor de su cuerpo y la aflicción de su alma».

Segundo discurso de Elifaz

15 Respuesta de Elifaz de Temán:

«¿Debe un sabio como tú hablar así? Tus argumentos son puro viento. No está bien hablar tan neciamente. ¿Qué bien hacen tales palabras? 4-5 ¿No tienes temor de Dios? ¿No le tienes reverencia? Tus pecados inspiran las palabras de tu boca. Lo que dices se funda en astuto engaño. ¿Por qué habría yo de condenarte? De ello se encarga tu propia boca.

7-8 »¿Eres acaso el hombre más sabio que ha existido? ¿Naciste antes que fueran hechas las colinas? ¿Tienes parte en el consejo de Dios? ¿Acaso eres tú el único sabio? ¿Qué sabes tú más que nosotros? ¿Qué entiendes que no entendamos? 10 Hay entre nosotros ancianos mucho mayores que tu padre. 11 El consuelo de Dios, ¿será demasiado insignificante para ti? ¿Es su dulzura demasiado áspera?

12 »¿Qué haces, dejándote arrastrar por la ira? ¿Por qué te relampaguean los ojos? 13 ¿Por qué te vuelves contra Dios y le echas en cara todos estos perversos razonamientos?

14 »¿Qué hombre en toda la tierra podrá ser tan puro y justo como tú dices ser? 15 ¡Vaya! ¡Dios no confía ni siquiera en los ángeles! ¡Ni siquiera los cielos pueden ser absolutamente puros comparados con él! 16 ¡Cuánto menos uno como tú, corrupto y pecaminoso, que bebe el pecado como agua!

17-19 »Escúchame, y te responderé por experiencia propia, confirmada con la experiencia de los sabios varones que recibieron esto de sus padres, nuestros antepasados, los únicos a quienes se les dio la tierra. 20 El hombre impío anda siempre atribulado en su vida. 21 Está cercado de terrores, y si tiene días buenos, pronto se le desvanecen. 22 No se atreve a salir en la oscuridad, por miedo a que lo maten. 23-24 Anda errante mendigando alimento. Vive en el temor, la zozobra y la angustia. Sus enemigos lo vencen como un rey que derrota a sus enemigos. 25-26 Protegiéndose con escudo de latón, alza el puño contra Dios, desafiando al Todopoderoso, atacándolo neciamente.

27-28 »Este perverso hombre está gordo y rico, y ha vivido en ciudades conquistadas luego de matar a sus habitantes. 29 Pero no será siempre rico ni continuará extendiendo sus posesiones. 30 No; las tinieblas lo envolverán para siempre; el aliento de Dios lo destruirá; el fuego consumirá cuanto posee. 31 Que ya no confíe en vanas riquezas; que no se engañe más, pues el dinero en que confía será su única recompensa. 32 Antes que muera, toda esa insignificancia le saltará a la vista. Porque todo lo que constituía su seguridad, desaparecerá, 33 y caerá en tierra como uva marchita. ¡Qué poca sustancia darán sus esperanzas! 34 Porque los impíos son estériles: no logran producir nada realmente bueno. El fuego de Dios los consume junto con todas sus posesiones. 35 Lo único que pueden concebir es pecado; su corazón sólo da a luz maldad».

Quinto discurso de Job

16 Respuesta de Job:

«Todo eso lo había escuchado antes. ¡Qué lastimosos consoladores son ustedes! ¿Nunca van a detener la corriente de sus necias palabras? ¿Qué he dicho para provocar ese hablar interminable? Pero quizá yo podría hablar del mismo modo que ustedes si estuvieran ustedes en mi lugar. Lanzaría mis críticas contra ustedes y menearía la cabeza al mirarlos. ¡Pero no! Hablaría de modo que los ayudara. Procuraría alejar su dolor.

»Sin embargo, yo he de seguir sufriendo por mucho que me defienda, y de nada sirve negarme a hablar, porque Dios me ha molido y me ha quitado mi familia. ¡Ay Dios, me has reducido a huesos y pellejo, según dicen, como prueba de mis pecados!

