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La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
Version
Oseas 1-7

Título

Palabra que el Señor dirigió a Oseas, hijo de Beerí, en tiempos de Ozías, Jotán, Ajaz y Ezequías, reyes de Judá, y en tiempo de Jeroboán, hijo de Joás, rey de Israel.

La familia del profeta, símbolo de las relaciones entre Dios y el pueblo (1,2—3,5)

La experiencia del profeta

Comienzo de la palabra del Señor por medio de Oseas. El Señor dijo a Oseas:

— Anda, cásate con una prostituta y engendra hijos de prostitución, porque el país se ha prostituido, apartándose del Señor.

Él fue y se casó con Gómer, hija de Dibláin, la cual concibió y le dio a luz un hijo. Entonces el Señor le dijo:

— Ponle de nombre Jezrael porque dentro de poco pediré cuentas a la familia de Jehú por los crímenes de Jezrael y pondré fin al Reino de Israel. En ese día romperé el arco de Israel en el valle de Jezrael.

Concibió de nuevo Gómer y dio a luz una hija. El Señor dijo a Oseas:

— Ponle de nombre Lo-Rujama —es decir, No-Amada—, porque no amaré a Israel en adelante, ni lo soportaré más. Sin embargo a la casa de Judá la amaré y los salvaré por el honor del Señor su Dios. No los salvaré por medio de arco, espada o guerra, ni por medio de caballos o jinetes.

Apenas había destetado a Lo-Rujama cuando concibió y dio a luz otro hijo. El Señor dijo:

— Ponle por nombre Lo-Ammí —No-Mi pueblo— porque ustedes no son mi pueblo, ni yo existo para ustedes.

Promesa de felicidad

Los israelitas serán tantos como la arena del mar que no se cuenta ni se mide. Y en aquel lugar no se los llamará más No-Mi-Pueblo, sino Hijos del Dios vivo. Los hijos de Judá y los hijos de Israel se reunirán, tendrán un solo jefe y desbordarán de la tierra porque será grande el día de Jezrael. Llamen a sus hermanos: “Ammí” —pueblo mío—, y a sus hermanas: “Rujama” —amada mía—.

El pueblo rompe la alianza

Acusen, juzguen a su madre,
porque ella no es mi mujer
y yo no soy su marido;
que aparte de su persona
los signos de su prostitución
y, de entre sus senos,
las marcas de su adulterio.
Si no lo hace así,
la despojaré y la dejaré desnuda,
como en el día de su nacimiento;
la dejaré como un desierto,
la convertiré en tierra reseca
y la haré morir de sed.
Y no amaré a sus hijos,
porque son hijos de prostitución.
Se ha prostituido su madre,
está cubierta de vergüenza
la que los concibió. Decía:
“Me iré detrás de mis amantes,
los que me dan pan y agua,
lana y lino, aceite y bebidas”.
Pues bien, voy a cerrar
con espinos su camino
y a ponerle una valla
para que no encuentre el sendero.
Perseguirá a sus amantes,
pero no los encontrará;
los buscará y no los hallará.
Entonces dirá:
“Volveré a mi primer marido,
pues me iba mejor antes que ahora”.
10 Ella no comprendía que era yo
quien le daba el trigo,
el vino nuevo y el aceite;
y quien le facilitaba la plata y el oro
que utilizaba para hacer baales.
11 Por eso, volveré a recoger
mi trigo a su tiempo,
mi vino nuevo en su sazón,
y le quitaré mi lana y mi lino
que le di para cubrir su desnudez.
12 Entonces descubriré su infamia
delante de sus amantes
y nadie la librará de mi mano.
13 Haré cesar toda su alegría,
sus fiestas, novilunios y sábados,
y todas sus solemnidades.
14 Devastaré su viña y su higuera
de las que decía: “Son la paga
que me dieron mis amantes”.
Las convertiré en matorral
y las devorarán las bestias del campo.
15 Le pediré cuentas por los días
dedicados a los baales,
a los que quemaba incienso.
Luego se adornaba de sortijas y collares,
corría detrás de sus amantes
y se olvidaba de mí —oráculo del Señor—.

Inicio de un cambio: hacia la restauración de la unión

16 Pero he aquí que voy a seducirla:
la llevaré al desierto
y le hablaré al corazón.
17 Le devolveré sus viñas
y haré del valle de Acor
una puerta de esperanza;
y ella me responderá allí
como en los días de su juventud,
como el día en que salió de Egipto.
18 Y ese día —oráculo del Señor—
me llamarás “marido mío”
y nunca más “baal mío”.
19 Quitaré de su boca
los nombres de los baales
y no los recordará más.
20 En aquel día estableceré
a favor de ellos un pacto
con las bestias del campo,
con las aves que surcan el cielo
y los reptiles que se arrastran por la tierra;
en el país quebraré el arco,
la espada y la guerra
para que puedan descansar seguros.
21 Te desposaré para siempre;
te desposaré en justicia y en derecho,
con amor y con ternura.
22 Te desposaré en fidelidad
y me reconocerás como Señor.
23 Aquel día —oráculo del Señor—
me dirigiré a los cielos
que darán su respuesta a la tierra;
24 y la tierra dará el trigo,
el vino nuevo y el aceite
que serán para Jezrael.
25 Estableceré a mi pueblo en la tierra.
Amaré a Lo-Rujama —la-no-amada—,
y a Lo-Ammí —no-mi-pueblo—
le diré: “Tú eres mi pueblo”
y él responderá: “Y tú mi Dios”.

