Entonces Ragüel le entregó a Sara, su esposa, y le dio la mitad de todo lo que tenía: criados y criadas, bueyes y ovejas, asnos y camellos, ropa, plata y utensilios.
Al ver que ya no podía convencerlo, Ragüel decidió darle permiso de marcharse junto con Sara. También le dio la mitad de todas sus riquezas: sirvientes y sirvientas, vacas, toros, ovejas, burros y camellos, así como ropa, utensilios y dinero.