»Dios me aborrece y airadamente rasga mi carne; me ha desgarrado con sus dientes, y ha acechado para extinguir en mí toda señal de vida. 10 La gente se mofa de mí abiertamente; burlones, me dan de bofetadas, y todos juntos se ponen en mi contra. 11 Y Dios me ha entregado en manos de los pecadores, en poder de los inicuos. 12 Yo vivía tranquilo hasta que él me quebrantó. Me tomó por el cuello y me despedazó, y luego me colgó en alto para servirle de blanco. 13 Sus arqueros me rodean y me lanzan sus flechas hasta que la sangre de mis heridas empapa la tierra. 14 Me ataca sin tregua, embistiéndome como gigante.

15 »Aquí me siento vestido con ropa de penitencia, y al polvo he arrojado toda esperanza. 16 El llanto enrojece mis ojos, y en mis párpados hay sombra de muerte. 17 Pero soy inocente y mi plegaria es pura.

18 »¡Oh tierra, no ocultes mi sangre! ¡Déjala que proteste en mi nombre! 19 Pero aun ahora el testigo de mi inocencia está allá en el cielo; mi abogado está allá en lo alto. 20 Mi intercesor es mi amigo, y ante él me deshago en lágrimas 21 para que interceda ante Dios a favor mío, como quien apela por su amigo. 22 Pasarán sólo unos cuantos años antes de que yo emprenda el viaje sin regreso.

17 »Enfermo estoy y próximo a la muerte; el sepulcro está presto a recibirme. Estoy rodeado de burladores. Por todas partes los veo. 3-4 ¿No habrá en ninguna parte quien confirme mi inocencia? Pero tú, oh Dios, les has impedido comprender esto. ¡Ay! No los dejes triunfar. Si aceptan soborno por denunciar a sus amigos, sus hijos quedarán ciegos.

»Dios me ha convertido en hazmerreír del pueblo; me escupen en la cara. Mis ojos están nublados de llorar y no soy sino sombra de lo que fui. Los varones rectos se asombran al verme. Pero un día los inocentes se alzarán por sobre los impíos; los justos progresarán y marcharán adelante; los de corazón puro serán cada vez más vigorosos y fuertes.

10 »En cuanto a ustedes, váyanse, se lo ruego; porque no veo ni uno sabio entre ustedes. 11 Mis buenos días pasaron. Mis esperanzas han desaparecido. Los anhelos de mi corazón se han deshecho. 12 Dicen que la noche es día y el día, noche; ¡cómo pervierten la verdad!

13-14 »Si muero, saldré a las tinieblas y llamaré padre mío a la tumba y madre y hermana mía al gusano. 15 ¿Dónde, pues, está mi esperanza? ¿Hay quién pueda encontrarla? 16 No, mi esperanza bajará conmigo al sepulcro. ¡Juntos reposaremos en el polvo!».

Segundo discurso de Bildad

18 Bildad de Súah responde nuevamente:

«¿A quién tratas de engañar? Exprésate con algo de sensatez si quieres que te respondamos. ¿Hemos llegado a ser para ti como animales estúpidos y mudos? Sólo porque enojado rasgas tu ropa, ¿habrá de comenzar un terremoto? ¿Habremos de correr todos a escondernos?

»Queda en pie la verdad de que si no prosperas es porque eres malvado. Y tu brillante llama será apagada. Habrá tinieblas en toda casa donde haya maldad. El confiado paso del impío será acortado; verá que su vigor se desvanece. 8-9 Cae en trampas, y los ladrones le tienden emboscadas. 10 A cada paso, una trampa lo espera. 11 Razón tiene para temer; su enemigo está por darle alcance.

12 »Su vigor está agotado por el hambre; la calamidad acecha para lanzarse sobre él. 13 La enfermedad le carcome la piel. La muerte lo devorará. 14 La riqueza en que confiaba lo rechazará, y lo harán descender a donde está el rey de los terrores. 15 Su hogar desaparecerá bajo ardiente bombardeo de azufre. 16 Morirá de sus raíces arriba, y todas sus ramas serán cortadas.

