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La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
Version
Amós 1-5

Título y prólogo

Palabras que Amós, uno de los pastores de Tecoa, recibió sobre Israel en visión profética en tiempos de Ozías, rey de Judá, y de Jeroboán, hijo de Joás, rey de Israel, dos años antes del terremoto. Decía:

Ruge el Señor desde Sión,
desde Jerusalén levanta su voz;
las praderas de los pastores se agostan,
está reseca la cumbre del Carmelo.

I.— LIBRO DE LOS ORÁCULOS (1,3—6,14)

Oráculos contra las naciones (1,3—2,16)

Contra Damasco

Esto es lo que dice el Señor:
Son tantos los delitos de Damasco
que no los dejaré sin castigo.
Por haber triturado a Galaad
empleando trillos de hierro,
mandaré fuego a la casa de Jazael
y devorará los palacios de Benadad;
haré saltar el cerrojo de Damasco,
aniquilaré al que habita en Bicat Avén
y al que empuña el cetro en Bet Edén.
El pueblo de Siria irá cautivo a Quir
—dice el Señor—.

Contra Gaza y los filisteos

Esto es lo que dice el Señor:
Son tantos los delitos de Gaza,
que no los dejaré sin castigo.
Por haber deportado
a poblaciones enteras
entregándoselas a Edom,
mandaré contra las murallas de Gaza
un fuego que devorará sus palacios;
aniquilaré al que habita en Asdod
y al que empuña el cetro en Ascalón.
Lanzaré mi mano contra Ecrón
y no quedará ni un filisteo,
—dice el Señor Dios—.

Contra Tiro y los fenicios

Esto es lo que dice el Señor:
Son tantos los delitos de Tiro
que no los dejaré sin castigo.
Por haber deportado
a poblaciones enteras
para entregárselas a Edom
sin acordarse del pacto fraterno,
10 mandaré contra las murallas de Tiro
un fuego que devorará sus palacios,
—dice el Señor—.

Contra Edom

11 Esto es lo que dice el Señor:
Son tantos los delitos de Edom
que no los dejaré sin castigo.
Por perseguir a su hermano
a punta de espada
y no haber tenido compasión,
manteniendo un odio
implacable y perpetuo,
12 mandaré contra Temán un fuego
que devorará los palacios de Bosrá.

Contra Amón

13 Esto es lo que dice el Señor:
Son tantos los delitos de Amón
que no los dejaré sin castigo.
Por haber abierto en canal
a las embarazadas de Galaad
para ensanchar su territorio,
14 mandaré contra las murallas de Rabá
un fuego que devore sus palacios
entre el griterío de un día de guerra
y el huracán de un día de tormenta.
15 Y su rey será deportado
junto con todos sus príncipes,
—dice el Señor—.

Contra Moab

Esto es lo que dice el Señor:
Son tantos los delitos de Moab
que no los dejaré sin castigo.
Por haber quemado y calcinado
los huesos del rey de Edom,
mandaré contra Moab un fuego
que devorará los palacios de Queriyot.
Y perecerá Moab entre estruendos,
gritos de guerra y toques de trompeta.
Extirparé de en medio al que gobierna
y aniquilaré a todos sus magistrados,
—dice el Señor—.

Contra Judá

Esto es lo que dice el Señor:
Son tantos los delitos de Judá
que no los dejaré sin castigo.
Por haber rechazado la ley del Señor
y no haber cumplido sus mandamientos,
por haberse dejado extraviar por ídolos
a quienes ya sus antepasados adoraron,
enviaré contra Judá un fuego
que devorará los palacios de Jerusalén.

Contra Israel

Esto es lo que dice el Señor:
Son tantos los delitos de Israel
que no los dejaré sin castigo.
Venden al inocente por dinero,
al pobre por un par de sandalias;
aplastan contra el polvo al desvalido
y no imparten justicia al indefenso;
padre e hijo acuden a la misma joven,
profanando así mi santo nombre.
Se tienden junto a cualquier altar
sobre ropas tomadas en prenda,
y beben en el templo de su dios
vino comprado con multas injustas.
Yo exterminé ante ellos al amorreo,
alto como los cedros y fuerte como las encinas;
extirpé sus raíces y malogré sus frutos.
10 A ustedes, en cambio, los saqué de Egipto
y los conduje cuarenta años por el desierto
hasta conquistar el país de los amorreos.
11 Suscité profetas entre sus hijos
y nazareos entre sus jóvenes.
¿No es así, israelitas? —oráculo del Señor—.
12 Pero ustedes obligaron a beber vino a los nazareos
y no dejaron profetizar a los profetas.
13 Pues bien, yo haré que el suelo se les hunda
como se hunde bajo un carro cargado de mies.
14 Ni el más ligero podrá huir,
ni al más fuerte le valdrán sus fuerzas,
ni el más valiente salvará su vida;
15 el arquero no conseguirá resistir,
el ágil de piernas no escapará;
el que monta a caballo no se salvará;
16 y hasta el valiente más intrépido
tendrá que huir desnudo aquel día,
—oráculo del Señor—.