Nuevo comienzo

El Señor me dijo:

— Vete de nuevo y ama a una mujer amada por otro y adúltera, porque así también el Señor ama a los israelitas, aunque ellos se vuelven a otros dioses y saborean los pasteles de pasas.

La compré, en efecto, por quince siclos de plata y una medida y media de cebada. Y le dije:

— Durante mucho tiempo permanecerás conmigo sin prostituirte ni entregarte a otro hombre, y yo me portaré de la misma manera contigo. Porque durante mucho tiempo los israelitas estarán sin rey ni príncipe, sin sacrificios ni estelas, sin efod ni terafim. Luego, buscarán de nuevo al Señor Dios y a David, su rey, y acudirán respetuosos al Señor y a sus bienes por siempre.

Oráculos contra Israel (4,1—9,9)

Dios acusa a Israel y a sus sacerdotes

Escuchen, israelitas,
la palabra del Señor,
porque el Señor está en pleito
con los habitantes del país,
pues no hay fidelidad ni amor
ni conocimiento de Dios en el país.
Proliferan perjurios y mentiras,
asesinatos y robos,
adulterios y violencias;
los crímenes se multiplican.
Por eso el país está de luto
y todos sus habitantes languidecen;
desaparecen las aves del cielo,
las bestias del campo
e incluso los peces del mar.
Pero que no se acuse
ni se censure a nadie,
pues contra ti, sacerdote,
va dirigida mi querella.
Tú tropezarás en pleno día,
y también el profeta
tropezará contigo de noche;
perecerás junto con tu estirpe.
Mi pueblo perece
por falta de conocimiento;
y como tú rechazaste el conocimiento,
yo te rechazaré a ti de mi sacerdocio;
por haber olvidado la ley de tu Dios,
también yo me olvidaré de tus hijos.
Cuantos más eran [los sacerdotes]
más pecaban contra mí;
por eso cambiaré su gloria en infamia.
Se alimentan del pecado de mi pueblo,
están ávidos de sus delitos.
Pero pueblo y sacerdotes
correrán la misma suerte:
les pediré cuentas de su conducta
y les haré pagar sus acciones.
10 Comerán sin saciarse,
se prostituirán sin procrear,
porque han dejado de respetar al Señor.
11 La prostitución, el mosto y el vino
le han hecho perder el seso:
12 mi pueblo consulta a un madero
y se deja instruir por un leño;
un espíritu de prostitución los extravía
y se prostituyen apartándose de su Dios.
13 En la cima de las montañas
ofrecen sacrificios,
en las colinas queman incienso;
bajo la encina, el álamo y el terebinto,
—¡es tan agradable su sombra!—
se prostituyen las hijas de ustedes
y sus nueras cometen adulterio.
14 Pero no castigaré a sus hijas
a causa de sus prostituciones,
ni a sus nueras por sus adulterios;
son ellos los que se van con rameras
y ofrecen sacrificios con prostitutas sagradas;
y así es como va a la ruina
un pueblo que no entiende.
15 Si tú, Israel, te prostituyes,
que Judá no se haga culpable.
No vayan a Guilgal,
no suban a Bet-Avén
y no juren diciendo: “Vive el Señor”.
16 Israel se ha vuelto obstinado
como una vaca embravecida:
¿va el Señor a pastorearlos ahora
como a corderos en la pradera?
17 Efraín se alía con los ídolos. ¡Déjalo!
18 Borrachos se entregan a la prostitución
y sus jefes se apasionan por la ignominia.
19 Un huracán los arrebatará con sus alas
y se avergonzarán de sus sacrificios.

Contra los sacerdotes y la casa real

Escuchen esto, sacerdotes;
atención, casa de Israel;
presta oído, casa real.
Contra ustedes es el juicio
pues han sido trampa en Mispá
y una red tendida en el Tabor.
En Sitín han cavado una fosa,
pero yo los castigaré a todos.
Conozco a fondo a Efraín
y de Israel nada se me oculta.
Tú, Efraín, te has prostituido
e Israel se ha manchado.
Sus acciones no les permiten
convertirse a su Dios
porque dentro de ellos
hay un espíritu de prostitución
y no conocen al Señor.
La arrogancia de Israel
testifica contra él mismo.
Israel y Efraín tropiezan en sus faltas,
y con ellos tropieza también Judá.
Vienen en busca del Señor
con sus ovejas y sus vacas,
pero no lo encontrarán.
¡Se ha apartado de ellos!
Han traicionado al Señor,
han engendrado bastardos;
cuando llegue la luna nueva,
van a ser devorados
junto con toda su herencia.