17 »Todo recuerdo de su existencia perecerá en la tierra; nadie lo recordará. 18 Será echado del reino de la luz y lanzado a las tinieblas, y expulsado del mundo. 19 No le quedará hijo ni nieto ni ningún otro pariente. 20 Viejos y jóvenes por igual se horrorizarán ante su destino. 21 Sí, eso es lo que ocurre a los pecadores, a quienes rechazan a Dios».

Sexto discurso de Job

19 Respuesta de Job:

«¿Hasta cuándo me atormentarán y tratarán de quebrantarme con sus palabras? Ya por diez veces me han declarado pecador. ¿Cómo no les da vergüenza darme un trato tan duro? Y si de veras estuviera yo equivocado, tendrían que demostrarlo. ¿Tan grandes se creen? Pues demuestren mi culpa. La verdad es que Dios me ha derribado y me ha atrapado en su red.

»Grito pidiendo ayuda y nadie me escucha. Doy voces, pero no se me hace justicia. Dios me ha cerrado el paso y ha convertido en tinieblas mi luz. Me ha despojado de mi gloria y ha quitado la corona de mi cabeza. 10 Me ha quebrantado por todas partes y estoy acabado. Me ha destruido toda esperanza, 11 Su furia me quema; me tiene por enemigo. 12 Envía sus ejércitos a sitiar mi tienda.

13 »Ha alejado a mis hermanos y amigos. 14 Mis parientes me han fallado; todos mis amigos me han abandonado. 15 Quienes viven en mi casa, aun mis siervos, me miran como a un extraño. Soy para ellos como un forastero. 16 Llamo a mi siervo, y no acude; ¡hasta le suplico! 17 Mi propia esposa y mis hermanos sienten asco de mí. 18 Hasta los niñitos me desprecian: cuando me levanto para hablar, se burlan de mí. 19 Mis mejores amigos me aborrecen. Los que yo amaba se han vuelto contra mí, 20 Soy huesos y pellejo, y tan sólo por un pelo he escapado a la muerte.

21 »¡Ay, amigos míos, compadézcanme porque la airada mano de Dios me ha tocado! 22 ¿Por qué han de perseguirme como me persigue Dios? ¿Por qué no les basta mi angustia?

23-24 »¡Ay, que con pluma de hierro se pudiera dejar grabado mi alegato en una roca para siempre! 25 Yo sé que mi redentor vive, que al fin estará de pie sobre la tierra. 26 ¡Y sé que después que este cuerpo se haya descompuesto, con este cuerpo veré a Dios! 27 Entonces él estará de parte mía y lo veré, no como un extraño sino como un amigo. ¡Qué gloriosa esperanza!

28 »¿Cómo se atreven ustedes a seguir acosándome, como si mi culpabilidad estuviera probada? 29 Les advierto que ustedes mismos se arriesgan a ser castigados por actuar así».

Segundo discurso de Zofar

20 Respuesta de Zofar de Namat:

«Me apresuro a responder, pues tengo la contestación para ti: Has tratado de hacerme avergonzar de mí mismo por llamarte pecador, pero mi espíritu no me permite detenerme.

»Bien sabes tú que desde antaño, desde que Dios puso al hombre en la tierra, el triunfo del malvado ha sido breve, y efímero el gozo del impío. Aunque el impío sea altivo como los cielos y ande con la nariz levantada, perecerá para siempre, arrojado como su propio excremento. Quienes lo conocieron se preguntarán adónde habrá ido a parar. Se esfumará como un sueño. Ni sus amigos ni su familia lo volverán a ver jamás. 10 Sus hijos tendrán que resarcir a los pobres; con duro trabajo pagarán ellos lo que él robó. 11 En plena juventud, sus huesos irán al polvo.

