Rafael se fue con los cuatro criados y los dos camellos a Ragues de Media. Al llegar se alojaron en la casa de Gabael. Rafael le dio el recibo firmado y le contó que Tobías, el hijo de Tobit, se había casado, y que lo invitaba a las fiestas de bodas. En seguida Gabael se puso a contar los sacos de plata, que aún tenían los sellos intactos. Luego los cargaron sobre los camellos.
El ángel salió rumbo a Ragues, con los cuatro sirvientes y los dos camellos. Cuando llegaron, se quedaron en la casa de Gabael. El ángel le dio a Gabael la contraseña para que le entregara la plata. También le dijo que Tobías se había casado, y que lo invitaba a su fiesta de bodas. De inmediato, Gabael entregó los sacos de plata, que todavía estaban sellados, y ordenó que los cargaran sobre los camellos.