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Book of Common Prayer

Daily Old and New Testament readings based on the Book of Common Prayer.
Duration: 861 days
Reina Valera Revisada (RVR1977)
Version
Salmos 89

Pacto de Dios con David

Masquil de Etán ezraíta.

89 Las misericordias de Jehová cantaré perpetuamente;
De generación en generación haré notoria con mi boca tu fidelidad,
Diciendo: Para siempre será edificada misericordia;
En los cielos mismos establecerás tu verdad.
Hice un pacto con mi escogido;
Juré a David mi siervo, diciendo:
Para siempre confirmaré tu descendencia,
Y edificaré tu trono por todas las generaciones.
Selah
Celebrarán los cielos tus maravillas, oh Jehová,
Y la asamblea de tus santos ángeles, tu verdad.
Porque ¿quién en los cielos se igualará a Jehová?
¿Quién será semejante a Jehová entre los hijos de los potentados?
Dios es temible en la gran congregación de los santos,
Y formidable sobre todos cuantos están alrededor de él.
Oh Jehová, Dios de los ejércitos,
¿Quién como tú? Poderoso eres, Jehová,
Y tu fidelidad te rodea.
Tú tienes dominio sobre la braveza del mar;
Cuando se levantan sus olas, tú las sosiegas.
10 Tú quebrantaste a Ráhab como a herido de muerte;
Con tu brazo poderoso dispersaste a tus enemigos.
11 Tuyos son los cielos, tuya también la tierra;
El mundo y cuanto lo llena, tú lo fundaste.
12 El norte y el sur, tú los creaste;
El Tabor y el Hermón saltan de júbilo a tu nombre.
13 Tienes un brazo potente;
Fuerte es tu mano, sublime tu diestra.
14 Justicia y juicio son el cimiento de tu trono;
Misericordia y verdad van delante de tu rostro.
15 Bienaventurado el pueblo que sabe aclamarte;
Andará, oh Jehová, a la luz de tu rostro.
16 En tu nombre se alegrará todo el día,
Y en tu justicia será enaltecido.
17 Porque tú eres el esplendor de su potencia,
Y por tu buena voluntad acrecentarás nuestro poder.
18 Porque Jehová es nuestro escudo,
Y nuestro rey es el Santo de Israel.

19 Entonces hablaste en visión a tus santos,
Y dijiste: He puesto el poder de socorrer sobre uno que es poderoso;
He exaltado a un escogido de mi pueblo.
20 Hallé a David mi siervo;
Lo ungí con mi óleo santo.
21 Mi mano le sostendrá siempre,
Y mi brazo lo fortalecerá.
22 No lo sorprenderá el enemigo,
Ni el malvado lo humillará;
23 Sino que quebrantaré delante de él a sus enemigos,
Y heriré a los que le aborrecen.
24 Mi verdad y mi misericordia estarán con él,
Y en mi nombre será exaltado su poder.
25 Asimismo pondré su izquierda sobre el mar,
Y sobre el gran río su diestra.
26 Él me invocará: Mi padre eres tú,
Mi Dios, y la roca de mi salvación.
27 Yo también le nombraré mi primogénito,
El más excelso de los reyes de la tierra.
28 Para siempre le conservaré mi misericordia,
Y mi pacto con él será estable.
29 Estableceré su descendencia para siempre,
Y su trono como los días de los cielos.
30 Si dejan sus hijos mi ley,
Y no andan en mis juicios,
31 Si profanan mis estatutos,
Y no guardan mis mandamientos,
32 Entonces castigaré con vara sus transgresiones,
Y con azotes sus iniquidades.
33 Mas no retiraré de él mi misericordia,
Ni desmentiré mi verdad.
34 No olvidaré mi pacto,
Ni mudaré lo que ha salido de mis labios.
35 Una vez por todas he jurado por mi santidad,
Y no mentiré a David.
36 Su descendencia durará por siempre,
Y su trono como el sol delante de mí.
37 Como la luna permanecerá para siempre,
Y como un testigo fiel en el cielo.
Selah
38 Mas tú desechaste y menospreciaste a tu ungido,
Y te has airado con él.
39 Rompiste el pacto de tu siervo;
Has profanado su corona hasta la tierra.
40 Abriste brecha en todos sus vallados;
Has destruido sus fortalezas.
41 Lo saquean todos los que pasan por el camino;
Es la burla de sus vecinos.
42 Has exaltado la diestra de sus enemigos;
Has alegrado a todos sus adversarios.
43 Embotaste, en cambio, el filo de su espada,
Y no lo sostuviste en la batalla.
44 Hiciste cesar su gloria,
Y echaste su trono por tierra.
45 Has acortado los días de su juventud;
Le has cubierto de afrenta.
Selah
46 ¿Hasta cuándo, oh Jehová?
¿Te esconderás para siempre?
¿Arderá tu ira como el fuego?
47 Recuerda cuán breve es mi tiempo;
¿Habrás creado en vano a todo hijo de hombre?
48 ¿Qué hombre vivirá sin ver la muerte?
¿Librará su vida del poder del Seol?
Selah

49 Señor, ¿dónde están tus antiguas misericordias,
Que juraste a David por tu verdad?
50 Señor, acuérdate del oprobio de tus siervos;
Oprobio de muchos pueblos, que llevo en mi seno.
51 Porque tus enemigos, oh Jehová, han deshonrado,
Porque tus enemigos han deshonrado los pasos de tu ungido.
52 Bendito sea Jehová para siempre.
Amén y Amén.