12 »Disfrutó la delicia de su maldad derritiéndola en su boca, 13 sorbiéndola lentamente para que no se consumiera. 14 Pero repentinamente los manjares que ha comido se le agrian en su interior. 15 Vomitará los despojos que tragó, Dios no le permitirá que los retenga. 16 Para él son veneno y muerte. 17 No disfrutará de los arroyos de aceite y los torrentes de miel y requesón que robó. 18 Sus esfuerzos no tendrán recompensa; la riqueza no le dará dicha. 19 Por cuanto ha oprimido a los pobres y se robó la casa que no construyó, jamás se repondrá.

20 »Aunque siempre fue codicioso, ahora no tiene nada; de todo cuanto soñó, nada le queda. 21 Por cuanto nada escapó de su voracidad, su bienestar no será duradero.

22 »Cuando esté en la cumbre de su poderío, se meterá en dificultades; todos los malvados lo destruirán. 23 Cuando esté a punto de llenarse el estómago, Dios derramará su ira sobre él, 24 será perseguido y derribado. 25 Le sacarán del cuerpo la flecha, cuya punta reluciente goteará bilis. Terrores de muerte lo asaltarán. 26 Sus tesoros se perderán en la más profunda oscuridad. Un fuego rugiente tragará sus bienes, consumiendo cuanto ha dejado. 27 Los cielos revelarán sus pecados y la tierra dará testimonio en su contra. 28 Su riqueza desaparecerá bajo la ira de Dios. 29 Este es el fin que Dios reserva al malvado, tal es la herencia que le asignó».

Séptimo discurso de Job

21 Respuesta de Job:

2-3 «Escúchenme; déjenme hablar, y luego sigan con sus burlas.

»De Dios me quejo, y no del hombre. Con razón tengo el espíritu tan atribulado: Mírenme horrorizados y tápense la boca con la mano. Hasta yo me asusto al verme, el horror se apodera de mí, y me estremezco. La verdad es que los malos llegan a una agradable ancianidad, se engrandecen y se hacen poderosos. Alcanzan a ver a sus hijos convertidos en hombres en torno suyo, así como a sus nietos. Sus casas están a salvo de todo temor, y Dios no los castiga. 10 Su ganado se reproduce, 11 tienen muchos hijos felices 12-13 y pasan el tiempo entre cantos y danzas. Nadan en riquezas y de nada tienen que privarse; son afortunados hasta el final. 14 Todo esto no obstante que han expulsado a Dios de su vida, y no quieren nada con él ni con lo que manda. 15 “¿Quién es el Dios Todopoderoso?”, dicen burlándose. “¿Por qué tenemos que obedecerlo? ¿Qué ganaremos con eso?”. 16 Miren, ¡cuanto el rico toca se convierte en oro! Pero yo me niego a tratar siquiera con gente así.

17 »Sin embargo, los ricos se quedan tan campantes como siempre. Jamás tienen tribulaciones, y Dios se olvida de ellos al distribuir sus dolores y su ira. 18 ¿Son arrastrados como paja por el viento? ¿Los arrasa la tormenta? ¡Jamás! 19 “Bueno”, dirán ustedes, “por lo menos a sus hijos los castiga Dios”. ¡Pero yo digo que Dios debe castigar al que peca y no a los hijos de este! Que sienta el castigo en su propia carne. 20 Sí, que sea destruido por su maldad. Que beba bastante de la ira del Todopoderoso, 21 porque cuando esté muerto, ¿qué más le da lo que le pase a su familia?

22 »Pero, ¿quién podrá reprender a Dios, el supremo juez? 23-24 Él destruye a los sanos, ricos, y prósperos. 25 Dios destruye también a los que padecen espantosa miseria y jamás poseyeron bien alguno. 26 Unos y otros son sepultados en el mismo polvo; devorados por los mismos gusanos.

27 »Sé muy bien lo que están pensando, y los planes que tienen de hacerme daño. 28 También sé que se preguntan: “¿Dónde está la mansión del potentado? ¿Dónde están las moradas de los inicuos?”. 29 Pero yo respondo: pregúntenle a cualquiera que tenga experiencia y él les dirá la verdad: 30-32 que al malvado suele eximírsele en el día de la calamidad, y permitírsele que huya. Nadie lo reprende en público. Nadie le da su merecido. Y una guardia de honor le rinde homenaje en su tumba. 33 Un gran cortejo fúnebre lo precede y lo sigue cuando lo conducen a la mullida tierra que lo ha de cubrir.

