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Book of Common Prayer

Daily Old and New Testament readings based on the Book of Common Prayer.
Duration: 861 days
La Biblia de las Américas (LBLA)
Version
Salmos 87

Privilegios del ciudadano de Sión

Salmo de los hijos de Coré. Cántico.

87 En los montes santos están sus cimientos(A).
El Señor ama las puertas de Sión(B)
más que todas las otras moradas de Jacob.
Cosas gloriosas se dicen de ti(C),
oh ciudad de Dios(D): (Selah[a])
Mencionaré a Rahab[b](E) y a Babilonia entre[c] los que me conocen;
he aquí, Filistea y Tiro(F) con Etiopía[d](G); de sus moradores se dirá:
«Este nació allí».
Pero de Sión se dirá: Este y aquel nacieron en ella;
y el Altísimo mismo la establecerá(H).
El Señor contará al inscribir los pueblos(I):
Este nació allí. (Selah)
Entonces tanto los cantores(J) como los flautistas[e](K), dirán:
En ti están todas mis fuentes de gozo(L).

Salmos 90

LIBRO CUARTO

La eternidad de Dios y lo transitorio del hombre

Oración de Moisés[a], hombre de Dios.

90 Señor, tú has sido un refugio[b] para nosotros(A)
de generación en generación.
Antes que los montes fueran engendrados(B),
y nacieran la tierra y el mundo(C),
desde la eternidad y hasta la eternidad(D), tú eres Dios.

Haces que el hombre vuelva a ser polvo(E),
y dices: Volved, hijos de los hombres.
Porque mil años ante tus ojos(F)
son como el día de ayer que ya pasó(G),
y como una vigilia de la noche(H).
Tú los has barrido como un torrente[c](I), son como un sueño[d](J);
son como la hierba que por la mañana reverdece(K);
por la mañana florece(L) y reverdece;
al atardecer se marchita(M) y se seca(N).

Porque hemos sido consumidos con tu ira(O),
y por tu furor hemos sido conturbados[e].
Has puesto nuestras iniquidades delante de ti(P),
nuestros pecados secretos(Q) a la luz de tu presencia.
Porque por tu furor han declinado todos nuestros días(R);
acabamos nuestros años como un suspiro[f].
10 Los días de nuestra vida[g] llegan a[h] setenta años;
y en caso[i] de mayor vigor, a ochenta años(S).
Con todo, su orgullo es solo trabajo y pesar(T),
porque pronto pasa, y volamos(U).
11 ¿Quién conoce[j] el poder de tu ira(V),
y tu furor conforme al temor(W) que se te debe[k]?
12 Enséñanos a contar de tal modo nuestros días(X),
que traigamos al[l] corazón sabiduría(Y).

13 Vuelve(Z), Señor; ¿hasta cuándo(AA)?
y compadécete de[m] tus siervos(AB).
14 Sácianos(AC) por la mañana con tu misericordia,
y cantaremos con gozo(AD) y nos alegraremos todos nuestros días.
15 Alégranos(AE) conforme a los días que[n] nos afligiste,
y a los años en que vimos adversidad[o](AF).
16 Manifiéstese tu obra a tus siervos(AG),
y tu majestad a[p] sus hijos(AH),
17 y sea la gracia del Señor(AI) nuestro Dios sobre nosotros.
Confirma[q], pues, sobre nosotros la obra de nuestras manos(AJ);
sí, la obra de nuestras manos confirma[r].

Salmos 136

Gratitud por la misericordia del Señor para con Israel

136 (A)Dad gracias al Señor porque Él es bueno,
porque para siempre es su misericordia(B).
Dad gracias al Dios de dioses(C),
porque para siempre es su misericordia.
Dad gracias al Señor de señores(D),
porque para siempre es su misericordia.
Al único que hace grandes maravillas(E),
porque para siempre es su misericordia.
Al que con sabiduría[a] hizo los cielos(F),
porque para siempre es su misericordia.
Al que extendió la tierra sobre las aguas(G),
porque para siempre es su misericordia.
Al que hizo las grandes lumbreras(H),
porque para siempre es su misericordia:
el sol para que reine de[b] día(I),
porque para siempre es su misericordia;
la luna y las estrellas para que reinen de[c] noche(J),
porque para siempre es su misericordia.

10 Al que hirió a Egipto en sus primogénitos(K),
porque para siempre es su misericordia;
11 y sacó a Israel de en medio de ellos(L),
porque para siempre es su misericordia,
12 con mano fuerte(M) y brazo extendido(N),
porque para siempre es su misericordia.
13 Al que dividió en dos partes el mar Rojo[d](O),
porque para siempre es su misericordia,
14 e hizo pasar a Israel por en medio de él(P),
porque para siempre es su misericordia;
15 mas a Faraón y a su ejército destruyó[e] en el mar Rojo[f](Q),
porque para siempre es su misericordia.
16 Al que condujo a su pueblo por el desierto(R),
porque para siempre es su misericordia;
17 al que hirió a grandes reyes(S),
porque para siempre es su misericordia;
18 y mató a reyes poderosos[g](T),
porque para siempre es su misericordia;
19 a Sehón, rey de los amorreos(U),
porque para siempre es su misericordia,
20 y a Og, rey de Basán(V),
porque para siempre es su misericordia;
21 y dio la tierra de ellos en heredad(W),
porque para siempre es su misericordia,
22 en heredad a Israel su siervo(X),
porque para siempre es su misericordia.

