Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Para el director del coro: salmo de Asaf; cántese con la melodía de «Lirios del pacto».
80 Te pido que escuches, oh Pastor de Israel,
tú, que guías como a un rebaño a los descendientes de José.
Oh Dios, entronizado por encima de los querubines,
despliega tu radiante gloria
2 ante Efraín, Benjamín y Manasés.
Muéstranos tu gran poder.
¡Ven a rescatarnos!
3 Oh Dios, haznos volver a ti;
haz que tu rostro brille sobre nosotros.
Solo entonces seremos salvos.
4 Oh Señor, Dios de los Ejércitos Celestiales,
¿hasta cuándo seguirás enojado con nuestras oraciones?
5 Nos diste tristeza por comida,
y nos hiciste beber lágrimas en abundancia.
6 Nos convertiste en el desprecio[a] de las naciones vecinas.
Nuestros enemigos nos tratan como si fuéramos una broma.
7 Haznos volver a ti, oh Dios de los Ejércitos Celestiales;
haz que tu rostro brille sobre nosotros.
Solo entonces seremos salvos.
17 Fortalece al hombre que amas,
al hijo que elegiste.
18 Entonces jamás volveremos a abandonarte.
Revívenos para que podamos invocar tu nombre una vez más.
19 Haznos volver a ti, oh Señor Dios de los Ejércitos Celestiales;
haz que tu rostro brille sobre nosotros.
Solo entonces seremos salvos.
El Señor gobernará la tierra
14 ¡Atención, viene el día del Señor, cuando tus posesiones serán saqueadas frente a ti! 2 Reuniré a todas las naciones para que peleen contra Jerusalén. La ciudad será tomada, las casas saqueadas y las mujeres violadas. La mitad de la población será llevada al cautiverio y al resto la dejarán entre las ruinas de la ciudad.
3 Luego el Señor saldrá a pelear contra esas naciones, como lo hizo en tiempos pasados. 4 En aquel día sus pies estarán sobre el monte de los Olivos, al oriente de Jerusalén. Entonces el monte de los Olivos se partirá, formando un extenso valle del oriente al occidente. La mitad del monte se desplazará hacia el norte y la otra mitad hacia el sur. 5 Ustedes huirán por ese valle, porque llegará hasta Azal.[a] Así es, huirán como lo hicieron durante el terremoto en los días de Uzías, rey de Judá. Entonces vendrá el Señor mi Dios y todos sus santos con él.[b]
6 En aquel día las fuentes de luz no brillarán más.[c] 7 Sin embargo, ¡la luz del día será perpetua! Solo el Señor sabe cómo esto podría suceder. No habrá días y noches como de costumbre, porque en las horas nocturnas todavía habrá luz.
8 En aquel día fluirán desde Jerusalén aguas que dan vida, la mitad hacia el mar Muerto y la otra mitad hacia el Mediterráneo;[d] brotarán continuamente, tanto en el verano como en el invierno.
9 El Señor será rey sobre toda la tierra. En aquel día habrá un solo Señor y únicamente su nombre será adorado.
Vivir para agradar a Dios
4 Finalmente, amados hermanos, les rogamos en el nombre del Señor Jesús que vivan de una manera que le agrada a Dios, tal como les enseñamos. Ustedes ya viven de esta manera, y los animamos a que lo sigan haciendo aún más. 2 Pues recuerdan lo que les enseñamos por la autoridad del Señor Jesús.
3 La voluntad de Dios es que sean santos, entonces aléjense de todo pecado sexual. 4 Como resultado cada uno controlará su propio cuerpo[a] y vivirá en santidad y honor, 5 no en pasiones sensuales como viven los paganos, que no conocen a Dios ni sus caminos. 6 Nunca hagan daño ni engañen a otro creyente en este asunto, teniendo relaciones sexuales con su esposa,[b] porque el Señor toma venganza de todos esos pecados, como ya les hemos advertido solemnemente. 7 Dios nos ha llamado a vivir vidas santas, no impuras. 8 Por lo tanto, todo el que se niega a vivir de acuerdo con estas reglas no desobedece enseñanzas humanas sino que rechaza a Dios, quien les da el Espíritu Santo.
9 Pero no hace falta que les escribamos sobre la importancia de amarse mutuamente,[c] pues Dios mismo les ha enseñado a amarse unos a otros. 10 Es más, ustedes ya muestran amor por todos los creyentes[d] en toda Macedonia. Aun así, amados hermanos, les rogamos que los amen todavía más.
11 Pónganse como objetivo vivir una vida tranquila, ocúpense de sus propios asuntos y trabajen con sus manos, tal como los instruimos anteriormente. 12 Entonces aquellos que no son creyentes respetarán la manera en que ustedes viven, y ustedes no tendrán que depender de otros.
La esperanza de la resurrección
13 Y ahora, amados hermanos, queremos que sepan lo que sucederá con los creyentes que han muerto,[e] para que no se entristezcan como los que no tienen esperanza. 14 Pues, ya que creemos que Jesús murió y resucitó, también creemos que cuando Jesús vuelva, Dios traerá junto con él a los creyentes que hayan muerto.
15 Les decimos lo siguiente de parte del Señor: nosotros, los que todavía estemos vivos cuando el Señor regrese, no nos encontraremos con él antes de los que ya hayan muerto. 16 Pues el Señor mismo descenderá del cielo con un grito de mando, con voz de arcángel y con el llamado de trompeta de Dios. Primero, los creyentes que hayan muerto[f] se levantarán de sus tumbas. 17 Luego, junto con ellos, nosotros, los que aún sigamos vivos sobre la tierra, seremos arrebatados en las nubes para encontrarnos con el Señor en el aire. Entonces estaremos con el Señor para siempre. 18 Así que anímense unos a otros con estas palabras.
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