34 »¿Cómo pueden ustedes consolarme con palabras tan faltas de fundamento?».

Tercer discurso de Elifaz

22 Otra respuesta de Elifaz de Temán:

«¿Para Dios, tiene algún valor el mísero hombre? Aun el más sabio, sólo para sí mismo vale algo. ¿Complace al Todopoderoso que tú seas justo? ¿Ganaría él algo con que fueras perfecto? ¿Será porque eres bueno que te castiga? De ningún modo. ¡Es por tu maldad! Tus pecados son innumerables.

»Por ejemplo, seguramente te habrás negado a prestarle dinero a tus amigos menesterosos a menos que te dejaran su ropa en prenda. ¡Los habrás dejado desnudos! Seguramente le habrás negado agua al sediento y pan al hambriento. Pero a los hombres importantes sin duda les habrás dado cuanto querían, y habrás permitido al rico vivir en donde se le antojara. ¡Habrás echado a las viudas sin ayudarles, y quebrado los brazos de los huérfanos! 10-11 Por eso es que ahora estás rodeado de trampas, de repentinos temores, de tinieblas y oleadas de terror.

12 »¡Qué grande es Dios, más alto que los cielos y más elevado que las estrellas! 13 Pero entonces respondes: ¡Por eso no puede ver lo que hago! ¿Cómo podrá juzgar a través de la oscuridad impenetrable? 14 Porque espesas nubes giran en torno suyo y no puede vernos. Está allá lejos, recorriendo el cielo de uno a otro extremo.

15-16 »¿No te das cuenta de que los que marchan por antiguos caminos de pecado son arrebatados en su juventud; y la base de su vida es arrasada para siempre? 17 Pues ellos le dijeron a Dios: “¡Vete Dios! ¿Qué puedes hacer tú por nosotros?”. 18 Pero han olvidado que fue él quien llenó sus hogares de bienes. Yo no me dejaré llevar por sus malos consejos.

19 »Y ahora los justos verán la destrucción de los impíos; la risa de los inocentes matará de vergüenza a los malvados. 20 “¡Miren!”, dirán. “¡Nuestros enemigos han sido destruidos en el fuego!”.

21 »¡Deja de disputar con Dios! Ponte de acuerdo con él y al fin tendrás paz. Su favor te rodeará sólo con reconocer tu error. 22 Escucha sus instrucciones y guárdalas en tu corazón. 23 Si regresas a Dios y arreglas todo lo malo que hay en tu hogar, serás restaurado. 24 Si renuncias a tu codicia y arrojas tu oro, 25 el Todopoderoso mismo será tu tesoro; él será para ti como preciosa plata. 26 Entonces te deleitarás en el Todopoderoso, y esperarás en Dios. 27 Orarás, y él te escuchará, y tú cumplirás cuanto le hayas prometido. 28 ¡Todo lo que desees se cumplirá! Y la luz del cielo iluminará tu camino delante de ti. 29 Si te atacan y te derriban, sabrás que hay uno que te volverá a levantar. Sí, él salvará al humilde; 30 y aun a los pecadores ayudará mediante tus manos puras».

Octavo discurso de Job

23 Respuesta de Job:

«Mi respuesta es aún hoy amarga, pues mi castigo es mucho más grave de lo que mi falta merece. ¡Si supiera yo dónde hallar a Dios, para acudir a su trono y hablar con él allí! 4-5 Le expondría mi causa, y escucharía su respuesta y comprendería lo que desea. ¿Querría él simplemente anonadarme con su grandeza? No, él escucharía compasivamente. Los hombres justos y honrados podrían discutir con él, y ser absueltos por mi juez.