Oráculos contra Israel (3—6)

Elección y castigo

Escuchen, israelitas, esta palabra que el Señor pronuncia contra ustedes, contra toda la familia que hice salir de Egipto:

Solamente a ustedes elegí
entre todas las familias de la tierra;
por eso les pediré cuentas
de todas sus iniquidades.

Misión del profeta

¿Caminarán dos juntos
si no se han puesto de acuerdo?
¿Rugirá un león en la selva
a no ser que encuentre presa?
¿Gruñirá el cachorro en su guarida
a no ser que haya cazado algo?
¿Caerá un pájaro a tierra
si no se le tiende una trampa?
¿Saltará la red desde el suelo
a no ser que haya atrapado una pieza?
¿Sonará la trompeta en la ciudad
sin que la población se alarme?
¿Sucederá una desgracia en la ciudad
si no es el Señor quien la envía?
Ciertamente nada hace el Señor Dios,
sin revelárselo a sus siervos, los profetas.
Si ruge el león, ¿quién no temblará?
Si el Señor Dios lo manda,
¿quién no hablará en su nombre?

Contra Samaría

Proclámenlo en los palacios de Asur,
pregónenlo en los de Egipto, y digan:
“Reúnanse en los montes de Samaría,
miren cómo rebosa de desórdenes,
cómo abunda la violencia dentro de ella”.
10 No saben obrar con rectitud,
—oráculo del Señor—;
sus palacios están repletos
del fruto de su violencia y su rapiña.
11 Por eso, así dice el Señor Dios:
El enemigo pondrá cerco al país,
te despojará de tu fuerza
y serán saqueados tus palacios.
12 Esto es lo que dice el Señor:
Como rescata el pastor de la boca del león
dos patas o la punta de una oreja,
eso es lo que se rescatará
de los israelitas que moran en Samaría
y se recuestan en divanes
y en lechos confortables.
13 Escuchen, pues, y testifiquen contra Jacob,
—oráculo del Señor, Dios del universo—.
14 Porque el día en que pida cuentas
a Israel de todos sus delitos
destruiré también los altares de Betel,
serán arrancados los salientes del altar
y caerán por tierra.
15 Derribaré la mansión de invierno
y también la de verano;
desaparecerán los palacios de marfil
y se desplomarán muchas mansiones,
—oráculo del Señor—.

Contra las mujeres de Samaría

Escuchen esto, vacas de Basán
que [moran] en la montaña de Samaría,
ustedes que oprimen a los pobres,
maltratan a los necesitados
y dicen a sus maridos:
“Tráigannos algo de beber”.
El Señor Dios lo jura por su santidad:
Vendrán sobre ustedes días
en que las sacarán con garfios
y a sus hijos con arpones de pesca;
una tras otra saldrán por las brechas
y serán arrojadas al Harmón,
—oráculo del Señor—.

Contra el culto formalista

Encamínense a Betel y pequen,
a Guilgal y multipliquen sus pecados;
traigan cada mañana sus sacrificios
y cada tres días sus diezmos.
Quemen panes sin levadura en acción de gracias
y anuncien a bombo y platillo
sus ofrendas voluntarias,
porque eso es, israelitas, lo que les gusta,
—oráculo del Señor Dios—.