Contra la guerra entre Israel y Judá

Toquen el cuerno en Guibeá,
la trompeta en Ramá,
den el grito de guerra en Bet-Avén.
¡Te atacan por la espalda, Benjamín!
En el día del castigo
Efraín se convertirá en ruina;
lo anuncio como algo seguro
a las tribus de Israel.
10 Los jefes de Judá
desplazan los linderos,
pero yo derramaré sobre ellos
como avalancha de agua mi furor.
11 Efraín es un opresor,
conculca el derecho
se empeña en ir tras los ídolos.
12 Seré, pues, tiña para Efraín,
carcoma para la casa de Judá.
13 Ha visto Efraín su enfermedad
y Judá es consciente de su herida.
Por eso Efraín ha acudido a Asiria
y ha enviado mensajeros al gran rey;
pero este no podrá sanarlos
ni curar su herida.
14 Pues yo seré león para Efraín,
un cachorro de león para Judá.
Yo mismo desgarraré la presa,
la llevaré y nadie me la quitará.
15 Me iré, volveré a mi morada,
hasta que ellos me busquen,
reconociendo su culpa.
En su angustia me buscarán.

Conversión aparente

“Vengan, volvamos al Señor,
porque él nos ha desgarrado
y él será quien nos cure;
él nos ha hecho la herida
y él nos la vendará.
Al cabo de dos días
nos devolverá la vida;
al tercero nos levantará
y viviremos en su presencia.
Esforcémonos en conocer al Señor;
segura como la aurora es su venida:
vendrá a nosotros como la lluvia,
como lluvia de primavera
que empapa la tierra”.
¿Qué haré contigo Efraín?
¿Qué haré contigo Judá?
El amor de ustedes es como nube matutina,
como rocío que pronto se disipa.
Por eso los he golpeado
por medio de los profetas,
con mis palabras los he quebrantado
y mi juicio resplandece como luz.
Porque quiero amor y no sacrificio,
conocer a Dios y no holocaustos.

Infidelidades y traiciones

Pero ellos, como Adán,
han quebrantado la alianza
y allí me han sido infieles.
Ciudad de malvados es Galaad,
toda empapada de sangre.
Cual banda de ladrones al acecho,
así los sacerdotes en grupo
asesinan y cometen abusos
en el camino de Siquén.
10 He visto cosas horribles
en la casa de Israel;
allí se prostituye Efraín
e Israel queda manchado.
11 También para ti, Judá,
tengo preparado un castigo
cuando me decida a cambiar
la suerte de mi pueblo.

Cada vez que quiero curar a Israel,
se manifiesta el pecado de Efraín
y las maldades de Samaría.
Y es que practican la mentira;
el ladrón entra en las casas
y, fuera, hacen estragos los bandidos.
No acaban de tener en cuenta
que yo recuerdo todas sus maldades;
ahora sus acciones los envuelven
y están presentes ante mí.

Conspiraciones en palacio

Divierten al rey con su malicia,
a los funcionarios con sus mentiras.
Todos ellos son adúlteros;
son como un horno ardiendo,
aunque no lo atice el panadero,
desde que la masa está preparada
hasta que llega a fermentar.
En la fiesta de nuestro rey
los funcionarios quedan aturdidos
por los vapores del vino,
mientras el rey no tiene reparo
en mezclarse con los agitadores.
Cuando estos se acercan
son como un fuego de horno,
su corazón está lleno de intrigas;
por la noche su cólera duerme,
pero al clarear el alba
se enciende como fuego ardiente.
Todos arden como un horno,
devoran a sus magistrados,
sucumben todos sus reyes
y ninguno de ellos clama hacia mí.

Pactos con extranjeros

Efraín se alía con otros pueblos,
es un bizcocho mal cocido.
Extranjeros devoran su vigor,
pero él ni siquiera se entera;
las canas cubren su cabeza,
pero tampoco se entera.
10 La soberbia de Israel
testifica contra Efraín,
pero no vuelven al Señor, su Dios,
ni lo buscan a pesar de todo esto.
11 Efraín es como una paloma,
ingenua y atolondrada:
llaman a Egipto y acuden a Asiria.
12 Y mientras ellos van allí,
yo los envuelvo en mi red,
los atrapo como pájaros del cielo
y los barreré por su maldad.

Infidelidad y castigo

13 ¡Ay de ellos, pues huyeron de mí!
¡Ruina para ellos porque
se han rebelado contra mí!
¡Cómo los podré liberar
si sólo dicen mentiras contra mí!
14 No es a mí a quien invocan
cuando se lamentan en sus lechos,
cuando se hacen incisiones
y se rebelan contra mí,
en busca del trigo y el mosto.
15 Yo los había adiestrado
y había fortalecido sus brazos,
pero ellos maquinaban contra mí.
16 Se vuelven, pero no hacia lo alto;
son como un arco que falla;
sus autoridades caerán a espada
por la insolencia de su lengua.
¡Serán irrisión en el país de Egipto!

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)

La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España