»Pero en vano trato de hallarlo. Lo busco por aquí, lo busco por allá, y no puedo hallarlo. Lo busco en donde realiza sus obras en el norte, y no lo encuentro allí. Tampoco puedo hallarlo en el sur, donde también se esconde. 10 Pero él conoce cada detalle de lo que a mí me ocurre; y cuando me haya examinado, me declarará completamente inocente: tan puro como oro macizo. 11 En los senderos de Dios me he mantenido, siguiendo tras sus pasos. No me he apartado. 12 No he rechazado sus mandamientos, sino que en ellos me he deleitado más que en mi alimento de cada día.

13 »Sin embargo, su intención respecto a mí sigue invariable, ¿y quién podrá apartarlo de sus propósitos? Lo que él quiere, eso hace. 14 Así es que me hará cuanto ha planeado, y aún hay más que esperar. 15 Con razón me aterrorizo tanto en su presencia. Al pensar en ella, el terror me atenaza. 16-17 Dios me ha dado un corazón desfalleciente. El Todopoderoso me ha aterrado con las tinieblas y la espesa e impenetrable oscuridad que me rodean.

24 »Si los tiempos no se esconden del Todopoderoso, ¿por qué no los perciben quienes dicen conocerlo? Porque una ola de crimen nos consume: cambian los linderos de las propiedades, roban los rebaños de ovejas, y hasta el burro del pobre y del huérfano roban. Para obtener un préstamo, las viudas pobres tienen que entregar en prenda lo poco que poseen. A puntapiés son echados los pobres; tienen que hacerse a un lado del camino. Como burros monteses en el desierto, los pobres tienen que pasarse todo el tiempo luchando para apenas mantener el alma en el cuerpo. Los mandan al desierto a buscar alimento para sus hijos. Comen cuanto producto silvestre hallan y hasta tienen que buscar en las viñas de los malvados. Los pobres pasan toda la noche desnudos, expuestos al frío, sin ropa ni cobijas. La lluvia de las montañas los moja, y tienen por casa las cuevas. Los malvados arrebatan a los huérfanos del pecho de sus madres, y toman al hijo del pobre como prenda antes de prestarle algún trigo o dinero. 10 Por eso tienen que andar desnudos, sin ropa, y se ven obligados a transportar alimentos mientras se mueren de hambre. 11 Se ven forzados a exprimir el aceite en el molino, sin poder saborearlo; a sacar con sus pies el jugo de las uvas, mientras padecen sed. 12 Los huesos de los moribundos claman desde la ciudad; los heridos gritan pidiendo socorro, pero Dios no responde a sus gemidos.

13 »Los malvados son rebeldes contra la luz, y no conocen el derecho ni el bien. 14-15 Son asesinos que madrugan para matar al pobre y al menesteroso. Por la noche son ladrones y adúlteros, en espera de las sombras, pues entonces, piensan: “Nadie me ve”, van enmascarados para que nadie los conozca. 16 Allanan las casas de noche y duermen de día; no les gusta la luz. 17 Para todos ellos, la mañana es oscuridad; prefieren el horror de las tinieblas».

Interrupción de Zofar

18 «¡Pero cuán velozmente desaparecen de la tierra! Todo lo que poseen está maldito. No dejan bienes en herencia a sus hijos. 19 La muerte consume a los pecadores como la sequía y el calor consumen la nieve. 20 Hasta la madre del pecador lo olvidará. Los gusanos harán banquete con la carne del malvado. Nadie volverá a recordarlo. Porque los malos son quebrantados como el árbol en la tormenta, 21 porque despojaron a los que no tienen hijos que los defiendan; negaron ayuda a las viudas menesterosas. 22-23 Pero a veces parece que con su poder Dios ayuda a los ricos y les da vida cuando todos los demás perecen. Dios les da confianza y vigor, y en muchas formas los auxilia. 24 Pero aunque hoy estén muy engrandecidos, en un instante desaparecerán como los demás, segados como espigas de trigo. 25 ¿Puede alguien decir que no es así? ¿Quién puede demostrar que miento y afirmar que estoy equivocado?».

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