Obstinación y castigo

Yo los he hecho pasar hambre
en todas sus ciudades,
he condenado a la carestía
a todas sus poblaciones;
pero siguen sin convertirse a mí,
—oráculo del Señor—.
Soy yo quien les negué la lluvia
faltando tres meses para la siega,
yo el que hice caer la lluvia
en una ciudad sí y en otra no;
y mientras la lluvia empapaba un campo,
otro, al carecer de agua, se secaba.
Iban de ciudad en ciudad buscando agua
sin que lograran apagar la sed;
pero siguen sin convertirse a mí,
—oráculo del Señor—.
Los golpeé con tizón y con añublo,
agosté sus huertos y viñedos;
devoró la langosta higueras y olivares;
pero siguen sin convertirse a mí,
—oráculo del Señor—.
10 Desencadené sobre ustedes una peste
como la que desencadené sobre Egipto;
pasé a filo de espada a sus jóvenes;
me llevé como botín sus caballos
y el hedor de los cadáveres
inundó sus campamentos;
pero siguen sin convertirse a mí,
—oráculo del Señor—.
11 Los destruí como a Sodoma y Gomorra,
y quedaron como tizón arrancado del fuego;
pero siguen sin convertirse a mí,
—oráculo del Señor—.
12 Pues bien, mira cómo te voy a tratar,
Israel; y porque voy a tratarte así,
disponte a encontrarte con tu Dios.
13 Porque él es quien formó los montes
y dio existencia a los vientos;
él es quien revela al ser humano sus proyectos,
quien cambia las tinieblas en aurora
y camina sobre las cumbres de la tierra.
Su nombre es el Señor, Dios del universo.

Lamentación por Israel

Escuchen, israelitas, esta palabra,
esta lamentación que entono por ustedes:
Ha caído Israel, la doncella,
y ya no se levantará más;
yace por tierra y nadie la levanta.
Porque así habla a Israel, el Señor Dios:
De la ciudad que reclute mil soldados,
no quedarán más que cien;
y de la que se recluten cien en Israel,
no quedarán más que diez.
Pues esto dice el Señor a Israel:
Búsquenme si quieren vivir.
No busquen nada en Betel,
no se dirijan a Guilgal,
no se encaminen a Berseba;
Guilgal será deportada sin remedio
y Betel quedará reducida a la nada.
Busquen al Señor y tendrán vida;
no sea que prenda fuego a la casa de José
sin que haya en Betel quien lo apague.
¡Ay de los que cambian
el derecho en amargura
y arrastran por tierra la justicia!
Él es quien ha creado el Orión y las Pléyades,
el que cambia en amanecer la oscuridad
y hace que el día dé paso a la noche;
él es quien convoca las aguas del mar
y las derrama sobre la superficie de la tierra:
su nombre es el Señor.
Él es quien acarrea la ruina a los fuertes
y hace que la fortaleza se desplome.
10 Mas ellos odian a quien pide un juicio justo
y detestan al que testifica con verdad.
11 Y porque pisotean al indigente
exigiéndole el impuesto del grano,
no habitarán esas casas construidas
sirviéndose de piedras talladas,
ni tampoco beberán el vino
de los selectos viñedos que plantaron.
12 Conozco sus muchas rebeldías
y sus innumerables pecados:
aplastan al inocente, aceptan sobornos,
atropellan al desvalido en el tribunal.
13 Por eso, guarde silencio el prudente,
porque estamos en tiempo de desgracia.
14 Busquen el bien y no el mal;
así vivirán y el Señor, Dios del universo,
estará con ustedes, según dicen.
15 Detesten el mal y amen el bien;
implanten el derecho en el tribunal
y quizá el Señor, Dios del universo,
tenga compasión del resto de José.
16 Así habla el Señor, Dios del universo:
En todas las plazas habrá lamentos,
en todas las calles, gritos de dolor;
será convocado a duelo el campesino,
y las plañideras para que se lamenten.
17 En todas las viñas habrá llanto
cuando yo pase entre ustedes,
—dice el Señor—.

El día del Señor

18 ¡Ay de los que añoran el día del Señor!
¿De qué les servirá el día del Señor
si será para ustedes tinieblas y no luz?
19 Les pasará como a quien huye de un león
y se topa de pronto con un oso;
o como al que entra en su casa,
apoya la mano en la pared
y lo muerde una serpiente.
20 Será tinieblas y no luz el día del Señor,
densa oscuridad sin claridad alguna.

Contra el culto vacío

21 Detesto y aborrezco las fiestas de ustedes,
me disgustan sus asambleas.
22 Me presentan sus holocaustos,
sus ofrendas que no acepto;
me sacrifican novillos cebados,
pero yo los aparto de mi vista.
23 Alejen de mí el ruido de los cánticos;
me molesta la melodía de sus arpas.
24 Que fluya el derecho como agua
y la justicia como un río inagotable.
25 ¿Me presentaron acaso, israelitas,
ofrendas y sacrificios en el desierto,
los cuarenta años que estuvieron en él?
26 Cargarán con Sacut y Keván,
las imágenes de esos dioses astrales
que ustedes se han fabricado,
27 cuando yo los deporte
más allá de Damasco,
—dice el Señor, cuyo nombre
es Dios del universo—.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)

La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España