Un dia a la Vez

Cada día es una oportunidad

Bendito el hombre que confía en el Señor, y pone su confianza en él. Será como un árbol plantado junto al agua, que [...] nunca deja de dar fruto.
Jeremías 17:7-8

Hoy es tu oportunidad de servir a alguien. La historia de ayer es tan verídica como la que te cuento hoy. Hace un año, leíamos el devocional A los pies del Maestro, de Charles Spurgeon. Fue una tremenda bendición para muchos de nosotros.

En uno de esos capítulos, el autor nos hablaba de que debemos estar gozosos donde estemos, ya sea en grandes trabajos o en sencillos. Que debemos aprovechar cada posición en la que Dios nos permite estar, no solo en el trabajo, sino en nuestra vida en general.

Además, que debemos entender que Él lo permite porque allí aprenderemos y cumpliremos ese propósito. Luego de leer esa reflexión, empezamos a ver que no debemos quejarnos.

Que nos debemos levantar agradecidos y felices aunque no nos guste los que hacemos. Que Dios ve nuestro corazón y que nuestra actitud es determinante en la vida.

No pasaron ni cinco minutos cuando nos escribió Edgar diciendo: «¿Qué hago yo que no me quiero levantar porque no me gusta ir al trabajo que tengo? ¿Cómo sé que Dios me está llamando?». Y esta quizá sea tu pregunta hoy: «¿Para qué voy para mi casa si no soy feliz?». Lo que sí te puedo decir es que debemos ser fieles en todo, aunque lo que vivamos no sea lo que deseamos.

¿Quieres un mejor trabajo? Empieza siendo fiel por este que no te gusta y cambia tu actitud.

Dios es el único que conoce tu corazón y podrá manifestarse en tu vida. Él está listo para bendecirnos y darnos lo mejor a cada uno de nosotros que somos sus hijos. ¡Hoy es tu oportunidad!