23 El que se acordó de nosotros en nuestra humillación[h](Y),
porque para siempre es su misericordia,
24 y nos rescató de nuestros adversarios(Z),
porque para siempre es su misericordia.
25 El que da sustento a toda carne(AA),
porque para siempre es su misericordia.
26 Dad gracias al Dios del cielo(AB),
porque para siempre es su misericordia.

Ezequiel 3:4-17

Me dijo además: Hijo de hombre, ve[a] a la casa de Israel y háblales con mis palabras. Porque no eres enviado a un pueblo(A) de habla incomprensible y lengua difícil[b](B), sino a la casa de Israel; tampoco a pueblos numerosos de habla incomprensible y lengua difícil[c] cuyas palabras no puedes entender. Sino que te he enviado a ellos; ellos te escucharán[d]. Pero la casa de Israel no te querrá escuchar, ya que no quieren escucharme a mí(C). Ciertamente toda la casa de Israel es terca[e] y de duro corazón. He aquí, he hecho tu rostro tan duro como sus rostros, y tu frente tan dura como sus frentes. Como esmeril[f], más duro que el pedernal, he hecho tu frente. No les temas ni te atemorices ante ellos, porque son casa rebelde. 10 Además me dijo: Hijo de hombre, recibe en tu corazón todas mis palabras que yo te hablo(D), y escúchalas atentamente[g]. 11 Y ve[h] a los desterrados, a los hijos de tu pueblo; háblales y diles, escuchen o dejen de escuchar: «Así dice el Señor Dios[i]».

12 Entonces el Espíritu me levantó(E), y oí detrás de mí un gran ruido atronador(F): Bendita sea la gloria del Señor desde su lugar. 13  el ruido de las alas de los seres vivientes que se tocaban una a la otra, y el ruido de las ruedas junto a ellos(G), un gran ruido atronador. 14 Y el Espíritu me levantó y me tomó; yo iba con amargura en la indignación de mi espíritu, y la mano del Señor era fuerte sobre mí(H). 15 Entonces vine a los desterrados de Tel-abib que habitaban junto al río Quebar, y allí donde ellos vivían, estuve sentado siete días(I), atónito, en medio de ellos.

16 (J)Y sucedió que al cabo de los siete días vino a mí la palabra del Señor(K), diciendo: 17 Hijo de hombre, te he puesto por centinela(L) de la casa de Israel; cuando oigas la palabra de mi boca, adviérteles de mi parte(M).

Hebreos 5:7-14

Cristo[a], en los días de su carne, habiendo ofrecido oraciones y súplicas(A) con gran clamor y lágrimas(B) al que podía librarle[b](C) de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente(D); y aunque era Hijo(E), aprendió obediencia(F) por lo que padeció; y habiendo sido hecho perfecto(G), vino a ser fuente[c] de eterna salvación para todos los que le obedecen, 10 siendo constituido por Dios sumo sacerdote(H) según el orden de Melquisedec(I).

Crecimiento en la madurez espiritual

11 Acerca de esto[d] tenemos mucho que decir, y es difícil de explicar, puesto que os habéis hecho tardos para oír. 12 Pues aunque ya[e] debierais ser maestros, otra vez tenéis necesidad de que alguien os enseñe los principios(J) elementales[f](K) de los oráculos de Dios(L), y habéis llegado a tener necesidad de leche(M) y no de alimento sólido. 13 Porque todo el que toma solo leche, no está acostumbrado a la palabra de justicia, porque es niño(N). 14 Pero el alimento sólido es para los adultos[g](O), los cuales por la práctica tienen los sentidos ejercitados(P) para discernir el bien y el mal(Q).

Lucas 9:37-50

Jesús sana a un muchacho endemoniado

37 (A)Y aconteció que al día siguiente, cuando bajaron del monte, una gran multitud le salió al encuentro. 38 Y he aquí, un hombre de la multitud gritó, diciendo: Maestro, te suplico que veas a mi hijo, pues es el único que tengo[a], 39 y sucede que un espíritu se apodera de él, y de repente da gritos, y el espíritu le hace caer con convulsiones, echando[b] espumarajos; y magullándole, a duras penas se aparta de él. 40 Entonces rogué a tus discípulos que lo echaran fuera, y no pudieron. 41 Respondiendo Jesús, dijo: ¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros y os he de soportar? Trae acá a tu hijo. 42 Cuando este se acercaba, el demonio lo derribó y lo hizo caer con convulsiones. Pero Jesús reprendió al espíritu inmundo, y sanó al muchacho y se lo devolvió a su padre. 43 Y todos estaban admirados de la grandeza[c] de Dios(B).

Jesús anuncia otra vez su muerte

(C)Mientras todos se maravillaban de todas las cosas que hacía, Jesús dijo a sus discípulos: 44 Haced[d] que estas palabras penetren en vuestros oídos, porque el Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de los hombres(D). 45 Pero ellos no entendían(E) estas palabras[e], y les estaban veladas para que no las comprendieran; y temían preguntarle acerca de ellas[f].

El mayor en el reino de los cielos

46 (F)Y se suscitó[g] una discusión entre ellos, sobre quién de ellos sería el mayor. 47 Entonces Jesús, sabiendo lo que pensaban(G) en[h] sus corazones, tomó a un niño y lo puso a su lado, 48 y les dijo: El que reciba a este niño en mi nombre, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, recibe a aquel que me envió(H); porque el que es más pequeño[i] entre todos vosotros, ese es grande(I).

49 (J)Y respondiendo Juan, dijo: Maestro(K), vimos a uno echando fuera demonios en tu nombre, y tratamos de impedírselo porque no anda con nosotros. 50 Pero Jesús le dijo: No se lo impidáis; porque el que no está contra vosotros, está con vosotros(L).

La Biblia de las Américas (LBLA)

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