Jueces 12:1-7

12 Entonces se reunieron los varones de Efraín, y pasaron hacia el norte, y dijeron a Jefté: ¿Por qué fuiste a hacer guerra contra los hijos de Amón, y no nos llamaste para que fuéramos contigo? Nosotros quemaremos tu casa contigo dentro.

Y Jefté les respondió: Yo y mi pueblo teníamos una gran contienda con los hijos de Amón, y os llamé, y no me defendisteis de su mano.

Viendo, pues, que no me defendíais, arriesgué mi vida, y pasé contra los hijos de Amón, y Jehová me los entregó; ¿por qué, pues, habéis subido hoy contra mí para pelear conmigo?

Entonces reunió Jefté a todos los varones de Galaad, y peleó contra Efraín; y los de Galaad derrotaron a Efraín, porque éstos habían dicho: Vosotros sois fugitivos de Efraín, vosotros los galaaditas, en medio de Efraín y de Manasés.

Y los galaaditas tomaron los vados del Jordán a los de Efraín; y aconteció que cuando decían los fugitivos de Efraín: Quiero pasar, los de Galaad les preguntaban: ¿Eres tú efrateo? Si él respondía: No,

entonces le decían: Ahora, pues, di Shibolet. Y él decía Sibolet; porque no podía pronunciarlo correctamente. Entonces le echaban mano, y le degollaban junto a los vados del Jordán. Y murieron entonces de los de Efraín cuarenta y dos mil.

Y Jefté juzgó a Israel seis años; y murió Jefté galaadita, y fue sepultado en una de las ciudades de Galaad.

Hechos 5:12-26

Muchas señales y maravillas

12 Y por manos de los apóstoles se hacían muchas señales y prodigios en el pueblo; y estaban todos unánimes en el pórtico de Salomón.

13 De los demás, ninguno se atrevía a juntarse con ellos; pero el pueblo los alababa grandemente.

14 Y cada vez se adherían al Señor más creyentes, gran número así de hombres como de mujeres;

15 tanto que sacaban los enfermos a las calles, y los ponían en lechos y camillas, para que al pasar Pedro, a lo menos su sombra cubriese a alguno de ellos.

16 Y aun de las ciudades circunvecinas de Jerusalén venían muchos, trayendo enfermos y atormentados de espíritus inmundos; y todos eran sanados.

Arresto y liberación de Pedro y Juan

17 Entonces, levantándose el sumo sacerdote y todos los que estaban con él, esto es, la secta de los saduceos, se llenaron de celos;

18 y echaron mano a los apóstoles y los pusieron en la cárcel pública.

19 Mas un ángel del Señor, abrió de noche las puertas de la cárcel y, sacándolos, dijo:

20 Id, y puestos en pie en el templo, hablad al pueblo todas las palabras de esta vida.

21 Habiendo oído esto, entraron al amanecer en el templo, y enseñaban. Entretanto, se presentaron el sumo sacerdote y los que estaban con él, y convocaron al sanedrín y a todos los ancianos de los hijos de Israel, y enviaron a la cárcel para que fuesen traídos.

22 Pero cuando llegaron los alguaciles, no los hallaron en la cárcel; entonces volvieron e informaron,

23 diciendo: Por cierto, hemos hallado la cárcel cerrada con toda seguridad, y los guardias afuera de pie ante las puertas; mas cuando abrimos, a nadie hallamos dentro.

24 Cuando oyeron estas palabras el sumo sacerdote y el jefe de la guardia del templo y los principales sacerdotes, se preguntaban perplejos en qué vendría a parar aquello.

25 Pero se presentó uno, que les dio esta noticia: He aquí, los varones que pusiste en la cárcel están en pie en el templo, y enseñan al pueblo.

26 Entonces fue el jefe de la guardia con los alguaciles, y los trajo sin violencia, porque temían ser apedreados por el pueblo.

Juan 3:1-21

El nuevo nacimiento

Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un hombre importante entre los judíos.

Éste vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él.

Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no nace de nuevo, no puede ver el reino de Dios.

Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?

Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no nace de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.

Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.

No te asombres de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.

El viento sopla donde quiere, y oyes su sonido; pero no sabes de dónde viene, ni adónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.

Respondió Nicodemo y le dijo: ¿Cómo puede ser eso?

10 Respondió Jesús y le dijo: Tú eres el maestro de Israel, ¿y no conoces estas cosas?

11 De cierto, de cierto te digo, que hablamos lo que sabemos, y testificamos de lo que hemos visto; y no recibís nuestro testimonio.

12 Si os he dicho cosas de la tierra, y no creéis, ¿cómo creeréis si os digo las del cielo?

13 Y nadie ha subido al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo.

14 Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así también tiene que ser levantado el Hijo del Hombre,

15 para que todo aquel que cree en él, no perezca, sino que tenga vida eterna.

De tal manera amó Dios al mundo

16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en él, no perezca, sino que tenga vida eterna.

17 Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por medio de él.

18 El que cree en él, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.

19 Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.

20 Porque todo aquel que obra el mal, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean redargüidas.

21 Pero el que practica la verdad viene a la luz, para que sean manifiestas sus obras, que han sido hechas según Dios.

Reina Valera Revisada (RVR1977)

Texto bíblico tomado de La Santa Biblia, Reina Valera Revisada® RVR® Copyright © 2017 por HarperCollins Christian Publishing® Usado con permiso. Reservados todos los derechos en todo el mundo.